2 inexpertos y 1 deseo (Medio real)(Mi 1er relato)

El siguiente relato es la anécdota de un pringado de turno. ¿Cómo valoráis lo sucedido? ¿Hizo bien? ¿Hizo mal? ¿Es un auténtico capuyo verdad? ¿Qué pensáis? Tiene 2 partes, la primera es la "real", la que podeis opinar con las preguntas arriba mencionadas, la segunda en sí es todo lo rico ;)

(Parte 1)

Era verano, hacía calor, por eso mismo las noches de verano son cómodas para salir, ya que a la mañana es algo imposible. Había quedado con una chica, una chica que conocí por parte de una amiga que nos presentó al año anterior, y casualmente esta era la segunda vez que la veía. En este verano no estaban nuestros amigos así que quedamos para ir de fiesta solos ella y yo. ¡No seremos muchos pero no tiene por que ser aburrido! Yo, con 19 años, ella con 18, con una ciudad donde eran fiestas y la noche por delante.

  • Es la una (de la madrugada), ¿Vamos a ver los fuegos artificiales?

  • Está bien.

Después de un cuarto de hora, con el cuello algo machacado de tanto mirar hacia arriba y con ganas de pasarlo bien por ahí de fiesta, nos preguntamos dónde podríamos tomar algo.

  • En los bares donde hemos estado nos han puesto garrafón y en fin, ¿a dónde podríamos ir?

  • Mmm, no quiero que pienses mal pero... en mi casa no hay nadie y sí que tengo algo para beber que no nos van a engañar como en los bares, ¿Te hace estar un rato y luego vamos por ahí? - ¿Con qué propósito he dicho esto? ¿Qué intenciones tengo? Bueno, da igual, vamos para allá y a ver qué tal...

Entramos en casa, nos pusimos la televisión, en la cocina sentados y sacamos 2 vasos junto con alguna botella, algún licor y bebida... Entonces ella comienza a hablar

  • Bueno, ¿Qué hacemos? Es que... mmm... no, nada

  • ¿No, qué?

  • Nada, nada, que quería proponer algo, pero da igual, es una chorrada.

  • No, no, dilo, que no pasa nada.

  • Bueno, pues que quería proponerte un juego, porque estando sólo 2 no sé como vamos a hacer quinito (cualquier juego para beber de forma entretenida y sin aburrirse).

  • ¿Y qué es?

  • Verdad, mentira, beso o prenda.

  • ¡Anda! Esto me suena, recuerdo que de chavalillos jugábamos a algo así.

  • Está bien, pues empiezo yo...

Y así pasó un tiempo, entre preguntas, verdades, mentiras, negaciones a responder con su pago de correspondiente prenda y con algún beso.

Cuando se elegía beso, la persona que lo da elige donde lo da, con la persona que lo recibe con los ojos cerrados. Ella me dio diferentes besos, todos suaves, en sitios para nada incómodos, pero a cada cual, algo más comprometido, tierno y cálido.

También se formulaban preguntas sobre sexo...

  • ¿Es verdad que alguna vez te has liado con un chico mientras no has podido evitar meter la mano y sentir?

  • Verdad...

  • ¿Y es verdad que tú has hecho lo mismo?

  • Me parece que voy a gastar una prenda

...

Cuando parece que todo tenía un camino, comenzó la confusión.

  • Vaya, ya tendremos que dejar de jugar, tú no llevas más que ropa interior...

  • Eh, pero es injusto... en fin

Resulta que yo andaba sólo con la ropa interior, y ella llevaba sujetador, tanga y pantalones, se nota que estaba pasando mucha vergüenza con las preguntas que me había hecho.

  • Es que no me lo puedo creer - me decía ella.

  • El qué...

  • ¿Con esos ojos verdes me estás diciendo que no te has liado nunca con ninguna chica?

  • Mmmm, sí, supongo que sí.

  • Pero es que no te creo. Me estás engañando

  • No, creetelo

  • Bueno... en fin, si te quejas de lo de la ropa, te propondré algo. Tú te quitas lo que te queda, y yo los pantalones, ¿va?

  • Jajaja... ¡Estás loca!

Entre risas hizo esa misma o alguna otra proposición por el estilo.

  • ¿Puedo ver tu habitación?

  • Desde luego, ve.

Menuda chica, se pone a saltar de pie encima de la cama, se sube en mi espalda, estilo burriquito... Y cuando no me entero, empieza a comerme la oreja.

Empezó a jugar con su lengua en mi oreja, lamiendo el pabellón auditivo, dando algún mordisco.

  • Estás tú un poco loca ¿No?

  • Sí... bueno, tienes música por ahí?

Entonces se puso a cantar. Yo no sabía qué pensar, ¿Esta tía estará muy borracha? Sí que está un poco loca, y ella lo sabe, en fin, es que ella será así...

  • Bueno, bueno, pero no hace falta que grites...

No tuve más remedio que taparle la boca con mi mano, porque menudos berridos que estaba cantando.

Y sin darme cuenta, me había metido 2 dedos en su boca, también chupándolos, jugando con ellos dentro de su boca.

Yo me quedé perplejo durante unos segundos, sin darme cuenta de qué estaba esa chica haciendo, pensando, y finalmente pensé que sería su locura, que ella son esos prontos que tiene, esa locura. Después de varios minutos más conversando y sin dar ningún paso más por mi parte...

  • Me voy a casa, que es tarde... Mañana si eso quedamos, te llamo o algo...

  • ¿Pero no quieres que salgamos por ahí?

  • No, es que es tarde...

...

No volví a tener noticias de la chica, ni al día siguiente, ni nunca más. Entonces empecé a darle vueltas a la cabeza. ¿Qué intenciones tenía ella? ¿Y yo? ¿Por qué le propuse ese plan? ¿Si le propuse eso, y ella hizo... esos gestos indicaban algo claro... no, no puede ser, debió ser porque ella es así, no? Las preguntas por lo sucedido me invadían, la confusión se llenaba de mí, hasta olvidar el tema. Y aunque pasa el tiempo, no logro comprender si hice bien, si ella estba borracha y la respeté, o si fue por no atreverme a besarla y acariciarla, no recuerdo si yo estaba tan borracho como ella o si siquiera estábamos los 2 nada más que contentos por el acohol, si un gran nivel de embriaguez.

(Fin de Parte 1)

Ahora, ha pasado un tiempo, y no quiero recordar las preguntas que me explosionaban referente a todo lo que sucedió, no sé si hice bien o mal, recordando el momento, sólo puedo fantasear, recordar el momento y dejarlo llevar en mi mente por otros senderos que no sé si debería o no haber tomado en aquel momento. Si hubiese tomado otro camino, la historia la contaría así:

(Parte 2)

Recuerdo que jugando al verdad, mentira, beso, prenda, me dio varios besos, brazo, cuello, mejilla, frente... El hecho de sentir el beso con los ojos cerrados sabiendo que estás jugando le da un gusto diferente, más morboso. Entonces yo hice lo mismo, preguntar menos cosas, ya que no ella no tiene reparos en contestar verdadero o falso aunque sea una burrada, y empezar con besos, pero ser cada vez menos discreto, primero uno en el antebrazo, sintiendo los labios como es un beso suave, lento, el siguiente en la barbilla, al mismo estilo, el próximo fue un pequeño mordisco en la parte inferior de la oreja, ya que como no llevaba pendientes, pude jugar mordiendo un poco la oreja, el siguiente en la mejilla, cerca de los labios, y el siguiente, encima de los labios, un beso muy suave llegando casi a agarrar su labio superior, notándole a ella su reacción.

No quiso dejar el juego, aunque se la notaba más trastocada, ella también eligió beso, y me lo devolvió, en la parte inferior a los labios, mientras, queriendo o sin querer, me hacía cosquillas por la pierna subiendo por el muslo con su mano derecha. Acto seguido, me tocaba elegir a mí, y elegí beso, esta decisión fue la que le hizo a ella querer dejar de jugar, ya que las últimas opciones elegidas por parte de ambos eran besos y más besos. Así que aproveché, para darle un largo, suave y cálido beso en los labios. Los cuerpos empezaban a comunicarse, las sensaciones y ganas de más nos carcomían. Así que dejamos el juego y nos pusimos a hablar un poco.

Claro que estando yo en ropa interior, y ella en bikini, pantalones... bueno, la situación era un poco extraña. Pero entonces me hizo la proposición.

  • Si te quitas lo que queda yo me quito los pantalones.

Era una "misión suicida", cualquier chico pensaría, "y yo qué gano, yo me descubro entero y sin embargo ella sigue oculta el 100% de lo que no se descubre". Pero había que ver a dónde me llevaba ese camino. así que me quité el boxer, ella vio que lo sujetaba en la mano y que lo dejaba en el suelo. Pero ella no me veía nada ya que estabamos sentados en la mesa de la cocina. Ella se sorprendió:

  • Joder, pensaba que no lo harías. La verdad es que estaba de coña.

  • Ay, amiga, tarde lo has dicho, tampoco lo has impedido. Ahora lo prometido es deuda.

  • Está bien

Entonces se puso de pie y se desabrochó el botón del pantalón, se bajó la cremallera, se dejaba entrever un tanga de rayas horizontales de colores. se fue bajando poco a poco los pantalones, y dejaba ver una silueta muy excitante, con su piel morena y sabiendo que solía ejercitarse practicando deporte, no pude evitar sentir un cosquilleo.

  • Bueno, ya está, ¿Y ahora qué hacemos? ¿Te vas a quedar ahí sentado?

  • Bueno, en principio no es mi intención, pero ahora me gustaría proponerte algo a mí.

  • Tú dirás

  • Como comprenderás, estar aquí sentado desnudo es algo un poco embarazoso, y me siento también un poco discriminado, si vas a verme... ¿no podrías igualarte un poco?

  • ¿Cómo que igualarme un poco? No querr

  • Si, un poco, ¿no te parece injusto?

  • Pues no, yo no haré nada, por lo menos ahora.

  • ¿? Bueno... está bien.

  • ¿Puedo ver tu cuarto?

  • Claro, adelante, ve para allá.

Me levanté, y ella no pudo evitar mirar, pero como si no se hubiese fijado, se dio la vuelta y fue al cuarto. Me preguntó si podía poner música y le dije que claro. Seguimos conversando, no podía evitar fijarme en su piel, su sujetador negro y su tanga de colores, no quería pensarlo demasiado ya que, si estaba desnudo no quería excitarme como para que ella quisiese huir.

Y entonces se puso a hacer el tonto, a saltar encima de mi cama y subirse a caballito sobre mi espalda. Y cuando menos me entero, comerme la oreja. Fue una sorpresa, pero por desgracia una sorpresa que me hizo excitar, yo no quería que me viese así, por lo que la bajé de mi espalda, pero la seguía sujetando con mis brazos. No me di cuenta que le estaba acariciando el tanga, le estaba abrazando desde las nalgas, así estuvimos un rato, yo no sabía qué hacer ni qué decir, pero con la música puesta, empezó a sonar una canción conocida por ella y se puso a cantarla a grito pelado, mientras se despegaba de mí y cantaba delante mío. Siendo las 2 o 3 de la mañana, no recuerdo tampoco la hora, no me gustaría que los vecinos se enfadasen, así que entre bromas le tapé la boca con mi mano. Pero entonces se metió 2 dedos de mi mano en su boca, y jugó con ellos, los lamía, pasaba su lengua por ellos como si fuesen sendos caramelos.

Yo me extrañé, que quedé sin saber qué hacer, sin darme cuenta ella estaba delante mío, sentía sus pechos y la suavidad de su sujetador, mi cuerpo estaba pegado al suyo y mi cuerpo tampoco podía continuar engañandose.

Estando los 2 juntos, ella pudo sentir que me estaba excitando, así que no le dejé tiempo para sorpresas, saqué mis dedos de su boca y la besé en los labios mientras la abrazaba.

Ella no se echó para atrás, empezamos a besarnos con besos suaves primero, hasta que quise sentir con mi lengua sus labios, ella no quedó quieta y también jugó con mi lengua usand ola suya. Mientras estábamos comiéndonos las bocas, acariciaba su espalda, en una mezcla entre caricia y cosquillas, le acariciaba el costado de la espalda, subiendo por la columna, y haciendo círculos en la espalda, luego volver a bajar, acariciando sus nalgas por encima del tanga hasta llegar a su muslo, donde acariciaba la frontera entre pierna y nalga, de dentro hacia fuera. Ella cada vez se pegaba más a mí. Entonces no me corté un pelo, me dirigí a hacerle cosquillas en la espalda y mientras con una mano le acariciaba la columna, con la otra me dirigí a soltarle el sujetador.

  • Eh! Eso no vale, ¿por qué lo haces?

  • ¿Por qué no? ¿Me dejarías soltártelo sin más, o quieres hacer algún otro intercambio?

  • Hombre... mmm, me voy a tumbar en la cama, hazme un masaje en la espalda anda, que me apetece.

  • ¿? Está bien...

Ella se tumbó, la imagen era agradable para la vista, una chica de tiez morena, unas curvas no impactantes pero sí muy llamativas, sobre todo el muslo y el redondo trasero que se notaba ver en ese tanga de colores. me senté sobre la cama, y comencé a hacerle un masaje, los omoplatos, columna, recorriendo mis manos por toda su espalda. Haciendo pequeños círculos, entonces, volví a dirigirme a su sujetador para ser desabrochado, ninguna objeción esta vez, pude seguir masajeando con las llemas de los dedos por toda su espalda. Ahora ella parecía más relajada, no hacía ninguna "locura", seguí masajeando, ahora los brazos, y me agaché para besarle la espalda, cada rincón de la espalda y costado era besado mientras acariciaba suavemente el lateral de la espalda. Me tumbé son cuidado sobre ella y la empecé a besar el cuello, cada vez más suave, lento y acercándome a la cara, abrazándola con un brazo pude ayudarme a darle la vuelta a su cuerpo de forma que ella quedó tumbada boca arriba y continué besándola. Su sujetador se terminó de caer y nosotros nos seguimos besando, pero ahora se había perdido la suavidad del sujetador para sentir sus pechos desnudos, aún no los había visto, pero ya notaba un volumen y sensación agradable, y también ella se sentía excitada.

  • Si te soy sincero, ahora mismo puedes pedirme lo que quieras.

  • ¿Tú eres gilipollas no?

  • Es posible, pero bueno, que sepas que me encantas - le dije mirándola a los ojos

  • Eres más capullo... - me dijo mientras se acercaba de nuevo a mi cara para seguir besándome.

A fin de cuentas, yo sabía que a ella le encantaban mis ojos por lo que no le privaría de decirle cosas mirándola directamente a sus ojos, si ella así se sentía más agusto y complacida conmigo. Tampoco tenía mucho que ofrecer, pero desde luego, estando desnudo yo y ella casi, y en esa situación, hubiese o no hubiese intenciones, ya no había marcha atrás.

Estando tumbados no dejabamos de besarnos, yo ya estaba bastante excitado, y ella lo notaba, no decía nada pero desde luego tampoco evitaba el contacto. Dejé de besarla para ir al cuello, seguí besandola en el torax, tripa, y nuevamente subir, me quedé besandola cerca de los pechos, por fin los estaba viendo, ni enormes ni pequeños, con unos pequeños pezones que ya hace tiempo se mostraban excitados, unos pechos de un tamaño que no destaca en una persona con ropa, pero que vistos en desnudo y en ese cuerpo son perfectos.

Acaricié un pecho con una mano, suavemente pasando por encima la mano, mientras con mi boca besaba el otro pecho, sin llegar a tocar el pezón, aún así podía notar como ella se seguía excitando por medio de notar su respiración llevando un nivel más inestable, permanecí jugando besando su pecho, hasta que con mis labios atrapé el pezón y lo besé con mis labios fuertemente y luego lo lamí y relamí jugueteando con la lengua en su pezón. A ella se le escapó un pequeño gemido en forma de suspiro.

  • ¿Qué... haces...?

  • No, ahora calla, si te gusta no te preocupes, a mí me encanta hacerte esto.

  • ... Si tú lo.. dices...

Notaba que se estaba excitando mucho, y recordé que ella jugando antes al verdad, mentira... ya me había dicho que había hecho algunas cosas con algún chico, lo pude comprobar cuando ella quiso tomar parte de iniciativa. No fue a acariciarme, directamente me observó:

  • ¿Bufff tío, estás todo puesto eh?

  • Qué quieres que haga...

Acto seguido acercó su mano, acarició el tronco de mi genital, y al momento lo agarró, lo soltó, y lo volvió a agarrar.

  • Es enorme...

  • Es como es, no sé...

Mientras ella examinaba mi sexo, yo ahora le acariciaba sendos pechos con caricias y cosquillas sobre los pezones. Me agaché para volver a lamer sus pechos, su tripa, iba pegando lametadas, dibujando espirales en su cuerpo, y empecé a bajar, estaba ya a la altura de la cintura, y ella ya no llegaba a tocarme la zona genial. Yo seguí lamiendo, empecé a lamer el muslo, por la parte interior de su pierna, mientras con la mano le acariciaba la cintura, las nalgas, ella seguía sin decir nada, y metí la mano por su tanga, para sentir sus nalgas.

  • Me gusta - le dije

  • ¿Qué intentas hacer? - me preguntó

  • Intento saciar el hambre que me has dado - le contesté.

Entonces agarré el tanga y se lo fui bajando poco a poco. Ella se resistió.

  • Eh, eh, a ver qué vas a hacer...

  • Confía en mí, no voy a hacer nada que no quieras, quiero que disfrutes...

No sé si sería por la situación, pero confió en mí, y me dejó quitarle la única prenda que le quedaba. Si ya estaba excitado, no sabía que aún podría hacerlo más cuando vi su zona íntima. Estaba depilada de forma que sólo tenía una pequeña línea de bello muy fino en el final de la vagina. Además ya se notaba algo húmedo a la vista, y los labios ya se encontraban excitados.

Empecé a besarle las ingles, mientras con una mano acariciaba uno de sus pezones, con la otra mano le acariciaba la otra pierna, jugué con mi lengua en sus labios genitales, lamí sus labios, los besé y entonces con mis labios fui al hogar de su clítorix, lo besé fuertemente y lo volví a atrapar con la boca, me encantaba jugar con ella, ese día estaba siendo demasiado extraño como para no desear que se rindiese de placer a lo que le estaba proponiendo.

  • ¿Te parece rico? - le pregunté

  • ...

No le dejé hablar y esta ver le seguí lamiendo el clítorix mientras con una mano le acariciaba sus labios, como si fuese a insertarle un dedo pero tan solo acariciando los labios, insertando solo la llema de mi dedo índice desde arriba hacia abajo y viceversa. Ella gemía con su respiración, suave, le quité el dedo y le metí mi lengua, que era ahora quien saboreaba esos labios, ya tan húmedos. Por ratos volvía a acariciarla con los dedos y comerla su órgano de placer.

Se le notaba cada vez más nerviosa.

  • Oh... Dios... - gozaba ella - Déjame sentirla un poco más...

Ella me estaba pidiendo que le volviese a dejar agarrarme mi órgano.

  • Pero yo no quiero dejar de hacerte esto.

  • Pues me da igual, haz lo que quieras pero quiero sentirla y que no pares...

Entonces me detuve un momento para acomodarme, seguí tocándola, acariciándole el cuerpo, lamiéndole los pezones, besándolos, y el clítorix más de lo mismo. Paré un momento, me tumbé al lado suyo, y la ayudé a levantarse. para sentarse en la cama.

  • ¿Qué vas a hacer?

  • Me voy a tumbar, quiero que te sientes sobre mi cara, mirando hacia mis pies. Voy a seguir comiéndote, quieres?

Enseguida lo captó, estaba sentada de rodillas con sus piernas abiertas dejando mi boca en sus genitales, que esa vez pude disfrutar comiendo con tal comodidad...

  • Eres libre para hacer lo que quieras - le dije

Sabía que ella se iba excitando más y más. Estuvo un tiempo sentada de rodillas mientras estaba siendo comida por mí, y mientras observaba mi miembro, sinceramente muy excitado. Ella se inclinó para tocarlo. Cada vez sus gemidos suaves dejaban soltar alguno más fuerte. Me agarraba el pene, le gustaba sentir la grosura y lo fuerte que estaba, lo agarraba, lo acariciaba, pero al fin y al cabo ella no había llegado a más nunca por iniciativa propia. Entonces, lo hizo. Se inclinó lo suficiente como para besar con suavidad el tronco por la parte posterior.

  • La cuestión es fácil, si ella no había llegado nunca a más era porque los otros chicos con los que hubiese estado no habrían sido capaces de saber darle placer a la chica, y desde luego hay que ser egoísta para no querer hacer algo tan placentero como esto, o un zoquete para no saber hacerlo nada de bien - pensé.

Estaba en lo correcto, ella iba a más y más, el placer que acumulaba la estaba transformando, lamió el tronco de mi pene, cada vez dejaba ver más gemidos, poco a poco deslizó la piel y se asomaba el glande, ella lo miraba con miedo, demasiado cerca de su cara tenía mi pene bien endurecido, pero ella en ese momento se sentía diferente a otras veces, estaba sintiendo tal placer que ella no pensaba en algo extraño que le diera miedo, lo miraba, escuchaba a su cuerpo, y poco a poco se metió el glande en su boca.

A mí me recorrió un sudor frío por el cuerpo, un sudor que me hizo querer seguir comiendo ese clítorix y labios tan apetitosos.

Ella al principio, después de meterse el glande en la boca, lo sacó, lo volvió a meter, ella gemía, y acto seguido lo sacó, lo agarró fuerte y lo empezó a lamer por todos sus ángulos. No pude evitar soltar algún gemido por mi parte también. Se rió, pero acto seguido siguió lamiendo, hasta que se cansó de lamer, y se introdujo nuevamente el glande en el pene, esta vez era diferente, estaba jugando con su lengua dentro de su boca con mi glande. Yo cada vez estaba más excitado, y ella estaba transformada, ya no estaba lamiendo el glande, se metía toda la cantidad que le entraba, no es que fuera enorme de tamaño estilo actor porno, o ya no digo o negro del whatsapp, pero un tamaño algo más grande que el estándar y una anchura algo grueso parece que no eran problema, por lo menos tres cuartos de mi miembro se metía en la boca, yo no sabía qué hacerle, insertaba mi lengua en sus labios, mientras le tocaba el clítorix con una mano mientras con la otra me ayudaba para separar su entrepierna.

Ella, con mi pene en su boca, había pasado de nunca haber hecho eso, a ser una auténtica bestia, todo lo había formado yo por darle ese placer, así que fui a darlo todo en comepsanción. Con mi mano le abría la zona del cítorix para que quedase expuesto y con mi lengua lo relamía una y otra vez. Lo de ella ya no eran gemidos suaves, mientras saborizaba el glande gemía con fuerza. Estaba a punto de llegar al orgasmo y su intensidad comiéndome fue en aumento. La escuchaba gemir y gemir y me contagiaba de placer, se metía y sacaba mi pene de su boca mientras también me lo agitaba con la otra mano, movía su lengua por todo el glande, me hacía sentir que iba a explotar, ella ya estaba casi gritando, empezaba a moverse e incomodarse...

  • Creo que enseguida me voy a ...

  • Ahora mismo me da igual todo, pero no pares por dios...

Ella empezó a gritar y moverse e incomodarse, a mí me contagió el placer, ella seguía lamiendo y comiendo, yo también, y también llegué al orgasmo, fue uno mutuo, eyaculé mientras me estaba comiendo, ella, al recibir el semen mientras me seguía comiendo, lo paraba con su lengua y con toda la excitación que habíamos tenido mi eyaculación era potente y en bastante cantidad, por lo que ella tuvo que tragar mientras yo me vaciaba en ella, tragó una segunda vez sin dejar de agitarme la polla y meterla y sacarla dentro de su boca rápidamente. Mi miembro aún escupía los últimos coletazos de semen, pero ella seguía comiéndome, ya que su orgasmo aún estaba durando, siguió y siguió, hasta que su movimiento de pelvis sobre mi boca fue parando...

  • Ah... dios... como me ha gustado tío. - Se giró para que la viera relamerse los labios donde tenía algún rastro de semen que habría escapado de la boca durante su mamada. Una vez relamidos me miró a los ojos para que estuviera seguro que la veía como una vez más volvía a tragar todo lo que le había dado.

  • Buff... y yo no sé qué me has hecho tú...

En cuanto dije esto, ella volvió a lamerme el glande y me dijo.

  • Como me ha gustado hacértelo mientras me lo hacías, y a ti que, ¿No se te baja?

  • No, la verdad es que suelo tardar un poco en bajarse...

Así que esta tía tan loca volvió a comerme, durante aproximadamente 2 minutos más, en los que estaba tumbado boca arriba, alucinando de placer en colores, tras una mamada tan intensa y después del orgasmo, molestaba un poco que me comiera más, pero no fue problema ya que ella esta vez lo hacía muy suavemente, para disfrutar de su nuevo y sabroso caramelo lentamente. Después de esto se giró, y fue a comerme la boca con cierto sabor de nuestros fluidos...

  • Bueno... parece que ya te has relajado un poco.

  • Buffff, no puedo con mi cuerpo, estoy exhausto, ¿Qué te ha parecido todo? - le contesté.

  • ¿Sabes qué es lo próximo que te voy a proponer?

  • No... ¿Qué podría ser?

  • Quiero que me folles.

  • ...

Pero eso ya lo contaré otro día…


FIN. Por favor, comentarios, es el primero que hago así que tendrá mil cosas mal, mala métrica, me expresaré mal, etc. Así que por favor comentad lo que querais y si quereis responder a las preguntas del principio pues guay! Gracias!!!