1ª fantasía: Mario, mi deseo
Todos conocemos a alguien, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, famosos, etc con los que nos habria gustado tener una historia sexual, pero por lo que sea, se ha quedado solo en eso, una fantasía.. aqui la primera mia..
Mario, vecino y amigo. Lo conozco toda la vida. Siempre me ha atraído, de hecho es mi amor platonico. Ha trabajado de chapista-mecánico y de joven jugaba al frontón, de ahí que tiene unos buenos brazos. Tendrá unos 55 años y sin estar cachas, siempre ha estado fuerte. Lo que más me atrae de él es ese bigote poblado que tiene, aunque por lo que he visto en alguna foto, de joven no tenia. A destacar su culo, marcado y seguro que duro, porque por desgracia, no lo he probado. Aquí mi fantasía.
Era sabado por la mañana. Sobre las 12 de la mañana oí ruidos en el portal y me asomé por la mirilla para ver quién era. Era mi vecino y portero Mario que estaba limpiando el portal. Como siempre, llevaba puesto su mono azul de obrero. Me puso supercachondo, como siempre que le veía, pero decidí seguir con lo mío.
Eran las 2 cuando llamaron a la puerta y abrí, era Mario que venía a ver si tenía un destornillador para arreglar no se qué de los buzones. Yo solo podía mirar esa boca y el bigote poblado que no paraba de moverse y que me estaba poniendo a 100.
Volviendo a la realidad, le dije que pasara porque los tenía en una caja del cuarto de estar. Él entro conmigo y me siguió. Me puse a buscar la caja hasta que la encontré y me incliné para abrirla. Empecé a buscarlo cuando noté algo que me sobaba el culo, era la mano de Mario. Yo seguí agachado, inmóvil y sin saber qué hacer y su mano se coló por debajo del calzoncillo y me empezó a tocar el ano. Mario me dijo suavemente que él sabía que le deseaba y él a mí y que debíamos aprovechar ese momento. Me di media vuelta, le mire a los ojos y después a su boca y comencé a besarle. Notaba su bigote sobre mi labio superior, su lengua se metió en mi boca.
Había soñado con ese momento millones de veces, pero no sabía ni qué hacer. Comencé a bajarle la cremallera del mono azul, dejando su pecho al descubierto. Fui lamiéndole el cuello, hasta hacerme con sus tetillas peludas. Mi lengua jugueteaba con sus pelillos. Mario me quitó la camiseta y yo junté mi cuerpo con el suyo notando sus pelos del pecho sobre mi cara, el olor de macho que emanaba su cuerpo. Fui bajándole más el mono hasta que dejé al descubierto el clásico calzoncillo blanco. El bulto que tenia entre las piernas era enorme, no me pude resistir, acerqué mi cara, abrí la boca y terminé metiéndomelo, con el calzoncillo incluido. Pero mi lengua deseaba lamerlo directamente y le quité el calzoncillo. Su rabo era gordo, de unos 15 cm y eso que no estaba empalmado. Me lo metí todo, mi lengua no daba abasto recorriendo ese tronco. Empecé a notar que el glande empezaba a despertarse hasta que no pude retenerlo todo en mi boca. Se convirtió en un enorme fresón y su polla, en una hermosa verga.
Miré a Mario a la cara y se le notaba radiante de felicidad. Me puse de pie y le observé. Menudo cuerpo que tenía para su edad. Sus espaldas eran anchas y sus brazos estaban fuertes y con bastante pelo. Aunque tenía barriguita no importaba porque de todas maneras se le veía un pecho fuerte. Junté su pecho velludo al mío y noté sus pectorales duros. Mis manos se agarraban detrás de sus anchas espaldas, mientras que las suyas me sujetaban fuertemente de las nalgas y me las magreaba.
Con sus brazos, me alzó sobre él, me sujeté con las piernas en su cintura. Perdió el equilibrio y terminó sentado en el sofá, y yo encima de él. Noté su verga húmeda en mi culo, Con sus manos me fue separando mis nalgas mientras que su glande se iba introduciendo en mi culo. Esa verga me estaba destrozando y entró rápidamente. Con sus fuertes brazos me sujetaba las caderas y llevaba el ritmo para que su polla recorriese todo mi recto a golpe de glande. Mario jadeaba mientras que mi lengua le lamía su bigote y sus labios. Su glande comenzó a eyacular, encharcándome todo mi ano. Cuando terminó de expulsar su lefa, dejó dentro su polla y nos echamos en el sofá. Su polla fue quedándose flácida y se salió de mi culo.
Yo me incorporé y comencé a trepar por su torso. Sus pelillos me hacían cosquillas en mi culo. Le cogí la cabeza y se la levanté y le pasé mi glande por su bigote. Mario me lo pedía sacando la lengua. Coloqué mi polla encima de su lengua y empezó a lamérmela. Se la introdujo toda en la boca hasta que le llegó al fondo de su garganta, parecía que lo había hecho muchas veces. Me corrí dentro y Mario se tragó todo mi semen.
Yo no podía olvidar ese culo que muchas veces había deseado y le pedí a Mario que se colocase a cuatro patas. Yo me puse detrás de él, empecé a lamer sus glúteos. Tenía un vello muy fino, se los lamia y al final le metí la lengua para engrasar su recto. Luego me monté encima de sus anchas espaldas. Mis manos le sobaban su pecho, mi cuerpo tenia atrapado el suyo, intentando abarcar lo máximo de Mario. Estaba en el cielo cuando me pidió que le follase. No me lo esperaba, y desde luego no perdí el tiempo. Coloqué mi glande en su ano y se lo fui introduciendo hasta que se lo metí todo. Comencé a follármelo. Jadeaba como un loco. Con mi mano le cogí la polla y le empecé a masturbar. Joder, estaba cabalgando dentro de EL. Disfrute todas las embestidas como si fueran las últimas de mi vida hasta que me corrí dentro de él. Dejé hasta la última gota de semen en su interior.
Como noté que su rabo estaba duro, me fui debajo de él y me lo introduje en la boca y le felé la polla hasta que se volvió a correr. Disfrute de su elixir. Cansados de joder, decidimos descansar y me acosté encima de él con la cara en su pecho, oliendo y saboreando su cuerpo.
Si lo deseas, me puedes contarme o enviar una foto de esa persona con la que siempre has tenido fantasías fantasiaoculta@gmail.com