2.- Mamada de polla al vigilante del edificio.
Helena un poco pasada de copas, le hace una mamada de polla sensacional al vigilante del edificio.
Hola nuevamente, soy Helena de México D.F. actualmente tengo 23 años y les compartiré el relato de como le hice una mamada riquísima al vigilante del edificio de mi nuevo hogar.
Tenía 19 años, ya más recuperada de aquella violación de la que fui víctima en el relato 1, estudiaba el primer semestre de la universidad, un viernes por la noche mi novio Héctor me invito a salir a un bar, me arregle muy linda y escotada, con una minifalda blanca, top rojo, tacones rojos para combinar con mi top y bolsa blanca para combinar con mi falda, una chamarra roja y buena actitud, paso por mí en el auto de su papá y nos fuimos al bar.
Para los que no me recuerdan o no leyeron el primer relato, físicamente soy de cuerpo esbelto, con poca pompa, pero busto abundante, 1.70 de estatura, de piernas fuertes y torneadas por practicar natación, de pelo largo y negro, de piel blanca y bonita de rostro.
Llegamos al bar, la noche estuvo perfecta, bailamos mucho, bebimos unos buenos tragos y estuvimos pasándola bien, cerca de las 3 de la mañana salimos del bar, camino hacía mi casa, mi mamá solo me había dado permiso hasta las 4 am, mi novio quería llevarme a otro lado (creo yo que a un hotel, a donde más), pero las reglas en mi casa eran claras.
Pedimos el automóvil de su padre en el valet parking, subimos en él, minutos después me beso y me comenzó a manosear torpemente, tengo que reconocer que mi novio Héctor era guapo, muy atento y cariñoso, sin embargo no era hábil en la cama, así que lo rechace, me llevo hasta la puerta de mi casa, me despedí con un beso nuevamente y baje del auto.
Dispuesta a entrar a mi condominio, subí las escaleras y el vigilante abrió la puerta y me saludo cordialmente, buenas noches señorita, conteste amablemente buenas noches, en ese momento solo sentí que el muchacho me miraba con un deseo morboso mientras caminaba hacía el ascensor, el muchacho vigilante tenía aproximadamente unos 28 años, estatura como 1.75 cm., blanco y con algunas pequitas en el rostro, no era guapo, estaba muy delgado, era sencillo, pero con cara de pingo, se portaba muy amable con todos los condóminos, realmente tengo que decir que cuando sentí su mirada, me sentía cachonda, deseada y excitada, estaba a mil y con ganas de mojarme por dentro.
Pulse el botón del ascensor para subir a mi departamento, llego el ascensor y subí en él, pulse el piso 10 y el ascensor comenzó a subir, miré mi reloj y eran 3:30 am, note que aún me restaban 30 minutos más para mi hora límite de llegada, cuando un pensamiento llego a mi mente y me dije a mi misma en voz baja, “Chúpale la polla al vigilante”.
Mi cuerpo y mi mente comenzaron a ponerse calientes, deseosos, sentí unas ganas ansiosas de arañar la puerta del elevador, el ascensor abrió sus puertas en el 10° piso, rápidamente sin pensarlo dos veces, volví a apretar Planta Baja, durante el trayecto, mi boca salivaba demasiado, me sentía realmente excitada y llena de adrenalina.
Baje del ascensor nerviosa, pero decidida, me acerque hasta la caseta de vigilancia, salió el vigilante y me pregunto si todo estaba en orden, extrañado por mi presencia otra vez ahí, mire rápidamente que nadie nos viera y lo empuje llevándolo al interior de la caseta.
Una vez con la puerta de la caseta cerrada, me recargue sobre ella, mire al vigilante quién cada vez estaba más sorprendido, me dijo con voz un tanto desconcertada, se encuentra bien señorita, la puedo ayudar, le dije con voz dulce, claro que puedes ayudarme y lo vas a hacer, él se quedó mirándome con los ojos bien abiertos, esperando a que continuará.
Le dije segura de mí, tratando de convencerlo, ven, acércate a mí, tócame, se quedó con los ojos desorbitados, sorprendido totalmente, me dijo cortésmente, no señorita, estoy arriesgando mi trabajo, además usted está un poco pasada de copas y puedo meterme en un problema.
Conteste defendiéndome, con tono de voz un poco violento, estoy segura de lo que quiero hacer y no estoy borracha ok, tratando de ser convincente, me arme de valor, lo tome de los hombros y lo senté en la silla de la caseta, ya oponía poca resistencia en ese momento, solo tartamudeaba un poco y seguía negándose con gestos suaves, vi que su miembro ya se encontraba erecto bajo el pantalón, se negaba, pero en el fondo sabía que lo deseaba.
Empecé quitándome mi chamarra y colocándola en el piso, me arrodille sobre la chamarra y frente a él, quién ya se encontraba sentado, sonriendo y bastante dispuesto, comencé a desabrochar su hebilla y bajar su pantalón debajo de las rodillas, sus piernas eran blancas, delgaditas como popotes, pero fuertes, con pocos vellos y pecas, baje su bóxer a la misma altura de las rodillas y este movimiento me permitió ver su miembro ya erecto.
Viéndolo totalmente dispuesto a recibir placer, sin pensarlo más, comencé a meterme suavemente y poco a poco su miembro erecto, con un sabor un poco saladito, pero muy rico, mi boca comenzó a hacer su trabajo, cada vez más rápido metía toda su polla de 18 cm aproximadamente en mi boca, era delgada y un poco curva su polla, sentí como el vigilante ya colocaba sus manos sobre mi cabeza y acompañaba el sube y baja rítmicamente, saque su pene de mi boca y comencé a lamer sus testículos desesperada, los frote suavemente con mi lengua ansiosa de placer y de sus fluidos.
Ya un poco recuperada y con más ganas que antes, volví a meter su miembro rico en mi boca, comencé a mamarlo más rápido y profundamente hasta atragantarme, mis labios, se dejaban deslizar por toda su polla cada vez succionando un poco más su miembro, el cual se hinchaba con cada mamada, sabía que en unos segundos más se descargaría y no me equivoque, poco después de seguir mamando frenéticamente, eyaculo dentro de mi boca, yo cerré bien mis labios, evitando que se saliera su semen, saque su miembro de mi boca, el solo suspiro aliviado, disfrutando del orgasmo que segundos antes le había arrancado.
Me levante disimuladamente, me puse mi chamarra y sin decir palabra alguna, camine hacia el ascensor, subí al 10° piso, abrí la puerta de mi departamento, entre en mi recamara silenciosamente, me puse la pijama, me metí debajo de las cobijas y comencé a masturbarme muy rico, en mi mente imaginaba la verga del vigilante dentro de mi chochito caliente, ya encontraría la forma de lograrlo, ahora deseaba con ansías que esa polla llenará mi chochito, tiempo después lo logré, esa es otra historia que contaré pronto.
Espero los haya calentado este relato, gracias por leerlo y espero haya sido de tu agrado, ya que lo escribí para los morbositos.
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