130 kilos de Hembra Caliente!
Con la madre de un amigo, pase una noche inolvidable... Si te gustan gordas y maduras , este relato es para ti.
Al novio de la prima de mi novia, le dejan al cuidado una casa espectacular, muy grande y con una piscina inmensa. No nos demoramos mucho en organizar un paseo a esta casa y ocupar la majestuosa piscina. Solos lo cuatro en esa tremenda casa era fabuloso.
A la prima se le ocurrió invitar a su madre, a mi suegra y a la suegra de ella, ( todas ellas separadas y viudas ) . A si que a las finales quedamos yo, Alberto, nuestras novias y tres viejas.
EL calor ese día , fue increíble y ya aun oscureciendo, continuo caluroso. Yo con el novio de la prima, nos colocamos a prender la parrilla, para calentar la carne que había quedado del almuerzo, mientras las cinco mujeres aun se bañaban.
Mientras nosotros trabajábamos, escuchábamos las risas y bromas de las mujeres, llamándonos para mostrarnos que se había sacado el traje de baño y lo agitaban por sobre sus cabezas. Solo cerca de la parrilla, estaba la luz prendida, mientras la piscina permanecía a oscuras, solo con la luz de la luna, que de todas formas dejaba ver algo.
Alberto, que ya conocía la casa, me dijo que las distrajera un poco para ir a robarles los trajes de baño, que habían dejado a la orilla de la piscina, y que prendería la luz de la piscina. Mientras yo les preguntaba, quien quería alguna cerveza, el se roba los trajes de baño .. ella solo se rieron , pero no sabía que lo que venía . Alberto, enciende la luz interna de la piscina. La imagen que se vio, aun la tengo grabada en mi mente. Todas estaban mirando, escondidas en la oscuridad, cuando se enciende la piscina. Veo las tetas de todas, las de mi suegra exquisitas, redondas, grandes y muy blancas .. la de la mamá de la prima pequeñas y las de la mamá de Alberto . Espectaculares!!!! gigantes!!!! , la de mi novia, ninguna novedad y las de la prima, no las puede ver.
Acompañado de un grito, y luego risas, todas se taparon y pidieron que apagáramos la luz, mientras nosotros nos matábamos de la risa.
Entre risas, la madre de Alberto, la de las tetas gigantes, que aun teniendo unos 53 años era mas alegre y juvenil que mi suegra y la otra vieja (ambas menores), dijo que ella no tenía vergüenza de cuerpo, que al contrario, se sentía orgullosa de sus tetas, y se levanto del agua, hasta la cintura y mostró con orgullo sus gigantescas ubres. Mi novia y la prima, igual se envalentonaron y también nos mostraron las tetas riéndose, mientras que mi suegra se reía, con el agua hasta el cuello, y con las tetas tapadas por sus brazos, mientras que la otra vieja se estaba molestando por la situación, agachada con el agua hasta el cuello y también tapando sus minúsculas tetas.
Las tuvimos un rato, así desnudas en el agua mientras ellas se sumergían y dejaban sus culos al aire .
Lejos de causarme gracia, me tenía muy caliente la mamá de Alberto. Esta señora de 53 años, era de tes blanca, pelo castaño ( teñido) , con un cuerpo bastante rellenito, pero con un culo gigantesco , al igual que sus tetas. Me molestaba un poco que mi novia le mostrara el culo a Alberto, pero estábamos mas que pagado, ya que yo me deleitaba con el de su novia, mas el gigantesco culo de su madre. Alberto, al parecer era muy liberal y no mostró nunca una señal de molestia por las cosas que hacía o decía su madre.
Les devolvimos sus trajes de baño y continuamos con nuestra labor. Le hice el comentario que el sentido de humor de su madre era genial. El me dijo que su madre era muy loca y que a el le encantaba que fuera así y que la dejaba ser. Que su padre había fallecido hace muchos años. Que ella nunca se había vuelto a casar, pero que siempre se mantenía con parejas. El entendía que ella era su madre, pero que a la vez era mujer y que tenía derecho a pasarlo bien.
Luego de comer, regresamos a la ciudad. Alberto que estaba al cuidado de la casa, se quedó y la prima, ni tonta, también. De regreso veníamos mi novia, mi suegra, la tía de mi novia y la mamá de Alberto.
Las primeras en bajarse de mi auto, fueron mi suegra y mi novia. Después le tocaría el turno a la madre de Alberto, y por último a la tía. Sin embargo, aun recorriendo mas, fui a dejar a la tía primero y por último a la madre de Alberto .
A donde me dijo que vivía usted?
Dime Gloria niño, que me haces sentir vieja
Le molesta si paso a comprar cigarros
No, al contrario , a si me regalas uno a mi, ya que los míos se acabaron
Pasé a comprar cigarros, pero no pudimos prenderlos, ya que mi encendedor se había mojado en la piscina y el del auto estaba malo. Pero como estábamos a unas cuadras de la casa de Gloria, decidimos que lo prenderíamos en su casa.
Durante el camino, yo había alagado la excelente relación que tenía ella con su hijo. Me dijo que ella era muy joven para pensar y que a Alberto, no le ponía nunca un problema cuando se quedaba con alguna muchacha en la casa, y que de la misma forma ella exigía que el no se metiera en sus asuntos.
Llegamos a su casa. En la puerta de la casa el frente, había una vecina vieja en la puerta. Antes de bajarse, me dijo que cuando me bajara, entráramos abrazados, para que la vecina del frente, que era muy copuchenta, tuviera de que hablar.
Nos bajamos, cerré el auto, y ella me abrazo de la cintura y yo de la de ella. Mientras abría la puerta, me tomo los brazos y me hizo abrazarla por detrás, mientras ella buscaba las llaves. Sentí sus enormes nalgas apoyadas contra mi verga.
Al entrar, nos reímos un buen rato. Ella me explico que con la vecina no se pasaban para nada y que se moriría al pensar que ella había traído a un lolo a su casa.
Me sirvió un vaso de cerveza y otro para ella, mientas fumábamos, a la espera que la vecina se entrara. Mas yo no quería irme.
El tema de conversación toco el ámbito sexual, donde ella me confesó que tenía una buena vida sexual, a pesar de su edad. Yo la alabé diciendo que era una mujer muy interesante. A ella le gustó que la alabará, se rió y me dijo que tuviese cuidado, por que dentro de sus gustos estaban lo jovencitos. Yo también como broma, le dije que no había problema , por que a mi me gustaban maduritas.
Aunque cambiamos el tema, vi en sus ojos algo distinto, seguramente la broma no le pareció nada de mala como idea, y me sirvió oro vaso de cerveza. Nuevamente como broma, le dije que la cerveza me hacía portarme mal, a lo que ella respondió :
Entonces te traigo toda la botella . Ja ja ja.
Después de unos 15 minutos, cuando terminaba mi segundo vaso, me dijo:
Bueno niño, gracias por traerme. No es que lo esté echando, pero yo también con la cerveza me porto mal y con un joven tan apuesto como usted, puede que termine violándomelo.
Ahhhhhh , entonces no me voy
A no?
Ya estaba todo dicho, ambos entre bromas, pero diciendo lo que realmente sentiamos.
Ella coloca su vaso en a mesa de centro. Me mira
Bueno, entonces
Entonces .
Se acerca a mi y me besa. Yo aun con mi vaso en la mano, correspondí su beso. Ella tomo mi vaso, dejándolo en la mesa, se abalanzo sobre mi, echándome su gran cuerpo encima. Besándome, su mano se fue directo a mi entrepierna, y mis manos se apoyaron en sus nalgas. Estábamos bastante incómodos. Ella se levantó y tomándome de la mano me dijo:
Que te parece si vamos a mi pieza a pasarla bien un rato
Me encantaría .
Me tomo de la mano y me llevó a través de un pasillo oscuro. Prende la luz de su pieza. Mirándome se desabrocha su gran vestido y se lo baja.
Mis ojos no daban crédito a lo que veían. ¡¡¡ 130 kilos de hembra !!!, con unas tetas descomunales, un trasero monstruoso, con ganas de sexo. La abracé y la besé. Mis manos apenas la cruzaban, pero lo suficiente para apoderarme de esas gigantescas nalgas. Le desabroché su brasier y como una avalancha, dos gigantescas ubres quedaron rozando mi pecho. Las tome y comencé a chupárselas desesperadamente. Cada una debe haber pesado como tres kilos.
Ella me empujo a la cama y me saco mis pantalones. Yo mismo me saque la camisa. Quedando solo con mi ropa interior. Se fue subiendo a la cama , hasta quedar con su cara sobre mi ropa interior. Comenzó a morderme la verga, por sobre la tela, hasta que lentamente me los fue quitando. Mi verga apareció durísima y lista para la batalla. Sin ninguna suavidad, me la tomo de la base y se la trago por completa, chupándome muy fuertemente.
Sus mamadas eran impresionantes, con una fuerza increíble, era como que me quisiera sacar todo lo que tenia ahí. Me costo mucho contenerme de no acabar en su boca y cuando casi lo logra, tuve que cambiar de posición, por que quería que eso durara aun mas.
Fue el turno de ella. Adivinó mis pensamientos y abriéndose de piernas me mostró su gran concha, rosada, húmeda y llena de pelos negros. Sin ningún asco me abalancé sobre esta y trate de hacer el mejor trabajo posible. Pero su zorra era descomunal. Yo tenía muy claro que muchos ya habían pasado por ahí y tendría que hacer mi mejor esfuerzo por conseguir hacer acabar a esta hembra.
Con mis dedos separaba sus grandes pliegues en busca de su clítoris, que no aparecía por ningún lado. Aparte de eso, su humedad era demasiada. Con mis dedos separe lo mas que pude esos tremendos y carnosos labios. Mi lengua hacía lo mejor posible, pero notaba que no le hacía un efecto mínimo, comparado a mis otras aventuras. Solo gemía y gozaba al ver a un joven de 20 años metido con su boca en las piernas, pero no creo que estaba acostumbradas a herramientas mas grandes.
Con mis dedos ayude a mi lengua, metiéndole dos , luego tres y luego cuatro dedos los que entraban sin ninguna dificultad.
Me subí a su pecho y preferí trabajar en sus gigantescas ubres. Tomaba cada una con ambas manos, ya que una no era suficiente. Chupaba embelesado ¡Nunca en mi vida había tenido un par de tetas tan grandes como esas en mi boca!
Luego me arrodille y ella a lo perrito, me comenzó a chupar nuevamente la verga. En el espejo de su ropero, podía ver su voluminoso cuerpo en cuclillas chapándome la verga. Con mis manos agarraba sus dos tetazas que colgaban y su enorme y gigantesco culo.
Luego ella se dio vuelta y me ofreció su culo. La tome de las caderas y metí mi verga entre esas carnes. Tuve que abrir sus nalgas con mis manos para encontrar su concha. Para estar mas cómodo, preferí bajarme de la cama. Ella en cuatro patas se giro dejándome su culo
nuevamente apoyado contra mi verga.
Nuevamente le abrí las nalgas con mis manos y busque su concha. Apenas la encontré, le apunte mi verga y se la metí de un golpe, lo mas adentro que pude.
Comencé a follarla, pero incluso de repente yo no sabía si estaba mi verga adentro o afuera. ¡Sus nalgas eran demasiado grandes!
Yo hacía mi mejor esfuerzo, pero me daba la impresión que ella era poco lo que sentía. De todas formas , estar detrás de ese monumento de culo, era fantástico.
Por primera vez en mi vida, una mujer me pide que se lo meta por el culo. Con mi novia y otras siempre había querido, pero siempre encontraba el rechazo, en cambio, la mamá de Alberto, estaba deseosa de sentir mi humilde verga en su culo.
Ella misma se separo sus carnes y me mostró un diminuto hoyo. Se lo acaricie con mis dedos, mojados en saliva, y tomando mi verga desde la base la apunte a su entrada. Al principio esta no se quería abrir, pero de repente mi la punta de mi verga logro entrar y de ahí paso hasta el fondo del culo de la gorda.
Por primera vez sentí un gemido , mezcla de placer y dolor real, comencé a bombarla lentamente hasta que nuestros cuerpos se acostumbraron. No se que me paso en ese momento, pero estaba duro como palo y aun estando en extremo caliente dure mucho rato metiéndoselo y sacándoselo una y otra vez, logrando que la gorda se corriera. Después de mucho rato de estarla follando por el culo, ambos completamente mojados en transpiración, me pidió que acabara. Trate de hacerlo, pero como llevaba mucho rato así me costaba, aparte que yo no quería que se acabara.
Ella me dijo ya acabara, que estaba cansada. Le dije que no podía acabar y me dijo que ella me ayudaría, pero que por favor se la sacara.
Se la saque y me mando al baño a lavármela. Al volver ella estaba acostada de espaldas en la cama. Me hizo subirme sobre ella y meter mi verga entre sus tetas. Luego me hizo una rusa espectacular entre sus gigantes gomas. Mi verga llegaba a desaparecer!!!!
Luego me hizo subirme un poco mas y le coloque la verga en la boca. Una muy buena mamada, que casi cumplía su objetivo. Sin embargo, ella con un movimiento, me hizo subir un poco mas y comenzó a chuparme las bolas muy fuertemente, incluso causándome algo de dolor, pero que igual se sentía rico. Su lengua llego un poco mas allá de mis bolas, y comenzó a rozar la entrada de mi ano. Con sus manos me agarraba las nalgas y con su lengua me acariciaba el ano, dándome un placer increíble.
Me dijo que ya estaba cansada y que tenía que acabar, donde yo quisiera, pero tenía que acabar. Le dije que ya estaba apunto y que me gustaría acabar entre sus nalgas.
Ella se dio vuelta boca abajo y yo me subí a su espalda. Comencé a restregar mi verga entre sus nalgas. Se la abrí y se la volví a meter. Ella parecía no importarle ya nada y al cabo de unos poco minutos, comencé a botar todo mi semen, blanco y caliente dentro del culo de la gorda.
Descansé un rato a su lado, y luego me marche. Ella me prometió que lo que había pasado, solo se quedaría ahí, entre esas sabanas, a no ser que alguna vez yo quisiera estar nuevamente con ella.
Comentarios a jovenatractivo@hotmail.com
¿ Alguna madurita interesada en mi historia?