3. Actualidad... – Cronología de amor.

Amores y desamores… lo que el tiempo y muchos factores más, pueden afectar una relación.

NdA: Después de tanto tiempo... ¡HE VUELTO! Pero solamente por esta ocasión jajaja... ¡Espero escribir algo más para Septiembre! Mientras, vayan leyendo entenderán el porqué del titulo... y bueno, porqué tarde tanto en escribir esta Anécdota reciente... ¡Un abrazo a todos!

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Martes 18, febrero de 2014.

  • Ya le pedí que fuera conmigo a Estados Unidos... – le dije emocionado por teléfono.

- Jajaja me alegro hermano, pero... no suenas muy convencido.

  • Mmm... ¿en serio?

- Claro, no suenas feliz.

  • Bueno Richie...

- Richard.

  • Richard – repuse –, si te soy sincero estoy feliz, pero él... parece indeciso.

- Ya claro, es normal.

  • No entiendo.

- ¿Eres tonto o qué?

  • Joder hermano, habla ya.

- Hablo de que no lo presiones. Ya conoces a Jean Carlos...

  • Si bueno es que... no quiero que se aleje de mí.

- Llévalo con calma, bro.

... Debí hacerle caso...

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Sábado 1, marzo de 2014.

Ya era el día. Después de tanto insistir, Jean vino conmigo.

  • ¿Estás listo?

  • Sí – dijo mirando por la ventanilla.

  • Descuida, mi amor.

Le tomé de la mano y sin que nadie se diera cuenta le di un beso, Jean Carlos solamente miraba por la ventanilla inquieto apretando sus hermosos labios, seguramente no le gustaba volar, o eso fue lo que quería pensar...

... En el momento en que vi tierra me emocioné bastante, estar de vuelta en mí país, es un sentimiento bastante fuerte. Simplemente fue estar en casa, no le solté la mano a mi chico en ningún momento – exceptuando unos minutos cuando el arquitecto vino a revisar como estábamos y avisándonos que ya íbamos a llegar, Jean estaba tan rojo de vergüenza que lo único que me provocaba era darle muchos besos para calmarlo –. Ya cuando bajamos del avión y pasamos por las excesivas revisiones recogimos el equipaje, Jean se extrañó bastante cuando vio a la gente con abrigos y cuando el arquitecto y yo también nos colocamos unas cómodas chaquetas para salir al exterior donde nos esperaba nuestro trasporte. La helada brisa nos pego fuerte al momento de salir.

  • ¡JODER, QUE FRÍO! – fue el grito que pego mi chico. Todos alrededor comenzaron a reír bastante mientras trataba de encontrar su abrigo soltando las maletas.

  • ¡Vamos muchachos, ya quiero llegar a la casa!

  • Ya vamos, adelántese – le dije mientras esperaba a que mi chico se colocara una sexy chaqueta de cuero –, te dije que te colocaras la chaqueta jajaja.

  • No sabía que haría tanto frío, Andrew.

  • Calma, ya en la casa hay calefacción, amor.

A pesar de que había un sol radiante, el frío era increíble, si el clima de Venezuela era loco, Miami en esa época no se quedaba atrás con la ola de frío que aún quedaba de la época decembrina. Cuando ya estuvo listo llegamos a nuestro trasporte, una camioneta negra de la constructora y estuvimos listos para partir a lo que sería nuestra casa por los siguientes 6 meses...

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Domingo 2, marzo de 2014.

...

- Él seria genial, y de mucha ayuda señor...

- Andrew, no me digas señor, casi somos colegas.

- Claro, Fernando... disculpa.

Fernando Márquez, el arquitecto, es un hombre a toda regla. Serio, tiene 38 años muy bien llevados, de piel blanca, pero muy bronceada llegando al tono canela, alto, mide 1.80m y de buen cuerpo – claro, lo que la ropa puede dejar ver –, pelo oscuro y unos increíbles... INCREÍBLES ojos azules. Todo un prototipo de hombre soñado, diría yo.

- No lo sé Andrew. Ya te tengo a ti y me parece suficiente.

- Para serte sincero, en realidad me das mucho trabajo – me miró levantando una ceja – no es una queja. Pero... si me tienes a mí para liberarte el trabajo. Podrías liberárme a mí un poco más.

- ¿Acaso quieres que ese tal Jean Carlos sea tu asistente? Porque el que tendría que pagar aquí serías tú.

- No no... Fernando, sería tu otro asistente.

- ...

Tuve mi primer contacto con él al momento en que Mathew se mudó a su apartamento y mi padre con sus contactos consiguió su número quedando satisfecho por la remodelación completa que había hecho en el apartamento, mas tarde cuando ya llevaba dos años de carrera por idea de mi padre, volvimos a contactar a su oficina para buscarme un trabajo. Fernando no se lo pensó dos veces y me aceptó de inmediato, mi mente imaginaba que estando en una oficina haría “arquitectura” y seguramente construiría un edificio gigante... para nada, en realidad me sentaron frente a una computadora y comencé con AUTOCAD a dibujar todos los planos que me pedían... eran infinitos y pasaba noches en vela dibujando y con la idea de terminar para no decepcionar a nadie, empecé por debajo desde llevarle café hasta a la persona que limpia. Cuando estuve a punto de renunciar luego de un año de trabajo denigrante, el arquitecto vio mi potencial y me ascendió siendo su asistente personal acompañándolo a donde fuera que estuviese y así estoy hasta el día de hoy recibiendo bastantes beneficios...

- Piénsalo así... es una buena oportunidad para empezar a trabajar. Así como ocurrió conmigo.

- Tú eres diferente. Además, no entiendo que tiene de especial ese muchacho.

- B-bueno... – tartamudee tratando de pensar algo rápido – es especial, es inteligente, bastante creativo y te repito, podría ayudarnos, seria de mucha ayuda.

- No me habías pedido algo así desde tu amigo, Richard – dijo después de pensar en silencio.

- Richard necesitaba trabajo. No acepto mi ayuda... por eso traté de conseguirle empleo.

- Y ahora... ¿Cuál es la historia de Jean Carlos?

- No tiene historia. Ya lo dije, es creativo, especial...

- Con eso no lo vendes, Andrew.

- Confía en mi Fernando, será de gran ayuda.

- No lo sé, déjame pensarlo.

- Por favor – dije desalentado –, sabes que si lo piensas mucho no te arriesgas. Vas a negarte.

- ...

En la oficina donde estábamos a pesar de tener aire acondicionado. Fernando me dio una de sus miradas hipnotizadoras, se secó el sudor de la frente y comenzó a quitarse la chaqueta azul marino y a desanudar su corbata azul rey. Sentándose en su silla pareciendo bastante sexy. Yo me quedé un tanto embobado viéndolo y él se dio cuenta.

- Bueno... – suspiró.

- Vamos...

- ¿Harías lo que fuera?

- Mmm... podría ser – mi mente voló pasando por todo su cuerpo hasta llegar a su paquete.

Fernando se levanto apretando su paquete y se dirigió hacia la ventana panorámica de nuevo quedándose en silencio, yo mientras tanto tragaba en seco, me relamía los labios y mi pene casi se escapa por mis pantalones.

- Está bien, Andrew – regresó su mirada a mí – voy a contratarlo, pero no pienso perder dinero contratando a alguien innecesario, aumentaré tu sueldo un 20%... – yo no entendí su grandiosa idea de no perder dinero – pero, lo dividiré a la mitad para poder pagar ambos salarios.

- Ehhh...

- ¿Algún problema con eso?

- No, para nada, si quieres puedes pagarle a él más que a mí. No me importa, con tal de que lo contrates.

- Algo te traes Andrew, pero confiaré en ti.

- Jajajaja gracias Fernando, descuida. No te decepcionaremos...

- ... Esta idea no me gusta – dijo antes de que saliera de la oficina.

Y esa frase hizo mucho eco en mí...

...

Y así fue que pude introducir a Jean en la compañía sin que Fernando se diera cuenta de mi mentira. Al principio si fue difícil que mi chico agarrara el ritmo de lo que significaba trabajar en una oficina de arquitectura con tantos proyectos pero finalmente lo logró. Y nos encantaba pasar bastante tiempo juntos – claro, como siempre aparentando nuestra relación actuando bastante bien –, aunque disfrutábamos bastante nuestros momentos a solas dándonos algunos besos en el depósito y baños, cuando salíamos de trabajar, mi carro fue espectador de unas excelentes mamadas y corridas que a pesar del calor del momento nos impedía satisfacer por tener gente alrededor en el horario de trabajo. Cuando llegó el momento de regresar a Miami continuando con el proyecto de un conjunto residencial, mi miedo de que Jean no nos acompañara echando a perder mis planes fue corto porque al momento Fernando le pidió personalmente a mi chico que nos acompañara porque “nos haría mucha falta” por tanto trabajo.

Ya en Miami nos acomodamos bastante bien éramos tres hombres en una gran casa de 5 habitaciones así que Fernando tomó la habitación principal con su estudio y baño personal y yo tomé la que siempre había usado al ir con él de viaje de negocios. Obviamente me desanime un poco cuando Jean tuvo que estar en otra habitación, pero era obvio que eso pasaría, mi chico parecía un tanto mareado cuando llegamos a la casa, pero cada vez que lo miraba me trataba de dar una sonrisa que me tranquilizaba, solo un poco.

  • Bueno muchachos ya estamos instalados. Jean Carlos, esta es tu casa por los próximos 6 meses... puedes hacer lo que quieras. Descuida, de las puertas para afuera eres mi asistente pero aquí podemos relajarnos.

  • Muchas gracias, señor.

  • Descuida, muchacho... ehhh Andrew, voy a la obra a ver el avance con el cliente, regresaré por la tarde ya que iremos a almorzar.

  • Claro, Fernando, espero que todo salga bien.

  • Eso espero. Chao muchachos.

  • Chao – contestamos ambos mientras él se iba.

  • Pfff... – suspiró mi chico mientras se sentaba en el sillón.

La “humilde” casa de mi jefe es bastante grande y elegante, moderna pero con un toque clásico inconfundible. Pisos de madera, paredes blancas y color crema llenas de cuadros y algunas esculturas en las esquinas de diversos artistas, espacios a doble altura con grandes ventanales, la sala tiene su propio bar, una gran pantalla con home theater y sillones color crema, se conecta con el comedor lleno de vitrinas y se une con una cocina americana completamente equipada. La escalera de mármol nos lleva a las habitaciones y a una gran terraza que da al patio trasero dando una buena vista a la piscina y a las demás casas.

  • Por fin solos...

  • Aja...

  • ¿Estás bien, mi amor? – me recosté junto a él pasando mi brazo por los hombros.

  • Ya te dije que sí, Andrew – y se levanto dejándome un tanto confundido.

  • Hey hey... ¿Qué ocurre?

  • Nada, en serio, solo me estoy acostumbrando.

  • Ok. Ok... te entiendo. Yo también estuve igual – y me levante acercándome a él por la espalda para abrazarlo –, que tal si te relajas un poco, mi amor... – y lo bese – aprovechemos el tiempo solos...

  • Mmm... Andrew, ¿Y si el arquitecto vuelve?

  • Shhh... no va a volver dentro de mucho... tenemos toda la tarde – le di repetidos besos en el cuello mientras comenzamos a caminar.

  • Mmm que rico...

  • ¿Te gusta?... ¿Te gusto?

  • Mucho... mucho...

Subimos corriendo a su habitación y entramos dejando la puerta abierta, arranque su camiseta blanca lanzándola en el piso y yo me quité mi franela negra dejándola en una esquina, aún estaban sus maletas tiradas en el piso así que fuimos esquivándolas hasta que llegamos y lo lancé en la cama, su pene estaba como pierda y mi chico estaba bastante necesitado, lo acariciaba por encima de su bermudas rojo y por fin pude notar una sonrisa feliz por su parte, volví a comerle la boca y el cuello mientras sentía su mano introducirse por mi bermudas gris acariciando mis nalgas, las últimas prendas estaban molestando y con furia las arranque de nuestros cuerpos dejándonos desnudos en su cama, me monté a horcajadas uniendo nuestros penes erectos para masturbarlos y le sonreí con picardía.

- ¿Ready?

- Yes... yeah... I’m ready.

Seguí mi camino hasta que mi verga rozo sus labios y entró de manera brusca, guiaba su cabeza con un suave vaivén, sentía que mi chico se ahogaba un poco pero continuaba mamando con deleite, sus manos seguían acariciando mis piernas y subiendo a mis nalgas hasta que comencé a follarlo con ganas. Mi Jean resistía como un campeón y casi logró que acabara un par de veces, pero me mantuve concentrado mientras blandía mi verga en su rostro y él simplemente sonreía embobado.

Como yo soy una buena persona baje a darle un poco placer con una buena mamada. Me encantaba su pene, era bastante común de medida normal y un buen grosor, mientras lo probaba de nuevo su cuerpo se revolvía como un adolescente que probaba el sexo por primera vez, no duré mucho, solo era un preámbulo para lo que seguía y terminé dándole una buena chupada a su glande.

Mi chico se había vuelto un “experto” en la cama conmigo. Y me obligo a acostarme, se sentó entre mis piernas y se preparó el solo para penetrarse, con un poco de saliva humedeció su entrada y se clavo mi verga lentamente hasta tenerla toda dentro. El beso que nos dimos fue tan profundo como mi verga en su interior, ese calor podía sentirlo en todo su cuerpo y aumentó cuando empezó a moverse ligeramente mientras gemía dentro del beso.

  • Ayyy que rico...

  • Siii me encantas, Jean...

  • Te quiero...

  • Ufff... yo igual... c’mon keep going...

En mi mente escuche un gruñido que se volvió sordo pero simplemente pensé que era Jean al tocar ese punto en su interior. Su ritmo aumento, subía y bajaba sin mi ayuda y abría su culo con sus manos intentando que entrara más adentro. Era un insaciable, comenzó a gemir como solamente él sabe hacerlo, haciendo que me excitara aún más. Yo también admiraba su cuerpo que se movía al compás del placer, su pecho, sus pezones duros que apretaba con ganas hasta llegar a su culo. Cuando apreté sus nalgas con fuerza comencé a mover mi pelvis y penetrarlo como yo sabía que le gustaba, sin pausas y con mucha furia.

  • ¡Ahhh Andrew! ¡CÓJEME!

- ¡YEAHHH!

- ¡FUCK ME!

Su pene rebotaba en mi pelvis, pero a mí solo me importaba su interior y como lograba tocar ese punto que lo volvía loco. Echo su cabeza hacia atrás y unos pequeños chorros comenzaron a salir por su pene, lo masturbé con mano firme y las contracciones de su culo apretaron mi verga haciéndome acabar mientras un par de chorros llegaron a mi rostro.

  • ¡¡¡ANDREW!!!

  • ¡¡¡OHHH JEAN!!!

Le di un par de fuertes embestidas con la poca fuerza que me quedaba para luego abrazarlo y nunca soltarlo, tenía espasmos con cada una de mis caricias que lo único que pensaba era continuar. Cada vez que terminábamos juntos de esta manera o incluso de tener una profunda conversación o discusión llegaba a la misma conclusión, sentía demasiado cariño por mi chico... un amor muy fuerte.

  • Te quiero Andrew... disculpa – y me dio un par de besos.

  • Yo igual mi amor... está bien, te entiendo.

Nos sentíamos bastante agitados, pero habíamos drenado la tensión del ambiente, estuvimos abrazados en la cama en silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones sentía su cuerpo caliente bastante confortable, como si todo fuese correcto hasta el momento en que escuchamos un extraño sonido proveniente de abajo, ambos nos miramos y a Jean se le veía un poco preocupado.

  • ¿Qué fue eso?

  • ... – volvió a escucharse otro sonido.

  • Andrew...

  • Shhh... voy a ver. Quédate aquí.

  • Espera... – me sostuvo del brazo.

  • ¿Qué?

  • No no... nada... ten cuidado.

No le contesté, solo busqué rápidamente mis bóxers y me los puse. Salí de la habitación haciendo el menor ruido posible, bajando las escaleras lento pero seguro hasta la planta baja, ya no se escuchaba el ruido y cuando llegué al centro de la sala me dio un susto de muerte por el sonido de un periódico al agitarse.

  • ¡Mierda, Fernando!

  • ¿Qué ocurre? – me hablaba con un tono ausente.

  • Yo... pero, ¿Qué haces aquí?

  • Nada, hice... – y me dio una mirada de arriba abajo dándose cuenta de mi vestimenta – lo que tenía que hacer y ya.

  • Ahhh... ehhh... bueno... pensé que almorzarías y volverías más tarde.

  • Andrew – dijo ignorándome.

  • ¿Sí? – pregunté con un hilo de voz.

  • ¿No tienes algo que decirme?

  • Yo... pues... no.

  • Ah... de acuerdo – continuó viendo el periódico.

  • ¿Qué pasa?

  • Eso mismo te pregunto.

No sabía que pensar, que decir, que hacer. Él estaba con su periódico alzado aunque en mi interior pensaba que solo era una muralla para que no pudiese mirarme... sentía una corriente fría desde mis pies hasta la cabeza recordando de nuevo que andaba en bóxer por la sala y me quedé de pié en el mismo sitio hasta que el arquitecto volvió a bajar el periódico.

  • No me has contestado – seguía con el mismo tono ausente.

  • ¿Qué quieres saber?

  • ¿Y Jean Carlos?

  • Esta arriba.

  • Claro.

Pocas palabras, me estaba poniendo muy nervioso.

  • ¿Vas a seguir así?

  • No entiendo.

  • Ponte algo de ropa, Andrew.

  • Claro, jefe.

Por fin pude moverme, mientras subía la escalera sentí un sudor frío. Y era esa sensación, Fernando quería hablar conmigo, él sabía algo y yo no quería hablar... no me parecía buena idea. Ese hombre era como un padre para mí, que el supiera que yo... no, no podía ni pensarlo.

  • ¿Por qué tardaste? – Jean ya se había puesto la camisa, un bermudas y estaba paseando por la habitación.

  • No era nada malo... bueno, el arquitecto está abajo.

  • ¿¡Cómo!?

  • Shhh, cálmate.

  • ¿Cómo puedo calmarme? Y... ¿Y si nos escuchó?

Algo dentro de mí se revolvió. Eso era lo que no quería pensar. Ignoré a mi chico y me coloque la ropa que había tirado en el piso y me la puse.

  • ¿Y si nos escuchó? – volvió a repetir.

  • ¡Ya cállate!

  • ...

  • Cariño... oye. Mira, estoy... estoy un poco nervioso, ¿Ok? Él me vio... y... coño, él lo sabe – Jean abrió mucho los ojos – joder... mierda... ¡Fuck!

Me puse demasiado nervioso y me senté en la cama apoyando mis codos en mis piernas, junte mis manos porque estaban temblando y mis ojos se humedecieron. Y fue cuando mi chico reaccionó viéndome.

  • Hey hey... descuida no nos va a hacer nada...

  • ...

  • ¿Por qué...? ¿Por qué no bajas y hablas con él?

  • ...

  • Mi amor... él no te va a decir nada... estoy seguro – en su cara no se veía seguridad pero sus palabras me relajaban un poco –, creo que deberías bajar.

  • No... ¿no vas a acompañarme?

  • Es mejor que se lo digas tú... es como un padre para ti.

  • Claro – me beso y juntamos nuestras frentes –.

  • Yo estaré aquí.

Me levante de la cama y di un par de pasos decidido, debía hablar con él, si me rechazaba... no, no podía ser... no recordaba ningún comentario negativo acerca de la homosexualidad, pero el arquitecto era una persona un poco machista. Sabía que engañarlo estuvo mal pero, deseaba que Jean Carlos me acompañara en este viaje y era la única manera de que lo hiciera.

  • Fernando – volteó, estaba mirando a través del ventanal que daba al patio trasero –, debemos hablar.

  • Me alegro de te decidieras.

Nos sentamos en el sofá y sus ojos azules me detallaban profundamente. Sentí que no pude mentirle. Aunque una mínima parte de mí pensaba que él no había escuchado nada y solamente estaba creándome una novela antes de empezar.

  • A ver... seré claro, ¿Escuchaste algo?

  • ... era muy difícil no escucharlos – me dijo francamente.

- ¡Shit!...

  • No entiendo... ¿ustedes?...

  • Somos novios.

  • Ahhh ya... entonces, eres gay.

  • Sí – de nuevo... ese maldito peso se me quitaba de encima.

  • Bueno... ¡Dios!... Dios mío... no me lo esperaba – respiró bastante fuerte –, ustedes son novios entonces.

  • Sí, no estas... ¿no estas molesto?

  • Mmm en realidad, si estoy molesto, Andrew – cerré mis ojos – pero no por lo que tú crees.

  • No entiendo.

  • No me molesta que seas gay, hijo. En realidad tenías un aire... medio maricón jajajaja.

  • ¡Oye! – y le di un golpe en el hombro.

  • Jajaja... es cierto, había días en que te veía y era demasiado extraño que no tuvieses novias.

  • Yo tuve una novia... tú la conociste.

  • Una... nunca me gustó. Pero a eso es lo que me refiero... solo te conocí una. Hijo, a tu edad yo tuve prácticamente una novia por semana.

  • Joder...

  • Y me las cogí a todas.

  • Jajaja eres un perro.

  • A eso es lo que me refiero, con lo guapo que eres... no entiendo cómo es que no eres como yo.

  • Jajajaja... bueno... no se...

  • Jajaja... pero igual – y cambio su cara – no es por eso que estoy molesto.

  • Cierto... ¿Por qué?

  • Porque me mentiste, Andrew ¿Por qué no me lo dijiste?

  • No sé... tenía miedo Fernando... de que te negaras, me despidieras... que me odiaras, fueron muchas cosas.

  • Ya... no te odio.

  • Pero estas molesto – y lo miré.

  • Estoy molesto, no sé qué hacer.

  • Por favor... no nos despidas...

  • No voy a hacerlo.

  • Tampoco quiero irme.

  • Claro que no, te necesito.

  • Ok... y... ¿Jean Carlos?

  • ...

  • Por favor... que no se vaya...

  • ...

- Papá , lo necesito.

Fue un acto espontaneo de tomarlo de la mano y pedírselo, han sido las veces contadas en que le dicho Papá a Fernando, él si me llamaba hijo cuando estábamos en privado y no me molestaba, me alegraba. Fernando me miró de nuevo profundamente.

  • ¿Lo quieres?

  • Sí... mucho.

  • Mmm... bueno, está bien, Andrew.

  • ¿En serio?

  • Puede quedarse.

  • Gracias, gracias papá, ¡gracias!

  • Descuida, hijo.

  • Tú eres como un padre para mí... fue muy difícil decírtelo... eres la primera persona, además de mis hermanos y amigos que lo sabe.

  • Yo lo sé... te entiendo. ¿Y tus padres?

  • Deben de imaginarlo, pero no dicen nada, creo que no quieren más drama.

  • Claro.

Sonreí y lo abracé muy fuerte era un peso muy grande el que dejaba atrás. Aunque se enojo bastante no pude mentirle, fue muy condescendiente, después de esa charla tan tensa llamé a Jean Carlos desde la sala para que bajase. Lo hizo un poco después bastante rojo, Fernando lo esperaba firme y lo recibió bastante serio.

  • Así que eres el novio de Andrew.

  • Sí señor... – no lo miraba y apretaba sus labios a punto de caerse de los nervios.

  • Bueno, no podemos celebrarlo aquí en la casa. Vamos a cenar mas tarde.

  • ¿Cómo? – y lo miró.

  • Muchacho... descuida, yo no soy homofóbico ni nada parecido... sabía que ustedes se traían algo entre manos. Pero nunca se me paso por la mente esto.

  • Jajajaja... te sorprendimos, Fernando.

  • Mucho, Andrew... Jean Carlos, descuida muchacho, está bien, no tengo problemas con su relación.

  • ¿En serio? Pues... gracias – su voz aún sonaba apenada – muchas gracias, señor.

  • No me sigas llamando señor, ya te lo he dicho Jean Carlos.

  • Lo lamento, es que aun me da pena... pensar que usted... bueno, nos escucho.

  • Ehhh... – en ese momento recordé que nos había escuchado teniendo sexo – cierto.

  • Ahhh sí, sobre eso. Espero que sigan durmiendo en habitaciones separadas.

  • Claro, claro Fernando como digas.

  • ¡Jajajajajajajajaja! Hijo, es mentira, pueden dormir juntos... solo... bueno, si van a hacerlo – y nos miró a ambos – disimulen un poco.

Después de eso comenzamos a reír relajándonos un rato conversando de otros temas para olvidar el asunto, así estuvimos toda la tarde y luego nos preparamos para ir a cenar, un poco temprano pero lo habíamos disfrutado, el vino nos relajo bastante y cuando llegamos a casa hicimos una mudanza rápida a mi habitación – que era un poco más grande – y cuando estuvimos en la cama juntos yo no podía dejar de sonreír... Jean aún tenía ese aspecto de estarse acostumbrando a todo, pero no todo era de la noche a la mañana. Ya desnudos nos abrazamos y esperando que el sueño llegara a nosotros.

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Domingo 9, marzo de 2014.

“Mi contribución a la Arquitectura” – Andrew posted a photo on Facebook.

  • Wow... se ve mucho mejor que en los planos... – hablaba admirando todo.

  • Sí... así me siento yo en todo momento – su mano se posaba en mi hombro.

  • Muchas gracias por dejarme diseñar esta cocina.

  • Descuida... tómalo como un regalo.

  • ¿Regalo?... mmm igual tienes que pagarme – ahora me miraba con una ceja levantada.

  • Jajaja por supuesto.

  • ¿Te gusta?

Ahora miraba a mi chico que tenía un semblante analizando toda la cocina.

  • Sí... pero no cumple con la norma en muchos aspectos.

  • Jajajaja... la norma es una simple guía, debemos solamente interpretarla, además es mejor así, queda más bella – dije con suficiencia.

  • Sí, pero...

  • ¡Claro!... muchacho, eres nuevo, debes aprender un poco mas como es este asunto – decía Fernando saliendo de la cocina – deja los celos, muchacho.

A mi chico no le gusto mucho ese comentario. Y tuvo un humor poco amigable después de eso. En realidad a mí me daba igual, esa era una de las primeras contribuciones que hacía. Ya había hecho cocinas y baños en Venezuela y remodelado otros apartamentos. Pero era lo primero que hacía en mi país. Y eso nadie podía quitármelo.

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Miércoles 12, marzo de 2014.

“U make me levitate...<3 ” – Andrew posted a status on Facebook.

Aunque hubiesen problemas. Y pequeñas discusiones siempre lo solucionábamos... así sean con disculpas, abrazos... besos... o algo más...

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Viernes 14, marzo de 2014.

Estábamos en la Apple Store en Lincoln Road. Habíamos hecho una pequeña fila de una hora esperando para poder comprar un iPhone 5s. La alegría de Jean era incomparable pero yo estaba a punto de meterme un tiro por la boca, desde escuchar repetidas veces las especificaciones y ventajas de tener un iPhone hasta las miradas reprobatorias de absolutamente TODOS los que estaban en la fila cuando sacaba mi S4... literalmente mande a la mierda a 7 personas en una hora.

  • Mi vida, pero ¿Por qué quieres un iPhone 5s? Puedo comprarte el Galaxy S4.

  • Jajajaja quiero un nuevo celular y ese es mejor que el tuyo. Además me gusta que reconozca mi huella, es más seguro.

  • Si eres competitivo... jajajaja. Ambos celulares son iguales.

  • ... Y no tienes que comprármelo. Yo puedo solo – me dio una mirada fuerte y se dio la vuelta.

  • Ya... solo quiero complacerte – lo abrace por detrás y lo bese repetidas veces sin importarme que nos vieran – deja quererte.

  • Igual yo voy a comprarlo con mi dinero.

  • Ya, está bien – contestaba cruzándome de brazos y apoyándome en la pared.

No lo vi en ese momento pero Jean Carlos era una persona muy orgullosa. Y lamentablemente le molestaba la forma en que yo le expresaba mi cariño. Así sea con amor, sexo o dinero... – dejando de lado la superficialidad, claro está –.

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Lunes 17, marzo de 2014.

  • No entiendo porque lo hacen.

- Porque son unos corruptos, hijo, por eso... – hablaba mi padre molesto.

  • Bueno, y ahora... ¿Qué haremos?

- Descuida... yo sé solucionar este tipo de situaciones. Pero lo mejor será pensar en otro plan. Ya tengo suficiente con éste país.

  • ¿Vendrás?

- Sí... ya tú madre y yo hemos hablado... y...

  • Pero, y ¿Qué pasa con la abuela?... los tíos, tu sabes, la familia de mamá.

- Ella resolverá lo que debe resolver con ellos y vendrá conmigo.

  • Está bien – medité un poco.

- No te ves feliz.

  • No lo sé, padre, si lo estoy... pero sigo preocupado por lo que harán esos imbéciles.

- Es una simple investigación.

  • Te investigan por utilizar tu propio capital... es ilógico – hablé elevando mi tono de voz.

En ese momento entraba mi chico a la habitación pero hice un simple movimiento con la mano para que saliera.

- A los corruptos les preocupa que los empresarios tengan más dinero que ellos, eso es todo.

  • No te lo quitaran, ¿verdad?

- ¡Nunca! Primero muerto antes de que tomen mi dinero.

  • No digas esas cosas, padre.

Hubo otro silencio mientras veía que mi padre revisaba algunos papeles desde su oficina.

  • Imagino que Anthony está feliz de poder venir y quedarse.

- Para nada... está igual de preocupado – hablaba mientras leía – bueno, sinceramente igual que todos.

  • Ya...

- Tuve que decirle que resolviera sus asuntos con la universidad. Para distraerlo un poco.

  • Claro es lo mejor... me está haciendo el favor a mí también, ¿No?

- Por supuesto, es más que todo por ti... a él seguramente no le valdrá la equivalencia y es muy temprano para que la universidad le haga los trámites para traslado, sabes lo mucho que tarda eso.

  • De acuerdo, cuando lo veas le agradeces por mí.

- Lo haré. Hijo, me llaman para una reunión.

  • Entiendo, cuídate papá... a todos.

Y desconecto el chat... era increíble el gobierno... cuando se trata de dólares hacen lo imposible, hasta las cosas más incoherentes y estúpidas. A mi padre lo investiga el gobierno y a su compañía por el supuesto uso ilegal de dólares... ¡Dinero que le pertenece a mi propio padre! Me quedé sentado en mi cuarto pensando en cómo seguía la situación del país... a qué nivel había llegado. Estuve analizando todo por unos minutos hasta el momento en que volvieron a abrir la puerta.

  • ¿Terminaste?

No me dio tiempo de contestarle a mi chico, solamente lo ignoré para buscar algo de tomar... algo que me relajara y me distrajera. Llegué al bar y Fernando me miraba mientras llenaba el vaso con un poco de whisky y me lo tomé directamente sintiendo que su ardor aliviaba mi interior, cuando me serví el segundo trago Fernando comenzó a hablar.

  • Tomando un lunes... eso no está bien.

  • Ya... – y le di un segundo trago – ¡AHHHG!

  • Te tomas mi licor y no invitas – volvió a comentar - ¿Qué ocurre?

  • Nada...

  • Deja de ser un carajito y habla.

  • Es mi padre, Fernando... lo están investigando.

  • ¿Investigando? – en ese momento llegó mi chico y nos miraba en silencio.

  • Sí. Lo investigan por utilizar supuestos dólares ilegales.

  • Ahhh ok... ya entiendo. Descuida, a mí también me han “investigado” – dijo haciendo la seña con sus manos – lo único que hacen es preguntarte sobre ¿Por qué tienes más dinero que ellos? y eso es todo.

  • No sé, Fernando... mi padre está preocupado y eso es raro, no recuerdo haberlo visto así. Él es una persona muy difícil de quebrantar.

  • Bueno, pero...

  • ¡Qué mierda de país!

  • No no no... Andrew, el país no tiene la culpa, es ese gobierno... y a fin de cuentas ¿Qué tiene pensado hacer Joseph?

  • Va a cerrar la compañía... por lo menos la que tiene en Venezuela y trasladará la central a New York... aún queda la oficina en Canadá y Panamá. Es lo mejor.

  • Entonces... ¿no volverás a Venezuela? – escuche de nuevo a Jean.

  • Ya no queda nada para nosotros allí...

Después de unos segundos entendí que la había cagado y miré a mi chico.

  • Mmm... – Jean esquivó la mirada, Fernando entendió el mensaje y se dirigió a las escaleras.

  • No quise decirlo de esa manera, mi amor. Pero es cierto. Ya no queda nada para nosotros...

  • ¿Y yo?

  • Podrías... quedarte ¿Qué piensas, Jean?

  • No lo sé.

  • Piénsalo... – no dijo nada más... solo negó con la cabeza y subió corriendo – ¡Jean!

Suspiré frustrado... y me serví otro trago... era obvio que dejaba muchas cosas atrás... recordé terriblemente a Richie y Artie ellos aceptarían venir conmigo sin dudarlo, hasta Vanessa vería una gran oportunidad... mis amigos de la facultad, del colegio, ya no volvería a verlos en persona. Anthony, como dijo mi padre seguramente tendría que empezar de nuevo sus estudios aquí, a él no le importaría... en mi caso solamente haría falta realizar una solicitud para un traslado de la universidad para estudiar aquí en Estados Unidos – Cornell , tal vez, siempre quise ir a Cornell – era la opción más clara ya que volver a comenzar, no era una opción. Respecto a Mathew tendría que hablar con él para saber que haría, él ya tiene esposa, pronto tendrá un hijo, tiene su propia casa y trabajo, una vida hecha allá y sería muy difícil comenzar de nuevo en otro país. Mi madre, también dejaría a su familia... en realidad no sabía cómo sentirme respecto a eso. No estuvimos con ellos realmente, la última vez que los vi tendría 15 años seguramente y antes de eso habría tenido 6 o 7 años... hablaba algunas veces con mis primos por Facebook pero simples conversaciones banales sin interés... también estaban los cientos de personas que sentirían el golpe tras quedarse sin trabajo, mi padre trataría de lavarse las manos, pero igualmente se sentirá muy culpable, estoy seguro de que hará tratos para trasladar a esas personas y salvar sus empleos, mi padre es bastante organizado respecto a eso. Las cosas materiales, los carros, se venderían... y con ese dinero se pagaría el traslado para New York y la casa...

- Shit... la casa... – en ese momento tomé directamente de la botella – la casa...

Donde siempre viví ya no vería más esa casa con tantos, demasiados recuerdos, mi casa... por un simple instante la idea de regresar a Venezuela cruzo por mi mente, persuadir a mi padre para que detuviera ese absurdo plan y volver a mi casa, a mi cuarto, pero negué con la cabeza dejando la botella en la mesa.

  • Ya no vale la pena...

Me recosté en el sofá mirando al techo, sentí algo cálido por mi mejilla creo que estaba llorando, pero no supe más de eso. Ya que caí desmayado hasta el siguiente día.

---*---

Jueves 20, marzo 2014.

  • Pero Richard... ¿Estás bien?

- Sí... a mí me dejaron ir... pero, Vanessa...

  • ¿Qué ocurrió con ella? – pregunté preocupado.

- Es que... estábamos en la universidad... en la asamblea de los estudiantes... pfff y nos agarraron por sorpresa. No pudimos contra ellos algunos comenzaron a disparar al aire... fue feo Andrew.

  • Richard, ¿Qué pasó con Vanessa?

- A eso iba... estábamos cerca del taller de exposiciones y llegaron unos tipos con camisa roja y encapuchados... pfff nos agarraron... traté de defender a Vane en serio lo hice, Andrew.

  • ... – me quede callado con el corazón acelerado.

- Pero entre tres me comenzaron a golpear y uno de esos enfermos comenzó a quitarme la ropa, me noquearon y me dejaron solo con el bóxer y una media. Cuando Jorge y Diego me encontraron... ya se habían llevado a Vanessa.

  • Pero ¿Qué saben de ella? – estaba a punto de llorar en ese momento.

- No sabemos nada... en verdad lo lamento Andy... no pude hacer nada – Richard comenzó a gemir cubriéndose la cara y yo tampoco pude soportarlo y comencé a llorar...

Como había dicho mi amigo, esa tarde atacaron la universidad, justamente la facultad de Arquitectura mientras tenían una asamblea... ya en la madrugada fue cuando pude contactar con un Richard bastante golpeado. Jean también se había despertado por el ruido de la conversación y trataba de darme ánimos. De nuevo malas noticias para nosotros, nuestra mejor amiga había desaparecido y no pude soportarlo... Jean me abrazaba pero yo pasaba de él y solo conversaba... o mejor dicho trataba de hablar con Richard que era un manojo de nervios. Quise estar allí para abrazarlo y consolarlo, darle todo mi cariño, un apoyo que ambos necesitábamos...

- Lo lamento... no pude hacer nada – seguía llorando.

  • Lo sé... yo sé... descuida, ella está bien... estará bien... – no sabía que mas decir.

Luego de eso ya casi al amanecer fue que Richard cayó rendido y cerró el Skype, Jean me obligo a acostarme y se apoyó en mi pecho apretando fuerte en un intento de hacerme sentir mejor, pero mi mente no dejaba de pensar en mi amiga... en lo que le podría estar pasando o haciendo... con los rumores que se han escuchado de lo que hacen con los estudiantes... se me partía el corazón.

  • Quiero volver a casa... – me susurro.

  • Estás loco...

  • Claro que no... quiero volver a casa – volvió a decir mirándome.

  • ¿Eres estúpido o qué?

  • Claro que no, ¿Qué te ocurre?

  • ¿Acaso no sabes lo mal que está ese país? – le contestaba con otras preguntas molesto y levantándome de la cama.

  • Yo... Andrew, yo sé, pero extraño a mi mamá... a mi familia.

  • ¿Lo dices de la que aún te da correazos?

  • Pero...

  • ¡Pero nada!... ¡No te vas a ir!

  • ¡Tú no eres mi jefe! – ya ambos estábamos fuera de la cama con los torsos desnudos gritando sin parar.

  • ¿Sabes qué? ¡Es cierto!... ¡LARGATE! ¡INUTUL! ¡NADIE TE QUIERE AQUÍ!

  • ¡CLARO, PREFERIRÍAS QUE RICHARD ESTUVIERA AQUÍ! ¿NO?

  • ¡ES MUCHO MÁS ÚTIL QUE TÚ, IMBÉCIL!

  • ... – no dijo nada más y con la cara roja y ojos húmedos salió del cuarto azotando la puerta.

Unos minutos después el arquitecto se levantó y abrió la puerta de mi habitación dándome una mirada dura, yo simplemente no pude responder y aparté la mirada avergonzado. Y volvió a cerrar la puerta.

---*---

Viernes 21, marzo de 2014.

“Awww siento que los extraño mucho. Y no he hablado con ningun@ de ustedes! Un abrazo. – me siento melancólico” –Andrew posted a status on Facebook.

Después de esa discusión Jean no me hablaba dándome miradas duras y qué decir de Fernando que sus ojos lo único que hacía era helarme la piel... estaba demás decir que la casa tenía un ambiente bastante tenso y las palabras de Fernando hacían eco en mi mente: “ Esta idea no me gusta ”... tuve un gran dolor de cabeza ese día... prácticamente me drogue con aspirinas tratando de sentirme mejor. Fernando fue más listo y salió a cenar el solo y avisando que llegaría tarde. Yo en ese chance pensé en algún plan rápido para solucionar todo y la idea salió por sí sola. Sexo.

  • Discúlpame – le dije mientras estábamos sentados en el salón tratando de ver una película – Jean... mi amor – y me acerqué esperando alguna reacción.

  • Déjame solo...

  • Mi amor, lo lamento – fui rápido y me senté pegado a él pasando mi brazo por su cuello – en serio. Yo... – y me acerqué a darle un suave beso en los labios, que rechazo levantándose – ¡Vamos!... dijimos cosas y yo lo lamento.

  • No me interesa – hablaba sin mirarme a la cara –, ya nada interesa.

Me levante y lo perseguí hasta abrazarlo por la espalda.

  • No digas eso... tú me importas mucho, lo sabes. Me encantas... todo de ti.

  • Mientes.

  • Claro que no – y le besé el cuello con mucha calma y repetía la acción una y otra vez... –, lo que te decía no era en serio... yo te quiero tanto.

  • En... ¿en serio?

  • Tú lo sabes...

  • No sé qué pensar.

  • Piensa en esto – le dije bastante claro.

Y lo siguiente que hice fue comérmelo a besos. Era un deseo que yo sentía por él y la mejor manera que pensé para sanar esa herida.

Nos tumbamos en la cama con nuestros penes erectos mientras nos acariciábamos de forma brusca. Lo besaba y el gemía excitado con la mirada perdida. Al mismo tiempo que mi lengua penetraba su boca mi pene se hundía lentamente en su culo... pero yo quería una mamada. Deseaba que probara mi esencia así que con fuerza lo baje hasta mi pelvis y él entendió lo que debía hacer, aunque fue poco... su diestra boca probaba mi verga que a cada momento se volvía más dura... me follaba su boca hasta que pidió tregua y volvía a subirlo. Sentía que disfrutábamos pero no era como las otras veces, había distancia, pero el placer era igual.

Mientras yo estaba acostado, Jean a horcajadas se clavo lentamente mi verga hasta el fondo y yo lo tome de su cadera acariciando su gran culo que mataba y le indique el ritmo... Jean no me miraba y yo tampoco lo miraba a él... sabía que disfrutaba con cada sentón y con cada contracción que aprisionaba mi verga... se dio unos fuertes sentones y se apoyo en mi pecho entendí el mensaje, ya no hacían falta las palabras y comencé a follármelo con ganas.

- ¡OHHH SHIIIT!

  • Andrew...

  • Siii... que rico puto...

  • ¡Dame más!

  • Siii... ¿Te gusta?

  • ¡¡¡Me encanta!!!

  • ¡Grita!... ¡GRITA PUTO!

  • ¡¡¡AHHHH!!!

Con bastantes estocadas casi acabo pero me salí de él rápidamente dejándolo confundido... lo bese, chupe y mordí sus labios, con fuerza sobre humana lo tire en la cama y lo puse boca abajo mientras me entregaba su culo y volví a clavarme en él con fuerza, desesperado. Era mío... Jean Carlos era mío y con esa follada lo demostraba, cada penetración, cada gemido – grito – por su parte me decía estaba entregado a mí...

  • ¿Eres mío?

  • ...¡¡¡AHHH!!!

  • ¡RESPONDE COÑO! – y mientras le gritaba le di un par de nalgadas.

  • ¡ME VENGO!

- ¡YEAH!... ¡FUCK! – esos apretones no dejaron escapar a mi verga y me introduje completamente dejando escapar mi semen en su interior... – ¡¡¡UUUAAAHHH!!!

  • ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!... ¡Ahhh!...

  • Eres mío Jean Carlos... mío... te quiero...

Acariciaba su cuerpo desde su culo hasta sus hombros hasta desplomarme encima de él... obviamente no dijo mas y cerró sus ojos quedándose en la misma posición mientras yo me salía lentamente quedándome arrodillado y viendo una mancha en las sabanas y su culo abierto, blanco y húmedo por mi semen. Me acosté a su lado y di por resuelto el tema... la discusión había terminado, el sexo lo resuelve todo...

---*---

Sábado 22, marzo de 2014.

“Un gran amanecer” – Andrew posted a photo on Facebook.

Cuando desperté el sol mañanero golpeaba mi ventana con la costa en el horizonte, la vista era demasiado perfecta logrando sacarme una gran sonrisa, me levante y simplemente tuve que tomar una foto – perfect – . Regrese mi mirada a la cama y el cuerpo de mi novio brillaba con el sol dorado. Volví a acostarme, me sentía en paz, estaba enamorado y besaba a mi chico en los labios, lentamente mientras acariciaba su pecho fue despertando, creí que una sonrisa saldría de su boca pero no fue así, se quedo mirándome muy serio y lo vi en sus ojos... había un vacío que no me gusto.

---*---

Domingo 23, marzo de 2014.

Me voy de nuevo señores! G-bye!

Era una mentira, no estaba feliz, después de ese despertar... esa calma, vino la guerra. Fueron un par de discusiones un tanto acaloradas, la mayoría se basaban en Jean diciéndome que quería irse a Venezuela.

  • Extraño a mi familia... ¿Por qué no puedes entenderme?

  • Y yo no entiendo ¿Por qué quieres regresar a ese país? Las cosas allí no están bien, mi amor no quiero que te pase nada...

Habían sido unos días muy duros... trabajo fuerte, Jean se había vuelto irresponsable y perdido. Quería regresar al increíble peligro que estaba pasando en su país donde simplemente te llevaban preso por caminar por las calles, te acusaban de terrorista y te extorsionaban sin razón alguna pidiéndote lo imposible. Sí, yo internamente lo entendía, me preocupaba mi familia también, mi hermano Anthony se la pasa en marchas y asambleas, según estaba durmiendo en un campamento en Las Mercedes – una forma de protesta pacífica –. Pero, Jean Carlos nos tenía mucho más molestos aún, – con su insistencia de pensar en su familia y otra razón era porque se quejaba de que le estaba pagando todo aquí porque su dinero no era suficiente, además del sueldo de su trabajo –, a raíz de eso no se concentraba y tampoco trabajaba a su máximo potencial, se equivocaba en estupideces, los metrajes no cuadraban... hasta se equivocaba llevando un puto café. Fernando se molestaba bastante y hasta llegaba a insultarlo, yo lo trataba de defenderlo y calmaba al arquitecto pero al final también terminaba molestándose conmigo, llegó un momento en que casi lo despide, pero metí las manos en el fuego por él – lo que hace el amor –, Fernando trataba de hacerme reaccionar diciéndome que me distraía del trabajo por ser pareja ya que, ni siquiera los obreros joden tanto. Dejo soltar algunos comentarios que en algún punto, me hirieron.

  • Esto prácticamente es tú culpa...

En fin... hubo tensión en el trabajo... y la casa.

---*---

Miércoles 26, marzo de 2014.

A veces para respirar... prefiero dormir en el sofá :/ – Andrew posted a status on Facebook.

Y era cierto... posteé ese mensaje de Facebook acostado en el sofá. Habíamos discutido de nuevo por la misma razón – por primera vez el tema me cansó, y casi rebasaba el vaso –, yo trate de terminar la pelea utilizando mis armas de nuevo, pero Jean había descubierto mi juego.

  • ¡YA BASTA!, ¡CON SEXO NO SOLUCIONAS TODO! – y me había alejado de un empujón.

Y así lo decidí, si no podía tocarlo, era ilógico dormir en la misma cama. Era obvio que habían más habitaciones en esa casa, pero de verdad no planeé ir a alguna de ellas, para ese momento no pensaba claramente y así fue como terminé acostado allí, solo y con algo de frío. El arquitecto salió por un vaso de agua y se quedo mirándome, no dijo absolutamente nada, solamente me dio una mirada significativa que lo decía todo mientras a mí me daban ganas de llorar por la impotencia. Por esas discusiones tontas, decimos cosas que no queremos y ya... prefiero esperar, respirar y alejarme. No voy a decir que no lo soporto, porque mentiría. Yo lo quiero mucho, quería a Jean Carlos como no tienen idea... pero ya lo expliqué, quiero respirar.

  • Andrew... ven.

  • ¿Qué pasa?

  • Te extraño... ven.

  • Ya...

Salió un par de veces esa noche, me pedía que volviera porque me extrañaba, no quería dormir solo, pero al puto momento en que pisaba la habitación y cerraba la puerta volvíamos a discutir y no llegábamos a nada. Por eso dormía  en el sofá.

---*---

Viernes 28, marzo de 2014.

Pasaban los días... y yo tuve los ánimos por los suelos hasta el momento en que llegue a mi escritorio y lo vi... una caja envuelta con papel de colores, me extrañé bastante pero lo abrí con algo de emoción, dentro estaban unos zapatos tipo bowling en rojo, blanco y azul, mis colores favoritos, también estaba una tarjeta que decía: “ tú eres fuerte, hijo”.

Levante mi mirada, y el arquitecto me sonreía... caminé lentamente y entré a un cuarto anexo a la oficina, nadie podía verme y Fernando me siguió. Cuando estuvimos solos, él cerró la puerta y caí en sus brazos, comencé a llorar como un niño que no sabe más que hacer. Estaba bastante herido y Fernando lo entendió, me consoló por mucho tiempo y me desahogue cuanto pude, jamás estaré tan agradecido por ese apoyo que me dio. Cuando estuve sentado el resto de la tarde trabajando en la oficina, Unconditionally – fan de Katy Perry , lo sé – no salía de mi lista de reproducción. Yo quería a Jean incondicionalmente... pero él se negaba a pensar eso, ya no era como antes.

En la casa... al llegar fue como si me apuñalaran por la espalda.

  • Me voy.

  • ¿De qué hablas?

  • Me voy y no me importa lo que pienses... – me dijo Jean Carlos serio.

  • ¿Cómo?

  • Ya lo he decidido.

  • No...

  • ...

Yo quería evitarlo, pero ya había soportado suficiente, en la habitación caí de rodillas pidiéndole que no se fuera, me aferré a sus piernas dejando la dignidad por los suelos, lo sabía, sabía que Jean Carlos tampoco quería apartarse de mí, sus labios temblaban demostrando que tenía una lucha interna. Yo me levanté y lo besaba, lo abrazaba con pasión sintiendo su cuerpo por lo que yo entendía sería la última vez y él trataba de responderme pero me separaba lentamente a cada intento.

  • Jean... no me hagas esto... por favor. No nos hagas esto.

  • No puedo más coño... no puedo, me tengo que ir.

  • ¡Maldición!... ¡FUCK!... ¡MALDITA SEA!...

  • ...

  • Jean...

  • Ya... ya tomé mi decisión. Me voy, Andrew.

Estaba destrozado... Yo me había arriesgado y él me había fallado...

---*---

Sábado 5, abril de 2014.

Jean se fue.

Estuve en mi habitación encerrado, bebiendo solo, acabándome 3 botellas de vodka y 1 de ron y media de whisky... Fui un borracho triste y ya... Una maldita mierda... Estaba devastado, veía palabras de aprecio de mis amigos, pero simplemente me valían mierda. Me quería morir.

...

El lunes de la semana pasada... Nos reunió al arquitecto y a mí en el salón.

- Renuncio.

- Me parece bastante precipitado de tu parte – habló Fernando reteniendo su molestia –, sin contar lo muy poco profesional.

- N-No... N-No m-me importa. Quiero irme, jamás debí venir – eso ultimo lo dijo mirándome.

- Firmaste un contrato, muchacho.

- Ya dije que no me importa. Me quiero ir a mi casa.

- Esto no se verá bien en tu currículo...

- ¡NO ME IMPORTA! – ese grito me hizo sobresaltar.

- Bien, vete muchacho, eres un malcriado que no merece estar aquí de nuevo.

Y con esas palabras se fue directo a la habitación... yo miré a Jean Carlos, quería decirle tantas cosas, que lo quería... que lo odiaba, lo quería coger, ahorcarlo y matarlo al mismo tiempo. Me levanté y le tome de las manos... estuvimos en silencio, solo nos mirábamos...

- ¿Me vas a dejar?

- Me voy...

Lo abracé bastante fuerte y él se quedó estático... estuvimos un pequeño minuto unidos, pero luego Jean Carlos se separó rápido, no me miró más y se fue. El maldito decidió irse sin consultarme... me dejaba... me sentía un tonto allí parado en el salón y tomé las llaves de la camioneta y me fui a un bar, la idea de salir y unos tragos me harían sentir mejor. Pero, la noche llegó y el bartender muy amablemente me dijo que tenía que irme, me pidió un taxi pero yo lo rechacé y me monté “listo” para conducir... reconozco que la camioneta se salió del camino un par de veces, pero tuve suerte, no apareció la policía en ningún momento y llegué a casa “sano y salvo”. Después de un gran esfuerzo subiendo las escaleras entré al cuarto y me sorprendí al ver... que el maldito estaba sentado en nuestra cama llorando, de paso que me abandona... lloraba por algo que él hizo, de nuevo fui un idiota, no me pude resistir y caí de rodillas cerca de él para abrazarlo y llorar juntos...

- No quiero que te vayas...

- Me tengo que ir.

- Eres un imbécil por hacernos esto...

- Lo sé...

- Todo tiene solución, Jean... la tiene...

Al final... nos besamos, nos besamos como nunca lo habíamos hecho, nos quitamos la ropa volando, sentí su cálido cuerpo, cada toque, caricia... chupo mi pene con tanta fuerza que casi me hace terminar... acaricié su entrada introduciendo mi pene en ese infierno de placer, nos retorcíamos y nos besábamos, con cada estocada, cada gota de sudor sabía que él aún me quería... que no quería separarse de mí... suaves gemidos dejaban nuestros cuerpos, su cuerpo se estremecía, tensaba todos mis músculos mientras veía como Jean se revolvía y yo finalmente lo preñaba abrazándome a él...

- Te quiero... no te vayas... te quiero.

- Yo también Andrew... te quiero mucho... te quiero...

Nos acostamos juntos por última vez...pero no logre nada. En la mañana solamente me dio un pequeño beso.

- Perdóname...

Y se levanto para ir al baño... dejándome en la cama en silencio con un tremendo dolor de cabeza. Siguió empeñado con lo mismo y ya no supe que más hacer.

...

Y yo como un imbécil arriesgándome para que terminara así.

- ¡Jean es un maldito!...

...

- ... ¡El amor es una putada!

Me repetía a la nada reventando la botella contra la pared.

---*---

Miércoles 9, abril de 2014.

Mis ánimos estaban por los suelos... hasta hablar era casi imposible. Richard fue quien pudo sacarme unas palabras.

- Bonita foto de perfil... jajaja...

  • Gracias, me la tomaste tú tarado.

- Jajaja, cierto... ¿Cuándo fue...? no recuerdo, creo que cuando entramos a la universidad.

  • No lo sé...

- Ya... ¿Cómo te sientes?

  • Normal.

- ... Mmm no pareces...

  • Ya estoy sonriendo, algo es algo.

- Mmm y... ¿Jean Carlos?

  • Solo recibimos un correo de él, ya llegó a Venezuela.

- ¿Y?...

  • Bueno, está mal, pero a pesar de todo está tranquilo porque está con su familia.

- Ya entiendo.

  • Ya acepte que no soy su familia y bueno. Ellos son más importantes para él y ya, él estaba feliz y yo “también” – era una tonta idea que tenía en la mente.

- Que estúpido suena eso, Andrew. Ya madura.

  • Es... cierto.

- No seas un niño. Te dije que no presionaras al otro carajito y fue lo que hiciste... simplemente se cansó.

  • Ya tengo que irme.

- No te atrevas a colgarme – estuve a punto de cerrar la laptop.

- ...

- Sabes que tengo razón, te lo dije antes de irte.

- ...

- ¡Habla coño!

  • Ya... ya sé.

- Siempre soy yo el que te tiene que aclarar las cosas... no te duraré toda la vida, pendejo.

  • Ya cállate, siempre estaremos juntos, eres mi consejero jajaja...

Vi como se reía mientras nos volvíamos a quedar callados, siempre me sacaba las respuestas, siempre tenía algo que decir, de forma brusca o calmada, él siempre se veía tan seguro. Por más que sea, por más idiota, por todo lo que paso, lo extraño y lo quiero...

  • Lo extraño mucho...

- Ya lo sé. Oye, ¿quieres que le de unos coñazos cuando lo vea?

  • Mmm... no... jajaja, lo matarías...

- Por ti lo que sea...

  • Es un maldito.

- ¿Lo mato? – y puso una mirada maliciosa.

  • Pero lo quiero...

- ¿Entonces no?

  • Mmm... no.

---*---

Jueves 10, abril de 2014.

  • Es... tan tierno... es hermoso es... – mi cuerpo tenía ese cosquilleo de emoción.

- It’s your nephew...

- Your son...

- My son...

  • No puedo creerlo, Matty.

- Lo sé... por fin nació... mi Oliver.

  • Oliver Brown, me gusta bastante.

- Es perfecto, ¿no crees?

  • Mucho... escucha, disculpa por no poder hablar contigo estos días, sé que querías hablar conmigo cuando nació pero... he estado un poco mal últimamente – mi hermano se quedó mirándome – pero, no te preocupes ya estoy bien... ¿y Karina?

- Descansando, está dormida, cuando despierte le mando saludos... Andrew...

  • Genial, que descanse... Ufff que celos con Anthony, él puede sostenerlo, yo ya quiero verlo en persona – hablé tratando de cambiar el tema.

- Sí, bueno, ya cuadraremos para ver quién va a viajar.

  • Deberías venir aquí, su vida será mejor.

- Andrew, ya hablamos de eso, mi vida está aquí... no puedo irme así como así.

  • Solo digo lo que pienso y...

- Y ya está, nos quedaremos aquí.

  • ...

- ¿Cómo te sientes?

  • ¿Por qué?

- Por tú chico... Gianfranco.

  • Jean Carlos – le corregí.

- Aja...

  • Espera, ¿Cómo sabes que Jean Carlos y yo éramos pareja?

- Tú me dijiste hermanito...

  • ¿En serio? – me quedé callado pensando – no lo recuerdo.

- Jajajaja... claro que no, Tony me dijo.

- ¡My God!... no puede quedarse callado.

- Relax bro... en fin ¿Cómo te va con él?

  • Bueno... ya no somos pareja. Terminamos hace poco.

- Uyyy que mal, lo lamento.

  • Sí, bueno, pero ya pasó... lo que importa es que nuestro Oliver ya nació – dije para zanjar el asunto.

- Ayyy hermanito, de esta charla no te escapas...

Obviamente no pude hacerlo y le conté todo a mi hermano, se sintió mal por unos momentos y estuvo de mi lado, pero también aceptó que Jean es un chamo que extraña a su mamá y aunque estuviese conmigo en Estados Unidos... no se sentía en casa, la presión era demasiada. Matty me ayudo con sus palabras y me hizo drenar un poco las lágrimas que aún me faltaban por soltar y ese peso me fue abandonando poco a poco...

---*---

Lunes 14, abril de 2014.

Para aliviar el “dolor y sufrimiento” que sentía en ese momento – en verdad, si estuve mal –, Fernando me invitaba a almorzar y cenar todos los días, lugares exclusivos donde solo se permitía el uso de traje – él piensa que vestirse bien, es sentirse bien... un gran anuncio publicitario –. La idea era estar alejados de casa y en un ambiente público que nos hacía pensar en diferentes cosas... personas... – bueno, ustedes saben a quién me refiero –, nos relajaba bastante.

  • Me gusta mucho esa película... Adam es un cómico de primera... lo tiene en la sangre jajaja.

  • Lo sé... pero preferiría ver otro género... – dije dando un sorbo a mi copa de vino.

  • ¿Porno?

  • Ejmmm... jajaja – escupí un poco ruborizándome mientras otros me veían – no no... Fernando... jajaja te pasas...

  • ¿No te gusta ver porno?

  • Claro que sí... pero bueno... jajajaja no me refería a eso... por ahora el sexo esta fuera del juego – terminé serio.

  • ¿Aún no podemos bromear? – me sonreía y con la luz hacia resaltar demasiado sus ojos azules.

  • Mmm sí... creo que sí.

  • Hijo, estabas muy mal... has mejorado, estás sanando poco a poco.

  • Sí... poco a poco – me quedé pensando mirando mi postre, Creme Brulee – pero tú... en verdad, no puedo creer que nos soportaras de esa manera... y luego a mí con mis problemas... y como dejé el cuarto – lo miraba –, disculpa por eso.

  • Jajaja... debo admitir que estuve a punto de despedirte muchas veces, incluso matarte cuando te bebiste medio bar... pero debo recordar cómo actúan los chamos enamorados...

  • En verdad, lo lamento mucho... tienes demasiada paciencia conmigo y no deberías...

  • Es que te veo como un hijo, lo sabes – habló él interrumpiéndome.

  • Gracias papá – el vino se me estaba subiendo y me estaba sonrojando bastante –, no tienes idea cómo me hace sentir eso...

  • Además, estaré preparado para cuando mi hijo tenga su novio.

  • ¿Tu hijo es...? ¿Cómo lo sabes?

  • No... bueno, no me lo ha dicho.

  • Pero si tiene 12 añitos...

  • Un padre lo sabe, Andrew.

  • Mmm no lo sé... mis padres... – e hice una pausa – no, olvídalo, deben de sospechar que por lo menos soy bisexual, he hecho muchas locuras en mi habitación...

  • Jajajaja... en fin. Debo esperar lo que sea... es mi niño y lo quiero.

Hablamos de muchos temas triviales esa tarde y terminamos en casa felices, antes de subir las escaleras salté como un niño y le di un gran abrazo que fue correspondido con mucho afecto, veo a Fernando como un padre… un padre muy sexy, pensaba mientras sentía su fuerte cuerpo a través de la ropa.

  • Oye... ¿Qué tal si vamos a la playa a pasar un buen rato?

  • ¿Y el trabajo? Debemos regresar... ¿o no?

  • Jajajaja... no creo que el complejo se derrumbe si nos ausentamos por una tarde.

  • Jajajaja... de acuerdo.

Nos quitamos la ropa para colocarnos algo más cómodo y nos acercamos a la costa, el sol estaba a su máximo potencial y el calor estaba pegando un poco, había un par de personas en la playa bronceándose acostados en la arena, chicos jugando en la orilla y algunos surfers tratando de atrapar algunas olas. Ya en las tumbonas me estuve dando cuenta del paisaje, había todo tipo de personas caminando pasando frente a nosotros, chicos y chicas de 15-16 años que salían del colegio directo a la playa, los surfistas que con sus cuerpos simplemente no dejaban nada a la imaginación e imposible de olvidar... tenía a Fernando a mi lado sin camisa y su short blanco con detalles en azul marino que hacían que resaltara su bulto como ningún otro, obviamente su cuerpo lograba que muchas mujeres no apartaran la vista de él – bitches – causándome muchos celos y excitación de que cada noche estaba cerca de ese cuerpo de dioses...

Mi corto celibato hizo que mi pene se parara, mi short negro con verde lo disimulaba un poco pero no aguantaba, deseaba tocarme y no se me ocurrió mejor idea que entrar al agua.

  • Voy al agua.

Fernando me miró de arriba abajo y se quedo mirándome la entrepierna.

  • Ehhh ¿te acompaño?

  • No no... quédate aquí.

  • Claro como quieras, hijo.

Como dicen por ahí... hacer esas cosas en público te da una adrenalina increíble... comencé entrando hasta quedar parcialmente dentro del agua y nadé un poco hacia lo hondo, ni con las corrientes frías mi pene perdía su dureza y cuando estuve de pié más o menos estable me acaricié... lentamente mirando a todos, vigilaba desde los chicos hasta los salvavidas que no estuviesen pendientes de mí y luego llegando a Fernando que no paraba de mirarme... saque mi pene masturbándome con un ritmo rápido, quería descargar antes de que me atrapasen cometiendo un crimen federal, relamiéndome los labios... mis pensamientos se fueron lamentablemente al culo de Jean de la forma en cómo me hundí en él y las tantas veces que lo preñe... justo en ese instante una pequeña ola me casi me ahoga y tuve que nadar hacia la orilla – casi pierdo mi short en el proceso – y cuando estuve seguro de que no me ahogaría volví al trabajo – arrodillado en la arena mirando al océano para evitar otro ataque sorpresa del mar –, fui mucho más rápido esa vez... mi brazo se movía, quien fuese inteligente sabía que estaba haciendo debajo del agua.

- Fernando... – balbuceaba.

Sus piernas, abdomen, pectorales... su rostro tan varonil... sus ojos... su paquete... sus ojos...

- ¡God!... – descargué en el agua dejando a mis hijitos nadar en el mar –, buena Campeón... ufff...

Me quedé un rato sintiendo como mi pene perdía dureza, me acomodé un poco y para disimular volví a nadar hacia adentro con la poca energía que me quedaba... y volví de nuevo a la orilla, ya saliendo un solo chico se me quedo mirando con una sonrisa burlona y yo solamente le pique un ojo sonriendo, una señora me miró agitando su abanico indignada hasta que por fin llegue a Fernando.

  • Hijo...

  • ¿Qué pasa?

  • Esas cosas se hacen en privado...

  • Jajajaja ¿Qué cosas?

  • Tú lo sabes... también lo saben los muchachos de allá... y los salvavidas... ahhh y la señora que está a punto de darle un ataque por allá... me alegra que disfrutaras siendo exhibicionista...

  • Los salva... – y era cierto los salvavidas no dejaban de mirarme apoyados en la caseta – mejor nos vamos... no quiero más problemas.

  • Claro... jajajaja...

Y nos levantamos rápido sin mirar atrás por mi travesura.

---*---

Domingo 20, abril de 2014.

Fernando se tuvo que regresar a Venezuela por un inconveniente y me dejó a mí a cargo de la obra... logrando que estuviera nervioso a cada momento que tomaba una decisión y los obreros me mirasen raro o tuviera problemas con el maestro de obra, pero así es el trabajo. De nuevo estuve bastante melancólico los días siguientes a pesar de mi travesura en la playa – una relación no se olvidaba tan fácil –. Y hasta la comida me recordaba bastante a mi chef… jajajaja mi chef, hasta escribiendo esto me recuerda a lo bueno que él era cocinando. Era inevitable que llegase el momento en que hablaríamos de nuevo desde ese día que se fue en la madrugada sin despedirse de nadie... y solo recibimos un corto correo de que había llegado bien a Venezuela.

  • Hola... – dije después de contestar el molesto tono del Skype.

- H-hola... ¿C-cómo estás? – se veía tan inseguro.

  • He estado mejor, ¿tú?

- Bien... ya... ya estoy en casa.

  • Ya.

- ...

  • Oye... ¿quieres decirme algo más?

- No... bueno... no sé.

  • Bueno... me tengo que ir.

- ¡No, espera!

  • ... ¿Qué?

- Te extraño... te extraño mucho...

  • Yo también, Jean Carlos. Pero te fuiste. Me dejaste.

- Yo no quería...

  • ¡Claro que querías! ¡Tú mismo lo dijiste!... ¡Lo decidiste! – grité y di un gran suspiro... – no llores...

- Lo lamento, Andrew... en verdad... no podía estar allí... esa no era mi casa.

  • Ya... disculpa. Yo lo sé... escucha, no quiero hablar contigo... por ahora.

- Andrew...

  • Lo lamento.

Iba a colgar pero algo me detenía...

  • Eres una buena persona Jean... seguro encuentras a algún chamo por allá y...

- Pero, podrías venir a Venezuela.

  • O tú regresar y mudarte conmigo... Jean podría darte todo lo que quieras ¡Todo!

Es que soy tonto por decir eso...

- No... yo no puedo.

  • Entonces no podemos hacer mucho más... ya no estamos juntos, trataremos de ser felices por nuestra cuenta.

- Yo... yo... yo-yo aún p-pienso que... b-bueno, que tú y yo somos... n-novios... porque te amo... ¿Lo somos?

  • No Jean... yo te aprecio mucho... pero desde el momento en que te fuiste, dejamos de ser novios... tú y yo solo somos amigos... y...

Y eso fue todo... colgó la llamada y no pude decirle más después de eso... Fue duro... demasiado, supe que mi relación con él seria extraña y bastante alocada, Jean era extraño y embriagante... su cuerpo, su forma de ser, todo, llegó a mi vida como un cualquier chico de la universidad, fuimos conociéndonos poco a poco y una simple reunión navideña pasados de copas y porros lo cambió todo, mi vida que creía hasta cierto punto estable... dio un giro de 180° quedando de cabeza... no fue como tener una novia... y de novios, no tuve uno desde el colegio. Las cosas cambiaron y no supe llevarle el ritmo a esa relación, trataba de recuperarme poco a poco... pero dándome cuenta de mi soledad en esa casa supe que necesitaba a alguien más... una pequeña pizca de cariño que sabía me hacía falta... alguien... alguien...  alguien como... él.

---*---

Viernes 13, junio de 2014.

Esperé en el aeropuerto impaciente...

- Ya está por llegar... ya viene... ya viene...

Cuando finalmente contacté con él le hablé de mí idea y no pasaron ni 5 segundos cuando aceptaba feliz y compró los pasajes.

- ¡LLEGÓ!

Y lo vi, obvio no ha cambiado nada, tal vez algo desaliñado por andar de mochilero pero allí estaba...

- No puedo creerlo de nuevo juntos...

Cuando por fin me ve simplemente corre hacia mí dejando las maletas en el suelo y nos abrazamos muy fuerte... hermanos de nuevo reunidos... Nos miramos de cerca viendo nuestros pequeños cambios, su misma cara con una sombra en su barba por no afeitarse, pero igualmente seguía siendo tan sexy... hasta provoca besarlo... pero él me ganó y me dio un suave beso en los labios... juntando nuestras frentes sonriendo como bobos, simplemente no podíamos separarnos.

  • Andy...

  • Artie...

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NdA: Bueno... como siempre, espero sus comentarios chic@s... Muchas gracias por leerme y disculpen a todos aquellos que no pude contestar sus correos. Creo que ya saben por qué jajaja... :/ nos leemos pronto!

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