2 La Marca sellada.
Mi llegada estaba atascada, hablaba demasiado y el polvo en directo empezaba a pesar.
Nunca me había ocurrido esto, mantenerme dentro, ella parecía estar en otro lugar, supuse que esperaba algo más, aunque podía hacerlo, sin embargo dudaba por los efectos secundarios, y yo torpe de mí, no debía haber hecho esto, cuando la naturaleza llamada supervivencia te aconseja, que el enemigo debe de saber lo menos posible de ti y yo estaba haciendo lo contrario, y seguí en ese torpe camino de cuando vas sobrado.
- ¿Cuándo tiempo llevas sin follar?
Pude hacer la pregunta de forma más peyorativa, pero cambié de idea, podía ser una aliada a cambio de sexo.
- Define follar – Dijo mirándome de cerca.
- Momentos en que se intenta placer, utilizando un macho.
- Esa no es la definición.
Enarqué las cejas haciéndome el tonto.
- ¿Tú que estás haciendo ahora?
- Esperando una señal de lo que prefieras.
- ¿No tiene iniciativa?
- No me la puedo permitir, ahora en estos instantes puedes ser mi única posibilidad, una única factible aliada.
Sonrió de la forma cuando te hacen la pelota.
- He de reconocer que esta situación tiene su gracia, nunca me había follado de esta forma, al margen del tiempo que llevamos enganchados y de lo que sigo sintiendo, por qué persiste ese gustillo escondido no sé dónde y tu pene hace más cosquillas de lo que piensas.
- Estoy fuera de juego, detalla algo más.
- Es la diferencia entre follar poco, o muy poco, por no decir nada, ya que tocarme yo me repele y que lo haga otra, como que no, yo soy de las antiguas, me gusta un poco de dureza interna que no sea mía, y nada mejor que un descerebrado.
- ¿Por qué?
- Esto es un módulo del futuro, aquí todo es innovación, incluso el sexo, está permitido pero con ciertos topes, sirva como ejemplo que no se puede hacer daño a nadie, antes, durante y después, si lo denuncias el culpable será condenado a las labores de riesgo, por ejemplo la limpieza de los sistemas de energía del uranio enriquecido.
- No he escuchado nada en ese sentido.
- Está debajo de la superficie. El centro ocupa más suelo que la provincia de Jaén. Limitada y delimitada. Sistemas avanzados de alerta y defensa. Hay fuerza de seguridad en vuelo durante las 24 horas.
- ¿Y? – Estaba perdido dentro de mí mismo.
- Es simple, es lo mejor. Termina de follarme como es debido, supongo que algo de semen te quedará. Y además me gusta la postura que tenemos, y otro orgasmo no me vendría mal, me dejo sobornar, y te voy a regalar el oído, mi informe te llenará como has hecho en mi vagina.
- ¿Me llenará?, no comprendo.
- Posiblemente la supervisora quiera conocerte, y por qué lo sé, puse que mi compa ya ha contado en que situación nos encontramos, solo falta que activen la cámara y que todos nos vean.
- ¿Esto no es normal?
- Así como estamos no, eso ocurre más adelante cuando nosotras buscamos ganancias, ventajas sobre otras, ya que irás de mano en mano hasta tu puesto final y una vez allí serás lo que quieras ser, pero debes de demostrar lo que te ordenen o acuerdes, hay veces que se dejan querer.
- ¿Y por qué me cuentas esto?
- Por qué quiero que me tires en la cama y me hagas lo mismo que ahora, quiero saber que me recibirás, en una palabra, quiero ser una donde puedas meter sin molestarte en buscar o que alguna mendigue sexo, que te las encontrarás.
- ¿Cómo se mide el tiempo?, no veo reloj alguno.
Soltó una carcajada y su estómago se estremeció, así como su vientre y ella misma se produjo un par de suaves embestidas.
- No le hay como el otro mundo del que hemos llegado, te implantarán un adelantador de indicadores. Con el tiempo acceden a tu pensamiento, aunque puedes impedirlo ejercitando la mente, algo así como cerrar los parpados con fuerza y hacer sonar tus oídos, el sistema lo detecta como virus y corta la comunicación, y los efectos secundarios son que se te taponan los oídos durante un par de días, andas medio sordo, pero eso no es importante.
- ¿Por qué me ayudas?, pienso que puede ocasionarte problemas.
- ¡No tío, no!, el sistema está muy bien compensado, me explicaré. Todos estamos a la fuerza, por tanto esperan problemas, pero cuando el sistema pone tu fina línea en color azul, es que está casi domado, pero no descuida la guardia, y espera réplicas en contra.
- No entiendo nada.
- Saben que eres enemigo pero estás amoldándote a las circunstancias, y lo haces a cambio de sacar beneficios, como yo ahora. Te dije que llevaba mucho tiempo sin que me follaran, que no es lo mismo que follar, sé que es cosa de dos, no te hablo de sentimientos ¿Comprendido?
Estaba sorprendido por el sistema, eso era jugar sin ventajas, de doblegaban y a cambio te permitían cierta libertad.
- ¿Sabes algo de mi destino real?
- Parece que les haces cambiar de proyecto, hay habilidades que escondes, pero si les interesa e importa el trato que das a las mujeres, recuerda a las vaginas heladas, son mujeres importantes y algunas de ellas están en la jefatura de corporaciones, ya que está en pruebas agrupar una serie de hombres y mujeres para que formen sociedades aisladas, y ver los resultados.
- No entiendo mucho lo que dices, pero nunca saldré de aquí.
Aseveré molesto.
- Sí, pero con el tiempo, cuando tu status sea importante, que afirmo que lo será, ya que ahora en estos instantes, las féminas que siguen nuestro dialogo, van cargando sistemas avanzados femeninos, en esos sistemas apareces como un ser que tiene un punto de vista diferente de la mujer, das más que tomas, y que además, escucho que lo escondes, tus defensas son fuertes y eso te produce de vez en cuando caídas, tu cerebro parece separase de tu cabeza.
- ¿Cómo ya saben eso? – Pregunté aterrado.
- Demasiada actividad cerebral, eso es lo saben y por tanto un detalle a tener muy en cuenta, puedes convertirte en enemigo del sistema, incluso con poderes para escapar del centro, no de las instalaciones.
De nuevo me hundí en la miseria. Saben que pasa por mi cerebro.
- Verás, tienes más positivo que negativo, saben lo que siente mi cuerpo, mi cerebro e incluso almacenan el nivel de goce los orgasmos que me produces, y ya saben de tus experimentos sexuales, como la información que obtienen de tus amigas, esas que siempre están dispuestas, ellas saben que no les echas un polvo frío y rápido.
- ¿Y mi libertad? ¿Y mi vida?
- Me han autorizado a que te rebele un dato alternativo. Tu eres el culpable de ser presa. El presidente del consejo de administración de tu ex empresa te odia, pero no por que seas un mal trabajador, no, es todo lo contrario, pero tiene una balanza.
La empresa y tú, y su hija y tú. Su hija está enchochada contigo, y sabemos que tú no sabes quién es su hija. Es un juego que ella puso en marcha cuando te vio por primera vez, parece que se sintió desnuda ante tu larga mirada y aunque la molestó profundamente, pero cuando se sentó en cómodo sofá del despacho de su padre, empezó a sentir cierta calidez entre sus muslos, y eso hizo hacerse la contradriza contigo en la cafetería que sueles comer.
Como es natural, tú podías recordarla ya que dejó pasar tiempo, y para ti fue una más de las que de vez en cuando van con los jefazos y ella te hizo caer en sus redes.-
¿Sabes quién fue?, está entre tus amigas, entre las que siempre están dispuestas.
Por más que repasé la corta lista, no supe quién podía ser.
- Para ti Asunta.
La realidad se abrió en mi mente. Enigmática, misterios y profunda, era una tía que producía cierto temor escondido. Apasionada y sobre todo exigente, quería siempre estar al límite del límite, recuerdo una madrugada que en plena cadena de orgasmos perdió el conocimiento, se desmayó y yo no supe que hacer, y cuando abrió los ojos me exigió saber cómo lo había conseguido, por una razón, lo guardo como sumo secreto secretísimo.
No pude salir de su vagina, ya que esta me sujetó dentro con fuerza, si tiraba me hacía daño, esperé a desinflarme, algo que no ocurrió, esa forma de abrazo en el pene es algo indescriptible, debido a sus suaves contracciones y estas parecían mantener el estímulo en el pene y mi cerebro estaba en desacuerdo de escapar de tan ardiente lugar. Conmigo había taponado la vagina.
Estuvo casi tres días fuera de control, no pudo centrarse en nada y quiso repetir, pero me negué. No respondió a ninguna de mis preguntas y tampoco cayó en las trampas que fui preparando, necesitaba esa información, pero mudas sus repuestas y la alejé de mí, error grave, se convirtió en enemiga y debió de contarle una fábula a su padre, por tanto este es el resultado.
- Tío, has silenciado a la transmisión. Debes dejar de hablar, te estás dañando, tu status ha caído en picado. Somos mujeres, y como tal apoyamos a Asunta, por cierto vaya nombre.
- ¿Y qué tiene que ver con esto?, ¿Y si he tenido vidas pasadas?, también debo pagar mis errores, por lo que veo.
- No es como piensas. Se debe a tu silencio. Ese extraño polvo debe tener su misterio y tú no has explicado nada.
- ¡Vamos!, no seas vulgar – Respondí cabreado – Tuve otra relación con una virgen de 37 años, impensable para mí y cuando íbamos a follar me lo dijo ¿Qué opinas?
- Si es sorprendente ¿Qué ocurrió?
- Su himen era duro, lo tanteé con los dedos, pero antes le hice una serie de pruebas, y cuando le planteé los pasos que iba a dar en su cuerpo, dudó, titubeó debido a su ignorancia y para acompañar mis palabras le dije que aceptara una prueba, no le iba a doler y que luego decidiera.
Ella tenía el pene erecto agarrado con su mano.
Aceptó, fue un sábado por la mañana en su piso, se lo había comprado meses antes, era el mes de julio para más detalle.
Situación. En su cama, penumbra clara, el dormitorio daba a la parte trasera del edificio y absoluta tranquilidad. Frescor del amanecer, casi las nueve de la mañana.
Boca arriba, sus muslos separados y temblaba ligeramente, sabía de antemano que no la iba a penetrar. Y mi lengua estuvo entretenida en su clítoris, normal en todos los sentidos. Como dato de ella, aunque fui muy despacio, es decir que no aporreé con la lengua al clítoris, si no que le humedecía mucho y apenas le rozaba con la punta de la lengua, y como respuesta, ella miraba al techo, pero cerró los ojos, y de vez en cuando se movía la cintura, respiraba deprisa y sus manos parecían garras, se aferraban a la sábana, detalles que fueron positivos.
El primer orgasmo de su vida, fue tranquilo, arqueó levemente su cuerpo y una de sus manos sujetaron hicieron de tope en mi frente, empujaba levemente apartando mi lengua del clítoris, seguí sus señales, ya que poco después ella misma arqueaba su cuerpo y acercaba el clítoris a mi boca, por tanto seguí, sabía qué hacía y lo que la estaba ocurriendo.
El segundo orgasmo, que para mí había tenido otros de menor de intensidad, ya que la ignorancia da miedo, ya que hubo una vez que susurró jadeando ¿Que me haces? , lo dijo a la vez que sus manos sujetaban mi cabeza pero sin entorpecer lo que hacía.
La dejaba respirar, ya que de vez en cuando controlaba el fluido que salía de su vagina, normal y un poco ácido, pero estaba bueno, ya que además para procurarme tan exquisita pócima, la punta de la lengua recorría el himen, mi cerebro precisaba de esa información, como después lo fueron las areolas, los pezones, el monte de venus, sus hombros, su espalda, sus costados, etc., ya que pasaron días antes de consumar su desfloración.
Y lo más sorprendente de ese primer día, es que ella sin que yo dijera nada, pensaba quedarme como estaba, pero ella me hizo una felación, se dio cuenta de mi sorpresa y con media sonrisa me dijo que era algo que nos gustaba, y que era sencillo de hacer.
Y claro, pasó lo que pasó, yo quise apartar su boca, pero ella opuso resistencia y eyaculé en su boca, no por eso dejó de moverse, si dejó que escapara pero siguió hasta que le dije que empezaba a molestarme, y despacio terminó dejando escapar el semen de su boca en el glande.
En silencio se levantó y fue al baño, sentí el ruido de la ducha, fue rápida, volvió con gasas y me limpió, no lo hizo antes debido a que necesitaba información de todo, y el semen era un misterio para ella.
Debo aclarar un detalle, tiene una hermana que es religiosa arrepentida, dejó los hábitos con la excusa de la enfermedad de su madre, y yo a ella no le gustaba nada de nada, pensaba que era un aprovechado, sin saber que ese paso adelante no fue mío, fue ella la que decidió esa relación, además no ocultó su ignorancia sobre el sexo y que tenía miedo.
Pero todo tiene una causa y un efecto. Un domingo por la tarde su madre se cae y la llevan al hospital, la virgen va con ella y en casa queda la arrepentida. Como el piso era nuevo, yo estaba con las capuchillas que se hacen. Colgar cuadros, estanterías pequeñas, sonido y la Tv, y cerca de la nueve de la noche, la arrepentida se mete en el baño, no cierra la puerta y se ducha.
Me dejó anonadado su cuerpo. Algo fofa y su espalda y su pecho con marcas, señales de tortura. Peluda, tanto en las axilas como en el pubis, dejó que la mirara.
Lo cierto es que fue un choque emocional para mí, no comprendía esas marcas en su piel, tanto por delante como por la espalda, había sido torturada, pensé. Y se me escapó una pregunta que no terminé de hacerla.
… Supongo que no ereessss….
Su respuesta fue movimiento de su cabeza negando.
Guardé silencio, estos recuerdos me torturaban de vez en cuando. * Has silenciado al sistema, los valores absolutos fluctúan de forma alocada, algo así como que no tienen las bases equilibradas, hay algo que rompe el sistema utilizado. * ¿Eso es bueno o malo? * No sé, pero tus valores están en la misma situación. * Me da igual ¿Quieres que termine y deje esto?
Dije sumido en el mal recuerdo, que me sigue persiguiendo.
- Me dicen que de ninguna manera, que he ido deteniendo el sistema con el recuerdo, además el rastreador de falsedades está callado, sus detectores están inmóviles, todas sus luces están en azul, aquí dicen que es color de la verdad.
- No termines el polvo, estoy a gusto y de vez en cuando tiemblo, es la réplica el placer que persiste, que has sembrado y me gusta. Y la historia me tiene alterada, no sé por dónde va.
Decidí seguir por un motivo, siempre procuraba olvidar ese tiempo extraño, atrapado entre tres mujeres. Y ahora me doy cuenta que quizá haya sido el error, los recuerdos para enterrarlos en el tiempo deben ser aceptados con lo bueno y con los errores, eso me dijo un buen amigo, teólogo y que hace dos años nos dejó, murió joven debido a la enfermedad de moda, derrame cerebral.
- Ibers, tenía las mejillas encendidas, aunque no apartaba su mirada de la mía, deduje que mi opinión la importaba, procuré no apartarla. Sin darse cuenta que las señales de los latigazos impresionaban, sin darme cuenta de lo estaba por llegar.
- ¿Dónde me la vas a meter? – Entonación segura.
- ¿Estás segura? ¿Y tú hermana? – Me defendí.
- Es buena, te compartiremos.
- ¿Y esas cicatrices? – Desvié el tema.
- Castigos celestiales.
Enarqué las cejas atónito.
- La orden a la que pertenecí, estaba compuesta por los dos sexos. La comunal era de donde partían las dos alas, fue un antiguo hospital. Mejor dicho, un psiquiátrico, y el prefecto protector encontró el edificio adecuado para la orden de los imperfectos, todos éramos voluntarios, errores y culpas que no supimos resolver y ese cabrón de mierda, nos engatusó con la paz semental.
Todas entendimos semestral, pero como llegamos muy mal paradas, tragamos con todo.
Rezos extraños, palabras desconocidas y frío, mucho frío, el prefecto aseguraba que el frío instruye, alienta y sobre todo prevalece sobre lo débil. Se sentó en mis rodillas, cogió mi mano y la puso entre sus muslos, procuró que sintiera el vello púbico que era abundante. Y al oído, siguió hablándome de sus recuerdos. * Esa paz a la que se refería, era a la suya, a los hombres que parecían estar en nuestra misma situación, pero no, ellos pagaban por el montaje y nosotras, que obedecíamos en busca de repuestas. Y la primera vez que fui escogida, el día anterior dos de ellos entraron en mi celda, llevaban un saco de cuerda, lo dejaron en la ventana y desnudaron deprisa, iba a protestar y el de más edad me dio un manotazo en la boca, me rompió los labios y me gritó que colaborara en todo o dormiría con grilletes en la alambrada.
Y descalza, arrastrando un herrumbroso arado, recorrimos los dos pasillos, llegando hasta el círculo, una especie de plaza de donde partían diferentes pasillos, allí me soltaron el arado y descendimos las escaleras de fría piedra, detrás los cofrades arrastrando el arado, más tarde supe que era una petición de los labriegos del pueblo cercano, las cosechas era malas.
Llegamos al final de la escalera, una sala esférica y en su centro un jergón alargado de un solo cuerpo. Me detuvieron junto a él, deduje lo que iba a pasar, cerré los ojos pidiendo que fuera rápido.
El arado quedó en la entrada, y de nuevo me movieron, abrí los ojos, el jergón estaba encima del arado, y allí me hicieron recostarme, mi cuerpo estaba apoyado menos las piernas, que entre dos las sujetaban, y se encendieron muchas velas y la luz eléctrica fue apagada.
Pude ver como se quitaban la túnica, casi todos mostraban erecciones más o menos regulares. Y el prefecto fue desnudado por dos mujeres de las nos instruían, y una de ella se ocupó de procurarle la erección, primero con la mano y luego arrodillada entre sus piernas separadas.
Y una vez que alcanzó la erección adecuada, se aproximó a mí, se fue situando hasta quedar entre los muslos separados y me dijo con un siseo, que mi dolor y sangre sería para contentar a la naturaleza de la tierra para que fuera fértil, mi sangre sería allí derramada.
Y en efecto, debajo había un recipiente de cristal, primera sangre intacta, se podía ver en su centro.
Y una a una fueron apagadas las velas, mientras el prefecto situaba el glande de su pene entre los labios de la vulva, llegó al himen empujando un poco, se resistía, parecía tan solo que se trataba de estar en el lugar adecuado.
Y cuando reinó la oscuridad, un murmullo empezó a escucharse, y el tono se fue elevando, y fue cuando recibí el primer latigazo, fue de derecha a izquierda en los pechos, le siguió otro en el sentido contrario y fue cuando grité, la señal para el primor empujara un poco más, sentí dolor aunque el retrocedió, supo que me había dolido y el murmullo de nuevo aumento de volumen, me llovieron más latigazos, finas varas supuse y en ese momento entró con toda su fuerza, vi las estrellas y medio mareé, ya que el empezó a moverse y de su boca ese mismo murmullo.
Dejaron de llegarme latigazos y mi cuerpo fue recostado hacia atrás, un ángulo cóncavo tuvo mi cuerpo, pensaban que me iban a partir en dos, pero que va, mi boca era el objetivo de todos, ya empezaron a metérmela en la boca, se movían unas veces y salían, luego otro, y otro y otro, esperaba lo peor, pero no, solo era eso.
Mientras el prior embestía y embestía con fuerza y cada vez más deprisa, hasta que chilló, se quedó quieto empujando, sentí su semen en mi interior, se apoyó en mi cuerpo y sus dientes mordieron los pezones, primero uno y luego el otro.
El muy cabrón me hizo sangre en las dos areolas, y poco después terminó todo, allí me dejaron con una sola vela encendida, pero acostada en el jergón, el arado junto con mi sangre fue llevada a los labriegos que esperaban en el patio, en la calle.
Pensaba que me llevarían a mi celda, pero estaba equivocada, en la penumbra esperaban los cofrades, y transcurrido un tiempo, uno de ellos se acercó, me separó los muslos y me penetro con fuerza, me hizo daño, esa era la cuestión, que me doliera, estuvo un rato moviéndose despacio y se salió.
Y llegó otro, repitió exactamente lo mismo, y otro y otro, no conté cuantos y el último fue de nuevo el prefecto, un bestia y de nuevo se corrió dentro, me dio asco de pensar en los otros había metido su rabo en la mierda de este que se corría bramando como un toro, y esta vez mientras se corría, me mordió los labios, de nuevo me hizo heridas.
La vela fue apagada, pensé que la tortura había terminado, pero no, me equivocaba, no hacía ningún ruido, pero sentí el desplazamiento del aire, se acercaba como si pudiera ver en la oscuridad y se alejaba, y sentí como se subía dónde estaba acostada, su olor me llegó, pelo sudado, pensé en algún animal, pero no era un humano.
Sentí su cabeza cerca de la mía, su aliento en mi oreja, desprendía tufo a ajos y vino agriado, y en voz baja habló. * Zorra del alba, eres de mi propiedad y….. - sonó un chasquido y el cerdo dejó de hablar.