15 de Abril

¿Qué piensan acerca de las relaciones a distancia? ¿Qué piensan acerca de la idea de conocer al amor de tu vida por un chat? ¿De sentir mariposas sin haberla visto de frente, sin haberla besado, sin haberla tocado? ¿Ustedes creen que una relación así tiene futuro?

A mi actual pareja la conocí hace 1 año, es decir, ya tenemos 1 año de relación. Nos conocimos por un chat el 7 de febrero de 2016. Fue una conversación muy trivial, que haces, a que te dedicas, que edad tienes, con quien vives, que te gusta hacer, y muchas preguntas más sin ninguna intención especifica. Pero como toda conversación por chat, dado lo bien que me había caído, al menos por texto, decidí pedirle su WhatsApp, y pues.. Ella accedió.

La agregue a mi teléfono y obvio la curiosidad me invadió. Lo primero que hice fue revisar su foto antes, incluso, de escribirle. Confieso que no me causo mayor asombro, más que sus ojos. Pero tampoco estaba mal para pasar el rato pues. Tipo normal como dicen por ahí. En fin, le escribí ya para despedirme porque era tarde.

Mientras los días pasaban las conversaciones se hacían más frecuentes, madrugábamos conversando (cosa que ya no hace porque a las 9pm está durmiendo), llamadas que duraban horas (todavía duran horas). Aunque a ella no le guste admitirlo, siempre me escribía ella porque le guste enseguida me vio. Pero a medida que los días avanzaban me era cada vez más a gusto conversar con ella

Recuerdo una conversación el 19 de febrero. Ya días anteriores yo le había contado a ella que tenía el deseo de casarme, tener un hijo, consolidar un hogar y todo eso, muy a pesar de las etiquetas que uno tiene de loca  (por no ir mas allá) por ser lesbiana. Pero justo ese día, me sorprendió con un mensaje donde me decía que ella quería ser la mama de mis hijos. Fue una sensación que no sé cómo explicar. Como alguien que no me conoce, que no me ha visto, me confiesa eso? Quizás pensaran que lo dijo solo por ligar, y si, quizás en ese momento así lo fue, pero me lleno de ilusión demasiado rápido. En ese momento seguimos el juego, nos imaginamos una vida juntas sin tener la remota idea de lo que iba a pasar entre nosotras y de pronto comenzó a crecer la necesidad de saber dónde estaba, si ya había comido, de saber incluso, si había pensado en mí como yo lo había hecho con ella.

Me di cuenta que el mismo interés que empecé a mostrar por ella, ella me lo correspondía. Yo, Zulia. Ella, Barquisimeto. 6 horas de distancia, pero sin un ratico libre para poder viajar. Y ni hablar del factor económico, que bueno…

A medidas que el sentimiento fue creciendo, por muy loco que parezca, planeamos vernos en Abril, luego que yo terminara mis clases. Mientras los días pasaban, la ansiedad crecía más y más y cada vez más.

Tuvimos todo ese mes de Marzo planificando, sacando cuenta, diciendo mentiras para sacar permiso y poder viajar sin ningún problema. Planeamos que yo viajaría el 15 de Abril, que pasaríamos ese fin de semana juntas y pues, veríamos que pasaba entre nosotras. Si seguíamos igual de enamoradas o nos desilusionábamos por completo.

Con mucha emoción y mucha ansiedad el 15 de abril llego. Me fui al terminal a las 5.30am para salir en el primer bus hacia Maracaibo y llegar lo más temprano posible. Las ganas de verla me consumían. Bueno, de vernos. Estábamos igual de ansiosas y desesperadas. Me acerque al chofer, me dijo que habían puestos disponibles y yo bueno, subí al bus, eché un ojito buscando puesto y encontré uno al final del bus. Literal. Allá atrás, donde están los 5 puestos en línea. Bueno, ahí. Inocente de saber lo incomodo que eran esos puestos, aparte el mío en la ventana del lado izquierdo.

El viaje fue el más incómodo que he hecho. Claro, mi chica me dio unas sugerencias pero se le paso el pequeño detalle de mencionarme que en esos puestos era imposible viajar. Llegue tiesa al terminal. Gracias a Dios, ella no había llegado y me dio tiempo de estirarme y enderezar la columna.

Ella se encontraba un poco retirada del terminal para cuando yo llegue, así que me toco esperarla unos minutos. Quedamos en vernos en la sala de espera, pero de la ansiedad me puse a caminar. Ella llego y al no verme en la sala de espera me llama.

-Dónde estás? No te veo

-Salí a caminar, estoy frente a los cajeros

-ya te vi- y tranco. Quede paralizada en seguida escuche esas palabras “ya te vi”. Ok. Y ahora qué hago? Me hago la sorprendida? Me hago la indiferente? Volteo? Respiro?

Levante la cabeza, la vi e inmediatamente se dibujó en mi rostro la sonrisa más grande que me ha podido salir. Fue directo a abrazarme y desde ese momento sentí una paz que me invadió por completo. Ella abrazándome, haciéndome cariñitos en la espalda y susurrándome al oído que al fin había llegado. Esa mujer me ponía los nervios de punta. Eso lo supe desde siempre. Yo, totalmente paralizada. Lo única que hacía era sonreír como una idiota.

-Tienes hambre?

-Sí, mucha

-Que quieres comer?

-Vi un Burger King mientras venia, yo encantada

-Bueno, vamos.

Agarre mi bolso y caminamos fuera del terminal para ir al Burger King. Hablamos poco por el camino, yo no sabía que decir. Y ella, supongo estaba igual. Al llegar, dejamos los bolsos en una mesa donde pudiéramos verlos y fuimos a hacer la cola. No me cansaba de mirarla. Ella siempre se mostró muy cariñosa, incluso con el poco de gente que estaba en el Burger King, cosa que me daba mucha confianza.

Pedimos, nos fuimos a la mesa y comenzamos a comer. Ahí la conversación fluyo un poco mejor. Fueron preguntas que si el viaje estuvo cansado, que si a ella se le había hecho tarde porque calculamos mal el tiempo, hacia donde íbamos, en fin. Terminamos de comer y nos fuimos de regreso al terminal ya que era el único lugar donde salía el transporte para el sitio donde íbamos.

Llegamos, nos montamos en el carro y partimos. El camino se limitó solo a contarme de los edificios, las calles, las paradas, nada del otro mundo. Nos bajamos en una parada donde esperaríamos otro carro que nos terminaría de dejar donde habíamos planeado. Ese camino fue más callado que el anterior. Solo había carretera y una que otra posada que se asomaba. Fueron 40min más de carretera hasta que llegamos a la plaza del pueblo. Vimos el letrero y caminamos hacia la posada donde ya habíamos reservado días antes. Entramos, nos dieron la llave y caminamos hacia la puerta del cuarto. El corazón me latía cual batería de metallica. Las manos me sudaban. Por suerte venían ocupadas con los bolsos y ella no lo noto. Como la reservación estaba a su nombre, a ella le entregaron la llave. Y al verme a mi ocupada, ella abrió la puerta del cuarto.

Entramos, coloque el bolso al lado de la cama. Ella hizo lo mismo. Yo me recosté en el borde inferior de la cama revisando los canales en el televisor. Ella se recostó en la parte de arriba. Algo lejos, si… pero QUE LE PODIA DECIR? Sí, me moría de ganas por besarla y abrazarla pero no quería parecer una loca psicópata en la primera cita. Por lo menos no en la primera cita… que ella se fuera dando cuenta con el tiempo.

Tenía muchas cosas en la cabeza, pero sabía que no me podía lanzar de una. Todavía no podía leer sus expresiones. No sabía si ella estaba cómoda conmigo, si las cosas para ella habían cambiado, si le había gustado, muchas preguntas me revoloteaban.

Conforme fueron pasando los minutos comenzamos a hablar un poco más e inconscientemente nos fuimos acercando. Y si, fue inconsciente porque no recuerdo como ella llego a recostarse en mi brazo. Nos quedamos viendo la televisión. Yo de reojo aprovecha unos segundos para verla sin que se diera cuenta hasta que me saca de mis pensamientos preguntándome

-Cómo te sientes?- El momento de la verdad había llegado. Suspire, no para pensar que decir. Suspire porque era lo que me provocaba ella.

-Siento una paz, una tranquilidad en el pecho- y no era mentira. No sé en qué momento se me fueron los nervios, me sentía cómoda, a gusto, tranquila. En ese momento se podía caer en pedacitos el mundo que no me iba a importar, así como no me importa que se caiga cada vez que estoy con ella.

-Pensé que era la única que se sentía así- me dijo. Coloque mi mano bajo su mentón y eleve su rostro mientras me fui acercando en busca de sus labios hasta que los encontré. Vi como cerro sus ojos y nos entregamos en ese beso. Fue un beso inocente, dulce, suave, tierno… ese beso fue tocar el cielo en segundos mientras yo me seguía llenando de paz con ella.

Ya al saber cómo nos sentíamos la una con la otra, al sentir su cuerpo junto al mío abrazándonos, sus labios en los míos besándonos… No dude un segundo más y le pregunte que si quería ser mi novia. Ella me beso y muy tiernamente me dijo: si quiero. Desde hace mucho que quiero…

Nos hicimos novia sin saber cómo íbamos a resolver el detallito de la distancia. Pero en ese momento, fue lo que menos nos preocupó.

La segunda vez que nos vimos fue 2 meses después. Nos vimos a finales de Junio, con un sentimiento mucho más grande, con una comunicación y una confianza que fue creciendo. Fue esa segunda vez donde ella soltó un espectacular TE AMO que teníamos atragantadas en la garganta. Y si todo ese sentimiento creció, fue en la distancia. Fueron torturantes esos 2 meses, sí. Parecía algo casi imposible volver a vernos pero llego un angelito a darnos una mano.

Actualmente, nos vemos una vez al mes, 4-5 días. Que OJO no es suficiente, pero sabemos que el amor que nos tenemos es mucho más grande y nos ayuda a soportar cualquier situación. Yo espero que ella viaje porque por mis clases no puedo salir. Pero si tengo la oportunidad de viajar, lo hago sin ningún problema.

Tenemos una relación bastante estable, con mucha comunicación, confianza, y sobre todo respeto. Respeto por la otra y respeto por lo que hemos formado. Con muchos planes para un futuro cercano, como el de vivir juntas…

Ahora, respondiendo a todas las preguntas del principio… Dos personas para encontrarse no necesitan verse a la cara desde el primer momento. Con la distancia aprendimos a enamorarnos de nuestras virtudes y nuestros defectos antes que todo, de nuestras palabras, nuestro compromiso, más allá del físico, del color de ojos, de su altura, de su estatus económico. Sea cerca o sea lejos, una relación está formada por DOS. Se necesita del trabajo de ambos para que funcione. Siempre equitativo, siempre trabajo en conjunto, en sociedad, siempre pensando en un beneficio para los dos y no para uno solo.

No ha sido una relación perfecta. Hemos tenido nuestros choques pero con inteligencia y mucha paciencia siempre hemos podido encontrar nuestro punto medio, un punto donde se sienta cómoda ella y me sienta cómoda yo. Creo que tenemos la capacidad de salir de cualquier situación que nos perturbe porque el trabajo siempre ha sido en conjunto. No dejamos que la monotonía nos gane a pesar de la distancia. No podemos dejar que la picardía de la relación se apague, porque así se van cayendo muchas cosas.

Para terminar, CHIKITA TE AMO! Gracias por este año lleno de amor, de aprendizaje, de madurez y de ganas de salir adelante. Siempre de la mano, siempre juntas, para lo que venga. Fue mi manera de que quedara inmortalizada esta fecha tan especial para nosotras… que sigan los años, que siga el amor, y que podamos materializar todos los proyectos que tenemos. No te prometo que será fácil, pero si te prometo que estaré siempre ahí dándote mi mano en todo. Lo sabes!! FELIZ 1ER AÑO DE ANIVERSARIO.

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