1.¿Para cuando un Te Amo?

Mel y Ariadna se conocieron hace muchos años atrás, en su vida universitaria, al salir de ella, empezaron a tener una relación totalmente estable, llevaban mas de un año juntas, pero por cosas del destino y de sus relaciones anteriores, los te Amos entre ellas aún no se han pronunciado.

-Pero amor, por favor!

Eso decía mientras le esbozaba esa sonrisa, aquellla que le hacía ganar todas mas uno, cualquiera que fuese delante de ella, solo le sonreía y bastaba para ganar.

-Esta bien, de nuevo.

Perdió y sin esforzarse, le tocaba ver nuevamente esa película, y no es que no le gustase, de verdad la disfrutaba, simplemente quería oírla perdirselo y mirarle esa pequeña expresión, le gustaba perder frente a ella.

-Amor por favor, acomódate, no me gusta estar así.

.- Pero por todo te quejas.

-Eso ya lo sabías, no te molestaba.

.-Sigue sin  molestarme... sabes que las amo ...

esto último Ariadna lo dijo con un tono de voz tan per tan mínimo que ni la persona más cerca a ella hubiese escuchado claramente.

Melissa instintivamente volteó a mirarle, sus pequeños ojos color cafe claro se posaron en la mirada de Ariadna, no era la primera vez que ella decía una frase de este tipo, que aunque poco expresiva estaba cargada de sentimientos, Mel solo alcanzó a escuchar claramente las tres primeras palabras de su novia, precisamente ella, Ariadna, era totalmente diferente a su novia, realista: reservada, cabello castaño con un corte a los hombros, 1.70 de altura, delgada, con pocas curvas, aunque realmente su cuerpo es totalmente precioso, tímida y callada, a diferencia de Melissa que era extrovertida por naturaleza, expresaba sus ideas sin miedo, no le temía al que dirán, por unos centímetros más pequeña de Ariadna, Melissa tenía realmente unas curvas envidiables, casí (como suele repetirlo ella) de una típica modelo pero Venezolana, eterna amante de las medidas de Ariadna, con la cual ya tenían una relación desde hace apróximadamente unos 1año y 9 meses.

-Sé que?

.- Sabes que me gusta, malcriada.

Melissa se acerco a ella, y rozo su nariz con la de ella, miro a sus ojos, Ariadna automáticamente tomó la cara de ella entre sus manos, sutilmente beso sus labios, un beso totalmente lento, realmente ambas estaban perdidamente enamoradas, el detalle es que ninguna de las dos habían tenido una relación estable, no antes de esta, Melissa solía decir que nunca se había enamorado, y Ariadna amó una vez, pero como pasa con los amores, fue lastimada.

Un suspiro! Dos!

-Mejor paremos que luego no veremos la película.

.- La hemos visto tantas veces, podemos dejar de verla esta vez.

-Las chicas están por llegar.

.-Podrán esperarse abajo unos minutos.

Ariadna vivía en un apartamento, 11vo piso, fue regalado por su hermano cuando le faltaban dos semestres para graduarse en Arquitectura, excelentes notas, la hicieron merecedora de un trabajo en una compañía relacionada con la fabricación de "Bermed house",proyectos que tenían que ver con el mundo ecologista, facinada y encantada ella le acepto.

Vivía sola desde entonces, totalmente independiente, en cambio Melissa, graduada en Ingeniería civil  en la misma Universidad a la cual asistió Ariadna, vivía con su Madre y hermano, trabajaba en una pequeña empresa, y aunque no es la responsable de proyectos grandes, ganaba lo suficiente para vivir bien ella y su familia.

  • Me convences siempre amor.

Ariadna tenía el poder único de hacer que Mel se derritiera por ella, no sabía como, pero lo lograba, aunque era tímida lo hacía, ni hablar de Ari con ella, realmente cada una hacía lo que la otra pedía. Bueno, la mayoria de la veces.

Ambas se habían conocido en la universidad, justamente el día de instructivo para entrar, Mel tenía muchos amigos y justamente uno de ellos era en común con Ari.

Hace casi 6 años.

Vamos Mel al anfiteatro, nos dirán que hacer a todos.

-No quiero, ya me dijeron que es solo una simple bienvenida.

Vamos, te quedaras sola acá.

-Como si solo te conociera a ti.

Me voy.

-Espérame!

El lugar estaba completamente full, tuvieron que quedarse parados, por llegar tarde, demasiados "nuevos", Mel no soportaba la idea de ser llamada así, solo quería salir de allí antes de ser vista. Hizo un giro apresurado para intentar salir cuando se tropezo con Ari. no fue un tipico me enamoré a primera vista, casi no, Mel muy educadamente se disculpó y Ari gentilmente acepto, Javier saludo a Ari y así fue como se presentaron las dos.

Arí vestía unos jeans oscuros, y sueter de color magenta, ajustado, con unas converse negras, lentes, porque desde pequeña era un "poco ciega", se veía tan relajada, a Mel le gustó su stilo, su cuerpo delgado y lo alta, medidas perfectas para ser modelo, a ella le gustaba vestir así, pero amaba unas sandalias así que pocas veces llevaba zapatos cerrados, para Ari fue diferente, ella al tropezar lo primero que vió  de Mel fueron sus senos, sí, Mel llevaba un pantalon negro ajustado, y una camisa gris descotada, un brasier negro, perfectamente podrían verse si cualquiera tropezara con ella, porque Mel era poseedora de una talla 36b, con ese pequeño choque Ari sin querer fue a la gloria y vino.

-Soy una perversa, ¡por Deos!- se decía Ariadna, ese día no pudo sacarse de la mente el pequeño incidente.

Resolvieron salir del anfiteatro, ir al cafetín a comer, y platicar un rato, Javi deseaba ponerse al día con ambas. Ariadna había estudiado en un colegio católico, y Mel y Javier en un colegio para hijos de descendencia Italiana, un poco caro, Javier conoció a Ariadna en un fiesta para recoger fondos para su graduación.

*¿Que vas a estudiar Mel? - dice Javier, con un tono de voz suave y tranquilo, le gustaba la onda de paz y amor, aunque su carácter era fuerte.

.- Arquitectura y ¿tú? - contestaba ella, con aquella timidez, y y calidez propia de ella.

* Ingeniería Civil, ya no estaremos juntos, aunque podremos encontrarnos siempre fuera de clase, si si decidido, así será, y tu Ari?

  • Igual que tú, me tendrás para rato. Rieron todos, Javi sobretodo por la picardía que Ari tenía.

Pasaron la tarde en el cafetín, saltaron todas las clases de bienvenida, Ari les había informado que servían para nada, y entre risas y chistes, anécdotas y dar sus horarios se hizo de noche, y consigo llego la despedida, el primer día como estudiantes universitarios y un nuevo comienzo, el principio de muchos.