2. La diversión se convirtió en negocio.

Después de ser penetrada por un desconocido y por mi novio, las cosas se salieron de control. Pero mi puta interna sabe que esto me encanta.

Continuación de: 1. Cuando yo me dí cuenta, los dos me penetraban.

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Después de que se acomodaran y empezaran a presionar para que cupieran los dos penes en mi vagina, me sentaron sobre mi novio, mientras el desconocido disfrutaba de mis pechos porque los agarraba desde atrás y me los acariciaba como quería. No había parte de mi cuerpo que no se sintiera con manos tocando a su antojo. Intentaba relajarme para que me cupieran los dos sin hacerme daño, era tanta la excitación y la calentura que sin tanto problema estaba siendo penetrada por dos hombres.

Estaba al borde del delirio, yo sabía que el invitado estaba a punto de correrse porque sentía el cambio de su respiración, los movimientos eran más pausados y bruscos, soltaba aire retenido cada vez que me la metía y ahora estaba más verbal igual que mi novio.

  • Oye amigo, que buena puta tienes, le caben las dos vergas sin problemas, ¿dónde la conseguiste?

  • No me la conseguí es mi novia. Y sí es una buena perrita porque le gusta complacer.

  • Lo siento, yo no sabía que era tu novia, ¿quieres que deje de metersela?. - y no dejaba de metermela, es obvio que sabía que mi novio estaba encantado con el hecho de estarme compartiendo como una zorra.

  • No, no, amigo siente la libertad de hacer lo que tu quieras con ella, dentro de este apartamento puedes tenerla las veces que tu quieras, pero con la única condición que yo tengo que saber, estar de acuerdo y poder ver o participar.

  • Sí claro.... uff.... que rico perra... te... voy... a... coger... todas... las... malditas.... noches de mierda. - estaba a punto de terminar, y saber que podía tenerme cuando quisiera lo puso más intenso, a penas podía con los dos ensartandose en mí, ya no aguantaba más, yo quería parar, mi vagina estaba muy dilatada y yo adolorida porque no dejaba de moverse, cada vez me la metía con más ganas, hasta que empezó a gruñir y a agarrar mis pechos como para tener equilibrio.

  • Ya me voy a correr, ¿dónde puedo? - apretaba los dientes y mi novio estaba fascinado viendo como es que yo me aguantaba el orgasmo porque yo quería que me siguieran usando más, ya estaba cansada pero jamás me había sentido así de usada y excitada.

  • Correte en donde tu quieras. - me ofreció mi novio y él desconocido le dijo que si se podía correr dentro de mí y fue entonces que mi novio se salió de mi, y se fue hacia adentro, en eso el desconocido sacó su pene y respiraba lo más tranquilo que podía y me dijo:

  • Vamos perra, ahora ponte en 4 de nuevo, así te estaba viendo desde abajo y te quiero terminar dentro.

Dicho y hecho, me puse de a 4 y él empezó a penetrarme de nuevo, cada vez sentía más cerca el orgasmo, ya casi me sentía satisfecha, pero él terminó primero y no logré conseguirlo. Él quedó rendido en el piso del balcón con su pene flácido y yo se lo limpié con mi boca y él solo me hizo a un lado y se fue por donde se había ido mi novio. Yo me levanté y me fui tras ellos.

  • ¿Cuánto quieres por dejarme coger a tu noviecita? - era el desconocido preguntandole a mi novio.

  • Rosse, amor, ¿quieres cobrar para que te metan la verga? - lo dijo mientras se giraba porque estaba preparando un trago para él y el desconocido. - Por cierto, él se llama Josh y quiere volver a cogerte, ¿qué piensas?

Yo me quedé sin palabras porque no esperaba que me estuviera vendiendo, la verdad me sorprendió encontrame tan dispuesta a hacerlo sin cobrar, pero recibir dinero por dejarme penetrar o hacer lo que ellos dos quisieran me ponía por el morbo.

  • Tu pones el precio cielo, tu decides si quieres que te paguen por usar a tu puta. - mientras le decía eso me sentí mojada de nuevo, quería que alguien me quitara las ganas de mi último orgasmo inconcluso.

  • Yo tengo unos amigos que de seguro querrán meterte la verga también. - me lo dijo Josh que ahora lo veía y sí era guapo.

  • No, no, no, no, no. Yo solo hablaba de ustedes dos. - lo aclaré con miedo e inseguridad porque en realidad no sabía en qué terminaría todo si incluíamos a más personas en esto.

  • Cállate puta. Me dijiste que yo podía decidir, así que yo decido que mientras se cumplan mis condiciones, cualquiera te puede coger, meter los dedos, usar tu boca, tu vagina de puta, incluso tu culo que yo sé que te gusta que te lo usen. Porque eres una zorra completa. Así que ya sabes Josh, aquí las puertas y las piernas de Rosse están a tu disposición y a la de tus amigos o de quien quieras. Espero que vuelvas pronto, siempre que pases por acá pasa a visitarnos.

  • Claro, claro, todas las noches después del trabajo pasaré a darle la probadita del día a tu puta, digo, a tu novia, y muchas gracias por dejarme coger a tu mujerón, gracias Alex.

Dicho esto yo me quedé helada, sin poderme mover, incluso cuando Josh a modo de despedida llegó a besarme y mientras tanto me metía los dedos con total seguridad y me metía la lengua en la boca. Él se fue y me quedé sin procesar lo que acababa de escuchar. Alex se acercó y con mucho cariño me besó y me dijo que todo estaría bien. Que de momento él se haría cargo de todo y que yo solo debía descansar porque ahora que tenía el negocio conmigo, necesitaba buscarme clientes para que me tuvieran bien cogida todo el día.

Se fue y yo me quedé con ganas del orgasmo y sin entender qué era lo que estaba haciendo con mi vida.

------- Horas después -------

  • Rosse, amor, te voy a presentar a alguien que quiero que conozcas rapidito. - me guiñó el ojo y vi a un hombre mayor, de unos 60 años con el pene erecto y yo después de tener un tiempo para mí descubrí que estaba encantada con la idea de ahora ser una puta. Así que me acerqué y me desvestí frente a él y ya se notaba que había empezado a sudar. Quería más semen en mi interior, siempre me gustó la sensación, al menos desde que descubrí que no puedo tener hijos, así que me podían terminar donde fuera que no había peligro.

Al estar frente a él, abrí mis piernas y dejé que explorara con sus dedos, después de un rato, abrí más mis piernas y me coloqué sobre él que estaba sentado en un sillón y bajé lentamente, con mi mano dirigí su glande a mi entrada, él movió rápidamente la cadera y me penetró de un solo que se me salió un gemido fuerte que era una mezcla entre sorpresa y gusto, aunque su pene no era ni tan grande ni tan grueso, me daba mucho morbo saber que ahora era una puta y él era mi cliente. Que él tenía derecho de usarme donde él quisiera. Así cuando sentí que me levantaba mi camiseta para dejar mis pechos descubiertos y llenarlos de saliva mientras jugaba con ellos, me sentí bien puta.

  • Ooh oh así papi, hazme tuya. No dejes de metermela. Sigue comiendome los pechos, soy toda tuya. Soy tu maldita puta y puedes hacerme lo que quieras. Si quieres algo especial, solo pidelo, tienes derecho a usarme. - Lo dije todo tan rápido y entre gemidos, que cuando sentí mi novio estaba erecto y con ganas de unirse, así que lo único que se me ocurrió fue acostar al señor, y colocar el culo más levantado para que mi novio me culiara.

  • Vamos amor, quiero que me des una buena culiada para que mi culito también pueda ser penetrado por otro cliente cuando tu quieras. Ven a revisar que el cliente esté satisfecho.

Ni se lo había terminado de decir cuando noté la presión en mi ano, el señor estaba que ya acababa, realmente fue demasiado rápido, pero escucharme hablar lo había excitado aún más y ya no aguantaba.

  • Puta, PUTA, ¿dónde te hecho mi leche? - me estaba tocando el clítoris, y yo exploté. Entre gemidos y gritos le dije que eso lo decidía mi novio y dicho esto mi novio me ensartó su pene de una forma tan rápida que el dolor fue enorme pero sus movimientos lo conviertieron en placer.

  • Vamos viejo, termina donde quieras, haz tuya a mi mujer. Esta puta aguanta con tu leche donde quiera.

Mi cliente me terminó dentro de la vagina, así que yo escurría semen, bajé mi mano y tomé del semen que se salia y me lo llevé a la boca, aún con mi novio en mi culo dándome como ningún otro.

  • Ahora deja el dinero en la mesita y lárgate porque yo voy a terminar de usar este culito rico que tengo aquí.

Cuando yo vi, había un billete de 100 sobre la mesa, así que eso era lo que cobraba mi novio por mí.

  • Vamos putita, gime por mí, porque ya dejaste que te la metieran dos hombres además de mi... dejame sentir como disfrutas... liberate puta... sabes que te amo... quiero tu culo disfrutando. - me decía eso y yo me mojaba más, cuando sentí sus dedos estaban otra vez dentro de mí y yo me volví loca hasta que terminé con otro orgasmo y él no se detuvo hasta que me terminó en el culo.

Salió de mi y me fui a bañar porque él me dijo que mejor nos dedicaríamos a esto porque él tenía un mes de vacaciones. Así que ahora se viene lo realmente bueno. Seré puta por un mes.

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Si quieres que pase algo en especial, o quieres que sea tu puta, dime tus fantasías y con mucho gusto te complazco.

Te mando una buena mamada, y te dejo mi vagina lista y mojada para que me metas el pene ahorita que lo tienes tan paradito, rico para que me des placer. Por favor, solo te pido que me cojas fuerte y duro, me gusta que me usen así. Besos húmedos.