(3) susy.
Volví a caer con el novio de mi hija y tuve que tomar medidas drásticas.
(3) SUSY.
La gran noticia que rondaba por la casa era que Quique le tenía preparada una gran sorpresa a mi mami, me dijo que por la noche no podíamos faltar mi novio Boby y yo, pero como siempre, Boby tenía un compromiso y no pudo asistir, la casa estaba llena de parientes cercanos esperando a mi mami, ella llegó alrededor de las siete y se quedó sorprendida de ver tanta gente, me preguntó sorprendida y le dije que Quique lo había preparado todo, de pronto entraron unos mariachis y Quique se hincó frente a mi mami y le dio un anillo de compromiso, ya todos lo veíamos venir, lo sorprendente fue que mi mami corrió a encerrarse a su cuarto y la pedida de mano quedó como un gran fiasco.
Así pasaban los días y mi mami no daba ninguna explicación, se veía turbada, confundida, desconcertada. Se lo comenté a Boby y solo me dijo que quizás ella no lo quería, yo le contesté que sí, que lo quiere mucho, pero que desde que regresó de viaje, algo cambió en su vida no sé, a Boby también lo sentí diferente y se lo dije, él me besó la mano y dijo que eras cosas mías.
Como era costumbre, Boby me llevaba a mi casa todas las noche, nunca entraba, siempre me decía que tenía que atender negocios de su padre, yo le reclamaba como niña chiquita y en uno de esos berrinches míos, me besó, pero que beso, casi me deja sin aire, yo estaba colgada de su cuello, cuando sentí como su mano bajaba a mi pecho y me sobaba con deleite, a mí se me subieron todos los colores, era la primera vez que un hombre me tocaba los senos y era delicioso sentir su caricia luego me tocó el otro seno y yo le metí la lengua hasta la garganta, estaba sintiendo sensaciones nuevas y maravillosas, mis pezones se pararon como nunca los había sentido, ni cuando me masturbaba me besó el cuello y yo cerré los ojos, quería concentrarme en como mi cuerpo hervía con esas nuevas caricias, por primera vez desde que éramos novios, se bajó a despedirse frente a mi casa, me volvió a besar y pude sentir su erección en mi pansa, yo sin querer me movía para sentirlo frotarse en mi pubis de pronto baja sus manos y me toma de las nalgas, las abría y cerraba que cosa más rica, al despedirse me puso de espaldas y pude sentir su pene en medio de mis nalgas, yo me movía para sentirlo mejor en eso me dio una nalgada y me tiró un beso.
Yo esperaba a mi mami para contarle mis primeras caricias recibidas, pero ella se quedaba trabajando hasta tarde en su oficina, casi ya no hablábamos, después de cenar, subí a mi cuarto para ducharme, no pude evitar tocarme, estaba muy húmeda, en eso suena mi teléfono, salí desnuda y empapada a atenderlo:
BOBY: Hola, amor, ¿Te interrumpo?
SUSY: De hecho, sí, me estaba bañando
BOBY: ¿Estás desnuda?
SUSY: Sip.
BOBY: Si quieres te llamo más tarde.
SUSY: Nop, ya me estoy secando con una toalla
BOBY: ¿Por qué te quedas callada?
SUSY: Es que estoy muy nerviosa.
BOBY: Perdóname, Susy, no fue mi intención molestarte.
SUSY: No, mi amor fue todo lo contrario.
BOBY: Que alivio, ¿te gustó?... ¿Susy?
SUSY: Sí, me encantó pero no sabía que hacer cómo reaccionar
BOBY: Pero tu cuerpo si lo supo, te moviste muy rico.
SUSY: No me digas eso, que vergüenza.
BOBY: Me encantó sentir tus nalguitas
SUSY: A mí también me encantó sentirte.
BOBY: ¿Y ese ruido?
SUSY: Es la secadora de pelo ¿Te molesta?... ¿Boby?
BOBY: ¿Te puedo hacer una pregunta?
SUSY: La que quieras.
BOBY: ¿te rasuras?... ¿Susy?... perdón, si no quieres no contestes, hablemos de otra cosa.
SUSY: Sí, la llevo depilada.
BOBY: Tengo una erección terrible solo de imaginarte.
SUSY: yo también estoy muy húmeda
BOBY: Que rico, me encantó tocarte.
SUSY: Y a mí que lo hicieras.
BOBY: No te toqué adelante por respeto ¿Susy?...
SUSY: ay no sé qué decirte.
BOBY: ¿Te hubiera gustado que te tocara ahí?
SUSY: Los novios hacen eso ¿no?
BOBY: Sueño con el día en que tú me toques a mí ¿voy muy rápido?
SUSY: No sé es que nunca he estado en una situación como esta
BOBY: Es normal, tú solo déjate llevar me encantaría estar ahí contigo para secarte toda y verte desnudita para mí.
SUSY: Estoy temblando.
BOBY: Te confieso algo me estoy masturbando
SUSY: me too
BOBY: Que rico
SUSY: Siiiii ah ahg ay
Y terminamos los dos, ahogando nuestros gemidos, nos despedimos con amor y con muchas ganas de vernos al día siguiente.
Ya habían pasado dos meses de mi regreso y sentía que mi vida era una constante tortura, una mañana mi secretaria me pasa una llamada, estaba tan distraída que ni siquiera pregunté quién era ¡Era Bob!... luego del incómodo saludo me dijo que teníamos que hablar, le dije que no teníamos nada de qué hablar, él insistió y me dijo que los dos lo deberíamos hacer por Susy. Sabía que tenía razón, pero no sabía cómo enfrentar el tema el novio de mi hija tuvo un tórrido romance conmigo y lo peor es que me encantó, no sabía si iba poder resistirme a sus caricias al verlo lo cité en mi oficina al día siguiente.
La cabeza me daba vueltas, estaba tan nerviosa como una quinceañera, recordaba a cada momento como me penetraba y la cantidad de orgasmos que me provocó, las palabras que me hizo decirle, su verga hermosa, grande y bien parada pero ahora le pertenecía a mi hija ¿por qué me tenía que estar pasando eso a mí? ¿por qué precisamente a mí?
Llegué a mi casa temprano, como acostumbraba a hacerlo antes de saber que Bob era novio de mi hija, ella al verme se me tiró a los brazos y se puso a llorar, preocupada le dije que qué le pasaba, ella respondió que lo mismo me preguntaba ella, que qué me pasaba, que se sentía sola, sin madre, me disculpé y le dije que tenía razón, que nunca más me iba a volver a alejar de ella. Después de secarnos las lágrimas hizo una exquisita cena, mientras yo me duchaba y me ponía mi caftán blanco.
A la hora del café me preguntó por qué había rechazado a Quique, que era un buen hombre, muy guapo y con una posición económica formidable, que qué más quería, sus preguntas eran de una contundencia irreprochables le puse mil excusas que ni yo misma me creí me dijo que Quique llamaba todas las noches, ya que yo no le contestaba el celular no sabía qué hacer, ni qué decir ¿Realmente quería a Quique?... ¿O Bob me había movido el piso?... no me atrevía a tomar decisiones solo pensaba en su caliente verga dándome duro.
No sé en qué momento cambió de conversación y me dijo que Boby, como ella le decía, ya la había tocado se veía tan ilusionada, mi bebé estaba a punto de convertirse en mujer me dieron unos celos espantosos, eso no era normal imaginaba las manos de Bob acariciando las nalgas de mi hija y no lo soportaba, esas mismas manos que me dieron tanto placer, ahora se lo daba a mi hija
YO: ¿Te gustó?
SUSY: Me fascinó.
YO: Tú ¿ya lo tocaste?
SUSY: No, pero él muere porque lo haga.
YO: Piénsalo bien, porque una cosa trae otra y
SUSY: Sí, mami, lo sé, pero ¿qué quieres que haga? Me tiene loca, es que es tan guapo.
YO: Ok. Nena, lo mejor será que ya no me cuentes tus avances no sé no sé si está bien que una hija hable de eso con su madre.
SUSY: ¿Y con quien más voy a hacerlo? Tú siempre me has dicho que somos mejores amigas, hasta te conté la primera vez que me masturbé.
YO: Lo sé, hija, lo sé
SUSY: Y tú también me contaste la primera vez que lo hiciste con Quique ¿Recuerdas? Estabas tan emocionada.
YO: Está bien, sígueme contando seremos las mejores amigas del mundo.
Esa noche lloré hasta quedarme seca. Dormí con una almohada entre las piernas, sentía cosquillas en mi cuquita, deseaba ser penetrada por esa verga que me tenía obsesionada, por esa verga prohibida ay, como me gustaba esa palabra: VERGA pero al decirla solo pensaba en SU VERGA LA VERGA más rica que había probado la mejor VERGA del mundo me masturbé y me dormí al día siguiente me puse la ropa que más tapaba mis atributos, no quería que Bob descubriera lo que sentía por él esa VERGA ay Dios mío que VERGA
Al llegar a mi oficina le di instrucciones a mi secretaria, que dejara pasar a un muchacho que venía por un asunto legal ¿Por qué le mentía a mi secretaria? No tenía necesidad de hacerlo, pero mi consciencia no me dejaba en paz, era como si mis deseos se me leyeran en la frente. Vi el reloj infinidad de veces y sentía que el tiempo se detenía, que las agujas no avanzaban por fin a media mañana apareció mi dulce tormento, venía guapísimo me quedé muda como mi hija cuando lo conoció él tampoco sabía que decir, nos saludamos de manera torpe, lo invité a sentarse, él en el sillón y yo atrás de mi escritorio para sentirme protegida, estábamos en mis terrenos, así que dejé que él empezara.
Hubo una pausa eterna por fin dijo que el destino nos había jugado una mala pasada, pero que había que afrontarla se quedó callado y yo aproveché para decirle que Susy no tenía la culpa de nuestro error, que por favor no la lastimara, que nos tenía en sus manos, que estaba dispuesta a todo con tal de salvar a mi hija. Él me aclaró que no tenía la menor intención de hacernos daño, pero que no sabía qué hacer, que ya le había dado a Susy todas las excusas para no entrar a mi casa, yo le aclaré que también era la casa de mi hija, él dijo que era una situación muy incómoda, estuve de acuerdo y le dije que tendríamos que acostumbrarnos, que llegara a la casa más seguido y que la frecuencia nos iba a acostumbrar a vernos y así podríamos superar esta situación tan incómoda, la consigna era: sin daños a terceros. Estuvimos de acuerdo.
Me preguntó por qué había rechazado a Quique, le dije que ese no era asunto suyo, se disculpó y me dijo si él tenía algo que ver con mi negativa, yo me puse muy nerviosa y se lo negué ya más relajado, él, porque yo seguía con todos los músculos de mi cuerpo acalambrados me reclamó por dejarlo plantado, le dije que no quería hablar de eso, que eso nunca pasó, que me jurara que jamás volveríamos a tocar el tema, pero él, insistente, me dijo que mi actitud solo se podía entender por dos motivos: O lo hacía por Susy o talvez me pasaba lo mismo que a él, yo me quedé callada esperando que siguiera dijo que no podía dejar de pensar en mí, como una fiera me paré y le dije que era un descarado, que cómo podía decirme eso siendo el novio de mi hija, -yo tampoco lo entiendo, dijo, solo pienso en tu cuerpo desnudo, en hacerte el amor, en cogerte me levanté y le di una cachetada, él como respuesta me tomó duro de los brazos y me besó, yo luché todo lo que pude, pero mi cuerpo me traicionó, terminé colgada de su cuello y siendo manoseada por todo mi cuerpo, sin pensar en las consecuencias, le bajé el zíper y me aferré a esa VERGA maravillosa, se la mamé hasta que se vino en mi boca.
Me quedé hincada sin verlo a los ojos, él se vistió y salió sin despedirse ¡¿Qué había hecho?! Le había mamado la VERGA al novio de mi hija y encima me había tragado su venida, me sentía como la peor de las prostitutas. Cuando oí que la puerta de salida se cerró fui a mi bolsa por un espejo, vi que tenía rastros de su semen en la mejilla, lo atrapé con mis dedos y lo chupé hasta no dejar nada. Esto era una verdadera locura, esto no podría volver a pasar, tendría que hacer algo pero ¡¿Qué?!
Boby me llevó a un mirador precioso, desde donde se mira toda la ciudad, había varios coches estacionados, seguramente iban a romancear como nosotros, Boby me dijo que ya había concluido los negocios de su padre y que a partir de ahora ya podía quedarse más tiempo conmigo en mi casa, yo me puse feliz y lo besé con pasión, el aprovechó para meter su mano bajo mi blusa y tocarme los pechos, que rico sentía, en eso sube mi brasier y me toca los pezones por primera vez en mi vida, ay, que delicia, pensé. Me pidió que nos pasáramos para atrás para estar más cómodos, estaba tan enamorada y tan febril que estaba dispuesta a hacer todo lo que me pidiera, ya en el asiento trasero me besaba y me acariciaba las nalgas, me besó las orejas y yo me encogí como a un gusano que le echan sal, pero del gusto, que cosa más rica, luego me puso a horcajadas sobre sus piernas y de pronto siento como su dedo resbala por mi trasero hasta mi cosita, ahí mismo lo tomé del cabello y lo besé como si me lo quisiera comer, el frotaba mi clítoris con sus dedos y como una mujer de la calle me vine en un orgasmo delicioso.
Yo creí que ahí había terminado todo, me senté en el asiento trasero, sin verlo, llena de vergüenza, era el primer orgasmo que me provocaba un hombre, me siguió besando y yo sentía como mi cosita se seguía humedeciendo, de pronto tomó mi mano y la llevo a su pene, que sensación más rica, tener su miembro caliente entre las manos, lo empecé a masturbar sobre el pantalón, como tantas veces lo había visto hacer en las películas pornográficas que miraba mientras me masturbaba, él tiró la cabeza para atrás muerto de gusto, me encantaba darle placer, me sentía poderosa, jalándole ese enorme trozo de carne de arriba hacia abajo, me hubiera gustado sacarla del pantalón y metérmela a la boca, pero no me atreví, seguí masturbándolo hasta que con un susurrante gemido se vino en su bóxer.
Cuando bajamos del coche para sentarnos adelante, Boby se me desapareció por unos instantes, seguramente se estaba limpiando el semen regado en sus pantalones, yo me toqué mi cosita y también la tenía empapada, me pasé un clínex para limpiármela, en eso regresó, me dio un beso y me dijo que fuéramos a cenar a mi casa.
No sé por qué no me lavé la boca, pasé todo el día degustando en mi lengua el sabor de su semen, al llegar a mi casa hice una ensalada de lechuga y tomates y una pasta, me serví una copa de vino, esperando a Susy, de pronto oigo el inconfundible sonido del motor de Bob, entraron a la casa llenos de alegría y felicidad llenando todos los rincones con sonoras carcajadas, al verlos entrar me destanteé un poco, pero tuve que recobrar el equilibrio para que Susy no se diera cuenta de nada, me porté como la mejor anfitriona, sonreía más de la cuenta, cenamos llenos de risas, parecíamos una familia normal, Bob a cada momento aprovechaba para besar a Susy y yo muerta de celos solo decía: -terminen de comer tortolitos, que siempre habrá tiempo para el amor, Susy se disculpaba encogiendo los hombros y Bob no me miraba para nada, como si no existiera, sentí eterna la sobre mesa, por fin Susy salió a dejar a su novio, yo aproveche para recoger la mesa.
Al regresar mi hija me contó que hoy se habían tocado los dos, yo actuaba como actriz de telenovela, haciendo gestos de sorpresa y de felicitación, aunque por dentro, me quería morir, apenas hoy en la mañana yo le mamé LA VERGA a Bob y hacía pocos momentos mi hija lo había masturbado, lo sé porque vi la mancha en su pantalón. Así sucedieron los días, ellos besándose y yo muriendo por dentro, en silencio. Bob me llamaba continuamente, que me quería hablar, que me quería ver, yo me negué todo el tiempo, sabía que si lo hacía pararía arrastrada de tras de esa VERGA, o talvez siendo cogida, ¡No! No lo podía permitir. Pero ¿Qué hacer para evitar la tentación? Se me ocurrió un plan que pondría en marcha el día del cumpleaños número 18 de Susy.
Boby me sorprendió el día de mi cumpleaños con una serenata, puro Romeo y Julieta, yo en el balcón y él abajo con los mariachis cantando El día en que tu naciste , fue tan romántico, yo me apresuré a arreglarme y cuando bajé, mi mami y Boby discutían sobre no sé qué, al verme me llenaron de abrazos y besos, mi mami me dijo que mi regalo me lo había ganado por ser la mejor hija del mundo, me dio un coche del año, un Volkswagen blanco, de esos que parecen tortolitas, ¡Mi primer coche! Ahora solo tenía que sacar mi licencia y Bob me dio un juego de collar y aretes precioso, me lo comí a besos.
Al salir, Boby me dijo que hoy nos íbamos a escapar de la Universidad, tomó carretera y me llevó como por una hora hasta llegar a un hotel de paso, ¡había rentado una habitación! Yo me hice la sorprendida, pero la verdad es que ya le había insinuado que quería perder la virginidad con él y que mejor, el día que cumplía la mayoría de edad, me cargó en sus fuertes brazos y me depositó en la cama. La habitación era preciosa, con vista a una enorme piscina donde no había nadie, me besó con paciencia, me tocaba suavemente, este hombre sí sabía ponerme febril, yo hice lo mismo con él, le agarré el miembro, ese que tantas veces había tenido en mis manos, pero que aún no lo había probado con mi boca, sabía que hoy sería el día en que probara varias cosas por primera vez.
Él me desnudo y yo a él, los ojos se me salían de mis órbitas, era la primera vez que nos veíamos desnudos, que cuerpo, Dios mío; sus pectorales bien trabajados por el gimnasio, su abdomen lleno de músculos como héroe antiguo, sus piernas eran dos columnas velludas, y su sexo ay, su sexo apuntaba al cielo, bien parado, con la cabeza de su pene gritando porque me lo metiera a la boca, estaba tan concentrada admirando su cuerpo de Adonis que no me di cuenta a qué hora me tomó de la mano y me hizo dar una vuelta para admirar mi trasero, que no es por nada pero me lo miran mucho en la calle, tanto hombres como mujeres.
Luego de admirarme completa, me puso boca arriba sobre la cama y me besó la boca, el cuello, las orejas, ay, que rico sentía y su prominente erección rozando mis genitales luego bajó a mis pechos y me los lamió cuanto quiso, dándome un placer extraordinario después se fue hasta los dedos de mis pies y se metió a la boca uno por uno, luego fue subiendo por mis muslos, yo sentía que me moría del gusto, hasta que llegó a mi vagina y la lamió de arriba abajo, de abajo hacia arriba, yo tomé los colchas con mis manos para no morir de placer ahí mismo, luego hizo algo que me enloqueció, subió mis piernas a sus hombros y me lamió el ano, nunca hubiera creído que por ese agujero si sintiera tanto placer, me metió la lengua en u, yo quería que se metiera todo él, que me llenara completa, ahí tuve mi primer orgasmo y él se lo bebió con placer, era mi hora de devolverle el favor, lo acosté boca arriba, tomé su miembro con la mano y le besé la puntita de su cabeza mojada, luego saqué mi lengua y le rodeé la cabecita, que exquisito sabor tenía y ya desesperada me la metí toda a la boca, sus pelitos me hacían cosquillas en mi nariz, pero me lo quería tragar todo, luego de chupársela por un tiempo, hice lo mismo que él me hizo a mí, puse sus piernas en mis hombros y le chupé el ano, Boby no resistió a mis caricias y me llenó el rostro de semen, como pude fui juntando su venida en mis manos y poco a poco lo fui saboreando, hasta que no quedó ni una gota, ese sería mi elixir favorito a partir de ahora.
Yo quería seguir, pero me dijo que necesitaba un corto tiempo para recuperarse, me dijo que hacía mucho calor, que nos fuéramos a meter a la alberca, no habíamos llevado trajes de baño, así que bajamos a la tienda del hotel y compró dos trajes, un diminuto biquini para mí y él se compró una pantaloneta flojísima, me hubiera gustado verle su protuberancia. Ya listos nos metimos a refrescarnos, nadamos cada quién por su lado, de pronto me tomó por atrás y me pegó su miembro a mis nalgas, yo me froté en su erección, ya estaba listo para hacerme mujer, metí mi mano dentro de su pantaloneta, debajo del agua y se la jalé con gusto.
Al llegar a la habitación nos duchamos para sacarnos el sabor a cloro que teníamos, yo no me aguanté y me hinqué a chuparle esa cosota tan rica que tiene, él me decía que qué rico se lo hacía, que era la única que se la tragaba toda, yo me sentí muy orgullosa de mi boca. Así mojados como estábamos, nos fuimos a la cama, nos volvimos a chupar todos los rincones de nuestro cuerpo el momento había llegado se puso un condón, me abrió las piernas y jugo con su pene en los labios de mi vagina, a mí me dio miedo, porque se le veía tan grande ¿Me cabrá?, ¿me dolerá?... entonces sentí como invadió mi cuerpo haciéndome doblar la espalda hacia arriba, como para evitar el dolor, pero casi no me dolió, me la fue metiendo poco a poco hasta que sentí los pelos de su pubis en mi clítoris, fue inexplicable, me tenía sometida, su enorme humanidad sobre mí, entrando y saliendo de mi vagina, era como si hubiéramos nacido el uno para el otro, a los pocos segundos tuve mi segundo orgasmo y él seguía bombeándome, dándome duro y yo quería más y más y más luego se acostó boca arriba y me senté en su caliente miembro, que cosa más rica era hacer el amor, yo me ensarté todo su pene y brincaba como enloquecida, el chupaba mis pezones, me agarró de las nalgas para darme duro a su ritmo y de pronto siento como uno de sus dedos se pierde en mi orificio trasero, eso me provocó un espasmo delicioso que hizo que tuviera mi tercer orgasmo.
Hicimos el amor todo el día, me enseñó muchas posiciones deliciosas, me dijo que tal parecía que había nacido para coger huy, que palabra me bebí no sé cuántas veces su semen, perdí la cuenta de los orgasmos que tuve en mi cumpleaños, él también se bebió mis jugos. A media tarde nos preparamos para volver, mi mami me había preparado una cena con todos mis parientes.
Ya lo tenía todo preparado, poco a poco fueron llegando los invitados, por fin llegaron Susy y Bob, la llenaron de abrazos, felicitaciones y regalos, ella orgullosa presentó a su novio, todas la felicitaron, me decían: -Que yerno más guapo tienes y yo sonreía con ganas de matarlas. Cenamos, celebramos y por fin le cantamos el happy birthday, Susy sopló sus 18 velitas y todos estallaron llenos de júbilo, Bob no perdía ocasión para besar a Susy, yo me hacía la que no miraba, pero me estaba quemando por dentro. A las diez en punto de la noche tocaron el timbre, yo me ofrecí para abrir y les pedí silencio, al abrir la puerta entro Quique, me hinqué y le pedí matrimonio, los mariachis llenaron la casa con su música, Quique me levantó y en medio de la gritería me besó, todos estaban felices, menos Bob
CONTINUARA