1+1+1=7 (Ml de semen)

Bueno me presento, soy Fexone, realmente no me dedico a la escritura pues lo mio es la pintura, pero de vez en cuando me aventuro en el mar de las letras. Este es mi primer relato erótico el cual precisamente no me agrada mucho pero si me gustaria concoer las opiniones de los expertos (osea vosotros) del genero. El relato trata de la experiencia (ficticia de momento) entre una querida amiga, yo y una chica llamada katia (ficticia). Es ciertamente bastante machista y misogino asi que las feministas que se abstengan de leerlo, por cierto, el puesto de katia está de momento libre en busqueda de una que lo ocupe, ¿alguna se anima? Si alguien esta interesado en ver mis pinturas esta es mi pagina: http://www.sitegustacojelo.blogspot.com/

Cuando ya perdí toda esperanza de poder realizar una de mis más calientes fantasías sexuales (y la de todo hombre) me sorprendió ella con una alegre: ¡YA TENEMOS TRIO!. Os preguntareis quien es ella, ella es una chica que a simple vista puede pasar desapercibida, pero una vez profundizas en ella te das cuenta de que no es así realmente, es Ana, una buena amiga con la que además de buenas noches de charla, compartimos buenas raciones del sexo mas ardiente que muchos hombre y mujeres podrían desear, ella tiene unos preciosos pechos, si, esos pechos que acentuados con un buen escote desvían cualquier mirada hasta ese canalillo que todos deseamos saborear -¿Está buena? Le pregunte vía MSN, y me respondió con un:- Sí, tiene unas buenas tetas, como a ti te gustan. Acto seguido recibí un par de fotos de la chica en cuestión, tenia unos ojos azul claro que se te clavaban en el pecho como dos aguijones que dejaban su veneno, ese veneno que tanto me gusta en una mujer, ese veneno que hace que recuerde ese instante para siempre y que mi mente registre cada pequeño detalle de su mirada. Seguí observándola sin antes pararme en sus turgentes pechos, como me conoce esta Ana pensé y esbocé una sonrisa picarona llena de maldad, pero una maldad ardiente claro, no me malinterpretéis -Joder, esta para darle bien fuerte, organicemos una quedada pero ya. Pasaron tres días hasta que Ana me comunicó la esperada cita, sería en su casa puesto que la chica vivía de alquiler en un pisito del centro -Recógeme a las 12 después de cenar y vamos para su piso, ah y compra condones por si se pone muy remilgada. Miento si no os cuento que me puse nervioso, no todos lo días uno puede disfrutar de cuatro pares de tetas y un par de buenos coños, pero me pegué un buen baño caliente con espuma y buena música para dejar la mente volar y concentrarme en cuantas de mis perversiones que años atrás maquiné en mi mente y que casualmente pondría en practica horas después. Recogí a Ana en su puerta y nos saludamos (como siempre) con un afectuoso abrazo, me contó lo nerviosa que estaba, que estaba frita por probar con una mujer (no os he contado que para ella es su primera vez con una fémina) yo la tranquilicé con mis típicas bromas y argumentándole que yo llevaría el mando, que no se preocupase. -Aquí es, busca aparcamiento. Dinnnnnnnng……….Donnnnggggggg (lo reconozco, me encanta pulsar los timbres de esa forma) Y ahí nos recibió ella, Dios, recordare ese instante siempre… era de una estatura media, con el pelo rojizo, no tipo cobre, no, rojo, rojo puro, rojo pasión, sin duda es buena eligiendo el color del tinte, tiene unas preciosas pecas en las mejillas y nariz que compaginan bastante con el color de su piel, no es la típica morenaza explosiva de las películas porno, pero creedme, podría hacer competencia a cualquier tiparraca con tacones que os encontréis saliendo de fiesta. -¡Hola! ¡Pasad! Nos dijo con una voz extremadamente dulce, lo reconozco, en ese instante me la imagine gimiéndome al oído, lo sé, soy un adicto a las mujeres y al sexo. Yo ni corto ni perezoso y para eliminar un poco el ambiente tenso que en su pasillo se experimentaba le di un afectuoso abrazo, a lo que ella respondió con una tímida carcajada y con un: - ¿Que cariñoso eres no? Por cierto me llamo Katia. Pasad al salón, estaba viendo la tele. Ojala vosotros pudierais ver lo que mis ojos vieron, ella caminando por ese pasillo con un culotte negro que dejaban entrever tímidamente el fin de su turgente culo acompañando a unas piernas largas y firmes erguidos sobre unos muslos prietos que se mecían con cada paso que ella daba hacia su salón. -Sentaros, ah por cierto he comprado una botellita de vodka, no se si os gustara, sino podemos comprar algo en el chino de la esquina. -¡No! ¡Me encanta el vodka!- Respondí yo. -¡Perfecto entonces! Voy a por unos vasos. -Dios esta tremenda- Le dije a Ana en voz bajita, a lo que ella simplemente me guiño un ojo. Pasamos unas dos o tres horas, sinceramente ni lo recuerdo, entre risas y bromas, las cuales no voy a relataros porque seria bastante aburrido, pero os aseguro que disfrutamos los tres bastante, se respiraba ese ambiente amistoso y alegre de una reunión entre amigos de toda la vida, parecía que nos conocíamos desde hace bastante tiempo. Yo notaba como Katia me lanzaba miradas de deseo, y a mi amiga Ana también, notaba que estaba ya a punto de caramelo la situación, así que decidí romper el hielo -Por cierto Katia ¿has visto que tetas tiene mi Anita? -Jajajaja te reconozco que llevo observándolas bastante tiempo. -Venga Ana enséñaselas, sorpréndela. -Jajaja ¡que tonto eres! ¡Siempre igual! -¡Venga ya! Si luego te falta tiempo para sacártelas cuando nos vemos, no te hagas la dura ahora. -Bueeeeeno venga pero sólo con una condición, ¡que Katia enseñe las suyas! -¡Trato hecho! Ana se quito la camiseta y el sujetador liberando así sus grandes pechos, esos pechos que a mí, sinceramente me vuelven loco. -Joder, si que tiene buenas tetas, bueno ahora me toca a mi. Katia hizo lo mismo, dejando así sus encantos al aire, que ciertamente no tienen nada que envidiar a los de Ana, con una aureola rosada remarcada en contraste con su piel blanca. Las palabras que se formularon en mi mente fueron: Bueno chico vamos al lío. Comencé besando los pezones de Ana que no sé si por el frío o por la excitación del momento estaban erectos, lamia con deleite cada poro de su pecho, a lo que de sorpresa noto como Katia se sienta a mi lado y comienza a acariciarme la pierna, yo por supuesto no necesito de mucho roce para que toda mi sangre se acumule en mi vigoroso pene de 20cm, ese mástil que a Ana y a otras tantas mujeres les encanta. -¿Porqué no te pones mas cómodo Víctor? Me dijo Katia al oído, a lo que yo asentí y me quite la camiseta, dejando expuestos los piercing de mis pezones, cosa que al parecer a Katia le sorprendió y compenso a juguetear con ellos. Esta vez cambie de ubres, fueron los pezones de Katia los que reclamaron mi lengua, deseosa de carne femenina, notaba en mis manos la calidez de sus turgentes y firmes pechos, notaba también como su respiración paso a un segundo nivel, mientras tanto Ana se quitaba los pantalones quedándose únicamente con un tanga negro que dejaba ver su prieto trasero. -Hey yo quiero probar sus pechos también, dijo ana con cierta envidia -¡Claro todo tuyos! Yo me aparté para poder contemplar esa escena sacada del inicio de una película porno lesbica, el ver como mi amiga le mordía los pezones a la chica que horas atrás acababa de conocer me ponía como una moto, pero aguanté mis ganas de empotrarlas a ambas con mi erecto mástil, así que dispuse a quitarme los pantalones y a sentarme al lado de Katia para pasar mis dedos por sus duros muslos mientras que olía su fino cuello, olía a mujer, a sexo, con un toque a vainilla y me detuve como no en su oído al que deleite con una pasada lenta de mi lengua mientras que ya acariciaba su monte de Venus por encima de ese culotte que había observado cuando me encaminaba por el pasillo directo al salón de placer. Mientras, Ana estaba ensimismada con los pechos de Katia se aparto de ellos y se fijo en mi abultado paquete, cosa que miro con deseo y se dispuso a palpar por encima del calzoncillo. -Esto te va a encantar Katia, mira. Acto seguido ella descubrió lo que aquellos calzoncillos ajustados escondían, mi arma de destrucción vaginal como yo cariñosamente la llamo. -Vaya, es exactamente como me contaste por el MSN, realmente grande y gorda. Yo en ese momento me reí de pensar en lo que estas dos cachondas habrán comentado de mi polla, cosa que hace que mi ego se eleve a las nubes. Señoras y señores, lo que ocurrió a continuación ya os lo imagináis, los finos labios de Ana en contraposición con los gruesos de Katia se acercaron a mi dura polla, para deleitarse por turnos de ese delicioso manjar que ellas degustaron sabrosamente, mientras yo me elevaba hasta los mismísimos cielos al tener dos excelentes chuponas en mi entrepierna. Aún recuerdo esos húmedos labios recorriendo mi polla, y que a ratos paraban para comerse a besos, entrelazaban sus lenguas mientras que mi brillante capullo las miraba expectante, deseoso de ser arropado por sus lenguas. -Bueno ahora os toca a vosotras, mis queridas zorras, Ana cómele el coño a Katia, que sé que estas deseándolo. Ana me sonrió, yo sabia perfectamente que ella deseaba tener un coño entre sus labios, Katia aceptando de buena gana la invitación y haciendo gala de su mas picara sonrisa se recostó sobre el sofá con las piernas abiertas, Ana acto seguido la desnudó, haciendo acto de presencia el coño de Katia, el cual se notaba ya bastante húmedo y excitado debido a la ración de polla que ellas degustaron. Ana me sorprendió lanzándose entre sus piernas como una loba, lamiendo su ingle y sus muslos, saboreando los jugos que Katia servilmente le entregaba, mientras yo observaba desde una posición elevada tal espectáculo, lo cual hizo que me arrodillara tras Ana besando su prieto culo, y bajando su finísimo tanga mostrándome el coño que tantos momentos de placer me deleitaron, comencé a besarle el trasero mientras palpaba con mis dedos el estado de excitación de su coño y efectivamente, eso estaba a punto de caramelo, sus flujos vaginales empaparon mis dedos lo que hizo que me los llevara a la boca y los lamiera con deleite mientras me quitaba completamente el calzoncillo, ojala pudiera haber disfrutado mas de esa escena, un coño delante de mi y otro un metro mas lejos siendo devorado por mi querida amiga Ana, continúe el recorrido de la vista y ahí estaba Katia, gimiendo como una perra en celo mientras me miraba fijamente a los ojos, sonrió y me guiño un ojo, yo capte ese guiño como un: fóllatela cabrón. Y no me lo pensé 2 veces Agarre la base de mi palpitante polla y la dirigí hacia su estrecho destino, a lo que Ana, la cual no está aún muy acostumbra al tamaño de mi polla respondió con un excitante gemido de sumisión y dolor, la clavé hasta lo más hondo de su coño repetidas veces lo cual hicieron que los pequeños gritos de Ana pasaran a ser gemidos de placer, mire a Katia mientras penetraba a mi amiga, ella me miraba a los ojos e intercambiaba miradas de complicidad con Ana, cosa que ella seguía saboreando su dulce néctar vaginal. Continuamos así unos minutos, y Katia propuso un intercambio de papeles, a lo cual accedimos todos los participantes, estaba deseoso de saborear lo que Ana había estado degustando, ella se puso a cuatro patas imitando a Ana, se giró y me dijo: -Todo tuyo campeón. Yo le sonreí más a su coño que a ella, ahora la cosa era entre el y yo, acerqué mi olfato a sus rojizos labios vaginales, de ellos emanaba un olor calido y penetrante, aunque dulce a la vez, sin duda aquello era un verdadero espectáculo, tenia toda la sangre acumulada en su vagina, y ahí estaba su clítoris saludándome, e incluso me lo imaginé diciéndome un alegre ¡Hola! Y como soy muy cariñoso lo abracé, pero no con mis brazos sino con mis labios, lo aprisioné con ellos y dejé deslizar mi lengua por él, cosa que a Katia debió de gustarle pues no paraba de apretar su coño contra mi cara, seguí degustándolo unos escasos diez minutos más para dar paso a mis dedos, me encanta masturbar a las mujeres, normalmente se quedan sus olores vaginales en mis dedos y yo como un buen enamorado de los sentidos los disfruto hasta llegar a casa. Levanté la mirada para ver la cara de mi amiga, ahí estaba ella, con los ojos casi vueltos experimentando un intenso placer por lo que pude descifrar en sus gemidos, a lo que yo decidí hacer mi trabajo, empotrar a Katia, y bien que la empotre amigos, se la clavé hasta el fondo con movimientos enérgicos que hacían que Katia se empotrase contra el coño de Ana, mientras la penetraba yo preso del éxtasis del placer, las insultaba, las humillaba con mis palabras, yo he de reconocerlo, a las mujeres las admiro y las respeto…pero fuera de la cama claro. Intercalaba duros tortazos en el culo de Katia con insultos y penetraciones bestiales haciendo gala de mi soberanía como macho alfa en la situación, he de reconocer que estaba disfrutando como un enano y ellas por los gemidos y gritos de placer y dolor que nos dedicábamos los unos a los otros intuía que también. Saqué mi erecta y rojiza polla del coño de Katia para cambiar esta vez de postura, la cogí de la mano y la lleve a la mesa donde seguramente Katia comía y la tumbe sobre ella, deseaba que me recordase cada vez que desayunase, comiese y cenase sobre esa mesa así que la embestí de nuevo, esta vez con mas suavidad para notar lo caliente y húmedo que estaba su delicado coño, mientras relamía con deseo sus largas piernas. Os preguntareis como estaba Ana, pues bien se tumbo en la mesa de la misma forma que Katia para así lamer sus duros y rojizos pechos y degustar con deleite los labios y lengua de Katia y de paso reclamar su dosis necesaria de mi polla. Así que claro, ¿no voy a dejar a mi amiga de lado no? Así que mientras embestía a Katia masturbaba con mi mano derecha a Ana, sus jugos se deslizaban entre mis dedos y el dorso de la mano, cosa que me excita de sobremanera, y claro si ella me ofrecía sus deliciosos efluvios vaginales yo debía recompensarla de alguna forma, así que mi polla cambió de agujero nuevamente, de nuevo se intercambiaron los papeles y decidí esta vez no cambiar hasta que cada una recibiera un gratificante orgasmo. Y así fué a los escasos 10 minutos cuando notaba las contracciones vaginales de Ana signo de que estaba a punto de correrse. -¡Correte zorra! Le grité a la cara mientras mordía sus muslos, preso de mi excitación y locura, noté como las piernas le temblaban, la respiración se aceleraba como la de una corredora de 100 metros lisos con bronquitis y ahí le vino, con un gemido ahogado por la boca de Katia, su cuerpo se estremecía, se curvaba, e incluso pude oír como se chasqueaban sus huesos, sinónimo claro está de su tremendo orgasmo, orgasmo producido por mí, cosa que de nuevo vuelve a elevar mi cultivado ego. Y claro no he de ser descortés con una mujer así que me propuse hacerle sentir lo mismo a Katia, a lo que ella me dijo que la penetrase a cuatro patas cosa que le encanta y he de decir, que a mí también pues me hace sentir aún más dominante y perverso. Así que ahí estaba de nuevo, su clítoris saludándome, (esta vez me dejaré de saludos, vayamos al meollo, pensé) la taladre fuertemente, dando rienda suelta a mi locura, azotándola y vociferando insultos (algunos bastante fuertes) mientras ella expulsaba sus demonios de su interior en forma de fluidos vaginales que terminaron de empapar todo mi pubis y mis testículos, he incluso algunas gotas que cayeron al sofá de piel que estábamos mancillando -Me voy a correr fóllame mas fuerte! Me gritó Katia desde la protección que le brindaba el cojín que mordía transformando así sus gritos, para no despertar a los vecinos supongo. Y yo sin rechistar así lo hice, respire hondo y me propuse darle la mejor corrida que ningún otro tío le pudiese dar, la taladre vilmente, haciendo profundas repeticiones y chocando mi pelvis contra su culo creando así un sonido que a mi personalmente me parece bastante gracioso, y así en esa tesitura le vino, un sonoro grito que emanaba del fondo de su garganta, mientras ella se dejaba caer lentamente sobre el sofá y diciéndome entre sollozos lo terriblemente cabrón que era (cosa que me encanta). -Bueno chicas,¿hora me toca a mi no? Dije entre jadeos debido al tremendo esfuerzo que hice por destrozar el coño de Katia, a lo que Ana se incorporó para comerme la polla, cosa que hace realmente bien mientras que Katia se recuperaba para posteriormente unirse al festín de carne que yo les ofrecía. Pocos vaivenes tuvieron que hacer para que yo notase que estuviese a punto de correrme sobre sus caras, cosa que reprimí durante unos cortos dos minutos para el disfrute del momento, a lo que no podía aguantar más y explote. De la punta de mi capullo rojizo debido a la fricción salieron fuertemente 2 espasmos de esperma que cayeron sobre la boca de Katia y parte de la nariz de Ana dejándome así preso del éxtasis, el nirvana, o el Valhalla, como queráis llamarlo para dejar paso a unos temblores de piernas que hicieron que me desvaneciera sobre el sofá sobre el cual habíamos disfrutado de la mas maravillosa experiencia de la que jamás me olvidaré, y la cual escribo para que quede impreso sobre la eternidad del tiempo. Yo le di un besito en la frente a cada una de ellas como recompensa a este inolvidable momento de placer a lo que ellas se rieron y fueron al cuarto de baño a limpiarse los restos de mi esencia, mientras yo me llevaba las manos a la cabeza riendo como un puto niño de 8 años al que llevan a euro Disney. Esa noche Katia nos ofreció quedarnos a dormir pues era ya bastante tarde, aceptamos y Katia me dio el pijama mas hortera que tenía (lo reconozco, me encantan esos pequeños detalles). Y mientras ellas estaban dormidas sobre la cama de matrimonio, yo las miraba sonriendo mientras apuraba las últimas caladas de un cigarrillo para premiar el trabajo de mis pulmones.