2.-fantaseando con la mujer que llevo dentro.

Mario me da una sorpresa y me lleva de fin de semana. El viaje de ida y la llegada al hotel

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Esa semana la pasé como una quinceañera, pensando en el todo el dia, y whasapeandonos a escondidas, pero la verdad es que deseaba volver a verlo y me dijo si me apetecia pasar un fin de semana con el... wauuuu

NOEMI: ¿En serio quieres que estemos juntos el fin de semana?

MARIO: Claro que si mi niña, quiero ir un paso más allá y salir contigo por la calle.

NOEMI: Pero ya sabes que yo tengo mi vida montada, no puedo ir vestida de nena por la calle.

MARIO: Tranquila amor, que donde te llevo no te va a reconocer nadie, pero es una sorpresa.

NOEMI: ¡Me encanta! ¿Donde me recoges?

MARIO: En el mismo sitio donde quedamos la otra cita, el sábado a las 10:00 y no te preocupes de nada, tendras ropa y todo lo que necesites.

NOEMI: Eres increible. Besitos cariño, hasta mañana a las 10:00

MARIO: Besos mi niña

No lo podia creer, ¡de fin de semana con mi chico! Estaba super nerviosa y excitada a la vez. Entonces caí en la cuenta... ¿Que le digo a mi mujer para pasar un finde fuera?

Se me ocurrió decirle que, como otras veces, habían señalado una reunión de trabajo y posterior cena en la sede de Zaragoza, así que estaría fuera hasta el domingo (La política de mi empresa es realizar las reuniones cada vez en una sede, y esta vez, de las seis que había, tocó la de Zaragoza)

Así que asunto resuelto, ya solo me quedaba prepararme para el sábado. Me repasé la depilación, sobre todo la íntima, preparé una maleta tamaño cabina, y el sábado salí de casa hacia el punto de encuentro.

Cuando llegué allí estaba Mario, con una gran maleta roja y una bolsa de deporte de tamaño medio. Nos subimos en su coche y salimos del párquing, sin saber a que destino me llevaba.

Entonces dijo:

MARIO: Noemí, te he echado tanto de menos... Cada vez que pienso en ti y en lo que hicimos se me pone dura y babeante.

NOEMI: Ah si? Me encanta que sea así, ya sabes que soy tu putita...

MARIO: Te habrás fijado de que llevo una bolsa de deporte y una maleta, ¿no?

NOEMI: Si, ¿para que es?

MARIO: La bolsa de deporte está en el asiento de atrás, cógela y ábrela.

NOEMI: Ok, que misterio...

Cuando cogí la bolsa de deporte y la abrí, ¡no podia creerlo! Había un minivestido rojo, unos tacones de aguja de 15cm, una peluca rubia con el pelo largo y liso, un minitanga rojo, una barra de labios chanel rojo, y un botecito de perfume.

Salté al asiento de atrás y me empecé a desnudar como hombre y a vestirme de mujer. En 10 minutos estaba lista y volví al asiento del acompañante, vestida, maquillada y perfumada.

MARIO: MMmmmm nena, estás para follarte

NOEMI: Ya he visto que no parabas de mirar por el retrovisor... ¿Estoy guapa?

MARIO: Estas buenisima

NOEMI: Tu aprobación ha quedado reflejada en tu pantalón... voy a tener que hacer algo

Y mientras el conducía, le desabroché la bragueta y me fui acercando hasta que quedó a la altura de mi boca. Entonces le pregunté:

NOEMÍ: ¿Me has echado de menos?

MARIO: Cada minuto nena.

Yo le dije, hablaba con mi nuevo juguete, jajajaja

No aguanté más y me meti la polla en la boca... mmmmm..    que sabor, que caliente, que dura ¿Como he podido pasar tantos años sin saborear algo así?

Mario empezó a gemir, mientras yo me trabajaba su verga, succionando, lamiendo, tragando, entregada a tope

MARIO: Uffff nena, que boca, tengo que parar que nos salimos de la calzada.

NOEMÍ: Ok cielo, para donde quieras.

Mario salio de la autopista y allí había un polígono industrial con casi todas sus naves cerradas y aparcó.

Mmmmmm que polla mas rica tienes amor, podria estarme horas comiendotela.

MARIO: Bufffff, que boca tienes, me quema, me voy a correr en seguida

NOEMI: No, quiero que me folles, mientras saltaba al asiento de atras del coche.

Mario tambien paso atras y se sento, momento en el que yo me puse encima de el, de rodillas, abriéndome bien, me puse saliva en el chochete y me senté sobre su polla. Mmmm que bien entraba, ya me estaba acostumbrando a ser follada.

Mientras le comía la boca, yo subía y bajaba, y él me cogía del culo acompañándome.... Que gustito tener el chocho repleto de polla.... Me encantaba ser mujer, y cada vez sentia más celos de las mujeres, tener esto tan a mano y casi no aprovecharlo, jajajaj

Mario hasta cerraba los ojos, estaba disfrutando y no lo podía disimular. Cuando me dijo que estaba a punto, lejos de parar, aceleré el ritmo y las cabalgadas, teniendo que meterme encima de la bandeja del maletero para no darme con el techo.

Mario no aguantó ese ritmo mucho más y se vació dentro de mi, llenándome el coño de leche caliente y espesa, ummmmm que sensación...

Estaba extenuado, salió de mi y tenia la polla empapada de semen. Yo se la limpié bien hasta dejarla brillante, que rico...

Después de este polvo continuamos el viaje, y aunque no me había dicho donde me llevaba lo intuí al ver rótulos en los que nos aproximábamos Andorra.

Yo me sentía feliz con ese cosquilleo interior, me notaba el chocho abierto y me encantaba esa sensación...

Cuando llevábamos cerca de media hora desde la parada de "emergencia" en el polígono, le hice parar porque le dije que me estaba meando, pero no era del todo cierto.

Mario paró en un apartadero de la autopista, de esos que tienen mesas de madera, y los dos nos bajamos del coche para mear. Yo, para darle realismo, me agaché para mear, como buena nena, y el me observaba. Cuando él acabó se acercó con la polla fuera, morcillona, y yo me acerqué a mamar como una perra a cuatro patas mmmm que rica esa polla.

Lo siguiente fue cogerle de la mano y llevarlo hacia una mesa, donde apoyé mis pechos, exponiéndo mi culo para que me tomara. Mario se puso detrás, me apartó el tanga y me la metió de un golpe. Tenia el coño tan mojado y abierto del polvo anterior...

Que gusto sentirme poseída, enmedio de la naturaleza. Sus embestidas eran rítmicas, fuertes, y producían un chasquido al chocar contra mis nalgas. Me encantaba verme así... así de puta, bien follada

En plena faena nos dimos cuenta que, si bien no había nadie más allí, los camioneros que pasaban por la autopista nos estaban viendo, ya que los setos solo nos protegían de las miradas de los coches, y por eso muchos pitaban, jajaja

Mario me estaba dando duro, y a la vez me estaba pajeando y me dijo:

MARIO: Me voy a correr, ¿donde quieres mi leche, zorrita?

NOEMI: Dentro amor, bien adentro de mi coño,

Mario se corrió enbistiéndome a saco, chorreandome por dentro mientras yo tambien me corría, uffff Después de esto me la sacó y dijo:

MARIO: Limpiala bien putita, que se que te gusta la leche batida.

Yo estaba muy salida y le empecé a lamer toda la crema de la polla. Que rica, ummm Estaba bien batidita de la corrida anterior...

Finalmente volvimos al coche y seguimos ruta. A este paso íbamos a llegar de nocha, jajjaaja

Cuando estábamos llegando a la frontera yo me notaba mojada, y entonces caí en la cuenta de que tenia el chochete lleno de leche y que habría manchado el asiento, y se lo dije a Mario, que dijo:

MARIO: No te preocupes nena, todas las mujeres teneis flujo, ya lo limpiaremos aunque si quieres lo puedes lamer.

Bufff, que idea. Sin pensarlo dos veces me quité el cinturón de seguridad i me puse de rodillas en el hueco de los pies. La postura no era demasiado cómoda, pero estaba tan excitada...

El asiento tenía una gran mancha de crema blanca, que empecé a lamer con devoción.... Cada vez me gustaba mas la leche, uffff.

MARIO: Zorrita, sácate el tanga y dámelo.

NOEMI: Y para que lo quieres guarrete? le dije mientras me lo sacada. Estaba empapado de leche por detrás y de mi precum por delante.

Mario lo cogió y se lo acercó a la cara, inspirando profundamente, y me dijo:

MARIO: Me encanta tu olor y tu sabor, te quiero comer bien el coño y tu gran clítoris delantero...

Buff, que hombre, me tenía loca y estaba ya deseando llegar.

Entramos en Andorra y condujo hasta la capital, donde se dirigió a un hotel de lujo del centro, entrando en el párquing.

Subimos comiéndonos la boca en el ascensor hasta la recepción, donde había una chica muy guapa con una tarjetita con el logo del hotel y su nombre, Rosana.

MARIO: Señorita, ¿una reserva a nombre de Mario Pont?

RECEPCIONISTA: Si sr. Mario, en seguida.

-Mire, aquí tiene su llave.

-Por cierto, no me avisó de que iba a venir tan bien acompañado.

-Si necesitan cualquier cosa marquen el 1001, estaré encantada de atenderles hasta las 23 que finalizo mi turno

La recepcionista me miró mientras decía eso, guiñándome un ojo. Yo estaba flipando, le dimos las gracias y subimos a la habitación. Nos habían dado la 709.

MARIO: Parece que le has gustado a la guarrilla de la recepcionista

NOEMI: Si, he notado como me miraba. Esa chica es una morbosa.

Al llegar a la séptima planta, las puertas se abrieron y recorrimos el pasillo enmoquetado hasta llegar a la puerta. Al abrir nos quedamos parados, ya que toda una pared de la habitación era acristalada, con terraza, y se veían las montañas nevadas. Que bonito

Además, tenía un jacuzzi grande con vistas a la cristalera y las montañas..

Me senté en la cama y me quite los zapatos, estirándome. Mario se puso sobre mi y, besándome, me dijo:

-Se que te ha gustado la guarrilla de abajo, he visto como la mirabas.... ¿te gustaría comerle el coño?

Verás, yo, ¿tanto se me ha notado? la chica está muy buena, y tiene pinta de dar mucho juego. ¿La compartimos?

-Me encantaria hacer un trio contigo y con ella, vamos a llamarla.

Rápidamente, marcó el 1001 en el teléfono, y Rosana respondió: ¿Que necesita?

Mario, que no se anda por las ramas, le dijo: Necesitamos que subas a la 709 a tomar una copa cuando finalices tu turno, a lo que respondió:

ROSANA: Esto no es nada habitual, pero de acuerdo.

Mario y yo nos dimos una ducha, y al salir abrió su maleta roja, mostrándome que prácticamente la había llenado de ropa de chica, wauuu

Me tire a sus brazos besándole y elegí un vestido de cóctel azul, muy elegante, un colgante, peluca pelirroja y zapatos de tacón.

Nos vestimos y salimos a cenar al restaurante del hotel. El lugar era muy elegante, de mesas redondas y separadas entre si, decorado con estatuas de mármol y una pequeña cascada.

Puesto que no estaba muy concurrido, y mientras nos servían el primer plato, se me pasó algo por la cabeza y dejé caer mi tenedor bajo la mesa, en un momento en el que no había ningún camarero en la sala.... (CONTINUARÁ)

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