2050 (2)

Tania y sus ciberamigas siguen con la orgia en el futuro sin saber que van a ser victimas de un ajuste de cuentas.

2050 (II)

Fogonazo

Desenfoque

Cambio de posiciones y postura.

Las chicas, ajenas a lo que se les viene encima, están estiradas sobre la cama, disfrutando una de la otra.

Cada una tiene su cabeza en extremos opuestos de la cama. Las dos estiradas. Las dos con su pierna izquierda enganchada a las sábanas y la derecha ligeramente levantada. Las dos notando su coño frotando con el de la otra.

Son dos tijeras, intentando cortarse la una a la otra, chirriando de placer aún estando muy bien lubricadas. Los pelos de la raja de Tania presionan entre los sensibles pliegues de ambas. Al rozarse, las dos notan como sus conejitos se abren en un lubricado beso vaginal.

-"Aprieta con fuerza. Empújame. Párteme en dos"- le pide Tania a Carrie.

-"Vas a veeeer. Te voy a haceeer gritar como nuuuuuunca." Le responde Carrie mientras aprieta con todas sus fuerzas contra el coño de su compañera.

Ambas aprietan con fuerza en dirección opuesta. Parece que quieran meterse una dentro de la otra.

Ambas se apoyan en su codo izquierdo.

Ambas menean las caderas arriba y abajo.

Ambas miran al techo mientras emiten jadeos.

Ambas notan sus conejitos goteantes de un calor casi doloroso. Gritan al unísono mientras un orgasmo compartido las mantiene enganchadas a la cama.

Ambas arrugan las sábanas entre sus dedos.

-"AAaahhhh" es lo que pueden llegar a articular estas dos orgásmicas gemelas. Tania grita más fuerte, mientras Carrie lo acompaña con un levísimo, y casi imperceptible, movimiento de cadera intentando alargar la sensación hasta un infinito imposible.

Fogonazo

Desenfoque

más largo que los anteriores

Tania sigue estirada boca arriba. A la altura de su cintura Carrie, de rodillas, se agarra las tetas mientras las frota contra otras mucho más grandes. Parece que ya ha olvidado el orgasmo de hace unos segundos.

Carla se ha unido. Por eso será que ya ni se acuerda….

Tania las mira. Está deseosa de unirse a ellas. Ahora mismo no le importa nada. Saberse entre esos finos y sudados cuerpos, que suben y bajan con sus pezones como único punto de unión, la hace sentirse olvidada.

La visión que tiene Tania es envidiable. Las ve agarrarse sus tetas por abajo, como queriendo ordeñarse. Apretándolas. Puede ver la tierna carne que las forma salir entre sus dedos. Ve el bello púbico de Carla asomar de su perfil. Ve como los pezones presionan uno contra el otro. Cuando los de Carrie suben, los de Carla bajan. Así sucesivamente en un continuo vaivén.

El calor que siente Tania es insoportable. Igual que la sensación de vacío que la recorre. Las quiere, no, las necesita.

Está claro que ellas captan su necesidad. Lejos de acceder, aumentan la presión entre sus cuerpos al tiempo que empiezan a besarse. Sus labios se juntan. Se abren. Se separan para permitir ver a Tania las dos lenguas juntarse en el vacío.

Tania no puede resistir y empieza a frotar ella misma sus tetas. Hace un momento los labios de su coño se besaban como los hacen las bocas de Carrie y Carla. No puede pensar en otra cosa. Es una gran envidiosa.

Sus dedos recorren el camino hacia su escondida fuente de calor. Pasan ligeramente por el ombligo a lo largo de su liso y duro vientre. Puede notar las abdominales tensadas por la excitación. Ya llega al nacimiento de su bello púbico. Está perfectamente arreglado e impoluto como corresponde a una mujer de su categoría y cargo.

Empieza a enredar los dedos lentamente entre ellos.

La sensación de agonía es increíble. Ella misma se está torturando.

No tardará en caer a las necesidades que la consumen: sentirse penetrada sin paro ni compasión.

Unas gotas empiezan a caerle sobre la mano con que está a punto de masturbarse. Con los ojos cerrados sólo puede imaginarse que son las gotas de sudor de las dos excitadas hembras que tiene sobre ellas las que gotean sobre su arqueado cuerpo resbalando hasta la raja vertical que le separa las piernas.

Las mira para ver sus expresiones cuando la vean penetrarse con sus dedos.

Pero enseguida se olvida de la idea. Algo le llama la atención. Su mano está completamente azul.

-"Qué… Qué es esto?" exclama con voz temblorosa.

Carla sonríe y vuelve a retomar el vaivén que nunca desearía haber dejado. Entre jadeo y jadeo logra decirle a Carrie: -"Veo que no le has explicado a qué te has dedicado este último año".

Igual de entrecortada, suena la voz de Carrie, con unos altibajos tremendos consigue explicarle un poco a Tania de que habla Carla: -"Es un po… po.. potenciadooooor sensoriaaaaal". No puede continuar. La lengua de Carla le obstruye la boca

Y su mano se mete entre sus piernas. Los suaves y depilados pliegues del coño de Carrie no tardan en ser palpados lentamente. Ni en ser separados. Ni en ser traspasados por un dedo.

Carrie no consigue articular nada más que no sean jadeos.

Carla separa la boca de ella y prosigue con la explicación sin dejar de mover el dedo introducido: -"Nuestra inteligente amiga ha estado trabajando muy duro, en un nuevo producto. Un catalizador de impulsos eléctricos que, aplicado a nuestra red de comunicaciones, realza las sensaciones captadas por los individuos conectados. Es tan simple como efectivo, como has podido comprobar.".

Ahora todo tiene sentido. Es cierto que hoy está sintiendo cosas que nunca había sentido. Al menos con tanta intensidad en tan poco tiempo. Tania no había pensado en que estaban utilizando algo semejante con ella, simplemente pensaba que Carrie se había vuelto una gran experta en el terreno de las comunicaciones sexuales.

Así, en este punto del relato nos encontramos con Carrie y Tania completamente boquiabiertas. Aunque está claro que por razones bien diferentes. El dedo que la penetra obliga a Carrie a abrir la boca. A sacar la lengua. A morderse los labios. Tania está en una pose parecida pero por otra razón completamente diferente. Es perplejidad absoluta.

Tania no puede sentir otra cosa que amor por Carrie. Aunque, seamos sinceros, Tania no tiene claro si es amor por lo que significa Carrie en el terreno personal o por la cantidad de ceros que el trabajo de Carrie hará engrosar la cuenta corriente de Tania.

No tiene fuerzas para contrarrestar sus deseos: El dedo con el que ella misma se recorría la entrepierna se funde en su coño con una simple presión. Un jadeo indica lo que acaba de hacer y lo contenta que está con ello. Un arqueo de la espalda con el consecuente levantamiento de caderas es el siguiente síntoma de la penetración a la que se está sometiendo. Con rabia y fuerza se clava el dedo más largo que tiene mientras se dedica golpes en el clítoris con la palma de la mano. No hace falta mucha presión. Su coño es un pastel caliente que se está deshaciendo y alguien se lo va a tener que comer antes que se derrita del todo

Por eso no para de gritar y mover sus caderas de arriba abajo mientras su dedo entra y sale del goteante coño. Mira fijamente a sus compañeras que se están pegando el lote.

Ellas a lo suyo. Siguen castigándola con la indiferencia.

Sin poder evitarlo Tania saca su dedo y se levanta para meterse entre las dos compañeras de orgía, incrustando su lengua en la boca de Carrie. En esta posición Tania no tarda en notar las tetas de Carrie contra las suyas, y las enormes peras de Carla recorrerle la espalda. No puede calificarse la imagen de otra manera que lasciva, de húmeda, de movimiento arriba abajo y de jadeos continuos y firmes. No hace calor, pero las tres están empapadas en sudor y con sus zonas erógenas recubiertas de un azul intenso.

Que sensación de plenitud, de no poder abarcar todo lo que tienen ante sí:

Tania besa a Carrie con pasión mientras le agarra por la nuca y frota sus pezones. Carla baja una mano y empieza a tocar los dos coños de sus amigas, aprovechando que están muy cerca uno del otro. Con las yemas de los dedos recorre a Carrie y con la palma a Tania. Carrie agarra las nalgas de Carla mientras nota como vuelve a penetrarla digitalmente.

Todas notan el olor a sexo que desprenden. Es un olor embriagador y adictivo.

Todas notan la humedad que las recorre y el sudor que las recubre.

Todas querrían fusionarse en un único ser, al menos en estos instantes de plena excitación.

Tania sigue perforando la boca de Carla. Ésta ya le mete un dedo entero a Carrie y le aprisiona el clítoris a Tania. Carrie ya tiene el culito de Carla en la punta de su dedo anular.

Presiona y lo hunde hasta el fondo….

Relámpago

Desenfoque

Tania se descubre a cuatro patas. Carla, en igual postura, está a su lado. Carrie a los pies de la cama les dedica unas atenciones a sus bajos. Con la mano izquierda a Carla y con la derecha a Tania.

Las dos empiezan un movimiento de vaivén contrario al movimiento de las manos de Carrie. Sus tetas rebotan de delante a atrás, libres y colgantes. Las de Carla casi tocan el colchón. Son enormes.

Es una chica delgada, pero desproporcionada pectoralmente. Sus pechos, de talla 105, contrastan con un cuerpo menudo. El mismo contraste que hay entre su pelo rojo chillón y su piel blanca como la leche. Su cuerpo limpio de cualquier rastro de pelo también se contrapone a su entrepierna, poblada de abundante bello pelirrojo y que, recorriéndole la raja del culo, se pierde entre la mano izquierda de Carrie.

-"¿Por qué nos has hecho cambiar. No te gustaba que estuviésemos las tres juntas?- le pregunta Tania a Carrie con un evidente signo de contrariedad.

Carrie saca el dedo que tiene en el chocho de Tania. Se lo acerca a la nariz y lo pasa todo a lo largo por ella. Aspirando. Enseguida ya lo tiene entre sus labios. Saboreando. –"Os prefiero así, bien sumisas. Os puedo catar cuanto y cuando quiera." Dice antes de volver a follar a Tania con el dedo que acaba de sacar de su boca.

-"Por cierto Tania, eres aún más deliciosa que cuando eras una chiquilla. Mejoras de sabor con el paso del tiempo. Que pena que no puedas probarte tu misma: Miel". Al oír este nombre salir de los labios de Carrie, Tania se ve lanzada por un túnel largo y sinuoso a lo largo del tiempo:

Tania recuerda los tiempos de ciberinstituto. Y aquel primer novio que tuvo, el primero con el que superó la barrera de los besos. El primero que le comió el chocho, vamos. ¿Cómo se llamaba? Qué más da. Pero es cierto que nada más rozarle los labios vaginales con su lengua, se la quedó mirando fijamente a los labios, se relamió y exclamó: -" … Miel…. Sí, miel". Y así se le fue quedando el mote, por lo dulce que le sabía el coño. Qué tiempos… Cuánto le costó que la gente dejara de llamarla "Miel". No es que le molestase, pero todo el mundo le preguntaba de donde venía ese mote y, claro, al final las excusas eran del todo inverosímiles. Pero algo de verdad ha de haber en esto porque muchos de los amantes que tenía, al comerle el coño por primera vez, todos decían: "Ya sé de dónde te viene el mote…" o algo peor como: "es verdad, sabe a miel…". Vamos que ya empezaba a precederle su fama. Claro pero Carrie la conocía desde los tiempos de estudiante y había desenterrado algo muy escondido de su memoria.

Aunque nada de esto le importa a Tania en estos momentos, y aún menos cuando Carla se ha acercado a ella y ha empezado a comerle la boca. Retorciendo su lengua contra la suya, notando como sus salivas se mezclan en un cocktail explosivo.

Las tres forman un único cuerpo. El triángulo que nos dedican las chicas se mueve al unísono en un placentero intercambio de esfuerzos y fluidos.

Tania se siente como una verdadera zorra. Ensimismada en las sensaciones que siente, no se da cuenta y se encuentra besando al aire. Su lengua, fuera de la boca, sigue buscando el contacto con Carla.

Pero Carla sólo puede mirar al frente y jadear. Jadear como una perra.

Algo ha cambiado.

Mira atrás. No puede ver la cara de Carrie. El culo en pompa de Carla se lo impide. También le impide ver como lo recorre raja arriba y abajo hasta pararse entre los pliegues de su concha, que en esa postura se presentan hinchados y bien juntitos. Lo que si nota es el movimiento que hace la cabeza de Carrie al llegar a ese punto. Presionando contra Carla la lengua le separa los labios y los penetra con fuerza, notando como la nariz se incrusta en su culo.

Tania no ve el momento que le vuelva a tocar a ella. Vuelve a sentirse olvidada. Ella sabe que esto es una orgía y hay tiempo para cada cosa, pero ella es así. No puede evitar ser egoísta. Al menos aún le dedican un par de dedos a su insaciable coño. El problema es que ya casi ni los nota con lo lubricada que está. Tania sabe que hay que saber esperar y disfrutar del momento.

Con fuerza aprieta el culo, cerrando la vagina y aprisionando los dedos con fuerza. El efecto no se hace esperar. El contacto se multiplica por 10. El jadeo sale de su garganta de inmediato. Al acabarlo empieza a mover sus caderas con suavidad. Notando como sus labios se abren y deforman con el paso de los dedos entre ellos. Nota como se doblan en su interior tocando las paredes interiores de su vagina. Nota como le recorren algo rugoso. Nota como se abren ahí dentro. Ahora no puede hacer otra cosa que apretar contra ellos con todas sus fuerzas. Se los está follando en toda su longitud.

Carrie, que se ha dado cuenta de lo que ha tenido que hacer Tania, saca los dedos, los chupa y después de dedicarle, de nuevo, un piropo por el sabor que tiene, los vuelve a introducir en compañía de un tercer compañero. Los mete horizontalmente, nada de seguir el sentido de la raja. Si Tania quiere marcha, la tendrá. Y si no tiene suficiente, ya tiene su puño preparado… Pero de momento Tania ya tiene suficiente. Nota las paredes de su coñito hacer presión ante el paso de los dedos que lo quieren abrir y abrir

Tania vuelve a jadear al compás de la melodía que le marcan los dedos. No tarda en abrir la boca y sacar la lengua. Siente la necesidad de tensar todos los músculos de su cuerpo. Y ella sabe porqué. Está cerca

Fogonazo….

Desenfoque

Carrie sigue a los pies de la cama pero de rodillas.

Carla boca arriba con el coño asomando por el límite de la cama.

Tania de rodillas mirando a Carrie y con la cabeza de Carla bajo ella.

Una perfecta cadena de producción de placer femenino.

Tania sube y baja. Y baja y vuelve a bajar, porque cada vez que lo hace ve las estrellas. La tensada lengua de Carla se mete en su dilatado coño sin contemplaciones.

A Carla le encanta esta postura. Le permite contemplar una imagen sobrecogedora: la almeja formada por la raja vertical que separa los pelos a los lados, más atrás el agujerito del culo, arrugado y bien cerradito. Las ingles tensadas para mantener la separación. Le gusta verlo pero no es nada comparado cuando el culo baja y se le incrusta en la cara: le encanta sentir que le brilla la cara y chorrea de los flujos que el coño de Tania le dedica en agradecimiento a su atención. Le encanta notar su olfato saturado de olor a coño y sudor. Le encanta notar el sabor ácido de la entrepierna femenina. Es puro sexo concentrado en su boca y nariz. No quiere que se le separe nunca, ahora mismo necesita oler a Tania y no se cansaría nunca.

Pero Tania le quiere devolver la tortura de antes y no para de levantarse una y otra vez, para dejarle catar un simple ápice de lo que Carla querría comerse entero.

-"Cómeme zorra. Sí, no disimules, eres una zorra y me vas a comer todo el coño hasta que me corra." Le dedica Tania a Carla sabiendo perfectamente como le pone ese tipo de lenguaje.

Calentándose por las palabras, Carla se lanza como una posesa a por el danzante coño de Tania.

No puede llegar a él. Cada vez que empieza a notar los pelillos en la punta de su lengua, el coño desaparece hacia arriba dejándola chupando el aire una y otra vez.

Cansada, Carla agarra los muslos de Tania obligándola a bajar, a sentarse sobre ella con todo su peso, para dejar su endurecida lengua clavada en su interior.

-"Vas a ver si soy una zorra. No te voy a dejar ni un pelo de los lengüetazos que te voy a dar".

Tania, satisfecha de haber puesto como está, deja la tortura para otro momento y empieza a mover la cintura de delante a atrás, notando y disfrutando de la lengua que se le mueve por sus interioridades. Aunque no sabe si disfruta más de eso o de la nariz entrándole un poco en el ano.

Y con cada movimiento parece notar más y más.

Quizás sea eso lo que le haga acelerar el ritmo sin un final claro para ella. Si pudiese fregaría con todas sus fuerzas.

Carla saca la lengua.

Tania suspira de desesperación. La mira a ver qué hace. –"Que no se le ocurra parar ahora" piensa para sus adentros.

Carla le ve en los ojos lo que está pensando. Sonríe.

Empieza a recorrerle el coño por fuera. Sus abultados labios, su rajita, sus ingles… un movimiento rápido y el objetivo cambia: el anillo posterior de Tania recibe la nueva visita de buen grado.

La respuesta ante esta inesperada atención es una fuerte contracción del ano de Tania.

Empieza a jadear con fuerza al sentir una lengua recorrerle el culo de nuevo. Era una sensación que tenía casi olvidada. A la mente le viene la sorpresa que se llevó la primera vez que le chuparon el culo. Para ella era algo asqueroso y que, pensaba, que nunca le podría llegar a gustar. Que equivocada estaba.

Sin tiempo para recordar viejos tiempos, la lengua se mete hacia dentro.

Carla pega lametones con fuerza, notando la piel arrugada del interior del ano de Tania. Quiere llegar a sus más recónditos pliegues, a sus profundidades más escondidas. Y no le da asco. Todo lo contrario. Notarle la vagina goteante es genial, pero dejarle el culo bien empapado es algo sublime. Notar como, cuando aprieta, el conducto se dilata, las piernas de Tania se endurecen y tensan y sin parar hasta que la oye gemir.

Tania se echa hacia atrás, apoyando sus manos a la espalda y abriendo las piernas para permitir que la taladren más y más profundo.

El cambio de postura obliga a Carla a cambiar. Ahora se ha de ayudar de las manos. Con las yemas de sus dedos separa las nalgas de Tania como si fueran el obstáculo hacia la única fuente capaz de saciar su sed. Las yemas se clavan en las paredes laterales de la raja del culo y las separan, mostrando y aislando su objetivo. Ahora vuelve a verlo más claramente. El anillo del ano de Tania se deforma por la presión que sus dedos hacen en las nalgas, haciendo que se abra ligeramente.

La imagen es sobrecogedora. No puede aguantar y se lanza hacia la imagen del centro, clavando su lengua entre las nalgas con la mayor fuerza que es posible.

Las piernas de Tania están abiertas de par en par, con su coño lubricado y chorreante, abierto igual que las piernas y mostrando claramente una lengua penetrándole el culo. La cabeza que se incrusta en su culo muestra un cuello completamente empapado, que recibe los flujos y la saliva que la boca no puede admitir. La forma triangular de la barbilla perdiéndose entre las separadas redondeces de las nalgas

Demasiado para Carrie….

Como si fuera lo único que comer en un desierto inmenso, se lanza hacia delante con la lengua saliéndole de la boca.

Estirada sobre Carla, incrusta su cara entre los separados muslos de Tania. Al instante, su lengua alcanza el clítoris de la perforada chica.

Las tetas de Carrie resbalan sobre las de Carla otra vez, mientras sus lenguas se ocupan de los dos agujeros inferiores de Tania que, como otras veces, empieza a notar las lenguas cada vez más grandes. Han empezado unas lenguas pequeñas a recorrerle coño y ano a la vez, pero ahora parece que sean 1000 lenguas moviéndose ahí abajo.

Al menos eso le parece a ella.

Carrie se desliza sobre Carla como una anguila en busca de comida. Cada vez que se tira hacia arriba nota los pezones de Carla chocar contra los suyos, y casi al instante, los pelos del coño de Tania rodearle boca y lengua. El sabor a coño vuelve a saturarle los sentidos hasta dejarla casi atontada.

Carla cada vez que nota a Carrie tirar hacia arriba se le vuelve todo oscuro. La poca luz que entra entre la entrepierna de Tania desaparece bajo la cabeza de Carrie. En esos instantes de oscuridad total sólo puede notar el gusto del culo de Tania y la rodilla de Carrie clavándosele en su peludo y pelirrojo conejito. Aunque se muere de ganas de gemir y gemir concentrándose en el contacto que siente en su chochito, el poder de atracción del olor del ano de Tania puede con ella. Cada vez intenta separar más y más las nalgas. La entrada del culo de Tania cada vez está más dilatada y separada. Cada vez más preparada. Carla nota perfectamente como cada embestida con su lengua, puede llegar más profundo, cada vez más al fondo.

Tania nota como el calor de su coño parece no tener fin. Casi es doloroso. El calor sube y sube, haciendo que algo se le infle ahí abajo. Nota el interior de su coño dilatado, con toda una hinchazón concentrada en su clítoris. Una hinchazón que crece y crece, hasta casi llegarle a los ojos, hasta casi dejarla ciega justo antes de que algo explote ahí abajo, llenándola al completo, obligándola a cerrar los ojos con fuerza, apretar los dientes justo antes de abrirlos y dejar salir un grito animal, a arquear la espalda y tensar los dedos de sus pies y manos. Eso es un orgasmo

Por unos instantes deja de percibir a sus amigas y Tania se encuentra sentada en la silla donde se estremece y convulsiona. La reacción en cadena de sensaciones que es un orgasmo siempre ha sido dificultoso de asimilar por una máquina, de ahí que cuando una persona conectada a una máquina la obliga a crear las sensaciones que un orgasmo produce, la sitúa al borde de la saturación, todos sus circuitos se ven invadidos por millones de impulsos que ni las más modernas máquinas de mediados del siglo XXI pueden procesar sin tener que dejar otras operaciones al margen. De ahí que Tania se vea "desconectada" de sus amigas y se encuentre de vuelta en su situación original. Por unos levísimos instantes puede verse sentada en la solitaria habitación, con su cuerpo completamente empapado de sudor, con los pezones en punta y su coño rezumando flujo hasta dejar una visible mancha en la tapicería.

Con esta imagen grabada en su retina, vuelve a emprender el viaje de regreso con sus dos chuponas compañeras. Al volver con ellas las encuentra aún lamiéndole su chochito y su culo. Aunque ella haya se "haya ido" durante unos instantes, su cuerpo ha seguido allí, estirado y entre las dos lenguas de Carrie y Carla.

Las dos saben que Tania se ha corrido. Para felicitarse por su trabajo se dedican unos morreos una a otra. Entre beso y beso le dedican algun furtivo lamentón a Tania, para, acto seguido, compartir lo que han recogido entre sus piernas de Tania y meterlo en la boca de la otra. Todo compartido como muy buenas amigas.

Tania continúa aguantando en la misma postura de antes. Sonríe mientras oye a sus amigas lamerse la una a la otra bajo sus genitales. Ummmm, si tuviese ganas les podría dedicar una meada. Tal como están puestas… pero de momento Tania tiene otros planes para ellas. Vuelve a sonreír….. sabe que ahora le toca a ella satisfacer a las demás

Fogonazo

Desenfoque

Tania aparece de pie. Continúa desnuda, pero con un arnés alrededor de su cintura.

Es de cuero negro, con una gran polla erecta en el centro. Supera los 20cms. de longitud y parece una polla real. Es el último modelo de la casa de juguetes sexuales. Ninguna diferencia entre una real y ésta. Bueno una sí: que esta nunca se cansa.

Así que Tania, con la polla entre los dedos de su mano derecha mira fijamente a las dos chicas que tiene ante sí.

Las dos están a cuatro patas.

Las dos tienen sus coños respectivos completamente lubricados, goteando y dispuestos a recibir lo que sea.

Tania se fija en lo que tiene ante sí. La parte posterior de las nalgas, mostrando en su centro los dos labios vaginales de las chicas. Con su raja central oscura, separándolas, haciéndolas completamente apetecibles con el brillo que tienen… parece que le estén diciendo:

-" A mí, a mi, Tania, fóllame a mi".

Difícil decisión.

Mientras Tania aprieta decididamente la polla que le sale de la cintura y se dirige hacia la cama, una mano aprieta el botón de un teclado.

Ha dado la orden

las tres están en serio peligro…. Aunque aún no lo saben.

Continuará.

Ya sabéis, cualquier cosa me escribís a tanieta99@yahoo.com