3 Mujeres. Hace 21 años. Parte 2

Ok cariño. Ahora mismo cojo un taxi y voy para allí. No tardo.

Ilda, la pequeña hija de mi novia, se entrega a mí sin condiciones. (Parte 1).

... (-"Ok cariño. Ahora mismo cojo un taxi y voy para allí. No tardo."-)...

Como ya he explicado antes, en aquella época Maria y yo manteniamos una relación asentada pero, curiosamente "abierta", una relación sin exigencias, ni ataduras, ni compromisos. Relación "liberal" que a pesar de que Maria para mí era realmente una persona maravillosa, a la que queria con locura, físicamente espectacular, inteligentísima, agradable, cariñosa y ademas muy, muy, pero que muy guapa, a mí, la susodicha relación ya se me estaba haciendo demasiado trabajosa de mantener y así lo normal fué que cada dia, Maria y yo, nos viesemos mucho menos, pasando juntos mucho menos tiempo.

Aunque debeís de entender que a pesar de todo esto, cada vez que Maria me reclamaba, yo acudia raudo a sus brazos, pues no solo la queria, sino que ademas, por aquel entonces, Maria a sus fantasticos 35 años era todo un bellezón de pelo negro y largo, 1'66 de altura, delgada, de enormes, duros y redondeados pechos, caderas prominentes, un culo de infarto y una boca de vicio... ¡Vamos!... ¡Que era todo un cuerpazo!... Una hembra de infarto y un autentico volcan en la cama.

Al ratito llegé a su casa, llamé al timbre de la calle y me abrió la puerta sin respuesta, subí y al llegar encontré la puerta del piso abierta... Entré cerrando tras de mí y escuché, pasa, pasa para adentro Luismi, estoy en el dormitorio, ven. Y así lo hice, pero al llegar al dormitorio, me encontré con sorpresa que quien me esperaba no era Maria, sino Ilda, su hija.

Ilda tenia entonces 16 años recien cumplidos y la conocia bien desde hacia dos años, claro, como a su madre y aunque nos llevabamos muy bien y nos teniamos mucha confianza, la verdad es que a solas los dos, no habiamos estado nunca.

-Hola Luismi.- Me dice Ilda dandome dos besos.

-Hola Ilda-. Le respondo yo.

-¿Y tu madre?- Le pregunto intrigado.

-Mama tuvo que salir, pero me dijo que en dos horas estará de regreso, que la esperes.- Me dice la niña.

-¿Dos horas?- Exclamo sorprendido.

-Si Luismi. Dos horas. Al menos eso me ha dicho. Pero que mientras tanto la esperas, que te entretenga yo y que no deje que te marches. Mamá me a dicho que haga todo lo que tú me pidas.- Me dijo la niña sonriendo.

-¿Todo lo que te pida Ilda?- Le dije yo sonriendola pícaramente. La verdad es que yo iba algo bebido y demasiado caliente ante la esperanza frustrada de encontrarme con su madre.

-Si, jejejeje.- Me respondió ella sonriendome con picardia también e iluminando su hermoso rostro angelical.

Ilda tenia un cuerpo muy desarrollado para su edad, era mas alta que su madre, 1'68 y muy bella, labios gruesos y carnosos, muy blanquita de piel, de pelo rubio, muy, muy claro y ojos verdes turquesa. Era una niña realmente preciosa. Tenia unos pechos grandes que destacan sobre manera de su cuerpo delgado y bien moldeado, con una cintura estrecha y unas caderas y un culito pequeños pero preciosos y de proporciones perfectas, pero con un algo de como sin estar terminada del todo, un algo, de niña-mujer.

Aún no se como ocurrió, pero la situación entre nosotros al momento se puso de lo mas caliente. Noté que ya no la miraba como a la hija de mi novia-amiga "liberal", recreandome en observar el cuerpo semidesnudo de esta pequeña niña-mujer y que a su vez, también se estaba calentando poco a poco, empezando a hacerme preguntas cada vez mas atrevidas.

-¿Te gusta el porno Luismi?- Me soltó a bocajarro mientras sujetaba un portatil entre sus manos sin atrever a mirarme.

-Cla... Cla... Claro que si mi niña. Pero menuda preguntita para una niña, me acabas de lanzar, así, de sopetón.- Le contesté yo mientras me sentaba junto a ella en la cama.

-¿Que estas viendo en el portatil Ilda?- Le pregunté.

-Videos de... Verás Luismi... Estaba viendo videos de... Videos de... De... Gloryhole... ¡Ufffffffff!... Son de los que mas me fascinan.- Me contestó nerviosísima, pero muy abiertamente, sorprendiendome por su respuesta tan atrevida y deshinibida.

-Ilda... ¿El mensaje de texto me lo has enviado tú?- Le pregunte sin apartar la vista de sus enormes y preciosos pechos que le sobresalian voluptuosos de su, practicamente transparente mini blusa blanca y que por ello solo podia abotonarse hasta la mitad, en fin, dejando poco a la imaginación, ya que poco o nada podia esconder de esa forma.

-Si. Jejejeee. Me pillaste Luismi. Pero mama lo sabe, fué ella quien me pidió que te lo enviara y lo que me dijo de que esperases hasta que regresara es cierto. Asi que por favor lUismi, no te vayas ahora y dime, que quieres que hagamos mientras la esperamos, anda porfi, si te vas se enfadará y seguro que me castiga. ¡Porfiiii!- Me dijo con tono y ojos suplicantes.

-Ilda... ¿Has "estado" ya con algún chico?- La pregunte yo, lanzado ya por todas.

-Si claro.- Me contesto como medio ofendida.

-Ilda. Me refiero a que si ya has tenido sexo. O a que si todavia eres virgen.- La increpé.

-¡Pues claro que he tenido sexo Luismi!... ¡Ya no soy una niña!... Aunque... Bueno, la verdad es que de momento no he querido hacerlo... Ya sabes... Por el coñito... Estoy esperando a... En fín, que en realidad, pues sí, todavia soy virgen y por lo tanto nó... Todavia no he tenido sexo... Sexo completo.- Me contestó visiblemente ruborizada.

Cuando de repente y mirandome turbada me preguntó...

-¡Luismi!... ¿Has estado alguna vez con una chica de mi edad?-

-¿Eh?... ¡Ilda!... ¡Haber mi niña, explicame mejor esa pregunta! ¿Que es eso que me acabas de preguntar sobre si he estado alguna vez con una chica de tu edad?- Le pregunté haciendome el confundido, pero sabiendo perfectamente a que se referia Ilda con su pregunta. Pero queria que me lo dijera abiertamente. Que despues no hubiera lugar a la duda sobre sus intenciones... Y entonces ella, poniendose aún más colorada me preguntó...

-Pues... Pues que si alguna vez... Alguna vez lo has hecho con una chica... Con una chica de... De 16 o así... El sexo digo... ¡Eso!... ¡Que si lo has hecho con!... Con... ¡Jolin Luismi!... ¡Pues que si has follado alguna vez con una chica de mi edad!... ¡Eaaaaaa!... ¡Ya esta preguntado Luismi!... ¡Bicho malo!... ¡Que no eres mas que un bicho malooooo!... Jajajajajaaaa...- Me dijo riendo entre nerviosa perdida, envalentonada y bastante avergonzada.

-Pues la verdad es que desde que cumplí los 18 años, nó. Nunca he tenido sexo con una menor. ¿Porque me lo preguntas Ilda?- Le confesé yo y entonces ella, bajando los ojos, balbuceo...

-Porque... Porque me gustaria hacerlo contigo Luismi. Me gustaria mucho-. Me soltó así de clara, directa y de sopetón.

-Mmmmmmmm... Ilda... Cariño... Haber... ¿Estas tú convencida y bien segura de que quieres... De que quieres hacerlo conmigo?... Ya sabes que lo que me pides es algo muy, muy serio y demasiado importante para tí para que luego te arrepientas como una niña caprichosa. Ya sabes que si lo hacemos, me puedes arruinar la vida para siempre y ademas perderé de seguro a tú madre... Por eso te lo vuelvo a preguntar... ¿Estas segura, Ilda, de que quiere hacer SEXO completo conmigo?- Le pregunté muy seriamente, o al menos, aparentando la mayor seriedad posible.

-¡Si!... ¡Sí, Luismi!... ¡Claro que estoy segura!... Ya hace dos años que lo estoy. Desde que te conozco solo sueño contigo, desde que te conozco cada vez que me toco para darme placer lo hago pensando en tí, imaginandote a mí lado. Lo hago deseando y anhelando tenerte ahí conmigo, en mi camita. Lo hago suspirando porque mis manos fuesen las tuyas, sintiendo tus caricias por todo mí cuerpito, deseoso de tí, así, hasta que arrancas de mí interior el mayor placer de toda mi vida...

... Que despues me abrieras y me rompieras el himen haciendome por fín mujer... Y que luego me montaras y me poseyeras como a una yegüita en celo.

Pero lo se Luismi, se que esto es solo un sueño, el sueño de una tonta adolescente. Lo se porque Luismi, tú, tú eres el novio de mi mamá y aunque se que no soís, exclusivos, como esperar que un hombre como tú me pueda desear como desea a la bella hembra de mi madre, si no soy mas que una cria, una cria estúpida y virgen de 16 años... ¡Como!... Pues de ninguna forma, lo sé... ¡Ohhhh!... ¡Dios mio!... Perdoname Luismi, he sido una tonta al confesarte que me gustaria hacerlo contigo sabiendo que tú no me deseas y que ni si quiera me ves como a una mujer... ¡Perdoname Luismi!... ¡Perdoname!- Ilda balbuceaba las palabras nerviosisima hasta que de pronto se vino abajo derrumbandose y empezó a llorar desconsoladamente.

-Ven aquí pequeña.... No llores... No llores mi vida... No seas tonta... ¡Pues claro que eres preciosa!... ¡Y claro que te veo como a una mujer!... ¡Y claro que te deseo Ilda!... ¡Dios mio!... ¿Como no te iba a desear si eres lo mas bonito del mundo?... ¡Estaria loco si no te deseará mi amor!... ¡Loco!...- Le confesé abiertamente, rindiendome ya a la locura.

-¿De verdad Luismi?... ¿De verdad te gusto?... ¿De verdad me deseas?... ¡No me lo dices por decir! ¿Verdad?- Me preguntó entre sonriendo y gimoteando pero como dudando aún, entre un... "Por favor, si no es verdad, no me engañes" y un... "¡Dios mio!... Como deseo creerte... ¡Por favor! ¡Por favor!... ¡Que sea verdad! ¡Que sea verdaaaaad!".

Pero no. Mis palabras sí fueron completamente sinceras, ya que en aquellos momentos no habia para mí, en todo el mundo, nada más que élla, no habia nada más que aquella maravillosa criatura, a la estaba deseando con toda mi alma sin que ya, nada más me importara.

Abrazandola la senté sobre mis piernas, su cabeza apoyada en mi hombro y sollozando aún la tomé de la barbilla para besarla en la boca, un beso dulce, tierno e intenso, que al momento se lleno de pasión, lujuria y deseo y que la hizo estremecer entre mis brazos. ¡Mmmmmmmmmm!... Aquellos tiernos labios, aquella dulce lengüita, todo, todo aquello estaba en mi boca y yo en la suya, degustandonos, disfrutandonos... Dulce nectar de dioses.

Aquel beso fué lo que Ilda llevaba anhelando durante tanto tiempo y con el que ademas la convencí de mí deseo por ella era real, muy, pero que muy real.

Al instante sentí como una explosión en mi pene y comencé a quitarle la blusa. Como no llevaba sujetador, esas dos preciosas y enormes tetas quedaron suspendidas firmemente en el aire y maravillado comencé a exprimirselas con mi boca, mientras ella gemía y gemía loquita de placer y se dejaba hacer enferma y llenita de deseo.

La puse de pie frente a mí y le quité la faldita y el minusculo tanga que vestia y así, su precioso coñito quedo a la altura de mi boca.

Que placer fue lamer y chupar aquel néctar, mientras ella se derretia apretando mí cabeza contra sus piernas y pidiendome más, más y más, hasta explotar gimiendo y gimiendo corriendose loca de placer.

Luego de su orgasmo la hice arrodillar y le pedí que me sacara el pene. Sin dificultad alguna me bajó el cierre del pantalón e introdujo su pequeña mano buscandomela dentro de mi slip hasta que la encontró, entonces, sonriendo orgullosa la sujetó firmemente para sacarla pero por el poco espacio que habia se encontró con alguna dificultad para hacerlo, hasta que de pronto, mí verga se liberó saliendo con fuerza del pantalón, lo que la sobresaltó un poco, por lo inesperado. Jejeje.

-¡Ohhhhhh Luismi!... ¡Mmmmmmmm!... ¡Es preciosaaa!... ¡Y que grandeee!...- Exclamó Ilda sonriendo encantada al verla. Cosa, que me hizo sentir estupidamente pletórico, como todo un macho.

-Bueno si cariño... Gracias...

¿Te gusta de veras mí verga princesa?... Porque si te gusta y la quieres, ahora mismo es toda tuya, mí preciosa y dulce bebita... Mmmmmmmm... Haber mi niña... ¿Te gustaria chupármela un ratito?- Le sugerí divertido.

-¡¡¡Siiiiiiiii!!!- Gritó ella. Definitivamente la idea pareció gustarle mucho.

La pequeña dió un saltito y sonriendo se lanzó a por mi verga y empezó a lamerla, primero despacito, degustandola golosa, recreandose y luego al ratito, tras metersela toda entera poco a poco en la boca, me la empezó a comer mamandola con ansia, tragando y tragando, abarcando mucho más de lo que su pequeña boca y su estrecha garganta podian albergar, pero eso sí, sin desfallecer, entregadisima y llenita de fervor.

Ilda estaba maravillosa, en aquel momento, juro que no habia visto jamas nada mas hermoso, que esta niña, mientras ella tragaba y tragaba haciendome con total deseo una impresionante y brutal mamada de locura, lo que me puso berraco perdido. Me hubiera corrido bien a gusto llenando su boquita con mi leche caliente, pero mís intenciónes eran otras, así que sujetandola por la cabeza le dije...

-Para Ilda. ¡Para!... ¡Para ya nena!... Sacala... Has estado maravillosa y me ha gustado mucho cielo, pero mi niña, antes de que me corra tú y yo tenemos que hacer otras cosas.- Y entonces ella, un tanto apenada por parar, pero feliz por mis cumplidos, la sacó obediente de la boca y mirándome me preguntó...

-¿Qué vamos a hacer ahora Luismi?... ¿Me la vas meter ya en el coñito?... Ummmmm... ¿Me dolerá?...- Me dijo con los ojos muy abiertos, mientras jadeaba con la boca abierta y temblaba ligeramente llenita de deseo.

-Vamos a probar. ¿Vale?... Tú no estés nerviosa y nada temas, pues la verdad es que no creo que te duela, ven aquí mi niña y sientate sobre mí a caballito con las piernas bien abiertas y así, los dos juntitos lo vamos a ir haciendo muy despacito. ¿Vale? - Le contesté enternecido.

Arrímandola a mi verga, con mis manos en sus nalguitas, muy pronto se perdió la cabeza de mí polla dentro de su vagina. Sólo la cabeza bastó para Ilda se estremeciera toda y como enloquecida siguiera empujando y empujando hacia abajo apretando con fuerza los labios, pero sin conseguir que le entrara más, por lo que entonces le dije que se quedara quieta un ratito.

Comencé a besarla en la boca, mi lengua con su lengua hicieron que la pequeña se relajara un poco y entonces aproveché y con solo un empujón se la metí toda entera hasta el fondo.

-¡Ahhhhhhhgggññññiiiiii!... ¡Dios mio papiii!... ¡Uffffffffffff!... Dolió un poquito... ¡Pero mmmmmmmm!... ¡Que lindo se siente!... ¡Que ricooo!... ¡Mmmmmmmmm!... ¡Ohhh mi Luismi!... ¡Como te amooo!... ¡Como te amooooooo!- Me gritó exultante Ilda, gimiendo y berreando mientras convulsionaba enfebrecida.

Acababa de desvirgar su coñito, convirtiendola al fin en mujer.

-Luismi sacámela porfi.... Quiero verla saliendo de mí y otra vez entrando hasta dentro mientras me la vuelves a meter.- Me pidió ella.

Y así lo hice. Pero cuando se la saqué ví en mí verga un poco de sangre y para que no se asustara le expliqué que eso no era nada, que la sangre era por la rotura del himen, que eso era lo normal.

-Mmmmmmm... Que bueno papito... Ahora quiero sentirla dentro otra vez. ¿Vale?- Dijo ella.

Me tomó la verga con su mano y dejé que hiciera sola.

Que sensación, aprendió rápido, en un ratito se movía de manera que mi verga entraba y salía sólo con el movimiento de su pelvis, yo no hacía nada, sólo disfrutaba de ese coñito virgen, tratando de no acabar.

Y así estuvimos un rato hasta que Ilda tuvo el primer orgasmo vaginal de su vida, y que según ella fue genial, mientras yo no dejaba de penetrarla y penetrarla hasta el fondo bien duro, sintiendome llegar.

-¡Ooooohhh mi preciosa nenita! ¡Ufffffff! ¡Voy a correrme! ¡Ven! ¡Vennn! Y dame tu preciosa boca mi niña.- Le grité enerbado a Ilda.

-¡Noooooo!!! ¡No me la saques del coñito Luismi! Quiero que te llegues dentro de mí, quiero sentir toda tú leche, todo tu ser derramandose dentro de mí. ¡Quiero todo tu semen dentro de mí, mi amor! ¡Dentro de mí! ¡Damelo! Me has usado como a una puta y ahora cariño... ¡Soy tú puta! ¡Tu puta zorra! ¡El recipiente de tus corridas! ¡Mi vagina es tuya, mi amor! ¡Yo soy tuya mi amor! ¡Tuyaaaa! ¡Llename el coñoooo! ¡Llenamelo por Dios! ¡Llenamelooooo!... ¡Mmmmmmmm mi vida! Llena, llena mi chochito con tu semen y... ¡Hazme un bebé mi amor! Hazme un bebé mi lindo papito. Un bebé lindo y precioso como tú mi amor. Hazmelo. ¡Hazmelooooo mi vida! ¡Quiero ser mamá! ¡Quiero ser la mamá de tus hijos! ¡Hazme un bebé mi vida! ¡Hazmelooooooo!- Me grito enloquecida.

Entonces, enervado hasta el limite, la penetré con mas fuerza si cabe, incluso con violencia, mientras con ambas manos apretaba con fuerza su tierno cuello estrangulandola, llegando hasta el límite de asfixiarla quitandole la vida con mis manos.

Entonces se zafó, tomó aire y grito como si la estubiesen arrancando las entrañas mientras se corria ferozmente entre espasmos y combulsiones, temblando como una posesa y llevando su boca hacia la mia en un beso ahogado, lleno de pasión y lujuria.

-¡Ahhhhhhh! ¡Ahhhhhhh! Ohhh papi que bueno, que gusto, si, sigue, si, sigue así, dame, dame, dame bien adentro. ¡Oh papi correte! ¡Dame tu semen papi! ¡Dale tu semen a tú niñita pequeña papi! ¡Daselo yaaaaaa!!! ¿No ves que está toda loquita de deseo por tí? ¿No ves que necesita toda tú lechita dentro de su coño? No seas malo mi amor. Dame. Dame toda tu leche. ¡¡¡Damela dentro de mi coñoooo!!! ¡Damela! ¡Damela yaaa! ¡Ya! ¡Yaaaaaaaagggggg!.- Gritaba desconsolada aullando enloquecida mientras se volvia a correr por cuarta o quinta, vez.

-¡Ooooooohhhhh mi amor. Siiiii... Ahora soy tuya, tuya para siempre. Tu esclava sumisa mi amor. Tu zorra. Tu puta. Tu amante... Porque ahora, amor mio, ya no soy una niña tonta de 16 años. Ahora ya soy toda una mujer de 20, 25, 30 o los años que tu quieras que yo tenga mi amor. Ahora ya por fín soy una mujer, soy la mujer que te amará y cuidará de tí por el resto de nuestros dias.-

-Te quiero Luismi. Te quiero desde siempre. Y ahora por fin, he conseguido el sueño de mi vida, ser penetrada en mí primera vez por tí, para eso guarde mi virginidad cariño, para que tú la tomaras, para que tú me rompieras y ahora por fín, ahora por fín lo has hecho mi amor, me has roto y me has convertido en mujer. Ahora mismo, la mujer mas feliz del mundo.-

-Te quiero mi amor, te amo. Soy tuya. Seré tuya para siempre. Soy tú esposa mi amor. ¿Verdad?... Ahora soy tu esposa y tú mi marido... ¿Si?- No quise contestar, solo la mire a los ojos suplicantes y al hacerlo, la amé con toda mi alma, lo cual ella debio sentir, porque asintio sonriendo con cara de boba enamorada.

Mientras que sintiendola temblar como una hojita y sin parar de gemir y gemir, jadeando como una perrita, llegue al éxtasis, al extremo de la excitación mas brutal. Así que sin más, me corrí dentro de ella sin poder, ni querer, evitarlo, llenandola de una gran cantidad de semen.

A los pocos minutos nos fundimos el uno con el otro en un tierno abrazo, convirtiendonos en un solo ser. Despues le saqué la verga y ella comenzó escurrir semen como un manantial.

-¡Nooooo! Que no se escape ni una gotita de dentro de mí.- Dijo cerrando con fuerza las piernas levantandolas a la vez.

-Nuestro bebe ya esta en camino. Y será tan bello como su papá, mi amor, mi hombre bien amado.

Y sí, Ilda tenia 15 años. Y sí, ella deseaba que yo la desvirgara y sí, deseaba también quedarse embarazada y tener un bebé de mi. Y como ese fué su deseo, yo, se lo concedí.

Despues nos quedamos dormidos. No se el rato que pasó pero al despertar ví que estaba solo en el dormitorio, me desperecé aun desnudo y entonces escuché voces tras la puerta que daba a la sala.

Maria habia vuelto a casa y sobre el sofá tenía abrazada a su hijita y acariciandola la estaba besando en la boca, labios contra labios, mientras con su mano izquierda le estrujaba los pechos, esparcidos debajo de la blusa que Ilda se habia vuelto a poner, mientras con la otra mano le quitaba el minusculo tanguita y le comenzaba a acariciar con sutileza entre las piernas hasta llegar, con la yema de los dedos, a sus rosados y tiernos labios vaginales...

CONTINUARA.