25 años de casado
Tengo casi 25 años de casado, y en este tiempo he tenido las mas locas aventuras que alguien pudiera imaginar, y todo con la anuencia de mi esposa.
Hoy me encuentro en uno de esos momentos de la vida en que casi toda persona analiza su pasado, lo que ha hecho, lo que ha fracazado y lo que todavía falta por hacer.
Me he decidido a relatar lo que ha sido mi vida sexual en estos últimos años. Lo haré en forma de diversos relatos platicando las experiencias sexuales mas grandes que he tenido. En estos escritos relataría algunos episodios de mi vida desde un punto de vista totalmente sexual. Lo hago por que todavía me exito al recordar muchos de estos pasajes y espero que alguien mas disfrute de lo que aquí voy a exponer.
Tal vez algunas personas podrían condenarme al infierno por lo que aquí contaré, pero en mi defensa diré que todos los eventos que aquí describo siempre los realizamos estando todas las personas involucradas totalmente de acuerdo.
Actualmente tengo 50 años y estas historias iniciaron cuando tenía 30 años. Ya habián pasado 6 años desde el día de mi boda. Teniamos una niña de 5 años y una niña de 2.
A mi esposa y a mi no nos cuadraba eso de "sexo hasta el matrimonio" así que desde un principio de nuestro noviazgo hemos mantenido relaciones, nuestras aventuras podrían muy bien llenar también otra serie de relatos, pero no es el objetivo que persigo, solo aclarar que eramos totalmente abiertos en nuestra relación y eso duró hasta el segundo parto.
A partir de este momento le entró una apatía sexual a mi mujer que a mi me tenía arañando las paredes. Ella se daba cuenta, pidió ayuda a su doctor quien le receto algunas hormonas que ayudarón al principio pero mi esposa, temerosa de efectos secundarios por el tratamiento con hormonas, terminó dejando el tratamiento.
Así es que, teniendo siempre de 4 a 5 relaciones a la semana, de repente me veo con 1 o 2 al mes y siempre con la sensación de que mi esposa lo hacía solo para consentirme pero ella no lo disfrutaba plenamente.
Me planteé en varias ocaciones ser infiel y las situaciones no dejaban de presentarse, pero sea por miedo o por no querer lastimar a las personas que quería no había aceptado ninguna de las oportunidades que se me presentaban.
Y así llegamos a mis 30 años, ya habia iniciado mi propio negocio de consultoría, en este momento el negocio empezaba a ser estable y reconocido por mis clientes, lo que me obligaba a viajar constantemente a varios lados del país.
Debo añadir que radicamos en la ciudad de Querétaro, a 2 horas del Distrito Federal, capital de este hermoso país que es México. A dos horas, en la ciudad de Guanajuato radica la familia de mi esposa que son 2 hermanas, 1 hermano y sus 2 padres.
La relación con mi suegro y mi cuñado podria decir que es solamente "cordial", cosa que tal vez explique en alguno de los capítulos. Pero con mi suegra, mis cuñadas y la esposa de mi cuñado me llevo de maravilla.
Practicamente cada verano se venían varios integrantes de la familia de mi esposa a pasar unos días a Querétaro, que servía como punto de partida para organizar salidas, excursiones etc. Nuestra casa es grande y pertenezco a un club que dando una prima adicional en vacaciones me permitía agregar invitados y así los chicos podrian pasarse el tiempo que quisieran en las instalaciones del club.
Mi suegra
Bueno pues sucedió que en el verano del 94 mi esposa me pidió que si podiamos ir a recoger a mi suegra a Guanajuato dado que este año mi suegro no podría traerla. Hicimos planes para ir por ella el siguiente sábado y no recuerdo bien por que razón pero el resultado fue que ni mi esposa ni mis hijas pudieron acompañarme y terminé yendo yo solo a recoger a mi suegra.
Mi suegra en ese entonces tenía 45 años pues se casó joven y tuvo a mi esposa a las 17. Es una mujer atractiva, muy jovial, y con quien me llevo muy bien. Siempre la había considerado una mujer muy sensual, pero sin sentir atracción por ella, solo la admiraba.
Ese día sábado llegue a recogerla, en su casa se encontraban para despedirla mi cuñada Alejandra y sus hijos. Nos saludamos siempre de abrazo y beso en la mejilla. Mientras mi suegra se preparaba estuve jugando con mis sobrinos, los saque a la neveria y compramos unos helados.
Regresamos a la casa de mi suegra para ver si ya estaba lista. Al llegar mi suegra, que se llama Verónica como mi esposa, me dejó impactado por su belleza. Llevaba un vestido veraniego de flores de colores claros que dejaban ver claramente el canal de su escote. Era volado y la falda le llegaba un poco arriba de la rodilla.
– Verónica, que guapa te pusiste hoy para viajar – Le dije mientras la observaba con un descarado interés.
– Ya ves – Me contestó ella recorriendo sus manos por su cuerpo – Con este calor prefiero ir comoda y fresca.
– Vayámonos pues – Reiteré acercándome a mi cuñada Alejandra para despedirme con un abrazo y beso. También me despedí de los niños y tomando la maleta de mi suegra nos dirigimos al carro.
Coloqué la maleta en la cajuela y a continuación le abrí la puerta a mi suegra. Al subirse me doy cuenta que su falda se sube hasta sus muslos, pero no hizo nada por acomodarsela.
Me subo al lado del conductor y arrancamos despidiéndonos a gritos de mi cuñada y sobrinos, recordándoles que allá los esperabamos en unos días.
Mientras conducía no pude dejar de apreciar las hermosas piernas de mi suegra y más por que se sentó sobre una de ellas haciendo que todavía se le subiera más la falda del vestido.
Ya desde que arrancamos la plática era jovial, que si cuanto extrañaba a sus nietos, que si ya habían crecido, etc. Saliendo de la ciudad le ofrecí comprar algo en las tiendas de conveniencia que pasabamos y lo único que me pidió fue agua así que me detuve, compre 2 botellas de agua y una barra de chocolates para mi.
Reanudamos el viaje, ella destapa su botella y al tomar agua de la botella lo hace de una forma sumamente sensual, se le derraman unas gotas por la comisura de su boca que caen en su pecho y se deslizan por sus senos hasta su canalillo.
La imagen fue sumamente sensual y no pude dejar de comentar:
– Si no fueras mi suegra casí diria que me estas coqueteando – Sonriéndole y mirándola a los ojos.
– Y quien dice que no te estoy coqueteando – Contestó ella con una expresión sumamente provocadora
Definitivamente me saco de la jugada con su respuesta. Aunque nos llevabamos muy bien y siempre bromeabamos, las bromas no eran en este sentido, así que no supe que contestar y seguimos manejando.
Tomo la barra de chocolate, la desenvuelvo y le ofrezco un trozo, dejandome nuevamente sin palabras cuando me contesta
– No gracías, pero el chocolate me altera el libido y después no puedo controlarme.
Yo solo sonreí. Seguimos platicando de varios temas y a los 5 minutos pasamos a otra gasolinería, me detengo y entro a la tienda de conveniencía. Salgo con una bolsa y al entrar al carro la vacío delante de mi suegra. Eran 3 barras de chocolate.
– Si no fueras mi yerno pensaría que quieres alterarme el líbido – Me contestó ella soltando una sonora carcajada
– Y quien dice que realmente no quiero alterarte – mirándola a los ojos y devolviendole la respuesta de hacía unos momentos.
Ella sonrojandose solo sonrió
El viaje entre Guanajuato y Querétaro apenas dura dos horas pero intencionalmente me fui más despacio de lo que realmente conduzco para ir platicando con Verónica. En la plática ella se inclinaba hacia mi o ponía sus manos en mi muslo, no duraban mucho y pareciera que solo lo hacía como parte de la plática.
Esto me tenía muy caliente y pensando en mil cosas. ¿Como era posible que hoy sin mas ni mas mi suegra y yo estuvieramos coqueteandonos como dos adolecentes?.
En un momento dado veo que pone su rodilla cerca de la palanca de velocidades y reiterando lo que dije antes, como un adolecente, puse mi mano en su rodilla.
– Disculpa Verónica, pense que era la palanca de velocidades – Le dije pero sin retirar mi mano.
– Si te hubieras equivocado ya estarías retirando tu mano – Lo dijo sin ningún tono de enojo en la voz o atisbo de mover su rodilla.
– Si a ti te molestara retirarías mi mano – Volví a contestarle mientras movia despacio mi mano por su muslo – Pero por el contrario, si te agrada, separarías tus piernas y me dejarías avanzar.
Por toda respuesta ella separó ligeramente sus piernas, permitiendome llegar suavemente a su entrepierna para apenas rosarla con mi mano. Percibi algo de calor y humedad con la parte parte lateral de mi mano
Al hacerlo ella emitió un leve gemido y rodeó mi brazo fuertemente, apretandose hacia él.
– Tengo miedo, lo deseo pero tengo miedo. No quiero lastimar a nadie – Dijo manifestando su nerviosismo
– Verónica, decide ahorita si lo dejamos, pero si continuamos liberate. Toma una desición – Ella ya tenía totalmente abiertas sus piernas y yo frotaba su vulva a travez del bikini. Lo tenía humedo y movía su cintura apretandose más contra mi mano.
Por increible que parezca tuvo un orgasmo en ese momento. Sentí sus temblores en mi mano al mismo tiempo que la humedad invadió su bikini. A continuación hizo una larga exalación como liberando toda la tensión que tenía dentro de sí.
Quedó derrengada en el asiento, mientras tanto yo conducía y a lapsos volteaba a verla a los ojos, ella bajaba la mirada como avergonzada.
- Verónica quitate el bikini – le dije.
Volteó a verme, su cara era una mezcla de terror y exitación le sostuve la mirada. Ella levanto su cintura y con las manos se saco el bikini. Puse mi mano sobre su vulva, mi dedo medio se escurrió entre sus labios vaginales y literalmente se me resbaló a su interior
Cerro sus piernas apretando mi mano, empece a mover mi dedo en su interior, volvió a separar sus piernas aceptandome. Su cara estaba desencajada, emitía gemidos, echaba su cabeza hacia atrás y gemía. Su mano buscaba mi pene sobre el pantalón y me lo acariciaba. Yo también estaba totalmente exitado.
Me orillé en la carretera y tomé mi teléfono.
- ¿Que vas a hacer? – me preguntó nervioca y yo sin contestarle le hablé a mi esposa.
Verónica (Mi esposa), nos retrasamos en salir por que tu mamá para varíar no tenía las maletas listas, ya nos dió hambre nos vamos a detener en el camino y comer – le avisaba a mi esposa a través del teléfono.
Si, llegaremos dos horas más tarde – contestaba al teléfono.
Sale adios. – Fue la última respuesta a los comentarios de mi esposa.
Mi suegra se quitó el cinturón de seguridad del auto y se avalanzó sobre mi, nos besamos unos segundos pero le recordé que estabamos en la carretera, que mejor ibamos a un hotel. Ella reaccionó, se sento en su lado y arrancamos.
Estabamos arrancando cuando inclinándose sobre mi me dice.
- Me tienes muy caliente – Me dice mi suegra desabrochandome el cinturón del pantalón y sacando mi verga del boxer.
Me empieza a dar una mamada desesperada incandose en su asiento. Desde mi lugar metí mi mano entre sus nalgas subiendole el vestido hasta la cintura y le metí mi dedo. Lo movía mientras ella me estaba dando una estupenda mamada.
En poco tiempo estabamos llegando a la ciudad de Celaya, le avisé para que se recompusiera y nos metímos a la ciudad buscando un hotel. No es difícil encontrar este tipo de hoteles así que en unos cuantos minutos vimos uno que de apariencia nos gusto.
Entramos y una persona nos indicó a que cuarto dirigirnos, meto el carro en la cochera y esta persona baja la cortina. Me bajo del carro, cubro el importe del cuarto para que me den las llaves del mismo.
Vernónica y yo entramos al cuarto, nada mas fue entrar y ella se abalanza sobre mi, nos abrazamos, nos besamos. Ella buscaba mi lengua con la suya, estaba descontrolada. La cargue agarrándola de las nalgas y sus piernas me abrazaron. Solo me gire y recargue sobre la puerta, le subí la falda y con algo de trabajo me quité el pantalón y me baje el boxer.
Se estaba moviendo frotando su vulva contra mi pene, sin penetrarla. Sus movientos buscaban incrustarse mi pene hasta que lo lograron, mi pene se encajó suavemente entre sus labios vaginales. Me apretó con sus brazos y piernas y empezó a mover suavemente su cintura frotandose contra mi.
Ya me resultaba muy incomoda la posición, cargándola nos fuimos hacia la cama y me deje caer de espalda. Verónica quedo sobre mi, se levanta y sentada empieza a montarme a moverse muy rapidamente y agarre sus senos, se los acariciaba, se los amazaba.
Se inclinó ofreciéndomelos, los empece a mamar mientras lleve mis manos a sus nalgas y la apretaba hacia mi, llevaba mis dedos hasta su vulva, hasta hacer contacto con mi pene. No sabía si le agradaría pero decidi arriesgarme, con mi dedo indice, humedo de sus jugos, decidí acariciar la entrada de su ano, nada invasivo solo acariciarlo con una leve presión. No tuvo ninguna reacción, solo seguía moviendose.
Le dije al oido que se montara sobre mi cara, creo que le agradó la idea por que inmediatamente se montó sobre mi boca, abriendose sus labios y ofreciéndomelos. Empece a meterle la lengua, y jugar con ella dentro de su vulva. Ella estaba como loca, yo totalmente exitado. Tomé su clítoris con mis labios, lo apreté y lo empece a acariciar con mi lengua, eso fue el acabose, ahí explotó, me inundo toda la cara con sus jugos,
Cayó respirando profundamente sobre la cama, su actitud me sorprendió pero no era el momento de hacer preguntas. Yo seguía totamente caliente pero decidí esperar un poco a que se recuperara. No tardo ni dos minutos y me volteo a ver, se colocó como para formar un 69 y busco mi pene, lo tomó y empezo a lamerlo, había decaido un poco pero con sus lamidas volvió a recuperarse. En cuanto estuvo totalmente erecto lo metió a su boca.
Solo me mamaba una parte del pene, pero cuando lo tenía dentro sentía los movimientos de su lengua. Con lo caliente que estaba seguro no iba a aguantar mucho así. Se lo dije y no hizo caso. Siguió mamándomela yo me acercque a ella, levante una de sus piernas y coloque mi cabeza entre ellas; por lo menos yo también jugaría nuevamente con ella.
Pero decidí ir un paso mas alla mi lengua no fue a su vulva, fue directo a su ano, percibí que se inquieto algo, pero yo segui, solo lamiendo y metiendo la punta de la lengua. Ella se relajo y me dejo hacer, nuevamente se dedicó a mi pene.
Le abría las nalgas con mis manos, le metía mi lengua en su culo, después jugaba con su vagina y su clítoris. Creo que esto la volvió loca pues empezo un movimiento más rápido sobre mi pene, me masturbaba con su mano al mismo tiempo que me la mamaba.
Le avise que me iba a venir, siguió mamandomela y exploté dentro de su boca. Ella recibio mis disparos sin mas, sentí cuando los tragó y siguió mamando y masturbandome hasta que ya no pudo sacar más.
Habían transcurrido 40 minutos, nos recostamos en la cama, recuperándonos. Fui yo quien sugirió irnos, ya hablariamos en el camino. Ella se levantó, tomo mi camisa para vestirse por ella e ir auto por su maleta. Yo me di mientras un baño con agua fria, sin usar el jabón. El jabon de estos hoteles es muy clásico, no quería llegar oliendo así a la casa.
Al salir ella se habia lavado los dientes y entró también al baño. Ella uso uno de los enjuagues que traía. Salió con la taolla en su cuerpo, se puso el sosten y al ponerse el bikini le dije que no se lo pusiera, así que solo se puso el vestido y sus sandalias. Fue al espejo del baño a retocarse y peinarse cuando estuvo lista nos subimos al carro y nos fuimos.
Todo lo que me dijo en el resto del camino me dejo totalmente anonadado.
Me siento contenta con lo que paso, pero totalmente apenada – inició la plática ya que estabamos en la carretera - Creo que te debo una explicación de por que hoy estuve tan dispuesta contigo.
Ya hace tiempo que tu mujer me platica los problemas íntimos que están teniendo, ella está muy preocupada de que te consigas a alguna amante fuera de casa. – Platicaba ella de forma nerviosa y sin pausa. - Dado que ella ya no se exita tan facilmente a ella no le importaría que tuvieras una amante, pero sabe el riesgo que puede ser para su familia y por eso tiene miedo
– Yo tengo ya mas de un año sin tener relaciones, - continuó - el problema que tu tienes con tu mujer, lo tengo yo con mi esposo desde hace años. Es totalmente impotente, pero para el es un excelente pretexto para no verse presionado por mi, pero yo me mantengo sexualmente exitada y muchas veces he tenido que consolarme a solas.
– Mi hija siempre me ha contado todo lo que hacían, incluso siendo novios. La relación con mis hijas siempre ha sido muy abierta, pero ultimamente los recuerdos de sus pláticas me tenían loca – En este punto habia colocado su mano sobre mi mulso - me imaginaba siempre junto a ti y el principal estimulante en mis fantasías eras tu.
– Cuando supe que venías solo decidí arriesgarme, si no me aceptabas, suponía que aceptarías ser discreto por el bíen de la familia, pero si lo aceptabas estaba dispuesta a entregarme totalmente a ti. No tienes nada que temer, seré totalmente discreta y haré lo que tu me digas.
Este monólogo solo ocacionó que estuviera otra vez empalmado a pesar el encuentro que tuvimos hace unos momentos. Ella debió de haberlo notado por que cada vez acercaba mis su pano a mi pene. Cuando llegamos a Querétaro ya atardecía.
Cuando notó como me tenía de caliente se inclinó sobre mi.
– Has tiempo antes de llegar a casa – fué lo único que me dijo.
Me desabrochó el botón, bajo el cierre y nuevamente tenía mi verga de fuera. Inicio una mamamda lenta, suave mientras su mano tomaba mis huevos y uno de sus dedos apretaba mi escroto. Yo metía mis dedos entre sus cabellos y le acarciaba la cabeza. En esta ocación no me moleste en avisarle, sabía que recibiría mi leche sin problema.
Fueron unos minutos y me deje ir, lechada tras lechada las recibió en su boca, las tragó y siguió mamando. Cuando mi pene se relajó por completo ella retomó su lugar, yo me arregle y nos dirigimos a casa.
Nada mas llegar frente a la casa salen mis hijas corriendo, mi esposa detrás de ellas. Le armaron gran algarabía a mi suegra, todas se abrazaron y besaron. Juntas se dirigieron hacia la casa. Yo saque la maleta de la cajuela y también pasé adentro.
Para nada imaginaba como iba a cambiar mi vida a partir de ese día. Como con la complicidad de mi suegra fui teniendo las mas locas aventuras sexuales que se pudieran imaginar. Muchas de esas aventuras serán el tema de los proximos relatos.