1º año de universidad (2): mojitos y masaje
Un buen masaje para relajarme me ayuda a conocer en profundidad a uno de mis nuevos amigos
- Álvaro: Que gran partido!!
- Lucas: ya te digo tío
Eran las 7 de la tarde cuando acabo el partido de Nadal, y estábamos un poco contentos, ya que cada uno se bebió 2 litronas. Como aún era pronto propuse ver una peli, a lo cual los chicos aceptaron
- Yo: pues elegid una peli mientras preparo unas copas, os apetece mojito?
- Lucas: ostia tío eres un dios, me encanta el mojito
- Álvaro: y a mí! Pero hazlo cargado eh, no para nenas jejeje
- Lucas: os parece si vemos…resident evil?
- Álvaro: vale, yo no la he visto
Mientras ponían la peli en el DVD yo traje los mojitos, hechos en vaso grande y cargados como pidió Álvaro. Al acabar la peli llevábamos cada uno 3 mojitos encima, por lo que se puede decir que estábamos medio borrachos. Eran las 9 de la noche y Álvaro se puso en pie para marcharse
- Álvaro: chavales lo siento pero me piro, ya voy bastante entonado y mañana pretendo ir a la uni
- Lucas: joo pero si aún es pronto colega
- Álvaro: nop, yo me voy
- Yo: pues si quieres quédate Lucas, y ponemos otra peli
- Lucas: vale, me parece bien
- Álvaro: eh pero mañana os quiero en clase eh!
- Yo: jajaj si, tranquilo
- Lucas: buenas noches tío
Mientras Lucas decidía que peli veríamos, yo preparaba unos cubatas, y como pude, ya que comenzaba a hacer zigzag, llegue al salón, le serví el cubata y nos acomodamos en el sofá. Al poco rato, todo el alcohol que llevaba en sangre comenzó a bajarme los parpados mientras que el sueño me invadía por completo. Poco a poco, me fui acomodando hasta que acabe recostado a lo largo del sofá con la cabeza apoyada en la pierna derecha de Lucas, el cual empezó a darme un pequeño masaje en la cara, por la nariz, alrededor de los ojos, lo que me relajaba bastante
- Yo: mm que relajo tío
- Lucas: si quieres te doy un masaje
- Yo: ostia, pues no sabes cuánto te lo agradecería
- Lucas: jeje me hago una idea, quítate la camiseta
Me quite la camiseta y comenzó con un masaje en los hombros, presionando en ciertos puntos, lo que me producía un relajo impresionante, Lucas sabía muy bien lo que hacía. Con sus manos recorría toda mi espalda, bajando y subiendo
- Yo: buah, esto es la gloria tío, que bien lo haces
- Lucas: te gusta?
- Yo: mucho…te importa si me recuesto y me lo haces mejor?
- Lucas: por mi mejor, vamos a tu dormitorio
- Yo: vale
- Lucas: quítate los pantalones y recuéstate boca abajo
Me quite los pantalones, quedando solo mis bóxer Calvin Klein rojos, que la verdad es que me sientan perfecto. Se ajuntan bien a mi cuerpo, resaltando mi paquete y mi culo
- Lucas: joder macho, estas tremendo
- Yo: jajaja gracias
- Lucas: ya me gustaría estar como tu
- Yo: un poco de gimnasio ayudaría bastante, si quieres nos inscribimos y te hecho una mano
- Lucas: de verdad? Jo muchas gracias, me vendría muy bien tener a alguien que me ayude. Por cierto, tienes aceite de baño o hidratante? Mejora el masaje
- Yo: creo que en baño hay, ve a mirar
Cuando Lucas volvió, yo estaba medio dormido, entre los mojitos que a cada segundo hacían más efecto, y el primer masaje que me dio en el salón, me encontraba en un estado de trance completo
- Lucas: ahora relájate y disfruta
- Yo: -apenas podía articular palabras- aun mas?
- Lucas: veras como aun puedes disfrutar mas
Echo aceite por mi espalda y comenzó un masaje lento, pero fuerte. El sabía perfectamente que puntos estratégicos de la espalda tenía que presionar, llevando a pequeños lapsus de éxtasis. Se dirigió a mis piernas donde prosiguió con el masaje, lentamente, recorriendo mis muslos, los gemelos, los pies, para luego subir a mi espalda. Yo me sentía en la gloria, mi cuerpo no obedecía a las órdenes de mi cerebro, era como si mi mente desconectara totalmente de esa masa de carne y hueso. Hubo un momento en el que creí notar la boca de Lucas dándome pequeños y delicados besos en el cuello, pero pensé que serian imaginaciones mías, producto del alcohol. Mi polla se encontraba un poco morcillona, no estaba erecta del todo, pero tampoco dormida.
Lucas me pidió que me diera la vuelta, quedándome de espaldas a la cama, y noto la pequeña hinchazón que se producía entre mis piernas
- Lucas: jeje veo que lo estas pasando bien
- Yo: demasiado bien –sin entender muy bien lo que Lucas quería decirme-
Puso un poco de aceite en mi pecho y comenzó a repartirlo, mientras movía sus dedos con bastante habilidad. Yo no podía más que suspirar y dar algunos gemidos de placer. Fue entonces cuando note unos labios cálidos posarse sobre los míos, y una lengua húmeda intentar atravesarlos. Instintivamente abrí mi boca y le respondí, intentando atrapar su lengua con la mía. Notaba como mis brazos se levantaban y se enrollaban en el cuello de Lucas, impidiendo que este se alejara. No tenía conciencia del tiempo, no sabía ni qué hora era, ni cuanto llevábamos asi, solo sabía que aquello era el séptimo cielo. Como pudo, Lucas se deshizo de mis brazos, se quito su camiseta y se subió sobre mí, para atacar otra vez mi boca, solo que la delicadeza del beso anterior paso a ser lujuria, me besaba con miedo a que ello pudiera acabar en cualquier momento, y yo, ajeno a todos los movimientos de mi cuerpo, notaba como le rodeaba la cintura con un brazo y el cuello con el otro. Nuestros abdómenes entraron en contacto, traspasándonos mutuamente el calor que emanábamos. Cuando conseguí abrir mis ojos, pude ver su mirada oscura, que se clavaba en lo más hondo de mis pupilas
- Lucas: te he dicho que eres muy guapo
- Yo: jejeje, tu también
Entonces Lucas se levanto y se despojo lentamente de sus pantalones, quedando con unos slips negros que resaltaban un culo impresionante, el cual, no me había percatado hasta ahora. Mi polla instintivamente comenzó a crecer, y el canario al darse cuenta de esto se volvió a subir encima mío, pero esta vez, apoyando su culo en mi polla. Continuamos besándonos mientras él, hábilmente, movía sus caderas, frotando sus nalgas contra mi capullo, únicamente separados por la tela de nuestra ropa interior. Lucas decidió atacar sin piedad mis orejas, mi cuello y mis pezones, besando y dando pequeños mordiscos en cada centímetro de mi piel, mientras que yo, lo único que podía hacer era gemir, nada más
- Lucas: tu tranquilo, que yo te daré todo el relax que necesites
Mientras bajaba con su boca por el camino que formaban mis abdominales, yo le guiaba con mis manos sobre su cabeza hasta el destinos que ambos queríamos. Cuando llego a mi entrepierna, comenzó a besar y mordisquear mi polla, bastante marcada ya en los bóxer, la lamia de arriba abajo mientras con una de sus manos masajeaba mis huevos. La mano que le quedaba libre, lentamente la introdujo por una de mis piernas, y consiguió liberar mi miembro de la prisión en la que se encontraba, admirándola y palpándola, para comprobar que era real y no un sueño. Lucas poso su lengua en mis huevos y lentamente fue subiendo, hasta llegar al capullo, que comenzaba a soltar líquido preseminal. Lo saboreo todo, abrió la boca y de una estocada se introdujo los 18 centímetros de carne que me regalo la naturaleza. Aquello era un placer indescriptible, aunque no era la primera vez que un tío me comía la polla, el lo hacía de manera especial, haciéndome sentir nuevas experiencias. Comenzó un sube y baja que acompañe con mis manos sobre su nuca, lo hacía con ansia, con hambre, con lujuria. Sentí que me correría pronto así que lo cogí por los hombros y en un movimiento rápido le tire al otro lado de la cama, ahora le tocaba a él disfrutar. Me miro asustado, ya que no sabía lo que pasaba, no entendía nada.
- Yo: tengo que agradecerte el masaje
Y de un tirón le arranque el slip y sin preámbulos me tire directo a su miembro. Solo pudo producir un gemido, cargado de placer, que posiblemente se oyó en todo el edificio. Insisto al decir que tal vez era el alcohol el que me hacía sentir sensaciones totalmente nuevas, pero el sabor de la polla de Lucas era increíble, único, inigualable. Mientras devoraba su estaca, con mis dedos buscaba el portal hacia el placer que escondía entre estar nalgas casi perfectas, primero un dedo, luego dos, luego mi lengua se decidió a participar en la fiesta que se estaba montando en su ano, mientras Lucas intentaba mantener la vista en mi, recostado con sus piernas abiertas en V, pero en momentos el placer le ganaba la batalla y solo podía cerrar los ojos a la vez que echaba la cabeza hacia atrás. Cuando vi que el terreno estaba apto, cogí un condón de la mesilla, pero Lucas me lo quito de las manos, lo abrió y con gran maestría se lo puso entre los labios y me lo coloco, hasta el final. Este chico no paraba de sorprenderme.
- Yo: ponte como estabas, quiero ver tu rostro mientras disfrutas
- Lucas: a la orden capitán, soy todo vuestro
Y mientras habría otra vez las piernas, yo apoyaba la cabeza de mi polla en la entrada de su ano, pretendía entrar despacio, con cuidado, pero aquello no era el plan del canario
- Lucas: de golpe tío, por favor, quiero sentirte ya dentro de mi
- Yo: pues si así gustas, así será
De un solo golpe se la clave hasta lo más hondo de su ser, y Lucas no chillo, no tenía ninguna expresión de dolor, era la lujuria personificada, lo que me ponía aun mas cachondo. Comencé un vaivén rápido mientras devoraba su boca con la mía, y en momentos, como un vampiro sediento, Lucas se tiraba directo a mi cuello, uno de mis puntos débiles, lo que aumentaba la sinfonía de gemidos que teníamos montaba en esa habitación.
- Lucas: me encantaría que me follaras en el salón
- Yo: pues venga, vamos
Lucas tenía pensado ir caminando, y no se esperaba mi reacción. Lo cogí del brazo y en un movimiento rápido lo levante del suelo, sujetándolo por las piernas. Instintivamente se sujeto a mi cuello, con una expresión de duda en su rostro. Se aferro a mí como un koala a un árbol, y como pude, con mi mano volví a colocar mi polla en la entrada de su ano a la vez que hacia presión para entrar. Cuando la sentí dentro, busque la boca de Lucas con mi lengua y mientras lo subía y lo bajaba, fuimos al salón
Me senté en el sofá y era el momento de que el canario comenzara la acción. Fue ahí cuando descubrí la fuerza que Lucas tenía en las piernas, se notaba que tenía bastante experiencia en el sube y baja. Yo solo abrí los brazos y me relaje en el sofá, mientras mi nuevo amigo hacia lo demás
- Lucas: ahh tío…yo..ahh…me…me…me corro…ahhhh
Esparció todo su néctar en mi pecho, mientras que cerraba el agujero de su ano por el efecto del orgasmo, esa presión hizo que mi polla sintiera mas placer aun
- Yo: dios colega, yo también me vengo
No alcance a terminar la frase cuando Lucas rápidamente se levanto de mi estaca, me quito el preservativo y dejo que su lengua acabara la faena. 5 chorros abundantes dieron de lleno en su boca mientras que otros 2 en su mejilla. Lucas disfruto de su premio tragando hasta la última gota, para luego limpiar mi pecho con su lengua, y compartir conmigo su esencia en un ardiente beso. Asi nos quedamos, los dos tirados en el sofá, abrazados, inmóviles hasta que el rompió el silencio
- Lucas: ya es tarde, será mejor que me valla
- Yo: recuerda que mañana hay que madrugar
- Lucas: me lo he pasado increíble
- Yo: yo igual tío
- Lucas: tú no eres gay, verdad?
- Yo: porque lo dices?
- Lucas: en clase miras a las tías diferente, sobre todo a Laura, por eso me sorprendió mucho lo que acaba de pasar
- Yo: jajajaj que buen ojo tienes, pues soy bisex, y si, Laura esta tremenda, pero tú también
- Lucas: gracias, pero tú sí que estas bueno, ah y tranquilo que no diré nada de esto
- Yo: vale, gracias…oye, eso sí, lo que te dije del gimnasio no era broma, tu y yo nos inscribimos
- Lucas: si me vas a ayudar, yo encantado, que me gustaría mucho poder definirme un poco mas
Lucas se vistió y antes de irse acordamos quedar por la mañana para ir juntos a la universidad. Nos despedimos con un beso y me fui a mi habitación mientras oí el cerrar de la puerta, pensando en que esa noche dormiría como nunca