2 - [Volver a ser feliz] - Aprovechando la tarde
Julián no come en casa y Petra aprovecha la tarde para disfrutar.
--¡Julián! —gritó Petra para que su marido le oyese entre la música.
--Joder, cariño, ¿dónde estabas? —preguntó su marido, con tono preocupado.
--Perdona amor—dijo Petra—tuve un problemilla con una persona. Nos chocamos y yo llevaba las cervezas en la mano, así que imagínate la que se lio. Nos fuimos al baño a limpiarnos.
--¿Pero estás bien? —preguntó Julián
--Claro cielo, no ha sido nada. Tendré que aguantar el resto de la noche con el vestido algo manchado, pero no pasa nada, con la oscuridad del salón casi ni se nota—explicó Petra.
Ella y Julián se fundieron en un beso y se abrazaron. Mientras tanto, Lucas esperaba en un segundo plano a ser presentado.
--Mira, te presento a Lucas, el chico con el que tuve el incidente—dijo Petra con una sonrisa en la cara.
Julián y Lucas se saludaron dándose la mano, manteniendo una cierta distancia.
--Fuimos novios en el instituto durante año y medio. Fue mi primera pareja estable, la verdad—le dijo Petra a su marido, dejándole con cara de desconcierto.
--Ah, genial, genial—dijo Julián con la voz algo cortada.
--Además es el hermano pequeño de Jorge, ¿a que no te lo esperabas? —le comentó su mujer.
--¡Anda! Pues no, no me lo esperaba para nada. Curioso, cuanto menos—contestó el marido.
La noche continuó tranquila, con Lucas entre el grupo de amigos de Petra y su marido.
Llegadas las tres y media de la mañana la fiesta llegó a su fin, la pareja y Lucas llegaron a la puerta y ella le dijo a Julián que se fuese hacia el coche, que le alcanzaría en un minuto. Petra le dio un abrazo fuerte a Lucas y él respondió igual. Se dieron los teléfonos y se dijeron que se volverían a ver. Se despidieron y ella se fue al coche.
El matrimonio llegó a casa, se cambiaron y se fueron a la cama. Al día siguiente trabajaban, así que se dieron las buenas noches y cada uno se giró a un lado. Petra comprobó la alarma de su teléfono y cuando iba a bloquearlo, recibió un mensaje de Lucas. Este decía: “ Perdona por molestarte a estas horas, pero necesito decírtelo ya. Me ha hecho mucha ilusión ‘chocarme’ contigo esta noche, ha sido toda una sorpresa encontrarte. Me preguntaba si podíamos quedar algún día, para contarnos qué tal la vida jaja ”.
Petra se quedó sin saber qué hacer, pero pronto reaccionó y le contestó con otro mensaje. Decía: “ A mí también me ha hecho mucha ilusión encontrarte, y claro que podemos quedar. Si te parece bien mañana mismo. Salgo a las dos de la tarde de trabajar y mi marido no come en casa, ¿te apetece venir a comer?”
Él le contestó al momento que le encantaría, que le pasase la ubicación de la casa. Quedaron a las dos y media. Se despidieron y ella se fue a dormir.
Petra llegó tarde al trabajo. Se pasó toda la mañana nerviosa y con ganas de que llegase la hora de salir de la oficina. Le puso un mensaje a Julián diciéndole que había quedado para comer con Lucas y a él le pareció bien.
Llegó la hora y Petra llegó a su casa. Pudo salir antes de la oficina, así que empezó a preparar algo de comer. No se cambió, se quedó con la ropa con la que había ido al trabajo. Una camisa con escote y una falda de tubo justo por encima de la rodilla. Lo que sí hizo fue sacarse los zapatos de tacón.
Preparó unas pizzas con la intención de recrear, en ese sentido, la primera cita que tuvo con Lucas. Cuando las metió en el horno sonó el timbre. Abrió y allí estaba él. Le dijo que pasase y que se pusiese cómodo. Su amigo se sacó la chaquetita que tenía y los zapatos y se sentó en el sofá. Mientras, Petra, abría la botella de vino que había traído Lucas. Él se levantó para ofrecerle ayuda justo cuando ella se agachó para abrir el horno y sacar las pizzas. Lucas se quedó hipnotizado con su culo, se le marcaban las braguitas. Empezó a ponerse cachondo y se tocó el paquete. Petra se levantó con la comida en la mano, así que él retiró la mirada al momento. Pusieron la mesa y se sentaron a comer. Se contaron de todo y se pusieron al día. Terminaron y se acostaron en el sofá, pusieron los pies en la mesita de centro y continuaron hablando. En cierto momento, Petra se apoyó en el hombro de Lucas, cansada. Lucas le olió el pelo. Olía exactamente igual que cuando salían.
--Tu pelo huele igual que siempre, Peti—le comentó él.
--¿Sí? Pues he cambiado de champú varias veces—contestó ella—seguro que me echas de menos y por eso tu cerebro recuerda ese olor jajaja.
--Debe ser eso, sí. Oye Peti, tengo que serte sincero. No he podido olvidarme de ti en estos diez años. Me sigues gustando mucho.
Petra se quedó ojiplática, sin saber qué decir. No se lo había dicho a nadie, nunca había dicho nada, pero para ella también había sido imposible olvidar a Lucas.
--Lucas, qué fuerte. No me lo esperaba. A ver, ayer en la boda noté lo que pasó en el baño, en tus pantalones, pero no me imaginé que sería tanto lo que sigues sintiendo por mí—dijo Petra.
--No podía seguir ocultándolo más Peti, lo siento.
--Tengo que serte sincera yo también. Tampoco he sido capaz de olvidarme de ti Lucas—comentó Petra en un acto de valentía.
Debido a la postura que tenían, sus caras estaban muy cerca. Notaban en sus respectivas caras la respiración del otro. Se miraron a los ojos y se besaron. Él fue el primero en meter la lengua, ella entendió lo que Lucas quería y metió la lengua también.
Él pasó su mano por la pierna de Petra, llegando a su culo. Culo el cual apretó fuerte con su mano. Le cogió la camisa y no se la desabrochó, directamente se la rompió, los botones saltaron por el sofá. Sin dejar de besarse ella llevó las manos al paquete de Lucas. Le desabrochó el botón y bajó la cremallera. Notó su polla dura bajo el calzoncillo, la sacó, se levantó la falda, se apartó las bragas y se colocó encima de él. Ella no podía estar más cachonda. Bajó su cuerpo, introduciendo dentro de sí toda la polla de Lucas. Aunque Petra ya conocía muy bien esa polla, se sorprendió al notarla dentro. Soltó un gemido alto, el cual se escuchó en toda la casa. Empezó a moverse rápidamente arriba y abajo, haciendo gemir a Lucas. Él le agarró del culo mientras ella seguía con su movimiento. Petra alcanzó el orgasmo más rápido que con Julián. Gritó y gritó al lado del oído de Lucas, poniéndole a él más cachondo. Sus tetas se movían delante de la cara de su amigo, él se metió uno de los pezones en la boca haciéndola gemir más.
Lucas agarró bien a Petra y se levantó con ella en brazos. Le agarró el culo y empezó a follársela de pie. Las piernas de ella rodeaban el cuerpo musculoso de Lucas. Jamás había hecho eso con Julián, él era más tradicional. Con su nuevo amante estaba descubriendo nuevos mundos. Petra volvió a llegar al orgasmo, uno mejor que el anterior. Casi no había dejado de notarlo y Lucas la tumbó en el sofá. Siguió follándosela. Empezó a sentir que se corría otra vez, estaba en el cielo. Él no paró ni un solo segundo, la rompía, la destrozaba en el buen sentido. El sonido del golpeo del uno contra el otro era el sonido predominante. Petra notaba su garganta desgarrándose de lo alto que gritaba, pero le daba igual, estaba disfrutando más que nunca.
Peti perdió la cuenta de las veces que se había corrido. Lucas se la había follado por largo tiempo, así que decidió recompensárselo. Para poder descansar un rato, lo sentó y ella se puso de rodillas. Agarró su polla y se la metió en la boca. Calculó a ojo unos veinte centímetros. Veinte centímetros que desaparecieron en segundos en la garganta de Petra. Miró a Lucas a los ojos mientras le chupaba la polla. Su lengua recorría el pene desde la base hasta la punta, haciéndole estremecer. Los ojos de Lucas se cerraban por momentos. Sus gemidos comunicaban lo mucho que le estaba gustando la mamada.
Él le comunicó a Petra que se iba a correr, así que ella movió rápidamente la mano haciendo que Lucas se quedase al borde del orgasmo. Al borde porque justo cuando se iba a correr, ella paró y se levantó. Se dio la vuelta y se sentó encima. Abrió un poco las piernas y se metió de nuevo la polla de Lucas. Toda dentro. Empezó a moverse de arriba abajo otra vez, solo que ahora dada la vuelta. Él la agarraba por la cintura mientras ella se tocaba las tetas. Los gemidos de Petra eran cada vez más altos, lo cual significaban que se estaba corriendo. Los de Lucas también elevaron su tono. Le comunicó a Peti que se iba a correr, así que ella se levantó y él se la agarró con la mano y la dirigió hacia el culo de ella. Los chorros de semen también le llegaron al pelo, a la nuca, chorreaban por la espalda. Ella se dio la vuelta y le comió la boca a Lucas. Se acercó a su oído y le susurró que se iba a la ducha, que si quería podía ir con ella.
Recogieron su ropa y se fueron al baño. Petra abrió el agua y se metió en la ducha, él hizo lo mismo después que ella. Seguían calientes, muy calientes. La tarde solo acababa de empezar.
[CONTINUARÁ]