(3) por culpa de un trío, perdí a mi marido.

Me veo obligada a hacer un trío a causa de unos estimulantes sexuales que mi marido puso en mi bebida.

(3) POR CULPA DE UN TRÍO, PERDÍ A MI MARIDO.

ANTONIO: Pasa, Lico, pasa, estás en tu casa.

LICO: Gracias, Tono, hola, bonita, cada vez que te veo luces mejor, gracias por arreglarte tan bien para mí.

YO: ¿Qué significa esto, Antonio?

ANTONIO: Que Miguel no estaba disponible, así que le hablé a tu segundo amante, con él te sentirás más cómoda que con un desconocido.

LICO: Tu primo Miguel fue tu primer amante

YO:¡Que te importa! (A Antonio) ¿Tú crees que puedes traer a cualquiera sin mi autorización?

LICO: Momento, Vero, yo no soy cualquiera, fui tu novio antes de casarte con Tono.

YO: Sí, pero eso no les da derecho a disponer de mí a su antojo.

ANTONIO: Ya, deja la paranoia y se cortés con nuestro invitado.

YO: ¡Tu invitado! perdóname, Lico, no es nada personal, pero este marido que tengo cree que en verdad soy su sumisa, su puta, ¡pues no!, soy una mujer que sabe tomar sus propias decisiones.

LICO: ¿Quieren que me vaya?

YO: ¡S!

ANTONIO: ¡¡No!!

LICO: ¿A quién le hago caso? ¿Quieren platicarlo?

YO: Sí, es una buena idea, (a Antonio) Ven, subamos a la habitación, y tú, Lico siéntate y sírvete lo que gustes.

Lo jale del brazo, histérica, le reclamé con furia, hasta le escupí la cara sin querer de la rabia que tenía, Antonio me oía paciente, cuando escupí la última gota de veneno, me dijo que si no quería que no había problema, que él lo entendía, que había pensado que después de tanto tiempo preparando el trío… que todo era culpa de Miguel por no asistir a su invitación, que por eso pensó en Lico, sabía que yo lo quería mucho y que creyó que me iba a parecer una buena idea, pero insistió en que si no quería solo cenáramos y tratáramos de pasarla bien, estuve de acuerdo y bajamos a atender al invitado intruso.

Antonio le explicó lo que habíamos conversado, Lico lo entendió perfectamente y se sentó como el amigo que era, Antonio le sirvió una cerveza a Lico y a mí me preparó una deliciosa Margarita, yo trataba de no cruzar las piernas porque mi minifalda era muy corta y no quería enseñarle la tanga, me puse una mano en medio de las piernas para tapar cualquier objeto del deseo, de cualquier manera Lico me miraba mis tetas expuestas, de haberlo sabido con anticipación no me habría puesto esa blusa casi trasparente, mi puesta en escena me había traicionado.

Afortunadamente la cena corrió muy divertida, Lico tiene un sentido del humor extraordinario, lo único peligroso es que mi marido ya me tenía medio mareada de tantas Margaritas que me servía, luego de la cena levantamos la mesa entre los tres y me dirigí al sanitario, me senté en la taza a orinar y estaba mojada ¿Qué pasaba? De verdad que no quería hacer ese trío ¿Entonces por qué mi cuerpo me pedía acción? Hasta cuando me sequé con el papel sentí excitación ¿Sería que era de tanto pensar en Miguel? No le di más importancia al asunto y seguí compartiendo con ellos.

Dos horas después, todos estábamos chispeantes, las carcajadas era sonoras, yo con cada chiste de Lico me descuidaba y de seguro me miraba la tanga, o la cuca, porque era diminuta, se me metía por toda la raja, que pena, pero cada vez me sentía más desinhibida, más contenta, más… caliente ¿Cómo era posible? Cuando el cerebro manda una orden a tu cuerpo, éste obedece; es la ley natural, no puedo decirle a mi cuerpo que gire a la izquierda y vaya a la derecha, me picaba la cuca, quería ser penetrada, cogida, chimada, zarandeada, pero mi mente no lo quería ¿A quién hacerle caso? En ese dilema estaba cuando Antonio me abrazó y rozó mi pezón derecho, creo que lo hizo sin querer, pero a mí se me encendieron todas las alarmas, de pronto me descubrí mirando la entrepierna de Lico, lo peor es que se dio cuenta y se acomodó el bulto por encima del pantalón.

Lo que Antonio no sabía era el motivo del por qué terminé con Lico, todo nuestro noviazgo fue precioso, hasta que después de cinco meses acepté acostarme con él y no me gustó, no sé, su olor era repulsivo y no es que fuera sucio, era muy cuidadoso con su aspecto personal, pero su sexo olía feo, por eso nunca me atrevía a mamarle la verga ¿Qué iba a hacer, Dios mío?

ANTONIO: Dime, Lico ¿Ya tienes experiencia en estos asuntos?

LICO: ¿En tríos?... pues no mucha, solo lo hemos hecho tres veces.

YO: ¿Cómo que hemos?

LICO: Sí, Vero, hemos hecho tres tríos con mi esposa.

YO: No sabía que te habías casado.

ANTONIO: ¿Y fueron con hombres o con mujeres?

LICO: Con hombres, a mi mujer no le llaman la atención las mujeres, ¡lástima!

ANTONIO: ¿Y fueron tres hombres diferentes?

LICO: No, repetimos con uno.

YO: ¿Y a tu esposa le gusta?

LICO: Al principio no, pero con el que repetimos… queremos hacerlo de nuevo.

YO: ¿Y se aman? Porque yo no entiendo cómo puedes compartir a la mujer que amas.

LICO: Es un placer indescriptible, ver a mi mujer mamando a otro hombre, me excita, no tiene nada que ver con el amor, y verlos coger es aún mejor, pero penetrarla los dos… uf… eso la vuelve loca.

YO: Eso ha de doler.

LICO: No necesariamente, la doble penetración se hace cuando ella está bien caliente a punto de tener el orgasmo y con una buena lubricación, ella dice que es lo más rico del sexo.

ANTONIO: ¿Entonces esta sería tu primera vez con una pareja?

LICO: Así es, siempre y cuando Vero esté de acuerdo.

YO: ¡Ya les dije que no!

LICO: Yo creí que estabas dispuesta.

YO: ¿Qué te hace pensar eso?

LICO: Pues te has pasado toda la noche ensenándome tu tanga blanca y los pechos… continuamente me ves el paquete.

YO: Pero ha sido sin querer.

LICO: ¡Qué bonito dije! Tiene tu nombre.

YO: Gracias, me lo acabo de comprar. Pero deja de verme así.

ANTONIO: No te hagas la inocente que hasta yo te he sorprendido viéndole la verga a Lico.

No sabía qué hacer ni que decir, me levanté furiosa pero mi esposo me abrazó y me besó la boca, sentí su verga bien parada en mi vientre y me abracé a él dejándome manosear delante de mi ex novio, de pronto siento a Lico por detrás sobándome las nalgas, nunca creí estar siendo manoseada por cuatro manos, a pesar mío, debo confesar que sentía delicioso, de pronto Lico me agarra las tetas desde atrás y siento su verga entre mis nalgas, Antonio me dio vuelta para que Lico me besara, él se fue a sentar para ver como mi ex novio me metía mano delante de él, me sentía toda una puta, Lico jaló mi mano y la puso en su verga sobre el pantalón, era una verga normal, más bien tirando a chiquita, pero en ese momento la sentí deliciosa.

Me sentía incómoda pero caliente, Lico empezó a desnudarme hasta dejarme en ropa interior y tacones, he de haber parecido una de esas putas caras, me agarró del culo y me abría y cerraba las nalgas, que cosa más rica, nunca nadie me lo había hecho, entonces le apreté la verga con mi mano y lo besé con pasión, vi a Antonio que ya se había sacado la verga y se estaba masturbando.

YO: ¿Todo bien?

ANTONIO: Sigan, me encanta verte como puta, deja que Lico haga contigo todo lo que quiera, que rico.

YO: ¿No te dan celos?

ANTONIO: Al contrario, me calienta verte con Lico, me encantaría verte mamándole la verga.

YO: ¡No! Eso no, si quieres luego te la mamo a ti, pero a Lico no.

ANTONIO: ¿Por qué?

YO: No sé, no me gusta hacerlo, contigo porque eres mi esposo.

LICO: Que lástima, con las ganas que tengo de sentir tu boquita.

ANTONIO: Dejen de hablar y hagan lo que quieran, que luego entro yo.

Entonces Lico se envalentonó y me dejó completamente desnuda, me recostó en el sofá y empezó lamiéndome los pies, me chupó los diez dedos, fue subiendo por mis piernas hasta llegar a mi cuca, me lameteó toda la orilla haciéndome gemir de placer, jugó con su lengua, me metió un dedo en la panocha y con los labios me succionó  el clítoris, yo cerré los ojos para no ver a mi marido, o para que él no descubriera que estaba gozando esa mamada, otra vez el avestruz, de pronto siento su lengua en el ojo del culo, me contorsioné de placer y empecé a gemir suavecito, cuando abrí los ojos tenía la verga de mi marido muy cerca de mi boca, por instinto la abrí y me tragué su pija, ya mis dos machos se habían encuerado, no sé por qué en ese momento pensé en Miguel.

Nunca imaginé lo delicioso que era tener dos bocas, cuatro manos y dos vergas haciéndome disfrutar como una verdadera puta, lástima que no era Miguel entonces el trío sería perfecto… mi marido me sacó la verga de la boca y me puso de pie sobre el sillón, le dijo a Lico que me chupara el culo y él se encargó de mi cuquita, que delicia sentir dos lenguas  chupando mis hoyos, encima cada uno se encargaba de mis chiches, me temblaban las piernas, era como si me fuera a desmayar de tanta calentura.

Luego cada uno puso mis manos en sus vergas, les latían de lo duras y paradas que las tenían, yo aproveché para apretárselas y pajearlos un poco, me agarraron una nalga cada uno y me llevaron a la habitación, a esa cama donde hasta ese momento solo había disfrutado con mi marido, Antonio se veía feliz y no digamos Lico, eso me dio confianza para destapar la puta que vive en mí, entonces me acostaron boca arriba, Antonio me abrió las piernas y se dedicó a mamarme la cuca como un desesperado, Lico se acercó para que se la mamara, pero ese maldito olor me hizo rechazarlo, así que con una mano lo pajeaba y con la otra le acariciaba los huevos.

ANTONIO: Mámale la verga a ese cabrón, quiero ver esa boquita profanada por otra verga que no sea la mía.

YO: Sigue mamándome la pusa y deja que yo haga lo que quiera.

LICO: Por favor, Vero, dame una rica mamadita, nunca quisiste hacerlo, por favor.

YO: Voy a hacer lo que me pidan, hoy seré su puta, pero eso no.

ANTONIO: ¿Por qué, mi vida? Dame ese gusto.

YO: Mejor cambien… así, que rico siento como me mamas la pepa, Lico, ven mi amor, dame tu verga, a ti sí te la voy a mamar.

ANTONIO: Ay que rico, eres la mejor mamadora del mundo, usa tu lengüita, así mi amor, así mi putita culona… a la puta, que rico, ni modo, Lico, te vas a quedar sin probar la lengua de esta mamona.

LICO: No me importa, me estoy comiendo el mejor coñito que he probado en mi vida, y que culo, esas nalgas me las voy a coger.

Yo no hacías más que mamar verga y la boca de Lico llevándome a placeres incontenibles, los oía como hablaban de mí como si en verdad fuera su puta y eso me encantaba, nunca imaginé que hacer un trío con dos hombres fuera tan delicioso (A LAS CHICAS QUE ME LEEN SE LOS RECOMIENDO, NO SE VAN A ARREPENTIR) Luego mi marido hizo lo mismo que en la sala, se sentó en el banco de mi marquesa para vernos coger, Lico se puso un preservativo, se acostó boca abajo y yo me le monté encima, esa posición me encanta, le agarré la verga con la mano, la llevé al centro de mi empapada cuca y me la trabé en un solo sentón, por más que brincaba sobre su pija sentía que no me llenaba, esperaba la pija de mi marido, pero tampoco era que no la estuviera pasando bien, no sé en qué momento mi marido me agarró del culo para que dejara de cabalgar y se dispuso a chupármelo, Lico me puyaba desde abajo y no sé como pero se me salió la verga de Lico y se estrelló en la cara de mi marido:

ANTONIO: ¡¡¡¡Puta, que verga más hedionda!!!! ¿Qué comes? ¿Mierda? Te hiede la verga. ¿No estarás enfermo?

LICO: No, ya fui donde el doctor y dice que mi olor es natural, yo nunca me la he olido… ¿será por eso que mi mujer tampoco me la mama? Y sí se la ha mamado a esos otros dos cabrones.

YO: ¿Te das cuenta por qué no quería hacer este trío con Lico?

ANTONIO: Tienes razón, mi vida, le apesta a carne podrida. Con que razón dejaste a este cabrón, si me hubieras contado no lo invito.

LICO: Bah, ya dejen de joderme con mi olor y sigamos cogiendo, bríncame, Vero, que rico siento tus nalgotas en mis huevos.

YO: Cambiemos ¿Sí?

Y me hicieron caso, entonces Antonio se puso un condón y cabalgué a mi marido, Lico me chupaba el culo, (tal vez mi marido tenía razón y no había hombre que se resistiera a mis nalgas), Antonio me tenía bien agarrada de la cintura, como para que no se le fuera a salir la verga, yo le guiñé un ojo y entendió, me soltó y como si fuera un accidente se me salió la pija y fue directo a la cara de Lico, este se paró e hizo una cara de asco terrible, los dos nos matábamos de la risa, Lico se fue a lavar la cara, como si la verga le quedara tatuada para siempre en el cachete, Antonio me decía que siguiera carcajeándome, que sentía como le apretaba la verga con mi cuca, yo no paraba de reír y de gemir al mismo tiempo, de verdad que era delicioso como sentía su verga grande en mi hoyo apretado.

Lico regresó, me hecho lubricante en mi hoyo trasero y me fue metiendo la verga despacito, a pesar de que la tenías chiquita me dolió un poco, pero al rato vi la gloria, ni siquiera había imaginado una doble penetración, bueno, imaginado sí, pero no lo que sentiría, uf, es como si se te acalambrará todo el cuerpo, es sentir dolor y placer al mismo tiempo, es sentirte usada por el deseo de dos machos hambrientos, mi marido me chupaba las chiches y tenía mis hoyos atorados de vergas, sentía como si sus cabezas me fueran a romper y se juntaran piel a piel, ya no tenía control de mis sentidos, era una muñeca de trapo en medio de dos cuerpos húmedos de sudor.

Antonio pidió hacer cambio, él también quería darme por el culo, cuando ya me tenían otra vez bien trabada, Antonio me pidió que hablara, que dijera obscenidades, pero a mí no me salían palabras, solo pujidos escandalosos por la gran cogida que me estaban dando, sentía muy irritados mis hoyos pero no quería que terminaran,  necesitaba que me siguieran cogiendo, que me reventaran, que me dejaran sin poder caminar del dolor de culo, Lico me agarró la cara y me metió la lengua dentro de la boca mientras me puyaba con violencia, hasta que sentí como se le inflaba la pija y se venía en el condón, yo apresuré mis movimientos y por fin me vino el orgasmo, fue una venida acalambrante que me recorrió todo el cuerpo hasta estallar en mis dos orificios, sentía todo el cuerpo caliente.

Mi marido me sacó la verga, se quitó el condón y me dio a mamar su verga, yo aún permanecía sobre Lico, en eso me hizo un guiño, entendí y cuando se estaba viniendo la saqué de mi boca y los siguientes disparos de leche cayeron sobre los labios de Lico, este me tiró a la cama, corrió hacia el baño y lo oímos vomitar, al rato salió, tomó sus ropas, se fue vistiendo en el camino a la salida y se fue sin despedirse con un portazo que tembló toda la casa, nosotros no parábamos de reírnos, le limpié la pija a mi marido y nos bañamos para quitarnos el fétido olor de Lico, nos metimos a la cama dispuestos a dormir.

A los pocos minutos oí roncar a mi marido, yo no podía dormir ¿Cómo sería nuestra vida a partir de hoy? ¿Me lo reclamará algún día? ¿Ahora tendría que hacer un trío con otra mujer? No lo podía creer, de aquella chica inocente ya quedaba poco o casi nada.

Al día siguiente desayunamos como si nada hubiera pasado y la rutina volvió a nuestra vida, hasta que una noche cogiendo, me dijo que si me había gustado el trío y le dije la verdad, que había pasado momentos muy ricos, pero que ese olor no me había permitido desfogarme como a mí me hubiera gustado, me dijo que tenía razón, porque a él lo que le hubiera encantado es verme mamando una verga ajena, que aunque estuvo bueno, tampoco era lo que él esperaba, que le hubiera gustado verme emputecida, pero que entendía mis razones, le pregunté si le habían dado celos y me dijo que nunca los sintió, que ya me había dicho que era un juego de adultos donde no se comprometían sentimientos, yo le juré que no quería hacer ese trío y dándome un beso me pidió perdón, dijo que mis margaritas iban cargadas con un estimulante sexual, yo quise encabronarme, pero la verdad la había pasado bien, así que le hice prometerme que no lo volviera a hacer, y acabamos juntos por primera vez… hizo una pausa larga, luego dijo que era mi turno de estar con otra mujer, no tenía para donde, debía cumplir sus deseos, le dije que la consiguiera.

A los días me dijo que a un hombre le era muy difícil conseguir a una mujer para un trío, que yo le hablara a una amiga, le dije que la única que tenía era Rita, pero que estaba segura que, primero no se atrevería porque nos conoce muy bien y que además a ella no le gustaba mamar cucas, que le daba asco, entonces propuso contratar a una prostituta y ahí si me negué rotundamente, mi miró sin expresión durante unos segundos y luego me dijo que no entendía por qué Miguel había rechazado el trío, que con la belleza de mujer que yo era, ningún hombre dejaría de gozarme… pensé: -si supiera-

Lo que me mantenía atormentada era que Miguel no dejaba de llamarme, quería acostarse conmigo de nuevo, yo la verdad también quería, pero no podía enamorarme de él y estaba segura que solo me faltaba un paso, se lo dije, pero él insistió, quiso que nos viéramos en el café de siempre pero me negué, no quería volverlo a ver por mi seguridad, no entiendo como los hombres pueden coger sin mezclar sentimientos, yo lo había hecho con Lico pero no por mi voluntad sino forzada por ese estimulante.

Después de que Miguel me insistiera tanto, parece que se cansó porque dejó de llamarme, ya me sentía más tranquila, pero debo confesar que extrañaba mucho su acoso, tal vez por eso dicen los hombres que no hay quien nos entienda y tienen razón, ni yo misma me entendía, cada vez que sonaba mi teléfono iba corriendo a contestar con la esperanza que fuera Miguel para decirle que no me volviera a llamar.

Lo del trío con otra mujer se fue olvidando por falta de candidatas, pero Antonio seguía recordando el trío con Lico, que si me había gustado ser mamada por dos bocas, que si me había calentado ser mamada mientras mamaba, que si había sentido rico la doble penetración, en fin, me llenaba de recuerdos y teníamos calientes sesiones de sexo, en algo tenía razón, nuestra relación se puso más caliente, cogíamos todos los días y siempre mencionaba que le hacía falta verme mamando otra verga, por más emputecida que fuera, de verdad, que no entendía.

Una tarde recibo una llamada de un número desconocido, era mi prima Cecilia, hermana de Miguel, luego de saludarme me dijo que me querían hablar, era Miguel y colgué al instante, me sentía feliz porque no me había olvidado, pero orgullosa de mantener mi decisión de no volverlo a ver, más tarde me escribió mi prima al WhatsApp, me pidió perdón, pero me dijo que no entendía nada, que por qué me había enojado hablar con su hermano, que él le había pedido que me llamara de su teléfono y que quería tomarse un café conmigo, que me prometía que no iba a estar su hermano, que nos pusiéramos al día, siempre fuimos muy unidas, pero desde que me casé nos dejamos de frecuentar, quedamos de vernos la siguiente semana.

Un viernes mi marido llegó con una hermosa macetita de orquídeas, no era raro que me regalara cosas sin motivo, me dijo que me arreglara porque me iba llevar a bailar y a cenar, me prometió una noche loca y como hacía tiempo que no salíamos me fui a bañar, me maquillé y me vestí, quedé satisfecha con mi imagen, lo que más me gusta de mí es la curva que nace de mi cintura hacia mis nalgas, realmente me miraba espectacular, cuando bajé casi se me caen los calzones, ahí estaba mi marido tomando unas copas con Miguel.

CONTINUARÁ…