2009 Año del polvo

Como el cambio de año cambia mi vida sexual.

¿2009, EL AÑO DEL POLVO?

Quizás sea debido a la crisis económica, pero lo que me ha sucedido en este inicio de 2009, no tiene parangón con cualquier fantasía que hubiera podido imaginar.

Lo mismo que los chinos nominan a sus años con nombres de animales, así puede que tenga que hacer yo con este 2009 del que apenas han transcurrido 2 meses.

Empezaré presentándome. Me llamo Andrés, tengo 50 años, casado con Julia, también de 50 años, y con dos hijos de 26 y 24 que ya están emancipados. Al resto de la familia la iremos viendo a medida que aparezcan en este relato.

Os diré también que formamos un matrimonio convencional, y que nos podríamos definir como liberales en las ideas pero conservadores sexualmente, al menos por mi parte, ya que desde que me casé nunca tuve deseos de engañar a mi esposa y lo más algún flirteo por cachondeo, pero sin ninguna continuación. Nuestra vida sexual como os decía antes ha sido bastante intensa, y no hemos hecho ascos a ninguna experiencia, pero siempre entre nosotros. Nos gusta el morbo de hacerlo en sitios donde pueden pillarnos, aunque no hemos sido conscientes de que lo hayan hecho alguna vez y también cuando estamos de vacaciones en algún hotel solemos follar de mañana sin poner el cartel de no molesten, y ahí si que algunas veces hemos oído algún portazo.

Pues como os decía después de nuestro matrimonio no había estado con ninguna mujer, ni hombre tampoco, justo hasta que con el cambio de año han empezado a sucederme una serie de acontecimientos inesperados que son los que os voy a contar y que me han llevado a bautizar a este 2009 como año del polvo.

Todo comenzó con el cambio de año. Tradicionalmente celebramos la nochevieja en casa de mis suegros. Ahí nos reunimos: mis suegros, mis cuñados, nuestros respectivos hijos y nosotros, en total este año éramos 9. Os diré que la casa de mis suegros está en un pueblo a unos 50 kms. de nuestro domicilio (nosotros somos de una capital mediterránea), y con unas comunicaciones bastante deficientes. Mis cuñados se llaman Jorge y Amelia. Amelia es la hermana de mi mujer, tiene 48 años y tienen una hija de 24 años y que ya vive con su pareja aunque suelen ir a cenar con nosotros y luego se marchan por ahí de marcha al igual que nuestros hijos.

Pues bien, este año había decidido llevar a mi mujer a un cotillón después de la cena y ya había reservado las entradas, con la mala suerte de que justo ese día cogió un trancazo que la tuvo toda la tarde en la cama con algo de fiebre. Se levantó para cenar y tomar las uvas y se la veía mala cara. Cuando terminamos de las uvas comenté,

Mira que es mala suerte, ahora tendríamos que habernos ido al cotillón-

Mi cuñada, dijo:

Vaya putada, para una vez que se os ocurre salir, con lo bien que os lo hubierais pasado.

Y mi mujer contestó:

  • Pues si, me hubiera gustado pero

Mi cuñada le volvió a decir:

Y a quien no.

Y entonces mi mujer me dijo:

  • ¿Por qué no les das las entradas a Jorge y Amelia y que vayan ellos?

Yo le dije que por mi no había ningún problema, que al menos así se aprovecharían.

Pero enseguida intervino Jorge, que es un poco rarillo y dijo que él no salía de casa, que estaba cansado y que enseguida a donde iba a ir es a dormir.

A Amelia se le quedó una cara triste que todos vimos y mi mujer entonces dijo que podía ir yo con su hermana. A mi la idea no me sedujo porque aunque nos llevamos bien nunca hemos tenido demasiada familiaridad y me parecía que la noche no resultaría demasiado divertida, pero pensando que ella se negaría dije que por mi no habría inconveniente, pero que eso sí, si salía me quedaría ya a dormir en casa.

Mi sorpresa fue que Amelia dijo que tampoco la importaba, que nunca había estado en uno y que le gustaría conocer el ambiente y que si luego la podía acercar a su casa y al día siguiente ir a buscarla para volver a comer a casa de mis suegros que se iba.

Yo la dije que por eso no había problema, ya que ellos viven cerca de nosotros, bueno en la misma ciudad pero en otro barrio. Así que se arregló un poquillo y sobre las 00,30 horas cogimos el coche y nos marchamos.

Tardamos cerca de una hora en llegar y cuando entramos ya estaba muy animado. Nos pedimos unas copas y nos sentamos un rato. Mi cuñada se tomó rápidamente la copa y me dijo que si pedíamos otra. Yo le dije que tenía que conducir y que la tomaría tranquilamente, pero que teníamos barra libre y podía pedirse lo que quisiera. Se pidió otra y me dijo que si quería que fuésemos a bailar un rato. Yo la verdad es que no tenía ganas, pero para que no se llevara mal concepto de mi le acompañé y estuve bailando 3 o 4 canciones y me senté. Ella siguió un rato más y cuando volvió me dijo que sino me gustaba bailar. Yo la dije que si, pero a lo agarrado.

Toma y a mí, ¡no te jode!, me soltó (en ese momento me dio un vuelco el corazón, pues nunca le había oído hablar así y además con el énfasis que lo dijo), pero no creo que aquí vayan a poner canciones lentas.

Pero lo que son las cosas, pasado un rato empezaron a poner canciones lentas y entonces me dijo que ahora no tenia excusa para no bailar. Así que salimos a la pista y empezamos a bailar. Yo la notaba que por las copas que se había tomado estaba algo tambaleante y que a veces se arrimaba demasiado. Y en alguna de esas ocasiones había notado sus tetas en mi pecho y las había sentido demasiado blandas, como si no llevase sujetador. En esos momentos mi cabeza empezaba a elucubrar y me fui animando a tocarle la espalda para ver si eran imaginaciones mías o era cierto. Lo cierto y verdad es que no encontré por ningún sitio las tiras del sujetador y sin embargo lo que si empecé es a notar una erección.

Por suerte acabó la música lenta y nos volvimos a sentar. Ella dijo que se iba a pedir otra copa y de paso iba al baño. Cuando volvió me dijo que le había gustado bailar conmigo y que si después volvían a poner canciones lentas volveríamos a bailar. Me empezó a hablar de cosas que ahora mismo no recuerdo, vamos que la bebida le había desatado la lengua. En un momento que paró aproveché para decirle que si podía preguntarle una cosa.

Si, por supuesto, tu pregunta que ya veré si te respondo, ja ja ja, me dijo.

Nada es una tontería, que me ha parecido que no llevas sujetador, ¿estoy acertado?

Ja, ja ja, si que lo estás, pero lo que no sabes es que tampoco llevo bragas, antes cuando fui al baño me las mojé y me las he tenido que quitar, y va me abre el bolso y me enseña un trozo de papel que envuelven unas bragas.

Aquello fue como un detonante y en ese momento sentí unas enormes ganas de follarmela, se me había puesto la polla dura como no la había sentido en años. Así que decidí que había que pasar al ataque, con la buena suerte que en ese momento volvió a cambiar la música y volvieron a poner canciones para bailar agarrados.

Esta vez fui yo el que la invitó a bailar y aceptó sin ningún problema. Mientras bailábamos mis manos la iban recorriendo la espalda y bajaban hasta su culo poco a poco sin obtener resistencia. Al mismo tiempo la iba acercando cada vez más a mí y le decía cosas al oído como que debía tener buenas tetas, porque las sentía golpearme y que su culo me estaba excitándome, etc.

Ella no decía nada, solo se reía, pero no se separaba ni un milímetro.

Por desgracia la música lenta duró poco y nos volvimos a sentar.

Entonces me dijo que si me apetecía otra copa hasta que volviéramos a bailar y fue cuando se me brindó la oportunidad que estaba esperando. Le dije:

Mira, si que me apetece otra copa y bailar, pero ya sabes como está ahora lo del tráfico y soplar, más en un día como hoy, así que lo que podíamos hacer es tomarla en casa, todas las que queramos y para bailar no te preocupes que tengo varios CD´S con música bailable.

O.K. me dijo, cuando quieras nos vamos.

En menos de un cuarto de hora estábamos en mi casa, ella poniendo unas copas y yo buscando los CD´S,. Yo no había bebido prácticamente nada y estaba en perfecto estado, pero a ella se le notaba bastante cargada y con sudores, así que no se me ocurrió otra idea mejor que poner la calefacción.

Empezamos a bailar tan pegados como en la disco y yo la notaba cada vez mas sudorosa, así que la dije que sino tenia calor.

Ufff... estoy achicarrá me dice, como siga así me voy a tener que quitar el vestido.

Ten cuidado que no llevas nada debajo.

¿Te vas a asustar de ver a una tía desnuda?

No, pero en este caso no es una tía, es una cuñada, ja ja ja.

Ya, pero que no tiene nada distinto de lo que tendrá mi hermana, ja ja ja.

Nunca se sabe.

Y dicho esto, va, se aparta de mí y se quita el vestido, quedándose en bolas.

  • ¿Bueno, seguimos bailando? Me dice

Si claro, aunque no sé si no perderé el compás, ja ja ja.

(Lo cierto es que ya fuera por el ambiente o por el morbo de que era mi cuñada, estaba buenísima así desnuda, tenia unas tetas firmes, no demasiado grandes, con unos pezones tiesos y oscuros. El vientre plano, una gran mata de vello negro en la ingle aunque arreglado, las piernas no eran largas pero se las veía bien trazadas y un culo sin ser exagerado con unas nalgas carnosas, adonde fueron enseguida a parar mis manos.

No hacía otra cosa que sobarla el culo y apretarla contra mí, mientras empezaba a morderle las orejas y besarle la nuca.

¿No tienes tu calor?, me preguntó.

¿Por qué lo dices?

No, por nada, es que me ha parecido sentir que algo se movía a la altura de mi ombligo, ja ja ja.

Bueno, si, un poco si.

Pues ya sabes como se arregla, o bajando la calefacción o quitándote ropa.

La muy puta se había dado cuenta de lo de la calefacción, y yo creyendo que estaba pedo total, así que me dije, adelante.

Pues la calefacción no la voy a quitar, y diciendo esto me empecé a desnudar hasta quedarme también en pelotas, con un rabo que miraba a la lámpara.

Ahora veo porque siempre está tan contenta mi hermanita, me dice mirándome el cipote. Mientras yo haciendo trabajos manuales la mayoría de las veces. (Mientras me decía esto se estaba metiendo el dedo en la boca y chapándolo). ¡Venga tomemos otra copa!

Cuando fui a buscar las copas miré el reloj y ya eran las 5,00 de la mañana, así que le dije que esa era la última copa que iba a tomarme y luego la llevaría a casa y me iría a la cama, para ver hasta donde estaba dispuesta a llegar.

No me equivoqué, ya que me dijo que sino me daba pereza salir de casa y que además podía pararme la policía en un control, que mejor se quedaba ella a pasar la noche, vamos si no tenia inconveniente.

Por mí ningún problema, lo único que tendrás que ocupar el lugar de tu hermana en la cama, pues las otras no están preparadas y el sofá es incomodo, ja ja ja le dije.

Bueno. He usado la invitación de mi hermana para ir al cotillón, he de compartir la cama de mi hermana. ¿También voy a tener que follar contigo?, ja ja ja.

¿Te gustaría?

Esta vez no respondió sino que me agarró la polla y empezó a pajearme y se agachó para metérsela en la boca.

Espera, que me doy una ducha que estoy todo sudado, le digo

Te acompaño, que aun no me he limpiado después de lo que te comenté en la disco.

Nos duchamos juntos, yo le enjabonaba bien sus tetas y su coño, luego le di la vuelta y la pasaba la mano por la raja del culo, e iba metiendo un dedo que con el jabón entraba sin ninguna dificultad. Ella asimismo se estaba entreteniendo con mi polla, hasta que la dije que parase o sino no se la iba a poder meter.

Así que nos aclaramos, nos secamos y nos fuimos para el dormitorio, yo empecé a besarle las tetas y comerle los pezones, ella tenía la cara roja de excitación y empezaba a jadear. La vi que se metía un dedo en el coño y se estaba masturbando, así que me bajé hasta su clítoris y empecé a lamérselo. Ahora ya no jadeaba, ya gritaba, me decía, ¡que cabrón, porque no me hará esto mi marido!, ¡joder con mi hermana, las cosas que te ha enseñado!, ¡follamé tantas veces como quieras!, y cosas por el estilo. Mientras tanto no se como se las apañó para darse media vuelta, cogerme la polla y metérsela en la boca hasta el fondo. Estábamos haciendo un 69 perfecto, tanto que sin darme cuenta me corrí como un quinceañero sin que ella se sacase la polla de la boca y siguiera chupando y chupando. Yo no sé el tiempo que estaríamos así, pero lo que sí sé es que volvía a estar empalmado y esta vez quería metérsela en el coño que estaba encharcado de sus jugos y donde tenía metidos tres dedos. Así que la volteé y poniéndole boca arriba la ensarté la polla en el coño hasta sentir mis testículos golpear su sugerente culo. Ella cerró las piernas en torno a mí para que no me escapara y empezó a agitarse y moverse como una posesa. Se sentía los latidos del coño cada vez que tenía un orgasmo y puedo asegurar que al menos conté 7. A mi me costaba correrme después de la anterior corrida, pero eso no impedía que mi nabo se mantuviera tieso como un palo. Mis manos iban unas veces a sus tetas, otras a su ano, que cada vez estaba mas dilatado y ya me cabían dos dedos. Por fin conseguí llenarle su coño con mi leche y exhaustos nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente, el primero en despertarse fui yo y la vi allí encima de la cama, totalmente desnuda, tan apetecible que empecé a chuparle nuevamente el clítoris. Tenía el sabor de la mezcla de mi leche y sus jugos y no tardó en despertarse ella también.

  • ¿Pero que haces?, fue lo primero que me dijo. ¿Y porqué estoy aquí desnuda?

Yo pensé que me estaba tomando el pelo, pero le seguí la corriente.

¿Ya no te acuerdas de esta noche?, pues menudos polvos me has echado le dije, hacía años que no disfrutaba tanto, aunque tu tampoco fuiste mal servida.

¿Que estás diciendo, no seas cabrón, que me has hecho?

Pues lo que tu me pedías y vamos que no lo debí hacer mal porque gozaste de lo lindo.

¿Ah si?, pues lo vas a tener que repetir porque no recuerdo nada y ya que tu has disfrutado de mi coño no me vas a dejar a mi sin que disfrute de ese pollón (os diré que tampoco es para tanto). Y por cierto date prisa que tenemos que volver a casa de mis padres.

Es verdad, pero espera.

Entonces cogí el teléfono, llamé preguntando lo primero como había pasado la noche Julia, y luego diciendo que anoche no arrancaba el coche, que Amelia había tenido que dormir en el sofá porque no la pude llevar a casa y que iríamos en cuanto solucionásemos la avería, que había llamado a un taller de guardia pero dadas las fechas que eran no sabían a que hora podrían arreglarlo.

Ves, ya está solucionado, así que espera un momento que te preparo el desayuno y vas a saber quien es tu cuñado.

Creo, que para desayunar comeré "plátano", ja ja ja y dicho esto se lanzó como un animal enjaulado hacia mi polla que ya estaba en plenitud de facultades.

Estuvimos hasta que anocheció follando sin parar, sobre todo ella, ya que yo tenía que recuperarme, aun así conseguí correrme tres veces, la ultima de ellas con la polla dentro de su culo que ya se había adaptado y que me confesó que era la primera vez que se la metían por ese agujero y que no le había disgustado pero que dado como era su marido podía ser la última vez que fuera penetrada analmente.

Por cierto, te puedo hacer yo una pregunta a ti, me dijo.

Claro mujer, dispara

¿A mi hermana le gusta que le des por el culo?

Bueno, no es lo que más le gusta, pero cuando está con la regla o estamos muy ciegos, no le hace ascos.

¡Que zorrón!, pero ahora la comprendo, ja ja ja.

Después de este inicio de año me han pasado otros casos que os contaré próximamente, aunque si os adelantaré que a mi cuñada no he vuelto a verla en la intimidad y que cuando hemos coincidido o hablado por teléfono no hemos mencionado este episodio. Creo que tanto para mí como para ella fue eso que se llama estar en el lugar adecuado en el tiempo preciso y nada más. Por mi parte la veo y no tengo ningún deseo de repetir la experiencia pues donde esté Julia no hay Amelia que la supere.

Y aquí se acabó la aventura con mi cuñada, pero como decía al principio éste parece ser que va a ser el año del polvo, porque unos pocos días después me ocurrió algo inesperado.

Habrían pasado 10 días más o menos, cuando una noche llamaron al timbre de casa. Salí a abrir y me encuentro a una de mis vecinas supernerviosa preguntándome que si yo sabía donde estaba la llave de paso del agua, ya que se le había reventado una tubería y tenía la casa entera encharcada.

He de aclarar que estos vecinos son unos estudiantes que están de alquiler, por lo que no era de extrañar que no supieran donde estaba la llave de paso, ya que están en el descansillo de la escalera.

Pues rápidamente la cerré y un poco por cumplir, pasé a ver que les había sucedido.

La imagen era patética, estaba todo empapado, la alfombra chorreaba, en la cocina había más de un dedo de agua. Por lo visto una tubería que había sido soldada en su día había reventado y salía el agua a presión como una manguera anti incendios.

La cosa es que con el revuelo empezaron a llegar más vecinos, entre ellos mi mujer, y les ayudaron a recoger el agua y un poco la casa. Yo aproveché para volver a casa.

Como os decía, el piso estaba habitado por una pareja de estudiantes, a los que yo prácticamente no conocía, salvo de alguna vez subir en el ascensor. Eran un muchacho joven, de unos veintitantos, y una chica calculo que de su misma edad.

Cuando volvió mi mujer me dijo que le había dejado la fregona y que les había dicho que si necesitaban agua o si querían ducharse o algo que pasaran a nuestra casa. Yo cuando me lo dijo no le hice demasiado caso, pues son cosas que se suelen decir y que nunca se suelen hacer de no haber cierta confianza, así que en aquel momento lo pasé por alto.

Al día siguiente Julia marchó como es habitual en ella a trabajar. No sé si he dicho que ella trabaja de maestra y yo por suerte o por desgracia estoy sometido a un E.R.E. por lo que actualmente me dedico a "empleado domestico", aunque suelo levantarme cuando Julia se va a trabajar.

Pues bien como decía sería cerca de las 8 de la mañana cuando sonó el timbre y yo pensé que a Julia se le habría olvidado algo (no sería la primera vez), así que me levanté aun en pijama y con una bata por encima a abrirla. La sorpresa fue encontrarme a la vecina, con un albornoz, una toalla y una bolsa que supuse en ese momento que tendría ropa. Después de darme los buenos días me dice que venía a ducharse como le había dicho mi mujer. Yo me quedé un poco perplejo porque no me lo esperaba pero le dije, que adelante, como si estuviera en su casa. Estuvimos hablando un poco de que tal se encontraba su casa y me contó que gracias a las vecinas y en especial a Julia habían podido al menos pasar la noche, que muchísimas gracias por todo, que anoche estuvo a punto de darle un ataque de nervios, pues aparte de la inundación le coincide que a fin de mes tiene que dejar el piso y sentía dejarlo en esas condiciones. Y ya cuando iba al baño, me dijo de nuevo que no sabía como agradecérmelo, que si había algo que pudiera hacer. Yo un poco para rebajar la tensión que aun le veía en broma y riéndome le dije que si quería que dejase la puerta del baño abierta.

Pues nada que ella se fue para el baño y yo me quedé tomándome un café en la cocina.

Al cabo de unos minutos me fui para la habitación para ir preparándome la ropa, puesto que tenía que ducharme también, y al pasar por delante del baño, me encuentro para mi sorpresa la puerta abierta y en un primer momento no vi. nada porque las cortinas no me lo permitían, pero mi cabeza empezó a imaginar y la cabeza de mi polla empezó a responder a la imaginación. Aunque podía habérselo dicho desde fuera entré en poco en el baño y le dije que había sido necesario que dejara la puerta abierta, que había sido una broma. Ella al oír mi voz, y dado que tenía el grifo abierto no escuchó bien lo que le decía, cerró el grifo y entreabrió la cortinilla para preguntarme que qué había dicho.

Cuando lo hizo y aunque fueron breves segundos pude verle las tetas, que no se porque extraña razón fueron el lugar donde se posaron mis ojos.

Lo que más me sorprendió fue lo blancas que la tenia, sin embargo la areola del pezón era muy oscura y el pezón aunque se notaba tieso por el agua era pequeñito.

Cuando le volví a decir que lo de dejar la puerta abierta lo había dicho en broma, me dijo que no tenía importancia, que ella en su casa siempre se duchaba con la puerta abierta y que no creía que yo a mi edad me iba a asustar.

Pues asustarme no, pero ver a una chica joven a estas horas de la mañana si que me hace tener unas sensaciones raras, le dije

Ja ja ja, se rió, pero las "sensaciones" como tu las llamas son agradables o desagradables.

Entonces me acerqué más, abrí un poco la cortina y señalando a donde se encontraba mi polla, que tal como estaba levantaba la tela del pijama, le dije que juzgara por ella misma.

No parece que sean desagradables, pero si no te importa termino de ducharme y miramos a ver si podemos hacer algo para que mejoren.

¡De acuerdo! le dije, pero me quedé viendo como se duchaba y cada vez abría un poco mas la cortina.

Estaba terminando de enjabonarse y lo hacía con cierta lentitud, recreándose en las partes más sensibles de su anatomía, se masajeaba las tetas, y aunque lo hiciese con cierta ambigüedad se pellizcaba los pezones. Luego empezó a frotarse las nalgas y a pasarse la mano por el culo que era uno de esos culos de jovencita, bien formado, carnoso, muy, muy blanca toda su piel; tenía también unas caderas poco desarrolladas y una cintura de avispa. El coño tardé un poco más en vérselo,pero cuando se dio media vuelta observe unos labios abultados y estaba totalmente depilada,parecía una muñeca.

Empezó a pasarse la esponja por él, pero yo veía que se ayudaba también de los dedos y la cara cambiaba de expresión. Podía ser imaginación mía, pero para mí que se estaba masturbando. Yo metí la mano por el pijama y empecé también a tocarme la polla con suavidad. Pero poco a poco iba aumentando el ritmo y cerré los ojos imaginando que estaba con ella.

De pronto oigo

¿Pero que haces cochino?, ¿no te he dicho que si necesitabas algo que me lo pidieras? Anda pasa aquí conmigo

No esperé a que se arrepintiera y quitándome el pijama me metí al baño, donde empezamos a tocarnos y a besarnos. Era una fiera que no paraba de pajearme y pajearse ella al mismo tiempo. De vez en cuando debía tener un orgasmo y paraba un instante, pero en seguida volvía a meterse el dedo y moverle sobre su clítoris. Yo empezaba a notar esa sensación previa a cuando uno se va a correr así que la detuve un momento la mano y la dije:

¿Quieres que te folle?

Si, pero aun es pronto, déjame precalentarme.

Ya, pero es que esta mañana he follado con mi mujer y si me corro ahora otra vez, no voy a ser capaz de un tercero.

Cuando le dije eso se arrodilló y se metió la polla en la boca y le dio unas cuantas chupadas, la sacó y me dijo:

Tenia ganas de saborear tu polla aun con restos de semen y de flujos vaginales, ummm..., no es mal desayuno. Si esperas un poco me hago un par de pajas y ya vamos a follar, vete preparándote, ¿tienes condones?

Si claro, aunque no los suelo usar alguno tenemos para emergencias.

Pues nada vete sacándolos, pero no te lo pongas aun, que te voy a enseñar una técnica para ponerlos.

Me salí del baño, y mientras me secaba la vi. con esa cara de viciosa masturbándose como una posesa, ahora jadeaba y la velocidad de la mano era inimaginable. También la vi que con la otra mano se metió un dedo en el culo y movía los dos a la vez. Por fin debió experimentar un fuerte orgasmo porque se mordió los labios y paró. Se terminó de aclarar, se secó y se vino para la habitación. Yo estaba boca arriba con la polla apuntando a la lámpara, cogió un condón, se lo puso entre los labios y empezó a deslizarlo sobre mi polla. Nunca he sido partidario de usarlos, pero desde ese momento empecé a cambiar de opinión, siempre que una boca como esa sea la encargada de colocarlo. La labor la llevó un buen rato, no porque no supiera hacerlo, sino porque se entretenía jugando con mi polla que estaba ya a punto de explosionar. Así que la dije que acabara la labor que tenía una urgente necesidad de que mi polla entrara en ese coño de muñeca. Me levanté y la coloqué a cuatro patas, me puse detrás, y amarrándome fuertemente a sus tetas se la metí de un golpe seco. Estaba súper lubricada y mi polla se deslizaba como en una pista de patinaje. Mi mano dejó una de sus tetas y pasó a acariciarla el clítoris que estaba hinchado de tanto restregón que había padecido.

No tardé demasiado en correrme, aunque aun mantuve un buen rato mi polla dentro de su coño, cuando empezó a quedarse fláccida aproveché para cambiar de agujero. Ella al notarlo ayudó todo lo que pudo en que la penetrara el ano y mi polla reaccionó con una erección si bien no tan espectacular como la anterior si lo suficiente para que sintiera ese trozo de carne dentro, mientras mis dedos entraban en su coño, algunas veces me tropezaba con los de ella que también andaban manipulando esa zona.

En un momento dado sentí una especie de quejido que daba a entender que se había corrido, así que viendo que yo ya no era capaz de volverlo hacer por el momento, dimos por finalizado el polvazo monumental que nos habíamos marcado, no sin antes decirle que si necesitaba volver a ducharse alguna vez que ya sabía donde podía hacerlo.

Me dio nuevamente las gracias, se volvió a duchar, aunque esta vez tardó poco tiempo, y se marchó.

Sólo nos hemos vuelto a ver el día que vino a despedirse y aunque antes he dicho que para mí como Julia no existe ninguna, creo que con esta vecina de la que por extraño que parezca no sé su nombre, no me importaría repetir la experiencia.

Pero no termina aquí la cosa, después de casi 30 años follando sólo con mi mujer en apenas 15 días del nuevo año ya había conocido dos nuevos coños. El tercero que visité fue también un poco accidentalmente.

Y esto sucedió una mañana de febrero en la que el sol había aparecido desde hace unos días, lo que me animó a darme un paseo por la playa. Era una playa larga y dadas las fechas, apenas se veían personas. Fui caminando hasta el final, y cuando ya estaba llegando me salió ladrando un perro de considerables dimensiones. En seguida oí una vez gritando:

¡Nalón, ven acá! ¡Tranquilo que no hace nada!

Yo la verdad es que no me quedé tranquilo hasta que veo a una chica salir de detrás de unas dunas y amarrarle con la correa.

Escucho que me dicen:

¡Hola, perdona es que le dejé suelto un momento creyendo que por aquí no vendría nadie!

Cuando me estaba hablando me fijé en la chica y resulta que era una cajera del supermercado que está frente a mi casa, es una chica joven, bajita, rubia y nada espectacular, pero simpática, siempre saluda a todo el mundo, así que la digo:

Vaya susto que me has dado Vero, bueno no tu sino tu perro. ¿Que raro verte por aquí?

Si, aproveché que hacía sol y que no tengo que trabajar hasta las 2 de la tarde para sacar un poco a Nalón y ponerme un poco morena.

La verdad es que lo de ponerse morena si que le hacía falta, pues es una chica de piel muy blanca. Cuando dijo esto me fije que estaba tomando el sol en top-less, y que sus tetas eran poco pronunciadas.

Bueno, sigue tomando el sol, yo también me voy a sentar un ratillo, luego continuaré paseando.

Nos fuimos a donde ella tenía la toalla, detrás de las dunas, y la verdad es que se estaba divinamente, porque en esa zona no soplaba ni gota de viento. Ella se tumbó y yo me senté sobre la arena puesto que no había llevado ningún utensilio playero.

Me quité la chaqueta y la camisa que llevaba y le pedí que si tenía crema protectora para darme un poco, puesto que era el primer día que tomaba el sol y no quería quemarme.

Al volverse para dármela me vio y me dice que sino me quedaba en bañador.

Es que no he traído.

Ah, y claro ¿te da vergüenza quedarte en calzoncillos?

No es por mí, es por no ponerte nerviosa, la digo en broma, si fuera por mí me quedaría en pelotas, total ya me he visto así muchas veces.

Bueno como quieras me dijo riendo. Y cogete esta esterilla para que te puedas tumbar.

Cuando llevaba ya una media hora tumbado, notaba calor, así que la digo:

Vero, me voy a meter un poco al agua, ¿vienes?

Vete tú que debe estar muy fría.

Pues nada, no me quedó más remedio que quitarme los pantalones y me metí en calzoncillos al agua. Efectivamente estaba bastante fría, así que solo me di un chapuzón para refrescarme y salí pitando.

¿Que, pronto has dado la vuelta?

Tenias razón está que corta.

¡Vaya, al final te decidiste a quitarte los pantalones, ja ja ja!,

Y ahora me tendré que quitar también el calzoncillo, que sino me quedo helado, así que no mires, le dije guiñándole un ojo.

No la di tiempo a que decidiese si iba a mirar para otro lado o no, porque según se lo estaba diciendo, me baje el calzoncillo y me quedé con la polla al aire. La verdad es que debido al frío del agua estaba bastante chuchurria.

¿Ves como no me importaba quedarme en pelotas? ¿Ahora quien es la vergonzosa?

Vale, me has ganado ¿Que no habíamos jugado?

Nada, pero quedarías muy bien poniéndote a mi altura.

¿Quieres que me bañe, con lo fría que dices que está el agua?, me dice con aire sarcástico

No, yo decía que si yo me he quitado el calzoncillo, tú deberías quitarte la braga.

Ja, ja, ja, sí, para que se te alegre la vista.

No seguimos hablando, me tumbé boca abajo y me quedé un ratillo adormilado, al medio despertarme miro hacía donde estaba Vero y la veo un poco más alejada de donde estaba antes, y me fijo en que se ha quitado la braga y se está pasando la mano por el coño. No digo nada y la dejo hacer, sin perder detalle. Poco después su cara empieza a cambiar de expresión, se empieza a adivinar que está disfrutando. Mi polla reacciona y noto una gran erección, que al estar tumbado boca abajo me molesta. Me digo que algo tengo que hacer, así que me levanto y digo:

¿Necesitas ayuda?

Vero se lleva un sobresalto y suelta la mano del chocho. Se pone toda colorada y me dice:

¿Pero tú no estabas dormido?

Si, pero con tus jadeos me despertaste. (esto no era cierto, me lo había inventado). Pero por mi puedes seguir.

Si ya, me dice mientras se queda mirándome la polla que ahora ya tenía un pasar. ¿No será mejor que te vayas otra vez al agua para quitarte "el calor"?.

Pero me tienes que acompañar, que a ti también se te nota acalorada.

Venga, vamos.

Y nos fuimos los dos, nos metimos un par de minutos en el agua y volvimos a las toallas. Mientras volvíamos me dijo que era la primera vez en su vida que se bañaba completamente desnuda en el mar.

Bueno, para todo hay una primera vez. Por cierto, ¿te haces muchas pajas en la playa o también es la primera vez?

Pues si, hubiera sido la primera vez si hubiera terminado, pero como me interrumpiste...

Nos volvimos a sentar más juntos, a Vero se la notaba que tenía frío después del baño así que la dije que se secase y se tapase un poco con la toalla hasta que se le pasase.

¿Sabes una cosa, le dije? Es curioso, pero aunque he echado bastantes polvos en la playa, nunca me he hecho una paja. Y sabes otra cosa, que creo que es un buen día para hacerme la primera.

Dicho esto me pongo a tocarme la polla que aun estaba muy flácida del frío y a estirarla poco a poco.

¿De verdad te vas a pajear delante mío?

Puedes mirar para otro sitio si quieres

Ah, no, no me lo pierdo, ja ja ja, es más creo que voy a terminar lo que empecé hace un rato.

Así que hay estamos los dos uno frente a otro, yo ya con la polla bastante tiesa y ella con el coño abierto pasándose los dedos por los labios, por el clítoris y de vez en cuando metiéndose uno o dos dedos.

Viéndole así de cerca se diría que tenía un coño pequeño, adornado con un poco de vello púbico muy rubio. Contrastaba la blancura de su piel, con lo sonrosado tirando a rojo de su raja.

Al poco tiempo se notó que tuvo un orgasmo, aunque no dejó de tocarse.

¿Que, ya te has corrido?

Si, ya ves, soy mas rápida que tu, ¿como lo llevas?

No sé si voy a tener que pedir ayuda, ja ja.

Vale, si me necesitas aquí estoy.

Me coloqué junto a ella y empecé a chuparle los pezones, como dije antes sus tetas apenas eran dos montículos, pequeñas, así que me entraba entera en la boca, mientras las tenia dentro note que ya no solo era mi mano la que meneaba mi polla, ahora estaba acompañada por la de ella. Eso dio un impulso y noté que estaba a punto de correrme.

¿Creo que me voy a correr, no te apetecería que lo hiciera en tu boca?

Uf, me da cosa, nunca he tenido una experiencia así. Pero bueno, tampoco nunca me había masturbado delante de nadie. Tú dime que tengo que hacer que soy novata.

Poquita cosa, en cuanto metas mi polla en tu boca, no creo que tarde nada en soltar toda la leche que llevo dentro, ya verás que rica. Eso si ten cuidado no morderme que mi polla es muy delicada.

Dicho esto hice que su boca succionara mi esbelta polla y como me temía en un par de "viajes" arriba y abajo sobre mi capullo empecé a regarla con el líquido elemento. Era verdad que no tenía nada de experiencia en hacer felaciones pero sin embargo se tragó todo mi semen sin un mal gesto.

¿Lo he hecho bien?

Perfecto, debe ser lo que se llama la suerte del novato. ¿Y a ti que te ha parecido?

Pues menos mal que he estado poco tiempo con tu polla dentro, que sino me hubiera resultado difícil respirar, en cuanto a la leche, estaba buena, me tomaría otra ración.

Vero, que los hombres no somos como vosotras, necesitamos recargar la pluma. Pero si tenemos tiempo lo intentamos de nuevo. ¿No suponía yo que ahora la juventud no tuviera más experiencia sexual?

No sé las demás, pero yo aparte de pajas, y de lo que leo en revistas o veo en la TV, no se mucho.

¿Nunca has follado?, ¿Nunca te han comido el coño?

No, nunca.

Pues eso hay que solucionarlo, por de pronto te voy a hacer una comida de coño

La tumbé boca arriba con las piernas dobladas y abiertas e introduje mi cabeza entre ellas. Mi lengua empezó a deslizarse entre los pliegues de sus labios y de vez en cuando la metía mas adentro. Con una mano la masajeaba el culo y la otra la tenía apoyada sobre una de sus tetas.

En cuanto la lengua empezó a trabajar sobre su raja empezó a soltar fluidos que junto al sabor salado del baño que nos habíamos dado era un sabor agradable.

No tardé demasiado en notar como su cuerpo temblaba, eran los espasmos que anunciaban su orgasmo, eso la hizo cerrar las piernas y aprisionar mi cabeza, lo que hizo a su vez que introdujera más profundamente mi lengua y oí.

Vale, vale, no puedo más.

Me incorporé acariciándola y diciéndole que ahora en cuanto se recuperara iba a conocer lo que era follar, que sin duda era aun mucho mejor que lo que había experimentado hasta ahora.

¿Que hora es?, me preguntó

Pues debe de ser sobre la una y media.

Entonces lo siento, lo tendremos que dejar para otro día, en una hora tengo que entrar a trabajar y aun tengo que ir a casa, y arreglarme un poco. De todas las maneras ha sido una mañana estupenda y ya me imagino que si solamente con la lengua he sido capaz de tener el placer que he tenido lo que debe ser con una buena polla dentro.

Si te ha gustado lo de la lengua y no tienes ninguna a mano, puedes enseñar a Nalón a que te haga lo que te he hecho yo, los perros son muy agradecidos para esas cosas.

Después nos vestimos y volvimos juntos a donde teníamos los vehículos aparcados. Mientras caminábamos le dije que no dudara en avisarme cuando fuera otro día a la playa o cuando quisiera "alguna otra cosa".

Así lo haré, te lo aseguro.

Desde ese día nos seguimos viendo en el súper y nos sonreímos, pero aun no hemos vuelto a coincidir en otras situaciones y la verdad es que tengo ganas de follarme por primera vez eso coñito rubio.

Después de este "incidente", la cosa del folleteo fuera del hogar se tranquilizó un tanto, hasta que unos días después esta Semana Santa me vi. envuelto en otro agradable episodio.

Todo comenzó debido a que desde octubre estoy asistiendo a un curso llamado para mayores y que yo llamo para viejos. Pues bien, en ese curso en el que participamos unos 12 alumnos desde el primer día me colocaron a lado de una señora rubia un poquito más joven que yo y que con el tiempo pues fuimos haciendo cierta amistad. Hablábamos de cine, tv, viajes, informática, etc. En alguna ocasión habíamos intercambiado fotos de viajes y coincidiendo que en Semana Santa yo había hecho una excursión le mandé unas fotos.

Al volver a clase después de las fiestas me preguntó que si yo sabía algo de fotografía digital puesto que ella también había viajado pero no sabía bien como bajar las fotos de la cámara, hacer carpetas y esas cosas. Yo la contesté que solo tenía pequeños conocimientos, pero que si se trataba de descargar las fotos y clasificarlas en carpetas si que podía ayudarla, que un día que quisiera después de salir de clase lo hacíamos, puesto que no nos iba a llevar demasiado tiempo.

Así quedó la cosa y a la semana siguiente me dice que si ese día me venía bien. Por mí no había problemas, así que la acompañé a su casa y después de encender el ordenador nos pusimos a la tarea.

Yo la dije que mejor que se pusiera ella y yo la iba explicando, pues las cosas se aprenden mejor haciéndolas. En un momento dado al intentar explicarle una cosa, ella se volvió y sin proponérmelo la rocé el pecho. Me disculpé y me contesta que por qué.

No ha sido mi intención tocarte el pecho Paula (así se llamaba).

Pues si no me hubieras dicho nada ni me hubiera enterado.

Que poca sensibilidad tienes.

Será la falta de práctica.

Entonces yo la dije que si su marido no le tocaba los pechos, a lo que ella me contestó, que no tenía marido.

Ah, perdona es que como me dijiste una vez que tenías un hijo creí que estabas casado.

Lo estuve, pero duró poco, hace ya 15 años que nos separamos.

Yo un poco para salir del paso le dije que no se necesitaba marido para que de vez en cuando a una le toquen el pecho, a lo que me contestó que en su caso no había tenido lugar, puesto que al principio se volcó con su hijo y ahora ya se sentía mayor para esas cosas.

Anda ya, le dije, para el amor nunca es tarde y para el placer menos aun.

Placer, lo que se dice placer poco he tenido, mi ex era un bruto.

Seguimos con lo de las fotos, y una vez que acabamos me invita a tomar un café o un refresco o lo que me apetezca. Yo acepto un café y nos sentamos a tomarlo. Entonces ella retoma la conversación anterior y me pregunta que como la veo.

Pues que quieres que te diga, eres una mujer que parece culta, no eres de quitar el hipo pero te conservas bastante bien para tu edad.

¿Tú crees que gustaría a algún hombre?

¡Claro que si mujer!, anda que no habría cantidad de ellos que desearían estar contigo.

¿Te puedo hacer una pregunta intima? me dice

Bueno tú hazla, ya veré yo si te puedo contestar.

¿A tu edad todavía mantienes relaciones sexuales periódicas con tu mujer?

¿Que entiendes tu por periódicas?

Pues no se, todas las semanas una vez o así

Ja, ja ja, si mantuviera relaciones solo una vez a la semana estaría como una perra en celo. En casa se folla prácticamente todos los días y perdón por la expresión.

¿Y a tu mujer también le apetece?

Por supuesto, algunos días más, otros menos, pero una vez que nos metemos en faena es un volcán.

¿Sabes?, me gustaría poder ser así de ardiente.

Inténtalo.

¿Como?

Pues lo mismo que con las fotos, si no se sabe una cosa, se pide ayuda.

Ya, pero no es lo mismo, que hubieras dicho tú si en vez de pedirte que me ayudes a descargar unas fotos te pido que me ayudes a gozar.

Pues me hubiera quedado de piedra, porque te veo siempre tan en tu sitio que la primera impresión sería que donde está la cámara oculta.

Ya, pero no me refería a eso, ¿sino que si hubieras aceptado?

¿No te he ayudado a lo de las fotos? Sabes que puedes contar conmigo.

Te tomo la palabra.

Ya casi era la hora de comer, y pronto vendría su hijo, así que nos despedimos hasta el próximo lunes que volvíamos a tener clase.

Dicho lunes al entrar a clase y en un receso se acerca y me dice al oído que el fin de semana ha estado dándole vueltas a la cabeza sobre lo que hablamos y que había decidido pedirme ayuda, que cuando podría darle unas clases de reciclaje.

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, le contesté

Así que al salir de clase nos fuimos a su casa y sin más preámbulos me dice que me ponga cómodo que ella va a hacer lo mismo.

  • Ya te ayudo yo a ponerte cómoda.

Y empiezo a quitarle el jersey, la camiseta que llevaba debajo y el sujetador. Salieron a la luz dos pechos de tamaño mediano, con los pezones más tiesos que había visto en muchos años. Y muy oscuros en contraste con las tetas. Se notaba que tomaban poco el sol. Se los acaricié y besé y noté como empezaba a sudar. Era cierto que hacía tiempo que no conocía el placer de la carne desde hace mucho tiempo.

Según tenía sus tetas en mi boca fui buscando con las manos la manera de desabrocharla los pantalones. Como estábamos de pie enseguida cayeron al suelo. Se descalzó y se deshizo de ellos sin dejar que mi boca abandonara sus tetas. Miré hacía abajo y la vi ya solamente con unas bragas de color azul claro. Enseguida una de mis manos se introdujo por la costura de la misma y mis dedos empezaron a jugar con su vello púbico. Era frondoso y nada más acercarme a su raja noté como estaba de humedecida.

Vamos a un sitio más cómodo, le dije. En tu cama estaremos mejor.

Venga vamos, pero no te pares tenemos poco tiempo y tenemos que aprovecharlo

Pasamos a su habitación y me desnudé rápidamente. Mi polla estaba preparada, así que le retiré las bragas y pude verla su jugoso chocho. Me lancé de lleno a comérselo y al meter la lengua noté que estaba encharcado de jugos. Mientras la lamía el clítoris, introduje un dedo en su coño, noté que entraba demasiado holgado, así que le fui metiendo uno más cada vez, hasta que tenía cuatro dedos dentro. Según le pasaba la lengua por el clítoris mis dedos notaban las contracciones de sus orgasmos. No me había percatado pero sus jadeos eran constantes.

¿Que tal estás? le pregunté en un momento que dejé de lamerle el coño para coger aire.

Recuperando el tiempo perdido, si el cabrón de mi marido se hubiera portado así de bien, otra historia hubiera sido mi vida. Pero era un egoísta solo pensaba en metérmela, correrse y se acabó. Estos son mis primeros orgasmos desde que era jovencita y me estimulaba manualmente.

¿Tienes preservativos?

Como voy a tenerlos si ya te digo que no he tenido sexo en muchos años.

¿Y que hacemos?

¿No puedes controlar cuando te vayas a correr? ¿O es que tienes miedo que te pegue algo?

No mujer no es eso, es por si te quedaras embarazada, no sería buen momento me imagino.

Por eso no te preocupes, cuando tuve al niño y viendo lo bruto que era mi marido me hice la ligadura de trompas, sino igual ahora hubiera tenido familia numerosa y eso que solo estuvimos 3 años juntos.

Entonces arreglado, y prepárate que mi polla quiere conocer tu conejo. Voy a apartar esa mata de pelo y entro.

Así lo hice, bueno así lo hicimos. Aunque no teníamos mucho tiempo experimentamos un montón de posturas. Unas veces ella arriba, otras de costado, el perrito..... Yo aguantandome las ganas de correrme para que Paula siguiera disfrutando. Ya cuando se nos acababa el tiempo la solté un buen chorro de esperma en su casi inmaculado coño que le hizo o así al menos me dijo ver las estrellas.

Han pasado pocos días de esta clase de reciclaje, pero ya me ha dicho Paula que hasta que se especialice un poco más para intentar rehacer sus pulsiones amorosas si la puedo dar alguna "lección particular"

Ya te dije Paula que puedes contar conmigo para lo que quieras.

El último episodio polveril que me ha ocurrido este año, sucedió hace apenas una semana y estuvo protagonizado por mi sobrina Encarni, que tiene 23 años.

Con motivo de una entrevista de trabajo tenía que acudir a Madrid y dado que yo también tenía pendiente unos asuntos allí, le dije que podía acompañarla.

La entrevista la tenía concertada a las 4 de la tarde, así que habíamos previsto salir por la mañana, comer en Madrid, y mientras ella iba a la entrevista yo resolvería mis asuntos y en torno a las 7 u 8 de la tarde volvernos a casa, ya que el viaje nos llevaría de 3 a 4 horas.

Todo iba sucediendo según los planes previstos, a las 7 yo ya había terminado mis gestiones y la llamé por el móvil para pasar a recogerla, entonces empezaron las primeras dificultades. Me dice que aun está esperando, ya que han citado a un montón de gente a la misma hora y luego les van llamando aleatoriamente. Me comenta que aun quedan 8 personas por entrevistar y cada una viene a tardar de 20 minutos a ½ hora, por lo que no sabe exactamente lo que puede tardar. Quedo con ella en ir a recogerla al lugar en que tiene la dichosa entrevista y que procure salir cuanto antes.

Pues bien, a las 9, 30 de la noche la veo aparecer bastante nerviosa, no tanto por el resultado de la entrevista, que me dice que ha sido satisfactoria a su modo de ver, como por la hora que es. También me dice que lleva sin probar bocado desde la hora de comer y que está desfallecida.

Bueno, pues vamos a picar algo rápido, porque nos queda un buen trecho y ya sabes que a mí de noche por sitios desconocidos no me gusta conducir, así que tendrás que llevar tú el coche la mayor parte del camino, yo te saco de Madrid y una vez en la autopista conduces tú.

Uf, no se si estaré en condiciones, estoy bastante nerviosa por todo el trajín de hoy, pero vale, lo intentaré.

Nos comimos un bocadillo y nos pusimos en marcha, tal como dije, y aunque era noche cerrada la saqué hasta la autopista y en una gasolinera la digo que pase al volante.

Llevaríamos una hora de camino cuando me dice que no va a poder continuar, que se le empiezan a cerrar los ojos y que se encuentra nerviosa.

Vaya putada, ¿y ahora que hacemos?

¿No puedes conducir tú?

Estoy más o menos como tu, no nervioso pero si cansado. Vamos a intentar llegar a algún hotel, nos echamos una cabezada y mañana temprano continuamos. ¿Que te parece?

Va a ser lo mejor, avisamos a mis padres para que no se preocupen.

Y así lo hicimos, no tardamos mucho en ver un hotel de carretera y paramos.

Nos registramos y pedimos una habitación, teníamos bastante confianza y para echar unas cabezadas no era cosa de gastarnos mucho dinero. No obstante el encargado de la recepción nos miró con una sonrisita picarona.

Subimos rápidamente a la habitación y al entrar le comenté que si se había percatado de la actitud del recepcionista.

Si, ja ja ja, se creería que era un ligue.

Pues para ligues estamos, me voy a dar una ducha y rápidamente a dormir.

Si, en cuanto acabes tú, yo haré lo mismo.

Había un problemilla y es que como no habíamos previsto pasar la noche fuera no teníamos ropa para mudarnos ni pijama para dormir, así que después de ducharme tuve que salir en camisa y calzoncillos para meterme en la cama. Una vez que me metí me quité la camisa que no olía demasiado bien después de todo el día por ahí.

A Encarni le ocurría lo mismo que a mi, así que salió de la ducha con la ropa puesta y una vez se metió en su cama se quitó una camiseta que llevaba puesta y el pantalón sin que en ningún momento la viera nada. No sabía si llevaría puesta ropa interior o no.

Buenas noches, Encarni que descanses, si te despiertas tu primero me llamas para irnos pronto.

Lo mismo te digo tío. Hasta mañana.

Me acurruqué bien debajo de la manta esperando coger el sueño rápidamente, pero no sé si por extrañar la cama o la tensión de todo el día no lo lograba.

Habría pasado como una hora serían en ese momento sobre la 1 de la madrugada, cuando siento moverse a Encarni, que muy silenciosa se levanta hacia el baño. La habitación estaba completamente a oscuras, pero al entrar en el baño y dar la luz, por un momento la vi. que solamente iba cubierta por un tanga.

Había pasado ya como media hora y no volvía, así que me empecé a preocupar por si estuviera mala y me levante procurando no hacer mucho ruido, me acerqué a la puerta del baño que estaba cerrada y no escuchaba ningún ruido al otro lado, así que abrí el pestillo con cuidado observando por una rendija sin que lo que abarcaba mi vista me mostrara algo. Así que abrí un poco más la puerta y a través del espejo, veo a Encarni dentro de la bañera, con los cascos de música puestos y los ojos cerrados, con cara de felicidad. Mi primera intención fue preguntarle si le pasaba algo, pero al verla esa cara me tranquilicé y morbosamente seguí mirando, dándome cuenta que tenía los pechos por encima del agua con lo cual quedaban a la vista y que su mano hacía movimientos sospechosos por debajo del agua.

Me quedé un rato mirando y no me quedó la menor duda que se estaba haciendo una paja. Debido a que llevaba los cascos de música puestos no se había enterado que había abierto la puerta así que la cerré con cuidado y me volví a la cama. Al acostarme noté que estaba empalmado, y no sé por que extraña razón me obsesioné con verle el coño a mi sobrina. Así que volví a levantarme y esta vez haciendo algo de ruido me acerqué al baño y llamé.

Encarni, encarni, ¿te pasa algo?.

Como sabía que tenía los cascos puestos, no contestó así que esa vez si abrí la puerta de par en par, entré deprisa hacía donde ella estaba y le volví a decir.

Encarni, encarni, ¿te pasa algo?

Ahora si que me vio y pegó un brinco, su mano se apartó inmediatamente de donde estuviera puesta (yo supongo que en su coño), se quitó los cascos y me dijo muy sorprendida:

Tío, ¿como se te ocurre entrar en el baño?

Perdona, Encarni, pero me pareció haberte oído levantarte y hacía un buen rato que no volvías a la cama. Pregunté desde fuera si te pasaba algo y al no contestarme entré preocupado.

No pensé que iba a despertarte, no podía dormir de los nervios, así que decidí darme un baño caliente y escuchar un poco de música, así al menos me relajaría.

Mientras estábamos hablando, yo no hacía otra cosa que mirarla bien a sus pechos, bien a su cara, y las más de las veces a su entrepierna. La cara ya la conocía, era de cara chupada, delgada, sus pechos desde que era niña no se los había vuelto a ver. Habían crecido, aunque los tenía algo caídos para su edad, su vientre era liso, y su pubis formaba un triangulo muy bien perfilado, de vello negro y corto. Las piernas eran delgadas pero largas y sus caderas estaban bastante bien perfiladas.

Bueno, ya sabiendo que estás bien me voy a la cama, le dije

Vale, yo también acabo, iré ahora, ya que estás aquí acércame la toalla.

Me volví a la cama con una gran excitación, así que metí la mano por el calzoncillo y empecé a tocarme la polla suavemente.

Al poco rato volvió Encarni, esta vez solo tapada por el tanga, ya que no había llevado más ropa al baño.

Tío, ¿cuando entraste en el baño, que viste?

No sabía que contestarla, no me esperaba esta pregunta.

Pues te vi tumbada en la bañera escuchando música.

Ya, eso ya lo sé, ¿pero nada más?

¿A que te refieres?

Jo, es que me da corte.

¿De mí?

No, de lo que estaba haciendo, estaba tan nerviosa que no encontraba otra manera de calmarme.

Por darte una ducha de agua caliente, te da corte.

No, es que creo que tu lo has visto aunque no quieres decírmelo, pero me has visto desnuda y todo.

Si, por cierto que estás muy bien, si no fueras mi sobrina, podrías ser un ligue como pensó el de recepción.

Bueno, pero no les digas nada a mis padres.

¿Que les iba a decir mujer? Además no tengas remordimientos, que todos nos hemos masturbado alguna vez.

Ves como si que me habías visto.

Pues si, y siento haberte interrumpido, no era mi intención.

Ya no voy a poder mirarte nunca a la cara, me moriré de vergüenza.

No te lo tomes tan a pecho, ya te he dicho que todos nos hemos masturbado en esta vida. Tu misma no habrá sido la primera vez que lo hayas hecho.

Ya, pero es diferente, una cosa es pensar en que se hace y otra es verlo.

Pues no sé que puedo hacer, ¿como no quieras que me masturbe yo ahora delante tuyo para que lo veas?

¿Harías eso?

No, no, salvo que fuera la única manera de que volvieras a mirarme como hasta ahora has venido haciendo.

Jo, tío que guay eres. Contigo se puede estar tranquila. ¿Sabes?

Dime.

Pues que al final como me interrumpiste, no acabé, ja ja ja.

¿Y sigues "nerviosa"?

Más que nerviosa estoy algo excitada.

Mira, te propongo una cosa, pero que quede entre nosotros. Yo tampoco puedo dormir, así que voy a ver si tu receta da resultado. Me haré una paja y si tú quieres puedes terminar el trabajo. Así no puedes decir que no estamos en paz.

Pues si, creo que va a ser lo mejor, sino no nos vamos a dormir hoy.

Así que empecé suavemente a mover las manos sobre mi pene. En mi pensamiento tenía el cuerpo de Encarni, que en la otra cama estaría pasándose los dedos por el coño, por el clítoris; de vez en cuando se oía el crujir del somier. En esas estábamos cuando de pronto oigo.

Tío, no es justo.

¿El que?

Pues que está muy bien que ambos estemos haciendo lo mismo, pero tu me has visto a mi y yo a ti no.

Pues enciende la luz si quieres.

Y así lo hizo. Entonces la vi. de nuevo, estaba completamente desnuda encima de la cama. En cambio yo estaba tapado por la sábana y tenia el calzoncillo puesto.

Ves, tu mucho decir, pero al final te da tanta vergüenza como a mí.

No es vergüenza, es temor a quedarme frió. Pero tienes razón.

Así que levanté la ropa que me cubría y seguí tocándome la polla.

Eh, eh, con el calzoncillo no vale.

Pues nada, había que quitárselo todo, ahora si que estaba completamente en bolas, con la polla mirando hacía el techo.

¿Ya estás contenta o todavía quieres algo más?

Es lo justo, bueno acabemos con esto de una vez, ¿tú que tal lo llevas?, porque tienes un buen garrote para acariciar.

Si no me muero de frío, bien, además ahora tengo más motivación al verte a ti.

¿Tienes frío?

Si, un poco.

Bueno si no te importa ya que nos conocemos un poco mejor, me echo a tu lado, así a ver si te paso un poco de calor.

Vale, total así lo vemos todo más de cerca.

Y ahí estábamos tío y sobrina, uno junto a otro masturbándonos. Yo no estaba demasiado presuroso por terminar, puesto que pensaba que una vez que acabara, Encarni se volvería a su cama y no tendría otra oportunidad de gozar del calor de su cuerpo. Ella sin embargo aumentaba el ritmo de su mano y o yo me equivocaba o ya había tenido algún orgasmo.

Tío, ¿te puedo pedir una cosa más?

Dime, y no me llames tío ahora, coño, que habíamos quedado en que éramos ligue.

Pues que me gustaría tocarte el pito, nunca he tocado uno en erección.

¿Noooooooooooo?, que raro que a tu edad no lo hayas hecho.

Pues ya ves, no, si es que soy un poco estrecha para estas cosas.

En fin, al final para que estamos la familia más que para ayudar, venga cogela y haz como estoy haciendo yo.

Al notar su mano caliente sobre mi polla, ésta lo celebró con un respingo, y en poco tiempo empezó a manar el semen por la punta del capullo.

¿Ya has acabado?

Si, tu llegada ha acelerado el proceso.

¿Es verdad que algunas se tragan la leche que sale del pito?

Claro, tu tía sin ir más lejos.

Juas, ¿y a que sabe?

Pues no lo sé, pero cuando a veces Julia me la chupa y me corro en su boca, luego cuando nos besamos la noto un sabor algo salado, pero vamos que no es un sabor fuerte.

Entonces Encarni, se untó un dedo de la leche que había derramado y se la llevó a la boca, saboreándola.

Pues es cierto, no es desagradable.

Oye Encarni, ahora el que está en desventaja soy yo.

¿Por qué?

Pues porque tu has probado mi leche y yo no he probado nada tuyo.

Es que yo no tengo leche.

Pero tu me has ayudado a correrme para que me saliera, así que yo voy a ayudarte a correrte a ti para probar tus jugos.

Dicho esto y sin darle tiempo a que contestara bajé la boca a su coño, que estaba empapado y con la lengua empecé a lamerle el clítoris. No tuve que esforzarme mucho para conseguir que arqueara su delgado cuerpo debido a el/los orgasmos que sufrió. Así estuvimos una media hora aproximadamente, hasta que exhausta me pidió que parara.

Entonces la dije que se quedara en la cama conmigo, que con el calor seguro que nos dormiríamos más pronto, cosa que así hicimos.

Yo me desperté temprano, fui al baño y al volver a meterme en la cama y posar mi polla sobre el culito de Encarni, ambas se despertaron. Mi polla instintivamente buscó una ubicación entre sus nalgas y Encarni aun adormilada me dijo que que estaba haciendo.

Yo nada, pero mi polla algo quiere.

¿No será por casualidad follarme?

Estaría encantada pero no puede ser.

¿Que se lo impide?

Pues que eres mi sobrina y que si no me has engañado eres virgen.

Ambas cosas son ciertas, pero te has olvidado de una que lo autoriza.

¿Cual?

Las ganas que tengo de dejar de serlo y que nadie mejor que tu que algo sabrás de estas cosas. Mucho mejor que un niñato que solo busca soltar la leche en un agujero.

Dicen que la carne es débil, y aquí lo comprobé. La puse mirando hacía mí y con el dedo empecé a estimularle su coño. No hizo falta demasiado para notarla la humedad que sentía. Era una llamada diciendo ¡follame!, ¡ follame!, así que con delicadeza le fui metiendo la punta de la polla, y poco a poco el resto, hasta que la tuvo toda bien dentro si que se la oyera ningún lamento. Estaba boca arriba y con las piernas sobre mis hombros. Podía ver perfectamente como mi polla entraba y salía de su raja bien lubricada. No obstante con una mano le tocaba los pechos y con la otra el clítoris. Aguanté todo lo que pude antes de correrme y aunque quise hacerlo fuera de su coño no fui capaz. Así que la dejé el mismo lleno de leche.

Encarni, no hemos tomado medidas y me he corrido dentro de ti. Es peligroso tendremos que estar alerta por si te pudieras quedar embarazada.

Me haré las pruebas, pero no creo, soy de ciclo bastante regular y no estoy en días de riesgo. Por cierto ¿que tal lo he hecho?

Muy bien, fíjate que aunque suelo controlarme contigo no he podido.

¿Me das un premio por haberlo hecho bien?

¿Que quieres?

Me gustaría chuparte el pito ahora.

Estaba visto que no la podía negar el favor, así que aunque ya solo tenía una semierección, la dejé que le manipulara a su antojo y a fe que lo hizo, me lamió y limpió mejor que si me hubiera dado una ducha.

Al salir del hotel y mientras volvíamos a casa en el coche me dijo.

Tío, esto como tu dijiste ayer ha sido un ligue y como tal aquí acaba, ha estado magnifico, pero vuelvo a ser tu sobrina Encarni.

Yo no la contradije pues era de la misma opinión, no obstante lo único que añadí fue que si alguna otra vez necesitase alguien que la acompañase a algún viaje, su tío estaría dispuesto a ir.

Hasta aquí es como está desarrollándose este año 2009. En cinco meses he tenido tanto sexo extramatrimonial que pudiera pensarse que he dejado abandonado a Julia, y nada más lejos de la realidad, esto debe ser como los deportes, cuanto más se entrena mejor se compite, porque últimamente Julia está súper encantada de los polvos que estamos echando.