25 años de casado (2). Mi secretaria
Empiezo a jugar con la secretaria. La situación en casa queda establecida y clara
Capítulo 5 (Mi secretaria)
El lunes reiniciábamos actividades normales en la oficina, después de un fin de semana largo tan movido yo estaba realmente cansado y me costo mucho trabajo levantarme temprano para estar a tiempo en la oficina.
Me di un baño inmediatamente para despabilarme y quitarme la flojera, me termino de vestir y bajo a la cocina. Mi esposa cocinando mientras mi suegra le daba de desayunar ya a las niñas. Me acerco a mi esposa, la abrazo y le doy un beso.
La dejo y me acerco a la mesa, le doy un beso a cada una de mis hijas y me acerco a mi suegra para besarla en la mejilla. Ella me da un beso en la boca y acaricia mi entrepierna provocando que esta se me pusiera dura. Me tuve que sentar de inmediato pues con el pantalón que traía se notaba la erección.
El resto del desayuno fue normal con algunas miradas picaras entre mi suegra y yo, bromeando y jugando con las niñas. Al terminar me levanto y me dirijo a recoger mi portafolio para irme a la oficina. En la puerta me esperaba mi suegra, mi esposa se había quedado con las niñas. La despedida fue muy caliente, un beso intenso que me permitió agarrarle las nalgas y apretarla hacia mí.
- Te esperamos en la tarde y vete preparando por que tendrás dos hambrientas sexuales esperándote – Me dijo mi suegra cuando me retiraba
Y seguía con mis incógnitas ¿Acaso mi suegra convencería a mi esposa para tener un trio? Casi podría asegurar que así era.
Llegue unos 15 minutos antes de la hora y ahí estaba Susana, mi secretaría. Se vea realmente bonita, un maquillaje muy ligero. Traía un vestido gris con un ajuste debajo del busto que hacía que se le realzaran sus senos de una forma muy rica. Cuello en cirulo con un pequeño collar en cadena y una medalla con un signo zodiacal, una falda holgada que le hacía vuelo hasta justo arriba de la rodilla.
Era la única que estaba en la oficina y al yo entrar se levanta de su escritorio se acerca a mí, me abraza y me da un beso en la mejilla a manera de saludo. Se junta un poco a mi cuerpo y pude sentir sus senos en mi pecho. Me ofreció un café el cual acepté y la seguí hasta la cocina de la oficina. Estuvimos platicando mientras preparaba el café y me estuvo coqueteando en todo momento. Yo seguía extrañado pues no sabía si siempre había sido así su comportamiento y nunca lo había notado.
La mañana fue normal, aunque Susana entraba más veces de lo normal a la oficina y veía que por ejemplo al entregarme algunos papeles se agachaba provocando que el cuello de su vestido le colgara y me permitía ver sus hermosos senos envueltos por un sostén blanco de seda. Mientras hacia esto ella me miraba a los ojos como para constatar que realmente la estaba viendo
A media tarde se me ofrecieron unos datos y en lugar de llamarla fui a su lugar, acerqué una silla a su escritorio, sentándome a su lado izquierdo. Mientras le explicaba los datos que necesitaba. Mi pierna quedo junto a la suya y no hice intento de separarla.
Con mi mano izquierda estuve indicando en pantalla algunos datos importantes mientras puse mi mano derecha sobre si respaldo como si la abrazara. Ella empezó a agitar su pierna, arriba y abajo rápidamente, presionado su pierna contra la mía como si estuviera nerviosa, pero no separaba su pierna, sino que la apretaba más contra mi pierna.
Volteo a verla y esta toda sonrojada. No sabía interpretar si era nerviosismo o miedo así que le agradecí los datos y me fui a la oficina a continuar con mi trabajo
Faltaba media hora para terminar el turno de trabajo y Susana entra a mi oficina con unas impresiones explicando que había encontrando unos datos adicionales a lo que buscamos por la tarde, en lugar de sentarse en las sillas frente a mi escritorio se va a mi lado, junto a mí y extiende algunas hojas frente a mí.
Me empieza a explicar de manera arrebatada y nerviosa los datos. En ese momento decidí arriesgarme de haber malinterpretado todo y puse mi mano entre sus piernas justo debajo de la falta y empecé a subir acariciando sus piernas
Ella se quedó callada pero no hizo nada por zafarse, avancé mis manos por sus muslos y entendí lo exitada que estaba sus muslos estaban escurriendo jugos. Seguí avanzando mis manos por sus muslos hasta llegar a su entrepierna mientras ella separa sus piernas, hice a un lado su panty y fui metiendo mis dedos medio e índice en su vulva. Ella solo gimió recargando sus manos en el escritorio.
Moví mi mano entrando y saliendo de su vulva. Metía mis dedos hasta los nudillos. Lo hice unas cuantas veces hasta que explotó en un orgasmo. Solo gemía silenciosamente al mismo tiempo que sus jugos resbalaban por mi brazo.
Cuando se recuperó se separo de mi y salió corriendo de la oficina. Salí a buscarla, pero había corrido al baño. Deje mi puerta a abierta para darme cuenta cuando llegara a su escritorio. Pasaron 5 minutos y regresó a su escritorio, se había arreglado pero podía verse que había estado llorando.
Realmente estaba yo nervioso pensando que ahora si la había regado, que en el peor de los casos ella iba a renunciar si no es que me acusaba de acoso. Decidí enfrentar el problema, le pedí que esperara unos minutos después de que hubieran salido todos y pasara a la oficina. Sabía que su esposo venía a recogerla aproximadamente a las 6:30.
A las 6:15 entró a mi oficina, llegó y se sentó en la silla frente a mi escritorio, su cruce de piernas ahora fue sumamente discreto y se le notaba nerviosa. Tuve que empezar la conversación, aunque no estaba seguro como.
-- Susana, lo que paso hace unos momentos creo que fue algo que los dos estábamos esperando pues ninguno de los dos hizo nada para evitarlo – Empecé a hablar – Sin embargo, veo que te afectó demasiado – La observaba y parecía que estaba a punto de llorar.
-- Déjame terminar a mi – Le dije y continué hablando – A mi me gustaría continuar con esto, quiero mas cosas contigo, pero no quiero que afecte a nuestras familias, nuestra relación y el trabajo. Voy a darte la pauta a ti para decidir lo que quieres que hagamos.
-- Si mañana llegas al trabajo con pantalón, discreta, aunque como siempre guapa, entenderé que lo pensaste y decidiste no continuar con esto, pero por el contrario, si mañana vienes con falda entenderé que has decidido seguir con esto y en ese caso te acosaré, te besaré y no se que mas se me ocurra cuando nadie nos vea – En este punto veo que se empieza a enderezar sobre su asiento, el semblante le empieza a cambiar
-- No solo eso, le dirás a tu esposo que mañana llegas hora y media tarde por qué a las 6:00 de la tarde, cuando todos se hayan ido vendrás a mi oficina y haremos el amor, no, cogeremos y después de eso planearemos como llevamos nuestra relación – Aquí pude ver que le brilló la cara, se descuidó y abrió sus piernas – ¿Tu quieres decir algo?
-- Álvaro – Empezó a hablar, la interrumpí y le pedí que viniera frente a mí.
Ella rodeó el escritorio, yo hice mi silla hacia atrás y recargó sus nalgas en el escritorio. Se veía sumamente atractiva.
-- Álvaro, llevo años enamorada de ti. Amo a mi esposo, quiero a mi familia, pero no sé por qué me atraes demasiado. Mis coqueteos eran muy discretos y nunca te fijaste en mí, pero algo paso el miércoles de la semana pasada antes de irnos de puente. Por fin te fijaste en mí. Se que te gustó que te coqueteara.
En este momento puse ambas manos en sus rodillas y las fui subiendo acariciándola. Iba desplazando su falda hacia arriba.
-- Mi esposo debe estar por llegar y puede notar algo al salir – No rechazó lo que hacía, pero entendí que este no era el mejor momento.
De cualquier forma, seguí avanzando hasta que prácticamente remangué su falta en la cintura y tomé su panty del resorte e hice presión hacia abajo. Ella levanto levemente su cintura así que pude desplazar su panty hacia abajo.
-- No te vas a ir sin que vea lo que voy a tomar mañana y sin que pruebe su sabor – Aquí observé que su panty estaba totalmente mojada, tal vez producto de su orgasmo anterior, pero también por que estaba excitada, muy excitada.
Hice una leve presión en ella hasta que se sentó al borde del escritorio. Aquí abrí sus piernas y bese su vulva, no solo la bese, metí mi lengua. Ella solo gimió y apoyo sus brazos hacia atrás. Seguí horadándola unos segundos más hasta que explotó en un orgasmo muy sonoro. Apretó mi cabeza hacia su vulva mientras estaba derramándose.
Seguí acariciando su vulva con mi lengua un momento más hasta que su respiración se relajó y me paré frente a ella. Me toma de la cabeza y me atrae a su boca. Nos besamos y creo que estaba dispuesta a hacer esperar a su esposo y dejar que me la cogiera
-- Tu esposo ya ha de haber llegado y te dije que esta noche lo pensaras – Argumenté, aunque ya estaba casi seguro de cual iba a ser su respuesta
Me separé para permitir que se fuera. Buscó su panty en el piso y cuando se inclinó vió mi paquete y entendió que estaba super caliente. Se separó, me dio un beso en la boca mientras agarraba mi pene dentro del pantalón.
-- Mañana le daré la atención que merece – Dijo mientras me besaba en la boca y salía de la oficina. Después solo escuche que la puerta general de la oficina se cerraba.
Eran las 6:30 estaba super caliente y todavía me tocaba esperar a lo que pudiera pasar con mi suegra en la casa. Hablé al teléfono de la casa para ver si no se ofreciera que llevara algo. Mi esposa solo me dijo que ya estaba todo listo para la cena y que estaban tranquilizando a las niñas para que se durmieran temprano.
Esta última frase me hizo pensar que ya estaban planeando algo las dos, pero debería esperar a llegar a la casa para ver que se traían entre manos.
Todavía me refresque, me lavé la cara para no oler a corrida de Susana así que llegue a la casa aproximadamente una hora después.
Abro la puerta con mis llaves estaba todo en penumbra, menos una leve luz en el comedor. Me acerco al comedor, habían puesto la mesa con tres platos, velas y una luz muy tenue. Junto a la mesa había otra donde estaría la comida para no tener que levantarse.
Alzo un poco la voz llamándolas, sin gritar por que supuse que las niñas estarían dormidas. Sale mi suegra de su cuarto haciendo la señal de silencio, acercándose a mí, abrazándome, besándome. Nos enzarzamos en un beso profundo, la abrazo mientras mis manos van a sus nalgas. Traía un vestido corto apenas arriba de las rodillas.
Se separa un poco de mí, me dice que Verónica apenas se metió a bañar y que se arreglaría, después de esto me abraza nuevamente y continuamos besándonos. Sabía que teníamos poco tiempo, pero ella también lo quería.
Así besándonos nos acercamos al sillón de la sala. La giré y la empiné sobre el sillón. Ella levantó el culo hacia atrás. Desabroché el cinturón y el pantalón, apunté mi verga y se la empujé. Ella solo gimió
Las niñas estaban despiertas, le di unos cuantos empujones, pero ella misma se separó y me dijo
-- Resérvate para más tarde -- mientras se iba separando de mi para ir al cuarto de las niñas.
Fui por una cerveza y continué al cuarto de televisión, me puse a navegar en los canales mientras hacia tiempo a que todas estuviéramos listas para cenar.
Pasaron como 5 minutos cuando mi esposa me habla a la habitación, subo a la recamara y ella cierra la puerta.
-- Amor tengo algo importante que decirte – Dice sentándose junto a mí en la cama.
-- Amor, esta plática es larga y no tenemos tiempo – Me dice tomándome de las manos – Prométeme que no te vas a enojar, que escucharás lo que te diga y lo analizarás razonablemente como siempre haces con las cosas – Yo me estaba alarmando
-- ¿Te gusta mi mamá? – Me pregunta a boca jarro. Yo me alarmé por qué pensé que se había enterado de algo.
-- No te entiendo Verónica – Fue mi escueta respuesta esperando que me diera más información.
-- Déjame plantearlo de otra forma ¿Ves a mi mamá como una mujer atractiva? Eso si me lo puedes decir amor
-- Si Verónica, tu mamá es una mujer muy atractiva – Contesté yo para ver que más venía
-- Amor – Tanto “amor” ya me estaba sacando de onda, solo me decía así cuando me quería pedir algo que no era muy de mi agrado. Siempre me hablaba por mi nombre – Espero que no te enojes, pero te voy a pedir un favor muy muy grande.
-- Dime Verónica, no se por que tanto misterio, nunca me has pedido favores – Simplemente platicamos si algo no es de nuestro agrado.
-- Es que lo que te voy a pedir es muy complicado, es más, no sé cómo pedírtelo – Explico Verónica y se notaba su nerviosismo.
-- Pues simplemente suéltalo, prometo no enojarme, no te prometo cumplirte el favor, pero por lo menos no me enojaré – Fue lo único que atine a decir para darle confianza.
-- Álvaro ¿Harías el amor con mi mamá? – Que cabrona resultó mi suegra, no se que hizo, pero parece que mi esposa me está pidiendo el favor pensé. De todos modos, tuve que fingir una cara de asombro total que creo que si fue convincente
-- Amor espérame, déjame explicarte. Todos estos días llevo hablando mucho con mi mamá, me he desahogado con ella.
-- ¿Pero de que te has desahogado? – La interrumpí fingiendo total asombro y curiosidad. Yo creo que los nervios de ella no le permitían percibir mi farsa por que no creo ser tan buen actor
-- Amor déjame continuar, no me interrumpas que ya de por sí es difícil decirte todo esto – Me decía realmente a punto de llorar.
-- Está bien Verónica, prometo no interrumpirte, dime todo lo que tengas que decir y después yo te digo mi opinión.
-- Gracias Amor, te quiero – Me dijo acercándose a mis labios dándome un beso.
-- Bien sabes que yo no te estoy respondiendo como debería en lo sexual. No es que tu seas muy fogoso, que lo eres, sino que yo soy inapetente en ese sentido. Ya vimos al doctor y me recetó hormonas que no quiero tomar – Iba nuevamente a interrumpir y ella levanto la mano.
-- Prometiste no interrumpirme – me dijo poniendo sus dedos en mis labios – Verás ya desde hace tiempo he estado hablando con mi mamá de ese problema y ella también me ha platicado que hace mucho tiempo que no tiene relaciones con mi papá y que es una mujer muy fogosa que ha tenido que aguantarse.
En este momento entendí todo. Mi suegra lo hizo, había convencido a Verónica que ella me convenciera a mí para tener relaciones. Estaba realmente sorprendido de lo que era capaz mi suegra.
-- Yo había pensado que si mi mamá te gusta tal vez podrías seducirla, Yo no me molestaría y creo que todo quedaría entre nosotros – Me dijo poniéndose totalmente colorada. Había soltado todo lo que quería decir.
Se quedo callada observando mi reacción, yo trate de quedar totalmente inexpresivo como si estuviera pensando lo que acababa de decir.
-- Amor se que esto es una locura, pero piénsalo creo que sería bueno para todos. – Durante unos dos o tres minutos me estuvo diciendo un montón de argumentos que yo solo escuchaba – Dime por favor que piensas – remató
Hubo una nueva pausa, los dos en silencio, ella a la expectativa de que es lo que tenía que decir. Entonces me pare como si estuviera nervioso, pensando que hacer.
-- Sabes que no me importa no tener sexo tan seguido – Empezaba mi actuación – Te quiero a ti, a las niñas y no quiero arruinar lo que tenemos. Todavía falta que tu mamá quiera – En ese punto ella iba a decir algo y, como ella, levante la mano para que no me interrumpiera y se contuvo
-- Digamos que ella acepta esa locura y hoy tengo relaciones con ella ¿Mañana que va a pasar? ¿Cómo te vas a sentir tu? ¿Qué va a pasar cuando ella se vaya?
-- Creo que si lo hacemos y se abre esa puerta entonces no me voy a conformar a hacerlo cada vez que ella venga o nosotros vayamos a Guanajuato a visitarlos. Querría mas y prefiero estar como estamos a causarte algún daño.
-- Amor – dijo ella y la deje hablar – Ya lo tengo asimilado, no me importa que alguien te satisfaga afuera, veo como mis hermanas te miran, como Alejandra te desea, es mas Laura (mi secretaria) también te desea. No me importaría que lo hicieras con todas ellas. No quiero perderte, pero por favor si escoges a alguien que no me lo restriegue en la cara, no me importa enterarme pero que sea por ti y no por las burlas de ella quien quiera que sea.
-- Sabes lo que estás diciendo Verónica. Me estás diciendo que puedo tener aventuras afuera y siempre y cuando sean discretas tu no vas a decir nada. Pero eso no quiere decir que no te va a doler y entre dolor y dolor vamos a terminar. – Terminé diciendo.
-- Vamos a hacer esto Álvaro. Voy a provocar un juego sexual hoy con mi mamá, si resulta estarás teniendo relaciones con ella, si quieres hablamos después de como nos sentimos y decidimos si continuamos con esto. Por lo menos acepta esta ocasión.
¿Que querían que dijera? Por lo menos fingiría que no me gustaba o no estaba de acuerdo.
-- Sale va – Dije yo – pero si alguien no se siente cómodo con esto de inmediato lo dice y paramos todo. La verdad es que si me atrae cogerme a tu mamá, pero no quiero dañar lo que tenemos.
-- Descarado – me dice sonriendo – Yo te dije de hacer el amor con ella y tu ya estás pensando en “cogértela”. Bueno voy a terminar de preparar la cena y veo que se me ocurre para que estén juntos – Me dijo acercándose a mí, dándome un beso en los labios y rematando – Gracias amor, te quiero. No sabes lo tranquila que me dejas aceptando esto – Me dijo mientras abría la puerta y salía del cuarto.
Decidí no decirla nada a mi suegra, quería ver qué hacia mi hija para involucrarnos, que locura se le ocurriría, pero me recosté en la cama con los brazos abiertos comprendiendo lo que acababa de ocurrir. Tenía carta abierta para tener aventuras fuera del matrimonio, solo tendría que ser muy cuidadoso de con quien tenía esas aventuras.
Creo que me dormí unos 10 o 15 minutos hasta que me llamaron a cenar. Baje y la mesa ya estaba puesta, la cena en sus trastes puesta para que cada quien se sirviera y mis hijas en sus sillitas. Una al lado de mi esposa y otra al lado de mi suegra
Nos sentamos en la mesa de la cocina que era redonda y a un lado tenia a mi suegra y al otro a mi esposa. La cena transcurrió normalmente, platicando, jugando con las niñas, la sobremesa se alargó hasta que las niñas empezaron a dormitar así que decidieron llevarlas a dormir.
Yo me quedé en la cocina y les pregunté si querían alguna copa o café. Ambas pidieron licor y yo me serví un whisky. Cuando llegaron ellas ya estaban las copas servidas en sus lugares. Seguimos platicando y veía a mi esposa nerviosa y no se atrevía a nada, por lo cual tuve que tomar cartas en el asunto.
-- Verónica – Dirigiéndome a mi suegra -- ¿Sabes que se le ocurrió hoy a mi esposa? – Dije mientras observaba con cara burlesca a mi esposa y ella ponía una cara de espanto.
-- Me dijo que ha platicado de los problemas que tenemos en casa por su inapetencia sexual y entonces me dijo que tu tienes un problema parecido, pero con su papá, que son muy escasas las relaciones – La mirada de mi esposa era de fuego, no de enojo, pero si de asombro – y me propuso que te sedujera – Yo ya sabía a qué jugaba y cuál iba a ser el resultado pero mi esposa no
-- Y pues le dije que tu estás muy buena, que no tendría problemas en intentar seducirte, pero tengo mis reservas a lo que pueda pasar despues – rematé.
-- Ah si, ¿Eso te dijo Verónica? Pues tu no estás nada mal yerno, si me daba un revolcón contigo.
-- Mamá – grito mi esposa -- ¿Y tu como se te ocurre decir eso? – Me reclamo mi esposa en un tono de enojo y apenado – Dijo como si nunca hubiera dicho lo que me dijo, tal vez lo pensaba negar.
Me levanté de la mesa, le ofrecí la mano a mi suegra. Ella se levanta, la acerco a mí y la empiezo a besar, la abrazo y bajo mis manos por su espalda hasta sus nalgas, la aprieto a mí. Ella no decía nada y se dejaba hacer. La cargo y hago que se siente en la barra de la cocina, voy metiendo mis manos dentro de su falda hasta alcanzar su panty e intento sacárselas. Ella coopera se levanta un poco y termino sacándole la pantaleta.
Una vez que le saque la pantaleta me dirijo a mi esposa y le digo – Ya le saqué la pantaleta a tu mama, lo que sigue es que me la lleve al cuarto y me la coja. ¿Cómo te sientes con eso? ¿Podremos llevar una relación normal mañana tu y yo?
-- Verónica – Le dije a mi suegra – ¿Por qué no vas a tu cuarto y me das unos momentos con tu hija?
Ella se quito su panty de la mano y se fue a su cuarto. Me siento junto a mi mujer tomándole las manos le digo.
-- ¿Cómo te sentiste? Y lo hice así de crudo por que así es como lo vas a sentir, pero ahorita puedes decir que detengamos todo – Si mi suegra había hecho su trabajo entonces ella iba a decir que continuáramos.
-- No me incomodó, es más, me gusto, me excitó, quiero verlos.
Nos levantamos y nos dirigimos a la recamara de mi suegra. Al llegar solo le dije
-- Tu hija quiere vernos – Mientras la volvía a tomar en mis brazos y a besarla.
-- ¿Estas segura Verónica? Ahorita Álvaro me puso muy excitada y si acepto lo que me están proponiendo. – Le dijo mi suegra a mi esposa.
-- Si, estoy segura. Yo no participo, pero quiero verlos – Dijo mientras se quitaba el vestido y se iba a sentar a una silla de la recamara.
Lo único que me quedaba hacer era tomar a mi suegra nuevamente y empezar a besarla, le desabroche el vestido y este cayó al piso. Ya solo quedo en sostén y zapatos, su panty se la había quitado hace rato. Ella también me ayudo a desvestirme hasta que quedamos los dos totalmente desnudos. Se veían las ganas que le poníamos.
-- Se ve que traen muchas ganas, no se si hice bien pero no me echo para atrás, me gusta verlos disfrutar – Dijo mi esposa desde la silla, cuando volteé a verla vi que se estaba acariciando – Bueno se ve que esto le gusta – pensé yo
Mi suegra y yo continuamos desnudos, besándonos y frotándonos. En una de esas hago que quede en cuatro a la orilla de la cama y me hinco detrás de ella, abro sus nalgas y empiezo a lamerla. Desde su vulva hasta su culo. Me di cuenta de que ya estaba totalmente mojada así que empecé a cogérmela con la lengua.
Ella solo gemía y movía su culo frotándose contra mi lengua. Cuando vi que ya estaba lo suficientemente húmeda, me pare y apunte mí verga a su vulva. Solo tuve que empujar y entró de un solo envión. Ella dio un gemido largo y ronco y seguí, empujé hasta que choqué con sus nalgas.
-- Verónica trae una crema lubricante por que le voy a dar por el culo a tu mamá – Ella se paró corriendo.
-- Eres un cabrón, te había negado mi culo y ahora no me va a quedar de otra. – Me dijo mi suegra cuando nos quedamos solos.
-- Sabías que un día me lo ibas a dar, hoy será ese día – Le dije yo mientras seguía bombeando mi verga. – ¿Te lo preparo o ya aceptarás mi verga?
-- Solo entra con precaución, ya lo he estado preparando – Fue lo único que me dijo
En eso llegaba mi hija con una crema y me la daba. Creo que mi suegra ya había tenido como dos orgasmos por qué sus jugos escurrían por sus muslos y yo había sentido unos estertores en mi verga.
Me puse crema en mis dos pulgares y empecé a jugar con ellos en su culo. Ella se dejaba hacer. Metía intercaladamente uno y otro mientras seguía bombeándola. Hubo un momento en que mis dos pulgares estaban dentro de su culo y hacían presión hacia afuera, abriendo su ano.
-- Voy a intentar con mi verga, me dices si no aguantas – Le dije mientras sacaba mi verga y la empezaba a untar de crema. Puse también algo mas de crema en su culo.
Acomode la punta de mi verga en su culo y empuje, costaba entrar así que la ayude con mis dedos. Logré hacer entrar la punta y ahí le pregunté.
-- ¿Cómo estás? Ya entró el glande, ahora voy a empujar el resto. – Mencioné mientras tomaba con mis manos sus nalgas preparándome para empujar mi verga
-- Si aguanto, solo hazlo despacio – Contestó ella agarrando las sabanas de la cama
Así que fui empujando poco a poco mi verga. De repente movía el culo como para liberar presión y así continué hasta que mi verga estuvo toda incrustada en su culo. La dejé ahí unos momentos, solo me frotaba contra sus nalgas.
Verónica mi esposa se estaba masturbando en la silla, estaba a punto de venirse. Me olvidé de mi esposa y me concentré en mi suegra. Empecé a entrar y salir muy pausadamente, untando mi verga de crema antes de volverla a meter. Ella solo gemía.
Su culo fue tomando forma y amoldándose a mi verga. Los movimientos empezaron a ser más rápidos y continuos. Percibí que mi suegra se estaba masturbando por que en algunos empujones me acariciaba los huevos. Sus gemidos aumentaron de intensidad y yo aumente la velocidad de mis bombeos
La estaba cogiendo con furia y fuerza, se escuchaba cuando chocaba con sus nalgas.
-- Sigue, estoy a punto. Vas a hacer que me corra por el culo – Ordenó mi suegra y yo seguí bombeando.
De repente sentí que su culo ahorcaba mi verga y supe que se estaba viniendo. Yo seguí bombeando y me dejé ir para también venirme dentro de su culo. Le incruste la verga y me pegue en sus nalgas para derramarme y ahí estuve hasta que me vine completo.
No fue un polvo duradero, como los acostumbrábamos, pero tuvo una alta carga emotiva y erótica que a pesar de lo corto que estuvo nos dejo cansados. Yo me eché a un lado de mi suegra también para recuperarme, pero ella no se recuperó, se quedo dormida. La dejamos como estaba, solo le pusimos una sabana y una cobija encima y nos fuimos a nuestro cuarto.
Primero entre a la ducha, para bañarme y limpiarme y despues fui a la cama, Verónica mi esposa ya me estaba esperando.
-- Ya pasó lo que pasó ¿Estas seguro de querer continuar con esto? – Le pregunte, quería ver como lo había asumido mi esposa.
-- Si, estoy seguro. Reafirmo lo que te dije en la tarde: mantén la discreción no quiero que alguien me eche en la cara que es tu amante, deberás ser muy precavido por que se que varias te desean, aunque tú no te hayas dado cuenta.
-- No ponías atención a esto, pero con lo que acaba de pasar estoy seguro qué estarás más receptivo y verás lo que yo veo, que muchas personas quieren estar contigo. Te doy un ejemplo: Araceli (Una amiga que con su pareja son amigos muy cercanos) te desea, se le ve en la cara y tu nunca lo has notado. Si te involucras con ella cuida que no se entere Marcelo, es tu mejor amigo y no quiero que lo lastimes.
Seguimos platicando un rato hasta que ella cerró la conversación.
-- Te amo Álvaro cerremos la conversación y ya platicaremos mas a fondo después. Mamá se va mañana después de desayunar. Visítala temprano y despídete de ella.
Me abrazo, echo una pierna sobre mi y se dispuso a dormir. No tardo ni dos minutos y ya estaba dormida. Yo me quedé pensando un rato mas en todo lo que me había dicho Verónica. Parecía ser cierto lo que decían, muchas personas me deseaban y yo no había puesto atención en ello.
Nuevamente me paso por la cabeza mi mamá y mi hermana, seducirlas a ellas sería como la constatación de que lo que decían mi suegra y Verónica era cierto. Pensando esto me quedé dormido.