15. Anécdotas… – Noche de Hombres. (2° parte)

Dos amigos... hermanos. Solos en casa, afianzando su amistad de nuevo... eso es lo que causa el amor.

NdA: Hola de nuevo muchach@s!!! Muchas gracias por todos sus comentarios que me hicieron sonreír bastante con mi regreso. Los he leído todos y descuiden que tendrán su respuesta. Ahora es el momento de continuar… éste capitulo es bastante corto. ¡Pero lo compensa! ¡Un abrazo a todos!

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Domingo 30, octubre de 2005.

  • Arturo... ¿Qué haces?

Le intentaba separar pero su beso era demasiado profundo y con un cariño que era imposible negar.

  • Te quiero...

  • Yo también... pero...

  • No necesitas a Luís.

  • Para... coño ¡Para! – detuve sus besos y juntamos nuestras frentes – Artie, tú no quieres esto...

  • Sí quiero...

  • Nooo...

  • Vamos a probar, cómo la otra vez...

  • La otra vez termino mal.

  • Claro que no jajaja... – me dio un pequeño beso.

  • No quisiste seguir.

  • Fui un idiota...

  • Sigues siéndolo, estas ebrio, vamos a dormir – le repetí separándolo.

  • Sí estuviera ebrio... ¿Podría hacer esto?

De nuevo me besaba... ¡Dios! Los besos de Artie me encantaban, estaban llenos de pasión, paso sus brazos por mi cintura y me acercó a él. Yo trataba de luchar contra el deseo pero al tener a mi amigo tan entregado no podía controlarme tanto. Me mentiría a mi mismo si dijera que nunca deseé a Artie... después de Luís, mi amigo formaba parte de mis fantasías mas alocadas... pero la idea de que quería a Arturo como a un hermano, me frenaba para lanzarme a sus labios, pero ahora era él quien lo hacía, después de tanto tiempo era él quien se lanzaba con tanta pasión y excitación.

Sus manos recorrían mi cadera e iban hacia mi espalda acercándome mucho más sin dejar espacio entre nosotros, por fin aceptaba su idea y yo mismo comencé a acariciar su culo y su rostro, él gemía contento y me sonreía. Su lengua hacia un poco de presión en mis labios y le di acceso... ¡Qué cabrón! Mi mejor amigo besaba como dioses... sentía celos de todas las chicas que habían pasado por Arturo.

Comenzamos a caminar por el apartamento de Aquiles tropezando con los muebles, la ropa tirada por el piso hasta caer en un sillón de cuero negro, ambos dimos un gemido por la sorpresa y comenzamos a sonreír, pasaba mi mano acariciando su rostro y su cabello. Artie lentamente comenzó a mover su cadera contra la mía para hacer notar su erección... ¡My God!...

  • Artie... ¿Estás seguro de esto?

  • Aja... yo te quiero.

  • Y yo... eres mí...

No me dejo continuar, su excitación era demasiado para contenerse, nos revolvíamos en el sillón con dificultad por los trajes así que lentamente lo separaba para tratar de quitarle alguna prenda, sus besos en mi cuello me daban escalofríos y me provocaban risas nerviosas. Lo empuje con bastante fuerza alejándolo de mí, él estaba confundido pero simplemente quería expresarle mis deseos, pasando mis manos por su torso acariciando su camisa blanca, por fin Artie entendió el mensaje, se levantó del sillón y me ayudo a levantarme también. Me quité el blazer blanco dejándolo en el piso y con un poco de dificultad desanude mi pajarita.

  • Besas increíble – se me escapó con un poco de pena.

  • Jajajajajaja... gracias tu igual, Andy – Arturo estaba luchando por quitarse la pajarita – coño ayúdame con esto.

  • Ya voy, déjame a mí.

Con mis manos adiestradas y movimientos rápidos se la quité tirándola lejos. Lo siguiente fueron las camisas que desaparecieron al instante mostrando nuestros pechos, como siempre, la imagen de Artie me encantaba, él simplemente no podía dejar de presumir su cuerpo frente al mío me acerqué lentamente y lo acaricie llegando hasta el borde de su pantalón, me mordí los labios instintivamente imaginando lo que pasaría luego. Arturo tomó mi mano y me guió por el apartamento vacío hasta llegar a una habitación desordenada, con una gran cama y en las paredes blancas algunos posters de chicas desnudas. Me abrazo de nuevo y me sonreía feliz, sonrisa que yo tampoco pude evitar por la emoción...

Nos acercamos de nuevo para besarnos y disfrutar del contacto de nuestras lenguas pero Artie buscaba otra cosa, su mano acariciaba mi entrepierna con furia haciéndome gemir con cada toque.

  • Mmm Andy... jajajaja.

Mi verga ya estaba dura y clamaba atención, sus manos desabrocharon mi pantalón y bajaron el cierre sin dificultad, luego bajó el bóxer hasta mis rodillas para dejar mi pene expuesto, yo pensaba que mi amigo me haría una paja pero mi sorpresa fue mayor cuando él se arrodillo y le dio una gran chupada a mi glande.

- Ohhh fuck...

  • Mmm...

Chupaba mi pene con maestría llegando a tragarse solo la mitad, coloco sus manos en mi culo apretando mis nalgas y yo coloque mis manos en su cabeza enredándome en su pelo para apoyarme, pequeños gemidos salían de mi boca y él sonreía porque sabía el buen trabajo que estaba haciendo.

  • Qué rica verga.

  • Jajaja... Artie que rico la chupas.

  • Jajajajajaja es mi primera vez...

  • ¡Mentira! Ahhh... – comenzó con un ritmo constante que ni siquiera yo controlaba – sigue así.

Primero Luís y ahora Arturo, desde ese momento había olvidado que horas antes mi verga había estado en otra boca, dos mamadas en una noche era algo que no podía soportar así que haciendo demasiada fuerza de voluntad y con una fuerte chupada caí sentado en la cama con un grito ahogado. Arturo creyó que había acabado mirándome con una sonrisa.

  • ¿Ya?

  • Nooo jajaja no te creas tanto. Es que no quiero terminar tan rápido.

  • Ahhh jajaja ya entiendo.

  • Vamos – me acerqué para darle un rápido beso y hacer que quedara de pié –, sigues tú, quiero chupártela.

  • Jajajaja... te gusta la verga ¿no?

  • Mmm la tuya sí.

Le quite su pantalón y el bóxer a la fuerza y su pene reboto contra su pelvis mostrándome lo excitado que estaba. Me emocionaba ver esa verga de nuevo y recordé la primera vez que la probé, esa barra de carne caliente y dura que deseaba ser chupada. Acerque mi rostro hundiéndome en su vello aspirando su aroma de macho y le di una gran lamida a su verga desde la base hasta la punta y luego me la introduje en la boca lentamente probando su sabor de nuevo, algo salado y agrio pero me encantaba. Mire a Artie a los ojos y no paraba de sonreír, él no vino con rodeos y coloco sus manos en mi cabeza para comenzar una follada a toda regla, era lenta pero certera, yo trataba de parar su ritmo un poco acariciando sus piernas y vientre para luego terminar apretando su culo con fuerza, era placer puro, disfrutábamos nuestra adolescencia sin reglas ni prejuicios... nos aceptábamos como amigos y tal vez algo más...

  • Andy... Andy... Ohhh ¡Andy!

Las contracciones de su verga me avisaban que estaba a punto de explotar así que muy lento me retiraba la verga de la boca y le daba besitos en toda su extensión...

  • Mmm tampoco quería que acabara jajaja.

  • Jajajaja... me encantas Artie.

  • ¿Más que Luís?

  • No hables de él... no esta noche.

  • Jajaja claro – era una risa fría.

  • ... No me hagas esto, sabes que te quiero.

  • Yo más.

Con algo de dificultad se quitaba los zapatos, pantalón y bóxers, yo hacía lo mismo en silencio y lo miraba, parecía que estaba hundido en sus pensamientos. Cuando estuve completamente desnudo me acosté en la cama y lo invitaba a que se acercase, le tomé de las manos y finalmente estaba acostado a mi lado, hacía demasiado tiempo que no estábamos juntos en una cama desnudos – desde esa noche en que nos confesamos – y nuestro silencio me hacía pensar que estábamos en sincronía, nos volvimos a besar uniendo nuestros cuerpos desnudos apreciando la calidez del otro. Sé que Artie tenía dudas... hasta yo mismo tenía dudas del por qué yo hacía esto pero la respuesta era clara, el amor lo provocaba.

  • Artie... yo te quiero.

  • Yo mucho más.

Con una mirada, esa sensación me lo decía, esa palabra, ese deseo salió por sí solo.

  • Cógeme – le pedí con voz ronca.

  • ¿Quieres...? – Arturo me miraba tragando en seco.

  • Sí.

  • Yo... en serio ¿Quieres?

  • Jajaja sí eres tú... lo quiero más.

  • Ok... – su sonrisa se iluminó de nuevo – te voy a coger... jajajaja jamás pensé que pasaría... eres mi hermano.

  • Artie... estamos desnudos besándonos, eso no es muy de hermanos.

  • Jajaja hermanos que se quieren... Y bueno – dijo arrodillándose en la cama y mirando a todos lados – ¿Cómo lo hacemos?

  • Jajajaja... ¿No sabes cómo lo haremos?

  • Pues... no, no eres una chica.

  • No te hagas el tonto jajajaja.

  • Ok, al parecer tú sabes más que yo – dijo cruzándose de brazos.

  • Ya cállate.

Lo jale de nuevo para poder besarnos mientras él colocaba sus manos en mis nalgas para apretarlas con fuerza, rodábamos por la cama hasta que estuve encima de él, con un poco de esfuerzo me coloque a horcajadas sintiendo su pene entre mis piernas. Arturo pensaba que me penetraría en ese momento y guió su pene a mi entrada pero lo detuve rápido explicándole que necesitaba prepararme, la mejor forma fue colocándome en cuatro entregándome a mi amigo, él me miraba sonriendo de formar pervertida, así que salió disparado del cuarto regresando rápido con unos cuantos condones y un frasco de lubricante – pensaba comprarme el mío pronto –.

  • ¿Eso es?...

  • De mi hermano...

  • Ya... jajaja creo que debo comprarme el mío.

  • Ufff... yo lo uso para las pajas, es mejor que la saliva.

Volvimos a nuestra tarea de dilatarme y lentamente Artie colocaba su dedo embarrado de lubricante en mi entrada, presionaba y yo trataba de relajarme esperando lo mejor, cuando estuvo dentro comenzó a moverlo lento, yo le sonreía y él se veía concentrado haciendo lo que le pedía paso por paso, después de unos minutos un segundo dedo entró, el grito de placer que di lo detuvo pero lo calme diciendo que me encantaba lo que hacía, esa sensación me llenaba pero deseaba tener su pene dentro, me mordía los labios para evitar pedirle a gritos que me clavara – dignidad ante todo jajaja – pero mi amigo ya se había aguantado mucho, saco los dedos y enfundo su pene en el condón para masturbarlo un poco.

  • ¡Aquí vamos!

  • Hazlo lento Artie... lo más lento que puedas.

  • Ok... ok, ya sé.

- ... ¡Here we go! – pensaba también un poco nervioso.

Me entregaba levantando el culo y colocaba ambas manos en mis nalgas para abrirlo más, apoye mi rostro en la cama esperando que alguien me penetrara por segunda vez, un provocativo silbido de Artie me hizo erizar la piel lo que nos causo una risa nerviosa, sentía su pene en mi ano y comenzó a presionar, me relaje lo que pude... eran 17 cm los que querían entrar en mi interior... con un poco de paciencia y esfuerzo por su parte la cabeza entró y yo me revolví en la cama.

  • Ufff... no puede ser... ahhh.

  • E-espera Artie... espera por favor.

  • Coño que rico... que rico – gemía mientras me tomaba de las caderas con mucha fuerza.

  • Si me haces daño, te juro que te mato.

  • No podría... ayyy déjame seguir.

  • Lento coño, lento.

Arturo era un bruto, pero al mismo tiempo un amor mientras trataba de penetrarme. Cuando estuvo la mitad adentro se acostó encima de mí para darme pequeño besos en mi espalda y cuello, yo en todo momento estuve relajado, pero mi poca actividad sexual me había dejado resentido desde mi primera vez. Fue mucho lo que espere hasta que pude sentir sus bolas pegadas a mi culo, su erección no había bajado en ningún momento en comparación a la mía que estaba flácida, mi amigo me abrazaba muy fuerte y me repetía cuanto lo quería.

  • Te quiero.... te quiero mucho – sentía repetidos besos en mi cuello – te quiero para mí... solo para mí.

  • Ohhh Artie... ya... muévete.

  • ¿Qué?

  • Hazlo...

  • ¿Ya?... ¿Estás listo?

  • Sí... dale.

La primera estocada fue lenta y provoco un gran gemido por parte de Arturo, lo que continuó con repetidas penetraciones lentas, lo sacaba hasta la mitad y volvía a enterrarse en mi interior, yo aguantaba a duras penas, el ardor era imposible de soportar, él pasaba sus manos por toda mi espalda tratando de consolarme, Artie aumentó el ritmo y su pene finalmente dio en el blanco, sentí su roce en mi próstata lo que provoco mi grito de placer y una gran victoria para él, después de su ritmo rápido la sacaba completa para luego clavármela con fuerza, sus caderas chocaron muy fuerte contra mis nalgas, era un poco brusco ese movimiento y se lo hice notar.

  • ... Es que así se lo hago a las chicas.

  • No soy una chica, Arturo.

  • Lo sé mi Andy, eres mejor.

  • Pfff espera... no estoy cómodo – mis piernas estaban resentidas por la misma posición.

Me acosté en la cama abriendo mis piernas y Arturo volvió a comerme la boca con ganas – ¡Vaya si extrañaba sus besos! – continuamos otro pequeño rato besándonos y acariciándonos hasta volver a rodar por la cama riendo.

  • ¿Ya estás bien?... ¿Seguimos?

  • Mmm si... pero quiero hacerlo de otra forma.

  • Como digas...

  • Quédate así acostado.

Me volví a colocar a horcajadas y le quité el condón para colocarle uno nuevo. Me sentía preparado para continuar a mi propio ritmo así que restregué su verga por mi entrada terminando por guiarla y comencé a sentarme encima de ella, los dos comenzamos a gemir por el placer hasta tenerla toda dentro, mi Artie acariciaba mis nalgas y colocaba sus manos en mis caderas para guiarme, en esa posición y luego de la primera penetración estaba preparado para ir más rápido así que apoyándome en su pecho daba unos grandes sentones sobre su pelvis clavándome mucho más su verga.

- Ohhhfeel sooo good...

- ¡Yeahhh!... ¡FUCK YEAH!

- ¡My GOD!

Mi pene había recuperado su dureza y rebotaba con cada movimiento, Artie no dejaba de verlo embobado y le pedí con todas mis fuerzas que me masturbara, ni corto ni perezoso cumplió mi deseo y ambos disfrutábamos del momento... gemidos, gritos, roces, nalgadas, pellizcos, besos en todas partes, nunca pensé que experimentaría esa explosión sexual con mi mejor amigo. Seguía moviéndome como loco y tragándome su verga encima de él hasta que me atrajo con un abrazo, le comí la boca con ganas y fue cuando nuestra fantasía subió un puto nivel más allá.

  • Cógeme.

  • ¿¡Qué!? – gemí sorprendido.

  • No me hagas repetirlo...

  • ¿¡Estás loco!? – le interrumpí mientras sentía como su pene palpitaba en mí interior.

  • Dale... quiero sentirlo.

  • Ufff Artie... sería mi primera... mi primera vez haciéndolo.

  • Jajajaja ahhh... – otra palpitación más – es nuestra primera vez.

De un momento tan caliente como estaba hacía segundos, pasamos a uno más romántico. Salió de mi interior y lo miré arrodillado en la cama.

  • ¿Estás seguro amigo? Va dolerte.

  • Sí... no... sí... no... – estaba dudando o tal vez bromeaba, no lo sabía – ¡Vamos, dale!

  • Pfff te quiero, idiota.

Lo repito, ¡Malditas nuestras sesiones de besos!... exploraba su boca con ganas y deseaba hacerlo todo el tiempo, acariciaba su cuerpo tan... tan ¡delicioso!... me emborrachaba de su aroma, esencia, cariño y más por lo que iba a suceder luego.

Estaba bastante claro de cómo dilatarlo, Miguel lo había hecho conmigo por primera vez y ahora mi amigo había realizado la misma acción con éxito, él seguía acostado y me coloqué entre sus piernas, mi corazón iba mucho más rápido respirando muy agitado por lo que iba a hacer, tomé el frasco y con mucho trabajo dilataba el ardiente interior de mi amigo. Fue una sensación extraña tener mis dedos dentro de él pero me gustaba ver su reacción tan entregada y con cada palpitación parecía que quería tragarse mi mano completa, cuando creí que estaba listo me coloque el condón y bastante lubricante dejando mi pene brilloso, subí sus piernas a mis hombros posicionándome en su entrada y haciendo una leve presión.

  • ¿Listo?

  • Mmm aja... – no se veía muy confiado – hazlo.

No dije nada, tome mi verga erecta y fui bastante directo, respiraba pausadamente muy concentrado en lo que hacía, quería que fuera perfecta la primera vez que penetrara un culo. Su calor invadió mi cuerpo y mi verga nunca experimento esa sensación de calor, entraba lentamente sintiendo a cada momento esa nueva sensación, todo cambio cuando mi Artie vibro su cuerpo como si tuviese un tic nervioso y me alarme bastante.

  • A-ARTIE – me temblaba la voz – ¿Estás bien mi Artie?

  • S-SÍ... es que... Ufff que ri-rico se siente... ¡¡¡Ahhh!!!

  • Ohhh... – un movimiento en sus caderas recibiéndome me obligo a entrar más profundo – ¡MY FUCKIN’ GOD! NO VUELVAS A HACER ESO... ¡CARAJO!

  • Jajaja... jajaja jajajaja.

  • Ya... estoy adentro.

Mi pene no era tan grande como el suyo – tal vez por eso no sentía tanto dolor –, pero esperaba poder satisfacerlo. Besaba sus piernas un poco, sabía que Artie me quería ver sufriendo así que cerraba su culo apresando aún más mi pene, casi me hace acabar y le di una mordida a su pierna mientras él me sonreía de forma burlona. Arturo era un caliente de mierda.

  • Casi me vengo, idiota...

  • Jajajajajaja contrólate, yo lo hice muchas veces.

  • Tú eres un experto en sexo.

  • Ufff claro... jajaja, anda, muévete.

  • ¿No te duele?

  • Un poco, pero quiero sentir lo mismo que tú.

Puso sus manos en mis caderas para comenzar el suave vaivén, me clavaba en su culo a un ritmo tranquilo sin dejar de gemir ni soltar maldiciones por lo genial del momento, mi Artie se masturbaba al mismo ritmo y sus ojos se veían blancos – como un poseído – las sensaciones de ser penetrado y penetrar eran completamente distintas, a pesar del condón ese roce y ese calor eran... ¡DE PUTA MADRE! Con ese pensamiento aumenté la penetración a una velocidad que ni yo mismo era capaz de realizar, ambos gritábamos por cada estocada que hacía, hubo un par de veces que me enterré con bastante fuerza pegando mis bolas a su culo logrando un gran sonido de choque. Le rogué a mi amigo que se masturbara muy rápido, quería llegar junto a él y así fue.

- Ohhh my God... my god... ahhh.

  • Andy me vengo… ¡Me vengo!

  • ¡¡¡Siii!!!... ¡ARTURO!

Su semen se derramó en su pecho, en toda la sabana y hasta un poco en la almohada. El calor en su interior sumado ha cómo abrazo mi verga casi me causo un paro en el corazón y me vine en su interior, era obvio que tanta excitación terminó con mis energías y me desplome en su pecho.

Nos mantuvimos un par de minutos en silencio, yo meditaba todo lo que acabábamos de hacer, ese momento en que me besó, acepte con confusión su deseo pero al final me di cuenta de algo muy importante. Y dije las palabras de las que jamás me voy a arrepentir.

  • Te amo, Arturo...

Lo dije muy bajito y levante el rostro, mi amigo sonreía muy feliz.

---*---

Fue más de una hora la que pasamos en silencio, seguramente me quede dormido un par de veces y despertaba en la misma posición, abrazado a mi mejor amigo. Su respiración se tornaba lenta y calmada pensando que se había dormido hasta que lo escuche hablar.

  • Fue lo mejor que he hecho en la vida.

  • Jajaja... sí, fue genial – nuestras voces se escuchaban roncas.

  • Ya lo habías hecho, ¿verdad? – me separé un poco para poder vernos a la cara.

  • Aja... Sí – dije en tono culpable.

  • Con... ¿Luís?

  • No... alguien más.

  • Ahhh... Y ¿Quién?

  • Pero, qué curioso eres.

  • ¿No me vas a decir?

  • Mmm no... por ahora.

  • ...

De nuevo se quedo muy callado hasta que saltó un poco en la cama.

  • Ahhh ya sé... fue con tú amigo... ¿Miguel?

  • Mmm aja... pero no quiero seguir hablando de eso.

  • Ok... ok... Ya entendí.

Me quedé en silencio, no deseaba contarle de Miguel a mi amigo. No esa noche, era algo muy privado... demasiado íntimo para compartirlo, hasta mi mejor amigo estaba fuera de los límites. Me volví a acostar y nos arropamos con una sabana que estaba envuelta en la cama, quedándonos en silencio y veía de reojo las paredes llenas de posters con mujeres desnudas, el closet estaba entre abierto pero casi vacío, la ventana estaba cerrada y sentía calor pero al mismo tiempo estaba muy confortable.

Recordé el lugar donde estábamos, no era la solitaria casa de Arturo si no el apartamento de su hermano Aquiles más pequeño que el de mi hermano y mucho mas desordenado, y también recordaba la actitud de Aquiles con su hermano, nada parecido a como se comportaba Matty conmigo, Aquiles era un rebelde, descuidado y bastante liberal, amante del sexo, él fue el primero que nos enseño a beber cuando éramos más jóvenes y nos hablaba de sexo y sus cientos de aventuras. Algo que me hace mucha gracia recordar es que Matty y él son de la misma edad – estudiaron juntos – y pensaba con una sonrisa tantas cosas que tenían nuestras familias en común. Pero bueno, Matty es Matty, bastante serio y responsable estudiando Medicina y Aquiles bueno... en general era todo lo contrario a mi hermano, solo sabía que estaba estudiando Comunicación Social en la Universidad Santa María.

  • Oye, Aquiles...

  • ¿Sí? Es un idiota... ¿No crees? – hablaba con voz apagada.

  • Jajaja... pues... sigue siendo tan loco como recodaba.

  • También... pero es un estúpido, incapaz, fiestero, alcohólico, fumador... es un pesado – concluyó.

  • Pero lo quieres...

  • ...

  • ¿Verdad?

  • Más que a mi padre – me volví a levantar para mirarlo a los ojos – aja... lo quiero más que a mi propio padre... y eso... pues, no lo veo normal.

  • Mmm Artie yo...

  • No lo sé, he visto más a mi hermano en la vida que a mis propios padres, algunas veces he deseado... – y se le quebró la voz un poco – que solo fuésemos él y yo.

  • Yo creo que...

  • Si fuésemos él y yo... – siguió hablando como si no estuviese allí – bueno, seriamos más felices y eso será pronto. Nos vamos a graduar y luego... vendré a vivir aquí... éste es mi cuarto.

A pesar de que su voz se escuchaba apagada sonreía bastante señalando con sus manos el cuarto abarcándolo todo.

  • Aquí soy bastante feliz. Yo sé que Aquiles es un irresponsable... pero cuando estoy cerca, bueno, se calma un poco y trata de cuidarme... cada vez que sale... pfff me da miedo que no regrese pero, él siempre regresa... él y yo hemos hablado. Yo sé que me quiere mucho. Él se preocupa por mí y yo por él, es algo mutuo, es como Mathew contigo...

  • Lo es... aunque creo que Matty me cuida mucho más a mí y a Tony.

  • Es porque sigues siendo un niño.

  • Tú también.

Una risa burlona fue seguida por ambos hasta más entrada la madrugada, seguimos sin decir nada. Ahora si estaba muy seguro de cómo era su relación con su hermano, se trataban un poco mal, pero se querían incondicionalmente. Después de terminar, Arturo ya estaba desmayado por el cansancio y la borrachera yo lo besé tiernamente en los labios mientras lo abrazaba para intentar dormir, estaba a punto de cerrar los ojos pero el gusto no duro mucho, la luz del pasillo se encendía y Aquiles abrió la puerta quedando la mirada fija sobre nosotros. No pude disimular nada y me quede helado mirándolo, él no decía nada ni se movía, la luz me segaba hasta que al final él dio unos cuantos pasos hacia nosotros y se arrodillo frente a la cama con una sonrisa.

  • Aquiles... no es lo que parece.

  • Jajaja shhh...

Levanto las sabanas un poco para que finalmente su sonrisa se ensanchara aún más. El corazón me palpitaba, mi mente era un lío, Aquiles era bastante liberal en lo que respecta al sexo... pero con respecto a la homosexualidad y ver a su querido hermanito y su amigo desnudos en esta situación me dio un miedo terrible, que lo siguiente que hiciera fuera gritarnos, golpearnos para que finalmente me odiara y aún peor odiase a Artie... sería lo peor que pudiese pasar.

  • Ven.

  • Pero...

  • Ven...

Se levantó rápido y salió del cuarto, me preocupaba que regresara y despertase a mi amigo, así que me arme de valor y me levanté lentamente de la cama, agarré unos bóxers del piso y me los coloqué, al dar un par de pasos pisé un condón usado y sentí un asco terrible sin importarme si era de Artie o mío. Al salir a la sala Aquiles estaba sentado en el sillón con una cerveza en la mano. Me miró de arriba abajo y volvió a sonreírme.

  • Ven, siéntate jajaja.

  • Aquiles, no te enfades por favor, no es lo que parece. Puedo explicarlo.

  • Ya va... no me vengas con lo de “no es lo que parece”... yo ya lo he usado jajaja.

  • Ok ok...

  • Habla – respiré y empecé a hablar.

  • Fue mi culpa... yo le dije que... lo intentáramos... íbamos a experimentar – fue lo primero que se me ocurrió realmente.

  • Jajajajajaja – su cara se estaba tornando a rojo.

  • Y luego nos besamos y no me pude controlar.

  • No no no... niño jajajaja, deja de hablar.

  • Aquiles... – estaba respirando agitado.

  • Vamos, cálmate mariquita. Ven... hablemos.

  • No me digas mariquita. No me gusta.

  • Está bien mi niño gay... cálmate, hablemos.

  • No... ¿No estás molesto?

  • Jajaja pues, no... creo que no. Siéntate coño.

Y automáticamente lo hice, él encendió la televisión y se puso a ver una reposición de un partido de futbol, no decía nada y de vez en cuando le daba un trago a su cerveza, yo tenía un poco de frío y mis pezones estaban erectos, me cruce de brazos y piernas en el sillón esperando a que Aquiles se dignara a hablar conmigo.

  • Ufff mis niños ya tienen sexo... que rico jajajaja.

  • ¿Cómo?

  • Pues eso... ya tienen sexo... por fin disfrutan de la vida mariquitas...

  • No entiendes. Y no nos llames mariquitas.

  • Jajajaja si entiendo. Créeme... – me decía de forma lasciva – ¿Quieres probar mi güevo?

  • ¿¡QUÉ!? – grité levantándome asustado.

  • ¡Jajajajajajajajajajaja! Shhh... es broma mi niño...

  • No-no... no hagas esas bromas.

Me volví a sentar en el otro extremo del sillón mirándolo de forma recelosa. Aquiles estaba algo ebrio y un ebrio siempre dice la verdad, hace locuras y nunca se acuerda de nada.

  • ¿Desde cuándo...? – dio un eructo bastante fuerte y me miró.

  • Hoy fue la primera vez... y la última – respondí.

  • Jajajaja no tiene que serlo.

  • ¿En verdad no estás molesto?

  • Claro que no. Ustedes son jóvenes, tienen que experimentar. Yo lo hice – decía mirando hacia la ventana – y disfrute que jode... aún lo sigo haciendo. Mujeres, algunos hombres... jajajaja.

  • ¿Hombres?... ¿TÚ?

  • No te sorprendas... de hecho, me sorprende que no sepas la verdad.

  • No entiendo...

  • ... Después te digo.

Se quedó callado viendo un bonito gol que empataba el partido y volvió la vista hacia mí.

  • ¿Usaron protección?

  • Aja – balbuceaba apenado – unos que tenías en tu cuarto.

  • Ahhh, está bien. Llévate unos... que seguro Mathew o tus recatados padres ni se les pasa por la mente que tienen que comprarte.

  • Mathew sí me compra... bueno, una vez.

  • ¡No me digas!... y yo que pensaba que seguía siendo un reprimido... tonto y cursi... – se quedó mirando a la nada – hace rato que no lo veo, ¿Cómo le va?

  • Bien... sigue estudiando mucho.

  • Qué bien. Me alegro por él. Hasta lo extraño un poquito... ¿Ha preguntado por mí?

  • Mmm no que yo recuerde.

  • Ahhh ya veo.

Fue una chispa, no la supe identificar por el cansancio que llevaba, pero en ese justo momento Aquiles estaba rememorando tiempos de colegio... iba a preguntar qué le ocurría pero decidí dejarlo para otro momento. Yo me sentía bastante incomodo, vi la hora y ya eran las 5:00 am, estaba muerto y necesitaba dormir.

  • Oye Aquiles... tengo, mucho sueño y bueno.

  • Siii... ve con mi hermanito, debe extrañarte...

  • No-no... no me refería a eso.

  • Anda... déjame aquí solo, con esto – dijo apretando su short mostrando una enorme erección – me fui con unas hermanas bien zorritas y cumplí con ellas... pero sigo estando caliente. En verdad, ¿no quieres probar verga?

  • Yooo... no... ¡No! – dije desviando la vista de su paquete.

  • Jajajaja... está bien mi niño. Anda a dormir mientras yo me hago tremenda paja. Cierra la puerta. Que mis gritos no te molesten.

Trate de sonreír, pero el cansancio era increíble, regresé a la habitación y haciéndole caso a Aquiles cerré la puerta y me desnude de nuevo. Al acostarme, el caliente cuerpo de mi amigo me esperaba y apoye mi cabeza en su pecho y un débil brazo me abrazaba, el silencio, nuestra tranquila respiración y mis parpados cayendo no se comparaba a la incómoda escena de la sala donde su hermano comenzaba a gemir mientras se masturbaba solo.

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NdA: Bueno… les tengo una mala noticia. No sé si decírselas o no. Y es que… el siguiente capitulo es ¡EL ÚLTIMO!... bueno, lo último que llevo escrito ya que no he podido continuar con la historia… y eso me pone bastante triste. Pero con mucho ánimo espero sus comentarios y valoraciones.

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