25 años de casado (2). El viaje a México

Un viaje a México a la mar de entretenido con mi suegra y mi cuñada

Capítulo 3 (El viaje a México)

El siguiente lunes no hay nada interesante que reseñar, salvo que durante la mañana un cliente me hablo para ver si nos podíamos ver en la ciudad de México el martes. No era algo agradable para mi viajar de ida y vuelta a la ciudad de México, sobre todo en semana santa que el regreso estaría muy saturado, pero negocios son negocios así que acepte.

En la noche, cuando llegué a la casa ya había llegado mi cuñada Estela, me sorprendió pues se suponía que todas llegarían el miércoles. Durante la cena mi suegra pidió que aprovechando el viaje quería acompañarme a México pues quería ver unos contactos del negocio que quería arrancar, y como su socia sería Estela, se había tomado la libertad de llamarla y pedirle que se viniera antes.

Una de las citas que había conseguido era muy tarde lo que nos obligaba a regresar a Querétaro muy noche o quedarnos en algún hotel hasta el miércoles. Después de las aclaraciones me quede mosqueado pensando que planes tendría mi suegra y que tendría que ver Estela en todo ello, pero como a mi esposa le entusiasmo la idea e incluso la animó ya no dije nada y solo aclare que mi cita sería a las 10:00 am, cual nos obligaba a salir a las 7:00 por consideraciones de tráfico.

El martes mi esposa se levantó temprano para prepararnos el desayuno mientras todos nos alistábamos. Bajé a desayunar y me serví un café en lo que llegaban mi suegra y Estela. Al verlas llegar me quede alucinado, realmente venían muy guapas las dos. Muy serías para las citas que tenían, pero unas faldas arriba de la rodilla, unas blusas que resaltaban sus senos. Un estilo muy parecido, casi diría que ya trabajaban juntas.

Subí las maletas para el cambio en el hotel y abordamos el auto, mi suegra subió de copiloto y Estela atrás. Llevábamos con media hora y Estela quedo atrás dormida mientras seguía platicando con Verónica.

Por los movimientos que hacía, su falda se había subido a medio muslo y ella no hacía por volvérsela a acomodar. La plática era fluida, me explicó que le había sacado el dinero del negocio a su marido, su socia sería Estela y que le agradaría que le asesorara en el negocio, y además si me interesaba me ofrecía ser su socio también, aumentando el capital de entrada.

Mi vista estaba en un continuo ir y venir entre sus piernas y la carretera, además de que en semana santa el flujo hacia la ciudad de México es realmente flojo, no así el de salida que todos quieren ir de vacaciones.

En medio de la plática escucho:

--Álvaro. Mira, hoy me puse liguero para ti. – mientras con la mano subía intencionalmente más su falda por su muslo y pude apreciar que llevaba ligero. Subió la falta hasta el límite de las medias y el inicio de las ligas.

-- Si. Se ve estupendamente. – Respondí mientras llevaba mi mano hasta su muslo y lo acariciaba y con mis dedos liberaba las ligas de su pierna derecha y subía más la falda hasta tocar su panty. Ella solo separó las piernas para facilitarme la labor.

Ya con la palma de mi mano acariciaba totalmente su vulva y ella tenía totalmente abiertas las piernas. Yo solo volteaba a ver a mi cuñada, para ver si seguía dormida.

-- Quítatelas – le dije mientras con mis dedos jalaba el panti hacia sus rodillas.

-- Pon atención en la carretera – me avisaba mientras se quitaba las ligas de la pierna izquierda y a continuación deslizaba sus pantys por sus piernas. Guardo su panti en la bolsa, volvió a abrochar las ligas y recargándose en la puerta me ofreció totalmente la vista de su vulva mientras la acariciaba con sus dedos.

Durante un rato estuvo acariciando su clítoris, metiendo sus dedos a su vulva mientras contenía sus gemidos. Puse mi mano en su muslo y la jalé hacia mí. Se acerco en el asiento y sin más aviso metí mis dedos en su vagina. Agarró fuerte mi brazo mientras aguantaba sus gemidos. Estuvo estimulándola así un buen rato hasta que sentí su orgasmo. Solo emitió un pequeño gemido mientras casi me arrancaba el brazo.

Después de eso se recompuso y seguimos platicando. Al llegar a la caseta de peaje y disminuir la velocidad mi cuñada se despertó, también se recompuso y el resto del viaje estuvimos platicando de temas variados.

El plan era que yo llegaba a mi cita y ellas tomaban un taxi a l lugar donde sería su cita. Llegamos a mi cita a las 9:30 y de último momento me indicaron que habían cambiado ligeramente los planes. Verónica iría sola a la cita y Estela me esperaría en el hotel. Ya habían reservado habitación en un hotel de la zona y mi suegra se movería en taxi.

Busqué un estacionamiento y me despedí de ellas. Mis asuntos ya los había terminado a las 12:00 por lo que me dirigí al hotel. No sabía que habitación nos habían asignado por eso tuve que pasar primero a recepción y preguntar la habitación.

Mi cuñada me estaba esperando viendo la tv. La saludé, me deshice la corbata y también me senté en la cama a ver televisión. Yo estaba nervioso pues no sabía si ella era parte de los planes de mi suegra, pero de repente me suelta entusiasmada

-- Álvaro, en Perisur está proyectando “Garras“con Michael Douglas y Val Kilmer. Vamos, ándale, tengo ganas de ver esa película.

Yo sin ningún otro plan que hacer y sabiendo que la película tenía buenas referencias acepté, ofreciendo antes comer. No aceptó pues la función era a la 1:00 y nos quedaban escasos 15 minutos. La plaza estaba cerca y fuimos caminando.

Me dijo que comprara las golosinas mientras ella compraba los boletos. Realmente a esa hora estaba vacío el cine. Cuando llegamos a la sala esta estaba prácticamente vacía y ella buscó unos lugares casi hasta atrás y a la derecha. Ya me suponía que iba a pasar algo.

La película dio inicio, le repartí sus golosinas y sin ningún otro incidente nos dispusimos a verla. A medía película más o menos, cuando las emociones de la película estaban cargadas ella se inclina sobre mí, abraza a mi brazo y buscando acomodar mejor mi brazo mi mano quedo sobre su rodilla. Plasme mi mano en su rodilla, directo sobre su piel y ella no hizo el menor intento de quitarla, así que ahí la deje. Ella tenía las piernas cruzadas, la izquierda sobre la derecha.

Empecé a acariciar con mis dedos su rodilla y cualquier susto que ella tenía yo lo aprovechaba para deslizar más mi mano por su muslo. Ya está deslizando también la falda sobre su muslo cuando separó sus piernas y mi mano quedo entre ellas acariciando el interior de su muslo. Ella seguía sin decir nada así que me puse más atrevido y mi mano siguió avanzando.

Percibí que ella ya no ponía más atención a la película, su respiración se hizo más rápida y separó más sus piernas. Llegué a su vulva y la empecé a acariciar sobre el panty. Ya estaba húmeda. Volteo a verla y ella a mí y mientras meto mis dedos debajo de su panty me acerco a besarla. Me recibió con sus labios mientras mi dedo acariciaba y separaba sus labios inferiores. Estaba totalmente empapada.

Esa posición era muy incómoda para mi brazo, así que saco mi brazo y lo pongo detrás de su cabeza sobre sus hombres mientras la empiezo a besar con más intensidad. Mi mano izquierda se va a su entrepierna y empieza a acariciarla, hago a un lado su panty y meto mi dedo medio en su vulva.

Ella me abraza y nos empezamos a besar ya muy apasionadamente, nuestras lenguas jugaban y mi dedo prácticamente se la estaba cogiendo. Me atrevía a juntar dos de mis dedos y ahora se los estaba metiendo. Ella empezó a mover la cintura buscando mis dedos. Sus gemidos eran intensos, solo esperaba que no se notaran con el volumen de la película. No sé cuánto estuvimos así, solo unos minutos, entonces sentí como aumentaba los movimientos de su vulva, la respiración se volvía más intentas y me apretaba más con sus brazos hasta que explotó en un orgasmo.

Mojó prácticamente toda mi mano, de repente su respiración se hizo más pausada, sus movimientos disminuyeron.

-- Gracias, fue bonito, ¿pero tu como estas? – me dijo mientras se relajaba sobre el sillón.

-- ¿Cómo estoy? Muy caliente cuñadita – Le dije casi en su oído.

-- Déjame compensarte – Dijo buscando el cinturón de mi pantalón y lo desabrochaba, después el pantalón y el cierre. Solo bajo mi trusa y liberó mi verga. Como que volteo a la sala viendo si alguien podía observarnos y se inclinó sobre mi verga metiéndosela en mi boca.

Prácticamente la devoraba, me acordé de su mamá. Era igual de buena mamándomela.

-- Espera, estoy muy caliente – Traté de prevenirla antes de venirme en su boca, pero ella siguió mamando. Otra vez recordé a su mama así que la deje hacer. Solo veía como su cabeza se movía arriba y abajo mientras mamaba mi verga.

Solo levante mi cintura como señal de que ya me venía y ella continuó. Mientras mamaba usaba su lengua con mi verga y derrame todo en su boca. Chorro tras chorro los deposite en su boca mientras sentía el musculo de su garganta trabar todo mi semen y siguió así hasta dejarme vacío.

-- ¿Te gusto mi recompensa? – Solo pude responder con la cabeza. Estaba totalmente hundido en el sillón recuperándome del orgasmo.

Yo me cubrí la verga con mi trusa y me acomodé el pantalón. Al terminar ella se acomodó sobre mi hombro y terminamos de ver la película. Yo seguía con mis manos entre sus piernas acariciando su muslo muy cerca de su vulva.

Cuando termino la película ella se levanta primero, me monta y me empieza a besar. Yo también empecé a besarla y meter mis manos por su falda. Se levanta y me toma la mano jalándome.

-- Vamos, estoy ansiosa por llegar al hotel – y solo me deje llevar.

Salimos tranquilos del cine, pero en la calle, cada ciertos pasos se voleaba y nos besábamos apasionadamente. Así fue el camino al hotel, ahí fue un poco mas reservada hasta llegar al elevador. Dentro del elevador y viendo que estábamos solos nos empezamos a besar. La empujo hacia la pared del elevador y me abraza con una de sus piernas. Yo solo acariciaba sus muslos con mi mano hasta llegar a sus nalgas. Le había subido la falda casi a la cintura. En cuanto oyó el timbre del elevador se contuvo, se arreglo y salimos al pasillo normales. Caminamos de la mano hasta el cuarto solo pensando una cosa. Realmente estábamos muy calientes

Solo fue entrar y nos enredamos en un abrazo muy caliente, caminando hacia a cama, nos dejamos caer en ella mientras seguíamos besándonos. Ella quiso desvestirme pero yo no la deje. La volteé hacia abajo y el levante el culo. Ella ofrecía algo de fuerza, pero no mucha. Le arremangue la falda a la cintura y le baje las pantis a las rodillas. Lo primero que hice fue lamerle el culo y meter ligeramente mi lengua.

-- Siiii, vamos, lámeme el culo, soy toda tuya – mientras le separaba las nalgas con las manos y le metía más mi lengua.

Dejo caer su cabeza a la cama y con sus manos separaba las nalgas.

-- Mira es tuyo, cógeme. Voy a ser la más puta – Me desconcertaba lo que decía, ¿De que hablaba? ¿Iba a ser la más puta entre quienes? ¿Acaso había un plan entre mi suegra y mis cuñadas?

Mientras cavilaba no podía dejar de ver ese culo impresionante, que se me ofrecía completamente. Me hinqué detrás de ella, busqué su vulva con mi pene y se la encajé. Solo dio un berrido sordo y grave hasta que choque contra sus nalgas.

La agarré de la cintura y la jalaba hacia mí, le encajaba mi verga a caja empujón. Ella solo gemía y gritaba, pero yo quería más, quería su culo. Estuve bombeando sin cambiar de posición hasta que ella explotó en un muy húmedo orgasmo, sus líquidos resbalaban por mi verga y hacia mis muslos.

Me separé de ella y busqué su maleta de cosméticos

-- ¿Trajiste crema? Voy a lubricar tu culo.

-- Si, en el neceser – moviendo la mano sin cambiar de posición. Fui busque una crema y regresé a la cama, le embadurné el culo con crema y mi verga también. Se la acomodé y no dijo nada. No me rechazo. Tuve que ayudarme con los dedos para hacerle entrar el glande, pero una vez adentro solo empujaba.

No decía nada. Estaba como ida, solo gemía. MI verga fue entrando poco a poco hasta que la tuvo toda adentro. Y empecé un movimiento suave, pues su culo realmente me apretaba. Ella metió su mano entre las piernas hasta alcanzar mis huevos y los masajeaba y me jalaba hacia ella.

Su culo fue amoldándose, mi verga resbalaba mejor. Soltó mis huevos y por el movimiento de su mano vi que se estaba masturbando. Ahora sí aumente el ritmo y le encajaba cada vez mas rápido la verga. Me encantaba llegar hasta sus nalgas y ver como mi verga se perdía en su culo.

  • Me voy a correr Alvaro, dame más rápido – mientras aumentaban sus suspiros. Pero solo eran suspiros, yo veía como que estaba totalmente concentrada. Fue en ese instante que me desaté y empecé a perforarla con furia.

  • Párteme Alvaro, cógeme. Me gusta ser tu puta. Sigue ya me vengo.

En un momento casi estrangula mi verga. Me di cuenta que se estaba viniendo. Era como una corrida silenciosa pero intensa. Unos segundos mas y también exploté y llené su interior con mi leche.

Seguí entrando unas pocas veces mas hasta que mi pene quedo flácido y salió de su culo. Me encantó verlo, abierto y con un hilillo de semen saliendo.

Ella estaba exhausta. Fue acomodándose en la cama y quedo profundamente dormida. Yo también me recosté a su lado y me dormí.

Después me desperté, ella seguía profundamente dormida. Me levanté y vi el reloj. Eran apenas las 6:00 pm y Verónica no había llegado. Fui a darme una ducha. Estaba en medio del agua caliente cuando Verónica entra al baño

Me saluda mientras se va quitando la ropa y entra conmigo a la ducha, nos empezamos a besar mientras me dice

  • Ya vi como dejaste a Elvia. Se ve que le diste una buena cogida de culo. Yo también quiero mi ración – Mientras se inclinaba, abarraba y mi verga y la empezaba a mamar. De inmediato me la puso dura.

Una vez que la tenia dura se levanto y se inclinó sobre la pared ofreciéndome sus nalgas – Todavía respeta mi culo. Aún no estoy preparada – dijo mientras frotaba y movía su culo contra mi verga.

Tomé mi verga con la mano y la apunte a su vulva, la empujé despacio pero continuo. Cuando juntamos nuestros cuerpos ella empezó a mover su culo en círculos, frotando sus nalgas contra mi vientre. Levanto más las nalgas y yo aumente mi ritmo.

  • Hazme venir y vámonos a la cama, supongo que después de lo de Elvia vas a tener muy buen aguante – Y suponía bien, ahorita iba a ser más tardado venirme así que me dispuse a taladrarla.

Empecé un movimiento furioso, entrando y saliendo, chocando con sus nalgas. Ella gemía y me alentaba a continuar. Creo que no fueron ni dos minutos lo que duramos y ella explotó en un sonoro orgasmo.

  • Me vengo amor, como me gustas – y fue relajándose poco a poco mientras tomaba el jabón y empezaba a tallarse.

  • Vamos rápido que quiero que me des otra cogida – Mientras se enjabonaba para a continuación enjuagarse. Ocasionalmente se bajaba a mi verga para mamarla y mantenerla dura.

Nos secamos y fuimos desnudos a la recamara. Elvia seguía dormida, pero al sentirnos empezó a despertarse. Verónica y yo nos echamos a la cama devorándonos a besos mientras nuestras piernas se enroscaban. Frotaba mi verga contra su vulva mientras nos movíamos por la cama. En una de esas mi verga la penetró, coincidiendo con la posición del misionero.

Ella me abrazó con las piernas y empecé a taladrarla. Nos mirábamos, nos besábamos, nos decíamos palabras dulces. Volteo a ver la otra cama y Elvia se estaba masturbando mientras nos veíamos. Para mí eso fue el acabose y me deje ir. Aumente mi ritmo y solo aguante hasta que Verónica tenía su orgasmo. Nos venimos juntos mientras nos besábamos.

Me deje caer a un lado mientras al mismo tiempo que nos relajábamos, momentos después escuchamos el orgasmo de Elvia y solo volteamos a ver. Elvia se levantó diciendo que iba a bañarse, nosotros nos quedamos en la cama. Ahora si caí profundamente dormido.

Me desperté y escuché ruidos de acomodar platos. Habían pedido servicio al cuarto y los estaban acomodando en la mesa. Cuando vieron que ya estaba despierto me invitaron a cenar junto a ellas. La cena fue divertida y relajada, cotando chistes y anécdotas hasta que de plano interrumpí la plática y les dije que me tenían que decir que estaba pasando, que era lo que pretendían, que yo estaba contento, pero era muy riesgoso lo que estábamos haciendo.

Después de insistir solo me dijeron que todas tenían unos matrimonios difíciles, que mi suegro que tenía trabajando con él a mis concuños y mi cuñado se la pasaban de putas y ellas estaba totalmente abandonadas. Que tenían que hacer que sus esposos les hicieran el amor, cuando lo llegaban a hacer, con condón para que no les pegaran alguna enfermedad.

Que ellas veían como trataba yo a mi esposa y que dado que mi esposa se había vuelto “asexual” en los últimos tiempos querían compensarme y que su plan era convencer a mi esposa de compartirme. Al final de la plática solo me levante, tenía un sentimiento encontrado entre enojo por ser manipulado y excitación por tener a 4 hembras a mi antojo.

  • Me voy a dormir, mañana hay que levantarse temprano. Solo espero que no nos explote esto en la cara – Les dije mientras me acomodaba a dormir.

  • No te preocupes, tenemos claro lo que vamos a hacer – Dijo Verónica mientras yo me dejaba ir y quedaba completamente dormido.

Al día siguiente me desperté hasta las 6:30. Ellas todavía estaban dormidas y me fui al baño, me bañé y vestí ahí mismo para no despertarlas. Cuando salgo del baño eran casi las 7:00, sonó el despertador y ellas empezaron a levantarse. Estaba contentas, me saludaron, me besaron y se fueron al baño. Aparecieron media hora después listas para el viaje. Cada quien preparó su maleta y salimos.

Fuimos al buffet del restaurant, cerramos la cuenta en el hotel y partimos hacia Querétaro. Yo iba serio, pensativo.

  • Alvaro ¿Estas molesto por lo que te revelamos anoche? – Me pregunta Verónica.

  • Ah no, - dije yo tratando de cambiar mi tono – Solo esto pensativo, preocupado. Es atractivo todo lo que me dijeron ayer pero no quiero regarla. Quiero mucho a Verónica y a mis hijas y no quiero perderlas.

  • Créeme. No habrá problemas. No sé si lo has notado pero tienes mucha ascendencia sobre las mujeres. Les resultas muy atractivo. Las conquistas de una manera muy fácil. Sin esfuerzo. – Empezó a explicarme Verónica.

  • En la mitología china a esto se le dice estás bajo la influencia del melocotón. Eres sumamente atractivo para el sexo opuesto. – Y empezó a darme toda una teoría que ella había leído. A la tercera o cuarta fase yo ya estaba divagando, solo se me habían quedado las palabras “mitología china”, “melocotón” y “ascendencia sobre el sexo opuesto”.

Me propuse leer más sobre el tema, no por qué lo creyera sino para entender mejor sobre lo que mi suegra estaba hablando. Si tenía claro que cuando estaba soltero tenía mucho éxito. Las compañeras de la escuela me buscaban, las vecinas también, etc.

De repente se me cruzaron en la mente mi mama y mi hermana. ¿Esa ascendencia también sería sobre las mujeres de mi propia familia? Sería interesante averiguarlo. Estaba fantaseando sobre esto cuando siento que agarran mi pene

  • Mira mamá parece que le gusta la idea. Ve como se le puso. – Dijo Elvia mientras me agarraba la verga sobre el pantalón.

  • Alívialo, no puede ir así todo el camino – Le indico Verónica y Elvia solo hizo por desabrochar mi pantalón.

  • Espera, la carretera está muy transitada – solo atine a decirle.

  • Párate en un descanso, tengo ganas de mamarte la verga. – Insistió Elvia. Así que me orillé en la carretera a la primera oportunidad.

Al detenernos Verónica se bajó del auto y se paró a un lado de la puerta del conductor. Supongo que para que los pasajeros de los vehículos no pudieran ver lo que pasaba en el interior del carro. Elvia me sacó la verga y empezó a mamarla. Era intensa y rápida la mamada. Me sorprendió cuando se metió toda la verga a la boca. Le traspase la garganta. Era la primera vez que me hacían esto.

De repente sacaba mi verga y solo veía subir y bajar su cabeza mientras me la mamaba para a continuación meterse otra vez la verga totalmente en su boca. Así no iba a durar mucho y solo la deje hacer. Metí mis dedos entre su cabello para acompañar su movimiento.

No duro mucho, creo que fueron dos minutos cuando le avise que me corría. Ella solo dejó el glande en su boca y empezó a mamar hasta recibir toda mi corrida. Se la tragó y siguió mamando hasta que yo me relajé.

Nos arreglamos y le gritamos a Verónica que ya podía entrar. Subió al carro y arrancamos. El resto del viaje fue más ligero. Continuaron las bromas, pero yo no podía dejar de pensar en lo que me dijeron. Pondría más atención en las mujeres que tenía cerca de ahora en adelante.