3 Mujeres. Hace 21 años. Parte 6
Unas horas despues.(Parte 1).
Unas horas despues. (Parte 1).
Pues bien, unas horas despues de que, junto a Maria e Ilda, medio violara reventando el culo a Lorena, rendido, me acosté en la cama de matrimonio con la intención de dormir un rato. ¡Pero que vá! Al poco, sentí junto a mí a Maria juguetona, mimosa y todabia bastante hambrienta de sexo mientras se tragaba mi verga. Al momento me la puso durisima y sin mas se horcajó sobre mí y me empezó a cabalgar furiosamente, follandome y follandome como una salvaje mientras se venia una y otra vez sin parar, salpicando con sus jugos toda la habitación que, con mi verga incrustada dentro de su coño, le salian a chorros a presión, gritando y gimiendo emputecida, pero sin parar de follar y follar hasta que al poco yó, entre gritos y aullidos, extallé corriendome brutalmente dentro de su encharcadísimo coño llenandoselo de leche, lo que la volvió aún mas loca, empezando a correrse como una endemoniada entre gritos y berridos salvajes que de seguro se escucharon en toda la ciudad. Al terminar y tras relajarnos, al fin, nos dormirnos tiernamente abrazados.
Al despertar, no se el tiempo que habia pasado, la pequeña Ilda me sonreia mirandome a los ojos tumbada a mi lado en la cama y así, sin mediar palabra me besó en los labios, me tomó de la mano, me levantó de la cama y me llevó hacia la sala. Al llegar nos encontramos, vestidas y sentadas en el suelo en medio del salón, a Maria y Lorena metiendose mano y dandose húmedos y excitantes besos en la boca, mientras lascivas unian sus lenguas con lujuria y pasión. Cuando las dos hermanas nos vieron allí de pie, nos sonrieron y rapidamente se quitaron las camisetas la una a la otra, dejando libres sus preciosos, redondos, gordos y enormes pechos.
Ante esa imagen tan excitante, Ilda, bastante caliente y avanzando hacia ellas se quitó también su mini camiseta, a la que siguió su faldita y tras ello el resto de su ropa interior, cosa que hizo sin dejar de mirarme directamente a los ojos, ni de contonearse de una forma muy sensual, para terminar al final totalmente desnuda y así, sonriendome toda coqueta, sentarse mimosa junto a su madre y su tia.
Yo, ensimismado ante tanta belleza me acerqué como embobado hasta ellas y con tranquilidad me senté entre Ilda, que quedó a mí derecha y Maria y Lorena, que quedaron a mi izquierda. Al instante, las dos hermanas se bajaron el mini pantalón, se lo quitaron y se quedaron en braguitas, braguitas azul cielo bajo las que sus maravillosos coños se marcaban y remarcaban exageradamente, trasparentandose clarisimamente victimas de la excesiba humedad que manaba del interior de sus vaginas deseosas, mientras tanto yo, cachondo perdido al ver semejante imagen, me quitaba torpemente mi pantalon de deporte dejando así, a la vista de las chicas, mi pequeño slip blanco inmaculado bajo el cual mi verga se veia bastante grande y dura, oprimida, aprisionada y anhelante por escapar y poder entrar así hasta en lo mas profundo de esas dos humedísimas cuevas femeninas que claramente, me estaban pidiendo a gritos ser duramente perforadas.
Ilda, enseguida se percató de mi tremenda erección e intuyó que mi verga necesitaba salir ya de su cruel encierro, así, que mientras me besaba en los labios con pasión me fué retirando con mimo el slip hasta quitarmelo del todo, entonces se inclinó, arrodillada como una perrita, sobre mi entrepierna para al instante hacerme sentir su deliciosa lengua juguetona haciendo circulitos alrededor de mí glande, besandomelo y lamiendomelo super golosa, para seguidamente, mirandome directamente a los ojos y con un solo movimiento de su cabeza, tragarse entera toda la enorme y gorda extensión de mí verga, que como el marmol lucia yá, húmeda y durisima ante las atenciones de tamaña preciosidad de niña.
A la fantástica mamada de la pequeña Ilda pronto se unieron envidiosas las bocas de su madre y de su tia y así y durante un buen rato, tube a las tres besandomela con lujuria, lamiendomela golosas, chupandomela enfermas de deseo, mamandomela emputecidas y tragandosela hasta el fondo como tres putas enloquecidas, axfisiandose y reventandose las gargantas mientras se la pasaban por turnos la una a la otra en bastante buena armonia, hasta que al final no pude aguantar más y me vine corriendome como un loco poseido por mil demonios, mientras las tres, excitadisimas, me pedian gimiendo como gatas en celo que les diera la leche en sus bocas, que me corriera dentro de sus bocas, cosa que hice a borbotones, soltandoles chorros y chorros de semen caliente y pastoso... Semen que fue cayendo como lava blanca sobre sus caras, sus tetas y sus cabellos pringandolas completamente, a parte, de una buena cantidad que cayó dentro de las golosas bocas de Maria y Lorena.
CONTINUARA.