2 Parejas, casa rural, confinamiento 4
Se pone sería la cosa, demasiado sería para mí.
Raúl llegó con el parchís y empezamos a jugar. Estaba siendo una partida lenta, muy lenta, no hacíamos movimientos arriesgados, viendo cómo se habían puesto las cosas con Raúl nadie quería estar en ese pellejo al día siguiente.
Las copas caían y las bocas se calentaban, con desafíos continuos de lo que haríamos a uno o al otro.
Yo entre las cervezas de por la tarde y las copas de ahora ya me estaba entonando y afectando el alcohol.
El primero en acabar fue Raúl, que según acabo se fue a poner unos pantalones y otra copa. La siguiente fue Elena.
Solo quedábamos Ana y yo, sería un sumiso nuevo el que habría el día siguiente.
Ana metió su segunda ficha y estábamos 2-2 y ahí empezó la guerra psicológica, Ana empezó a picarme.
Ana: Cariño, mañana vas a sufrir, le voy a enseñar a nuestros amigos lo que te hago en casa.
Yo: No cariño, no te columpies, que mañana vas a estar desnuda y tú culito lo vamos a estrenar jajajajs
Así estuvimos un rato, ella soltando curiosidades que me hacía en casa para picarme y yo a ella diciéndole lo que le iba a hacer cuando....
Ana: cariño porque en vez de un día lo subimos a tres, si eres tan valiente.
Yo: mujer, eso no depende de nosotros depende de Elena y Raúl.
Elena: no, no si si queréis apostar así.... Bienvenida sea.
Raúl: yo con tal de no volver a ser sumiso...
Me tiré ti órdago.
Yo: Una semana.
Ana: la cuarentena entera.
El silencio se hizo en la sala, no se oía nada.
Ana: que pasa ahora te rajas, claro como siempre, luego dices que soy yo la que siempre se echa para atrás, pero ahora estás quedando tu cómo có cobarde delante de más gente....
Yo: hecho ( le corté no deje que siguiera) pero se podrá todo, hasta humillacion sexual, pública y todo.....( Me calenté sin duda)
Ana: Ok. Cariño, sigamos jugando, espero no te arrepientas.
La tensión estaba que se cortaba en el ambiente y nadie hablaba y a mí los dados no me daban, Ana metió su tercera ficha y yo seguía con dos.
A las 3 tiradas, Ana me come una ficha,vuelta a empezar y ella cuenta 20 y se queda a las puertas de casa..
Dos tiradas más y mi castigo vino en forma de risa y gracietas de Ana. Elena y Raúl se reían.
Raúl se puso otra copa y me dijo que me tomará una que lo mismo ya no podría en toda la cuarentena.
Después de esa cola nos fuimos a la cama, en la habitación Ana me dijo que durmiera desnudo así me iba acostumbrando a la situación que iba a vivir a partir de mañana. Me empezó a decir que me iba a acordar de este confinamiento y de la apuesta, pero que no me preocupara que después del confinamiento como si nada hubiera pasado....