10. Anécdotas… – Quinceañeros. (2° Parte)

Continuamos...

NdA: Bueno muchachos... continuamos con la segunda parte... gracias a todos por comentar y así pensar que no ando solo... Jajajajajaja, me gustaron mucho los comentarios ya que me hicieron sonreír bastante. Por ahora no digo más... y vamos a leer que pasó luego...

---*---

- Luís... – dije nervioso.

  • Ahhh... E-epale.

  • ¿Por qué estás aquí?

Luís me miro extrañado no entendiendo mi pregunta... y es que el chico estaba parado en el centro del baño mirándose al espejo completamente inmóvil.

  • Ehhh pues... y-yo estaba aquí... en el baño – me contestaba.

  • Aja...

  • Baño... orinar... Sí, vine al baño a orinar.

  • Jajajajajaja... yo también, es que no he ido desde que salí de casa – dije pasando por su lado y tomando su hombro por un momento cuyo toque se estremeció.

Me dirigí rápidamente al urinario, me baje el cierre y saque mi verga comenzando a descargar y logrando vibrar un poco mi cuerpo por esa rica sensación.

  • ¡Ahhh! Marico.... que rico es orinar.

  • A-Aja... – me contestó con el mismo tono nervioso colocándose a mi lado.

Luís hizo lo mismo sacando su verga y empezando a orinar con un fuerte disparo, suspirando igual que yo, la tentación de ver el pene de Luís hizo que mirara hacia su lado rápido, pero no pude ver nada... así que armándome de valor gire mi cabeza para encontrarme con su boca abierta y una mirada profunda.

  • Ahhh... Luís... ¿Estás bien? Te noto raro...

  • S-si... S-si...

  • Mmm

Esa pequeña conversación la tuvimos frente a los urinarios con nuestras manos en nuestras respectivas vergas mirándonos. Mi fuerza de voluntad flaqueo completamente – no es que tuviera mucha – y mi mirada bajo a lo que ese chico tenía entre sus manos, ya había terminado de orinar pero su pene seguía al aire y pude verlo... me quedé sin palabras... me recordaba bastante a el pene de Arturo pero de un tono de piel más oscuro que la que tenía Luís, era grueso... y aunque no estaba erecto, una gran vena le salía desde la base hasta llegar a la punta del pene donde sobresalía un poco el glande del prepucio, subí la mirada lentamente por todo su cuerpo y noté que él también estaba mirando mi pene, que para ese momento estaba algo morcillón, comencé a jalármelo un poco volviendo a mirar a Luís a la cara, que se sorprendió mirándome nervioso, yo no cambie mi semblante en ningún momento... Volví a mirar mi verga que estaba casi a su máximo esplendor para luego ver la de mi amigo que también se la estaba jalando un poco... en ese momento recordé lo que sentí entre sus piernas cuando estaba en la pista de baile... no me equivocaba, esa verga estaba creciendo más de lo que debía de crecer para un chamo de su edad. El baño para ese momento estaba solitario y solo se escuchaba el ruido del reggaetón afuera, mi mirada iba desde su cara hasta llegar a su verga bien gruesa y algo babeante, no estaba completamente erecta, pero su mano hacia un buen trabajo poniéndola dura. Ya cuando estaba completamente erecto, abrí el botón de mi pantalón dándole más libertad a mi verga masturbándome rápidamente mirando a Luís, él se sorprendió por lo que hice y le pique un ojo sintiendo un cosquilleo en mis bolas imposible de controlar.

  • Siii... – gemí suspirando.

En ese momento mi amigo dio dos pasos atrás alejándose del urinario, tuvo la intención de guardar su pene en total erección pero yo rápidamente lo detuve.

  • N-No... – se escucho mi voz ronca – no p-por f-favor...

Lo tomé por su brazo mientras me miraba nervioso. Vi de nuevo su pene algo brillante deseando tenerlo en mi boca, pero el nerviosismo de Luís no me dejaba cruzar esa línea que estaba imponiendo... lo jalé de nuevo cerca de mí y volví a masturbarme mirándolo. Él tragó en seco y comenzó a hacer lo mismo...

  • Andrew... – dijo gimiendo un poco y mirando hacia el techo.

  • Ah-hhh... Lu-Luís...

No podía soltar su brazo y comencé a mirarlo de forma lasciva... estaba demasiado excitado, baje mi mirada hacia nuestros penes erectos notando que el suyo era un poco más grueso que el mío pero del mismo largo. Me acerqué un poco mas e hice algo un tanto sorpresivo, roce nuestros glandes haciendo que se besaran las bocas de nuestros penes, Luís se estremeció y una sonrisa salió de su bello rostro, un hilo de liquido pre seminal unía ambos penes, yo me mordí mis labios tratando de no gemir tan fuerte. Mi amigo uso la mano que tenía libre para pasarla por mi cintura apretándome mientras yo fui subiendo la mía desde su brazo pasando por su hombro hasta llegar a su cuello...  iba a hacer mi movimiento de unir de nuevo nuestras vergas pero un fuerte ruido hizo que nos asustáramos completamente.

La puerta del baño se abría dejando pasar a alguien tambaleándose y sosteniéndose de las paredes, Luís me soltó asustado y entró en uno de los cubículos del baño mientras yo me volteaba hacia el urinario tratando de que mi pene erecto entrara en mi pantalón, lo abroché y me subí el cierre respirando agitado.

- MIERDA MIERDA... ¡MIERDA! – me repetía en mi mente – ¡FUCK, FUCK, FUUUCK!... DAMMIT... ¿¡Por qué cada vez que pasa algo así entra alguien y jode todo!? – me preguntaba con la mirada directo al urinario molesto.

Por el rabillo del ojo pude ver por el espejo a un chico con la cabeza gacha dando un par de pasos y cayendo al piso, me voltee para verlo mejor y el chico empezó a vomitar en el piso. Hasta que pude darme cuenta de que era Richie...

- ¡Oh!... ¡GOD! – dije llegando a él e ignorando el hedor a vomito del suelo.

Lo jale rápido arrastrándolo al excusado más cercano, Richie comenzó a gemir y a botar todo lo que tenía en el estomago.

  • Ya... ya Richie, con calma.

  • Dé-déjameee – gritaba desde el excusado mientras sobaba su espalda.

La puerta del cubículo donde estaba Luís se abrió y salió deteniéndose unos segundos donde estábamos nosotros, me miro con cara seria y luego a paso decidido comenzó a caminar.

  • ¡Luís, solo es Richard! – no me escuchó, se había largado del baño.

  • Ahhh – gemía volviendo a vomitar.

Yo simplemente estaba allí cuidándolo, no sabía que más hacer, solo dándole un suave masaje en la espalda hasta que había desechado todo el alcohol que tenía en su cuerpo, cuando se había calmado lo levante con todas mis fuerzas y lo apoye en la pared, tenía la mirada perdida y me preocupé bastante, le di un par de cachetadas y reaccionó empujándome bastante fuerte pegando contra la pared.

  • Déjameee.

  • Richie... pendejo, soy yo... Andrew.

- Nom toes – dijo de forma inentendible.

  • ¡Vamos, no te comportes como un idiota!... – lo jalé por la camisa bruscamente hasta el lavamanos para que pudiera limpiarse – ¡Lávate idiota!

- Ma-maic – volvió a decir sin yo entender nada.

  • Ya pendejo... vamos... ¿estás bien?

  • Sí... – me dijo por lo bajo.

  • Bueno... vamos ¿puedes caminar?

  • Sí...

Richie dio un par de pasos y se fue de frente, pero con mis “rápidos” reflejos impedí que se diera contra la pared.

  • Veo que no... ven chamo, déjame ayudarte.

  • Déjame...

  • O me dejas o te quedas aquí durmiendo pajuo – le dije ya molesto con su actitud.

  • Ya...

Pasé su brazo por encima de mi hombro y el mío por su cintura haciendo que empezara a revolverse un poco. Salimos del baño y la misma pareja seguía besándose, increíble. Cuando llegamos al lugar donde estuvimos toda la noche, dejé a Richie que se desplomó en la mesa ocultando la cabeza entre sus brazos, busque a Luís con la mirada y lo encontré cerca del bar con una cerveza en la mano, me acerque rápido, pasando por la pista e ignorando a un par de chicas que me pedían bailar con ellas. Cuando llegué a donde estaba me dio una mirada de culpa y se alejo de mí, lo tomé por el brazo y lo acerqué.

  • ¿Qué pasa?

  • Nada... – trato de zafarse pero no quise que se fuera.

  • Yo... Luís... – me acerque un poco más para que pudiera escucharme – yo... no te... ¿no te gustó? -  le pregunte muy cerca de él.

  • No... – me dijo simplemente con una sonrisa triste y liberándose suavemente de mi agarre comenzando a caminar.

  • ¿Luís?.... ¡LUÍS! – dije frustrado mientras él seguía caminando.

Me quedé helado... en verdad mi mente estaba procesando lo que me había dicho... pero aún no llegaba a entender... “¿Por qué?”... Maldita sea... yo lo vi, yo vi que a ese pendejo le gustó lo que hacíamos, sonreía cuando nuestras vergas estaban unidas con nuestro liquido pre seminal y gemía viéndome masturbarme...

Debía dejar de pensar en eso, pero no podía. Hasta que mi hermosa llegó con la cumpleañera.

  • Mi Ragazza ...

  • Hermoso... ya vinieron a buscarme...

  • ¿Ya?... ¿tan temprano?

  • Andrew... jajajaja... ya son las 2:30 am... – dijo Selena.

  • Mierda... no me di cuenta.

  • Sí... te perdiste un rato. ¿Me acompañas?

  • Claro... vamos.

Di una rápida mirada a la mesa y vi que Richie seguía en la misma posición, debía apurarme para no dejarlo solo mucho tiempo así que mi chica y yo salimos del salón, pasando por la alfombra roja ya desierta. Llegamos al vestíbulo para que al final saliéramos del hotel donde le esperaba su padre en el carro.

  • Bueno hermoso... Chao...

Se acerco a mí para darme un beso en la boca pero la esquive y terminamos dándonos un beso en la mejilla.

  • ¿Hermoso?... ¿Estás bien? – me preguntó un poco preocupada.

  • No... – dude – es decir, sí... sí lo estoy.

  • Ok... bueno... nos vemos en el colegio – me contestó triste.

  • Claro.

El sonido de la corneta se escuchó dándonos cuenta que su papá seguía allí.

  • Te amo...

  • Yo también – le contesté con tono monótono.

Se subió al carro y cerró la puerta sin siquiera dejarme que saludara a su padre, el carro arrancó y yo me quedé un momento pensando en la fría noche, luego de unos segundos recordé donde estaba y la hora que era, saqué mi celular y marqué rápido al celular de mi padre, no dio ni dos tonos y escuché su voz.

  • ¿Ya terminaron?

  • Si papá... ya puedes venirnos a buscar.

  • Bueno, estén listos, en 15 minutos estoy allá.

  • Gracias papá.

Colgó la llamada y entré al hotel de nuevo a buscar a Richie y hacer que no pareciera que estaba borracho frente a mi padre, cuando estaba caminando en el vestíbulo Arturo salía de un pasillo diferente de donde estaba el salón de la fiesta.

  • Epale Andy...

  • Jajajaja... linda nariz Artie – le dije viendo su nariz un poco inflamada y roja con una venda encima.

  • Estoy bien por si preguntas.

  • Awww... no, no me lo preguntaba – decía divertido.

  • Eres malo.

  • Oye... que te defendí luego de que te pateara el maldito ese...

  • Ahhh ¿Sí?

  • Pues... Sí, le di un golpe en la quijada dejándolo en el suelo... por ti, idiota.

  • Awww... gracias... lo hiciste porque me quieres...

  • Eso es obvio idiota... lo que pasa es que no soy lo suficientemente macho para admitirlo en público – le dije picando un ojo.

  • Pues yo si... te quiero... ME ESCUCHAN TODOS... ¡QUIERO A ANDREW! – dijo gritándolo por todo el vestíbulo.

  • Carajo Arturo... ¡Cállate!

El tipo de la recepción nos miro levantándose de su asiento con el seño fruncido y nosotros lo único que pudimos hacer fue saludarle y sonreírle, para que terminara sentándose en su puesto.

  • Jajajajajaja...

  • Jajajajajaja... – reíamos por lo bajo abrazados.

  • ¿Oye... has visto a Luís? – me preguntó – es que le envié un mensaje hace rato diciendo para irnos y no me contesta.

  • Ahhh... no... no se – le dije borrando mi sonrisa, acción que Arturo notó.

  • ¿Estás bien Andy?

  • Sí... sí Artie...

En ese momento Luís salía por el pasillo del salón con la cabeza gacha, cuando nos vio su semblante era indescifrable trataba de sonreír, pero algo no lo dejaba.

  • ¡Por fin chamo!... te llevo esperando desde hace rato.

  • Perdón, estaba... estaba por allí.

  • Ammm.

Luís me miro por un momento pero luego se enfocó en otra parte del vestíbulo ignorando mi mirada... pero podía notarlo, lo sabía, estaba haciendo todo ese teatro a propósito, quería hablar con él pero con Artie allí, era imposible, el celular de mi amigo se escucho para que segundos después atendiera la llamada.

  • Hola pá... aja... ahhh ya... ok, chao – dijo colgando el celular – Ulises nos vino a buscar.

  • ¿Y tu papá? – pregunte curioso.

  • Está durmiendo... no importa, vámonos Luís.

  • Sí... ya – contestó él cabizbajo.

Artie se acercó a mí jalándome al centro del vestíbulo y silbó bastante fuerte.

  • ¡HEY! – llamó gritando al recepcionista - ¡LO QUIERO! – grito dándome un beso en la mejilla y abrazándome para luego separarse – bueno, ya tengo muchos problemas, me voy. ¡Chao Andy!

  • Chao... – le dije rojo muerto de pena.

  • Muévete Luís...

Arturo ya estaba saliendo a la calle, desde aquí podía ver la camioneta oscura esperando pero no podía dejar escapar así a Luís, lo tomé del brazo jalándolo para que no se fuera.

  • Espera... no te vayas.

  • Me están esperando Andrew.

  • Yo... Luís... no entiendo por favor – le dije en voz baja – explícame.

  • ¿Qué cosa? – me respondió tratando de escaparse.

  • Tú sabes... el baño, tu y yo... mast...

  • Me voy Andrew – se zafó bruscamente de mi agarre y se fue – lo siento... en verdad. Adiós.

- Todo había acabado............... No, esta mierda no se acaba hasta que yo diga – me había dicho mentalmente.

Lo que si había terminado era ésta fiesta, Luís y Arturo saliendo del hotel, Cintia ya debía estar llegando a su casa, Manuel y Selena deben de estar en una esquina haciendo sus cosas y Richie...

  • Mierda... se me olvidaba.

Volví a entrar al salón y mi pana seguía en la misma posición en la que lo había dejado hace rato, llegué hasta él y luego vi mi reloj viendo que ya habían pasado los 15 minutos que mi padre dijo que tardaría en llegar, desperté a Richie lentamente, se levanto viendo a todos lados, sin saber en donde se encontraba, le dije que ya era hora de irnos y se levanto de la silla lentamente, pase su brazo por mi hombro y mi mano por su cintura de nuevo y lo llevé a rastras saliendo del salón sin despedirme de nadie más, algunas parejas bailaban merengue, pero la mayoría estaban en mesas hablando tranquilamente.

Ahora sí, la fiesta había acabado para nosotros.

  • Richie... Richie, ¿me escuchas?

  • Si... – me dijo en voz baja.

  • Escucha... papá... papá se va a enfurecer bastante si te ve en ese estado... ¿me entiendes?

  • Aja...

  • Bueno, trata de actuar lo mejor que puedas por favor.

  • Ok... – se quedó callado unos segundos – espera... espera...

  • ¿Qué pasa?...

  • Los pen-pendientes... tu... papá n-no puede ver-los – me dijo asustado, tratando de hablar bien – n-no puede...

  • Pendejo... él sabe que los usas...

  • Ahhh... ver-dad.

Cuando llegamos al vestíbulo pude ver la camioneta de mi padre estacionada en frente, mi celular empezó a sonar en mí pantalón pero no podía soltar a Richie, ignoré la llamada para salir del hotel, cuando estábamos llegando a la camioneta la supuesta actuación de Richard fue un chiste, iba prácticamente arrastrado por mí, mirando hacia el piso. Mi padre nos miraba desde la ventanilla bastante serio.

- Great! – dije sarcásticamente.

Abrí la puerta de atrás y de nuevo... Richard era un chiste andante tratando de entrar, lo sujeté de la mejor forma que pude mientras mi padre nos ignoraba, cuando estuvo completamente sentado en el carro le coloqué el cinturón y cerré la puerta, abrí la puerta del copiloto e hice lo mismo quedándome en silencio. Pude notar que mi padre llevaba la misma ropa con la que me había traído hacía pocas horas.

  • Papá... discúlpame.

  • Solo les pedí una cosa – dijo serio – abre la guantera.

Lo hice bastante rápido encontrándome una bolsa con manzana picada.

  • Cómela... – volteo para ver que Richard estaba fuera de combate, desmayado – he’s passed out... cuando lleguemos a casa le das también.

  • ¿Para qué es?

  • Para la resaca. Te ayuda – dijo molesto, arrancando el auto.

  • Papá... en verdad no quiso... él no sabe tomar.

  • ...

  • Papá no te molestes con él.

  • Mañana hablaremos Andrew, los tres.

  • Sí papá... – dije resignado.

Al momento de llegar, al ser de madrugada la calle de la urbanización estaba en completo silencio, la casa desde afuera estaba completamente oscura, entramos al garaje y me baje del carro.

  • Llévalo a la habitación – dijo mi padre bajando también del carro.

  • ¿Podrías ayudarme?

  • No, esa no es mi responsabilidad y hazlo rápido, que no quiero que tu madre lo vea en ese estado.

  • Ok – le respondí resignado.

Trate de despertarlo de nuevo con unas palmadas en la mejilla.

  • Richie... ya llegamos.

  • ¿Ahhh? – estaba confundido.

  • Que ya llegamos... vamos Richie... ayúdame, papá nos mira – le dije susurrando.

  • ¿Dóndeee?... ¿Dónde está? – dijo en un tono más o menos alto.

  • Shhh... Richie vamos al cuarto.

Richie bajo como si nada de la camioneta y fue caminando lentamente, cuando vio a mi padre le dio una sonrisa boba y lo saludo desde lejos, mi padre estaba parado en el dintel de la puerta cruzado de brazos y con la mirada seria. Mi amigo dio dos pasos y cayó en el suelo, dejando a mi padre sorprendido pero lo único que hizo fue irse del garaje, yo camine y fui a levantarlo. Lo llevé a su habitación lentamente pasando por la cocina, la sala... las escaleras fueron un reto ya que el no cooperaba en ningún momento. Al momento de entrar en la habitación de invitados, lo lancé en la cama como si fuera un costal de papas, di un suspiro cansado y encendí una de las luces de la mesa de noche dando un ambiente más o menos tranquilo, Richard parecía prácticamente un muñeco allí sentado con la cabeza gacha, así que lo levanté y empecé a desnudarlo.

  • Vamos Richie... estoy cansado, déjame quitarte esto... – dije en voz baja para que no me escuchara mi madre.

Empecé por el blazer, afloje la corbata naranja quitándosela mientras balbuceaba algo inentendible, desabónate la camisa quitándosela y quedándose con una camiseta blanca, pero, cuando llegué a los pantalones Richie me apartó bruscamente.

- Yaaa... ya déjame... no me... no meee... me toques.

  • Shhh... Te estoy ayudando... – lo callé.

- Eres un maricón quítate... no me toques brother – dijo en un tono más o menos audible.

  • Que dices pendejo, estas borracho.

- Claro que no... yo... io se lo que igo... los vi... – ya la lengua le pesaba, no podía hablar bien.

  • ¿Ah?... no entiendo...

- Usted-des maricones...

  • ¿A quiénes? Ya Richie, cállate...

- Los he vist... en el cam-po, las... las duchas... hoy – se tambaleo un poco pero se sostuvo del armario – en el... baño.

  • Que pendejo... ¿De quién hablas? – dije comenzando a estar nervioso.

  • ¡DE LUÍS Y TU! – grito, pero lo callé rápido.

  • Shhh...

- Pero yo... No... tu... tu... pero igual... ¿saes qué?... no me importa maricón... mientras... Pfff mientras no me toques – dijo señalándome – no me importa... yo... no te juzgo.

  • Richie no sabes lo que dices.

  • ¡QUE SÍ LO SÉ!.... ¡YO LOS VI CABRÓN! – me gritó asustándome.

En ese momento mi padre abrió la puerta y entró molesto.

  • Richard, se puede saber que te ocurre – dijo mi padre arrecho.

- Yo.... disculpe seño – Richie retrocedió unos pasos pero sin dejar de sostenerse de la pared.

  • Será mejor que te duermas ya – dijo molesto – mañana tú y yo vamos a tener una larga conversación... para que aprendas a comportarte y ser responsable. Andrew, ve a tu habitación ahora mismo.

  • Papá déjame ayudarlo a que se duerma... por favor.

Mi padre no contestó y cerró la puerta, nos quedamos en silencio unos segundos hasta que Richie se fue desplomando al piso quedando arrodillado y medio apoyado de la pared, yo lo miré y fue cuando hablo de nuevo.

- Tu papá me odia...

  • Claro que no...

- Sí... – dijo casi a punto de llorar.

  • ...

- An-drew... no... me importa... que seas gay...

  • Yo no... – trate de responderle... pero una parte dentro de mí, lo agradeció – gracias – le dije, no pude encontrar algo más que decir – gracias Richie, eres un gran amigo.

- Te quiero An-drew.

  • Y yo a ti Richard.

Lo volví a levantar y el mismo se quito el pantalón y los zapatos, dejando la ropa tirada en el piso, cuando su cabeza tocó la almohada cayó en un sueño profundo. Apagué la luz y salí del cuarto en silencio, en el pasillo no había absolutamente nadie, así que fui a mi habitación repitiendo el ritual de hace unos momentos con Richie. Me quite toda mi ropa dejándola por allí tirada, quedándome solo en bóxers color blanco, me acosté en la cama boca arriba respirando lentamente... mi mente comenzó a vagar por lo que había sucedido esta noche. Mamá irrumpiendo en mi habitación y viéndome desnudo... la sonrisa de papá... la sexy de mi Ragazza con ese vestido... Arturo, mi hermano de otra madre haciéndome sonrojar en cada momento... Selena junto a Manuel siendo el alma de su fiesta... Carlos y Henrique luciéndose en la pista... los sexys de Calle Ciega, rumba, baile, tragos, golpeando al puto de Mario... Luis... de lo sexy que se veía, imponente, un verdadero hombre... la escena en el baño, viendo y tocando su verga.

En ese instante, me quité el bóxer lanzándolo en dirección a la puerta y mi mano fue directo a mi pene, comencé a sacudirlo excitándome al instante... tenía tanta leche acumulada en mis bolas por culpa de ese maldito dejándome caliente en el baño – claro que Richie tenía más culpa que él – y luego hablando a fuera... negando que le había gustado... ¡ese imbécil!... me estaba masturbando con bastante fuerza una mano en la verga masturbándome y otra en las bolas apretándolas dándome placer, el aroma de sexo inundaba la habitación mientras empezaba a sudar por lo rápido que era todo, abrí mis piernas y mi mano fue soltando las bolas para seguir su camino masajeando esa zona llegando hasta mi ano palpándolo y tratando de que mi dedo entrara pensando que era su gruesa verga... desgraciadamente volví a recordar como negó lo que pasó y se alejó de mí, alejé mi dedo de mi culo y seguí con la paja, ya quería terminar, estaba cansado y con dolor de cabeza, me di bastante rápido y fuerte suspirando un poco hasta que logre llegar hasta el final, uno... dos... tres... cuatro disparos llenando mi pecho y mi rostro de semen caliente...

- Luís... – terminé suspirando.

En ese momento me quebré, tan rápido como empecé a masturbarme y terminar, comencé a llorar así como estaba cubierto de leche... me acomode en la cama en posición fetal abrazando la almohada y gimiendo por lo bajo su nombre... ¿Cómo podía hacerme eso?... a mí que lo quería tanto... me gustaba... Luís Martínez me gustaba demasiado... me dolía el pecho y me costaba respirar, golpeé la almohada varias veces y me revolvía de la arrechera que tenía, trataba de ser fuerte, pero era inútil... maldito que me hacia tanto daño, pero el lunes... el lunes esto se iba a solucionar por las buenas o por las malas. Con ese último pensamiento mi cansancio logró su cometido quedándome dormido en mi cama.

---*---

Sentí unos suaves toques en mi puerta... pero yo apenas abría los ojos... comencé a sentir frio todo mi cuerpo, no me había movido ni un milímetro desde que me quede dormido llorando, seguía abrazando fuertemente la almohada... los toques se volvieron a repetir mientras caía en cuenta donde y cuando estaba... la puerta se abrió y alguien entraba en mi habitación.

  • Drew... joder – dijo su voz ronca –... disculpa.

Reaccione un poco lento viendo quien era.

  • Richie...

  • Hola... – dijo mirando hacia el piso.

  • Hola...

Recordando el frio en mi cuerpo me di cuenta que seguía desnudo mostrándole mi culo a Richard, así que en un rápido movimiento me tape con la almohada.

  • ¡Joder!

  • Jajajaja... descuida que ya te he visto así... – Richie se agacho y recogió mis bóxers lanzándolos – toma.

  • Gracias... – Richard miro para otro lado mientras me bajaba de la cama para poder colocármelos.

  • Listo.

  • ...

  • ¿Cómo te sientes?... – le pregunte despeinándome un poco y recordando su estado de anoche.

  • Mmm... me duele un poco la cabeza, pero estoy bien.

  • Me alegro, bueno, que no estés tan mal jajajaja... Y ¿Qué hora es?

  • Jajajajajaja... Ehhh... las 2:00 pm...

  • ¿En serio?... Wow... con razón tengo tanta hambre.

  • Y yo...

  • Dormimos demasiado Richie...

  • Jajajaja... en realidad llevo despierto desde el medio día... no había salido de la habitación hasta ahora.

  • ¿En serio?... ¿Y por qué? – le pregunté mientras me sentaba de nuevo en la cama y él hacía lo mismo.

  • Bueno... yo... es que... – balbuceaba de nuevo.

  • Richie... – lo anime a seguir.

  • Todo es muy confuso... Andrew... ¿Qué paso anoche?

  • Mmm bueno... te emborrachaste...

  • Pfff que mal... que idiota soy... ¿Por qué tomé demasiado?

  • No sé... – le dije un poco nervioso - ¿Qué recuerdas?

  • Mmm...

  • Dime...

  • Bueno... ahhh si recuerdo que tomé... y estaba molesto... también que vomite en el baño...

  • Yo estaba allí – le volví a decir nervioso.

En verdad quería que Richie olvidara lo que vio en el baño y lo que me había dicho sobre Luís y yo, sé que había dicho que no le importaba que fuera gay... pero era mejor que las cosas no cambiasen y estuvieran como siempre.

  • Lo sé... me cuidaste, gracias.

  • Somos amigos qué más podía hacer...

  • Después de estar en el baño no recuerdo mas... algunas visiones... no sé... bueno, si sé... tu papá... está molesto conmigo...

  • Sí... quiere hablar con nosotros – le recordé.

  • Verga... lo que menos quería... en verdad tengo miedo... no quiero que piense mal de mí, ni... ni me odie.

  • Descuida, que yo estaré allí.

  • No quiero bajar... por eso no lo había hecho.

  • Entiendo...

Me puse de pié y busqué algo cómodo que ponerme, por el frio que hacia me coloque un mono deportivo gris y una franela blanca, le pregunté a Richie si quería algo, contestándome que sí ya que, “no podía bajar en bóxers a hablar con mi padre”, le di el mono azul que utilizaba en el colegio para educación física, quedándole un poquito corto. Antes de abrir la puerta e irnos... una parte de mi mente – la más sensata – quería dejar las cosas entre nosotros iguales, pero... otra parte de mí – que últimamente controlaba mi vida –  quería saberlo... saber si Richie me aceptaría de verdad.

  • Richie – dije cerrando la puerta de nuevo e invitándolo a que se sentara en la cama – ven...

  • ¿Qué paso?

  • Mmm Richie... ¿Recuerdas algo más?... ¿Recuerdas que estábamos hablando en tu cuarto?

  • Mmm no no... para nada – dijo mirando para otro lado.

Me mentía. Trague en seco y volví a hablar.

  • Richard... no me mientas...

  • Que no recuerdo nada – seguía sin mirarme.

  • Eres mi amigo, ¿verdad?

  • Sí...

  • Entonces... ¿lo recuerdas?

  • ... Sí... – dijo resignado mirándome.

  • ¿Qué?... recuerdas.

  • Mmm bueno, te dije que estaba molesto en la fiesta... – yo asentí con la cabeza – estaba molesto contigo... – yo lo miré extrañado – contigo y con Luís... comportándose como... como... como...

  • Dilo – suspiré.

  • Como maricones...

  • Ya...

  • En toda la fiesta estuvieron actuando raro... tocándose, hablándose en secreto... cuando estaban bailando... pfff, ¿en serio Andrew? – me miró confuso – y luego vi que Luís iba al baño... y luego tú... yo... yo tenía que seguirlos.

  • Así que lo recuerdas...

  • Sí...

  • Sigue.

  • Verga... es que en verdad no recuerdo mucho Andrew... solo sé que los vi por el espejo parados... no vi mas... lo juro... ¿Qué?... ¿Qué hacían? – me pregunto cómo no queriendo saber la cosa.

  • Yo... ehhh nada... nada.

  • No me jodas Andrew – dijo parándose – te estoy diciendo la verdad y luego tú me mientes.

  • Ya... ya... coño ven – volvió a sentarse.

  • Aja... no me mientas coño.

  • Que no... – continué – mierda... es muy difícil para mí vale... Luís y yo... Luís y yo estábamos... estábamos masturbándonos...

Estaba rojo de la pena... ya no podía hablar y Richie... al igual que Arturo – recordaba – estaba asimilando todo muy callado y con expresión indescifrable.

  • Ehhh... ok... mmm ok... bueno... eso era lo que me imaginaba – terminó concluyendo.

  • Me odias...

  • Claro que no idiota... te lo dije anoche.

  • ¿También recuerdas eso? – pregunté incrédulo.

  • Pues si... – me dijo de forma obvia – estaba borracho y no podía hablar bien, pero sí recuerdo cosas.

  • Ya...

  • Ya te lo dije... No te odio, también me quiero disculpar... por si te ofendí anoche, tu sabes... pero no te odio Drew, mientras... jajajaja... mientras no me toques mucho... no me importa que seas gay... – dijo levantándose.

  • Gracias, gracias Richie – le dije abrazándolo, él me abrazaba un poco dudando – muchas gracias pendejo... no hay nada que disculpar – hasta que sentí que le ponía fuerza y me abrazaba completamente.

  • Jajajajajaja... está bien, por nada.

  • Te quiero full pana...

  • Y yo – me respondió terminando el abrazo – Y... a ver, dime algo...

  • ¿Qué?

  • Pues... Luís y tu... ¿son no-novios? – me pregunto nervioso con una sonrisa.

  • Ahhh... no – le dije algo triste – es que, es complicado... además... mmm admito que si me gustan los hombres... – hice una pausa – pero también me gustan las mujeres.

  • Ahhh... ya... bueno... mmm queee ¿bien?... no sé qué decir... jajajaja... es nuevo para mí – me coloco una mano en el hombro – pero ánimo pana, ¿de acuerdo?

  • Sí... por supuesto... jajajaja, Richie... eres genial, tú... bueno, eres el segundo a quien le digo esto... gracias por no odiarme.

  • ¿El segundo?... ¿Quién fue el primero?, ¿Mathew?

  • No no no... fue Arturo.

  • ¿¡Arturo lo sabe!?... ¿¡Y sigues vivo!? Jajajajajaja... no sabía que ese imbécil era de mente abierta.

  • Jajajajajaja... sí, lo es... si supieras... ese pendejo y tu se parecen bastante.

  • Claro... hermanos de dos mundos... él es el rey y yo el sirviente... Jajajajajaja.

  • Coño, deja de llamarte así jajajaja... bueno... bajemos... – dije acercándome y abriendo la puerta.

  • Mierda, no quiero bajar – me respondió recordando donde estábamos – es que le tengo tanto respeto a tu papá...

  • Descuida que yo te defiendo – le dije haciéndome el valiente, pero en realidad, con mi padre... nunca eres valiente.

Bajamos las escaleras para encontrarnos en la sala una tierna escena familiar viendo televisión, mi padre en su sillón reclinable y mi madre sentada en el sillón grande con Tony dormido en sus piernas. Nos acercamos lentamente hasta que notaron nuestra presencia, mi madre con una sonrisa acariciando la cabeza de mi hermanito y mi padre... con su mirada seria y levantando una ceja.

  • Buenas tardes muchachos... ¿Cómo la pasaron anoche?

  • Bien mamá...

  • Muy bien señora Martha... señor Joseph – terminó diciendo en voz baja.

  • Richard – dijo secamente.

  • Buenas tardes papá.

La escena era bastante incómoda ya que solo tres personas allí sabíamos porque el ambiente estaba tan tenso. Mi madre pidió que fuéramos a la cocina para que nos dieran de almorzar, a pesar del hambre que teníamos, Richard solo le dio tres mordiscos a su hamburguesa y ni tocó las papas, yo mientras devoraba la comida hasta dejar el plato vacio. Cuando nos levantamos mi amigo dio un fuerte suspiro y salimos a la sala donde mi padre nos esperaba de pie.

  • Richard, Andrew... entren a mi despacho. Tenemos que hablar.

  • Sí... – dijimos los dos al mismo tiempo y avanzamos.

  • ¿Qué pasa Joseph?

  • Nada Martha, tengo que explicarle unas cosas a los niños.

Pfff... Sinceramente papá estaba molesto... el hecho que nos llamara niños ya hablaba por sí solo. Entramos al despacho, un pequeño salón de paredes color crema, con alfombra verde oscuro, muebles de madera oscura, un sofá de cuero con su respectiva mesa de café y un pequeño bar, una de las paredes estaba llena de libros y la otra de grandes ventanales que daban vista al jardín, detrás del escritorio de mi padre había un cuadro donde se podía ver un campus universitario en otoño. Nos quedamos en el centro de la habitación mientras mi padre entraba y cerraba la puerta, pasando por nuestro lado, no nos invito a sentarnos en las sillas que estaban frente a su escritorio así que nos quedamos de pie esperando mientras él se sentaba en su silla y colocaba sus manos cruzadas frente a su mentón.

  • Bueno muchachos... o mejor dicho, Richard. Tu comportamiento de anoche fue muy decepcionante.

  • Lo-Lo la-lamento señor Joseph... y-yo... – dijo Richie tartamudeando.

  • No he terminado de hablar – dijo secamente interrumpiéndolo.

  • Déjalo terminar – le dije rápido y parado firme frente a mi padre.

  • No entiendo el por qué de tu comportamiento joven, me has decepcionado completamente, esperaba más de ti, sé que no eres mi hijo, pero te aprecio como tal al igual que todos los amigos de Andrew. También entiendo que era una fiesta, eres un chico de 15 años, muy común que sucedan estos episodios, pero sinceramente, para éste momento de tu vida debería existir un control, tener sentido de la responsabilidad, ya no eres un niño. Lo mismo va para ti Andrew, te dije que no llegaran borrachos a casa... que no quería ningún tipo de escenas.

  • Yo... yo se lo dije...

  • Y no evitaste que eso pasara – concluyo mi padre – debiste cuidarlo.

  • Yo... yo lo hice, lo cuidé en todo momento, es mi amigo.

  • Por lo que paso anoche, no hiciste un buen trabajo.

Ya estaba rojo de la ira apretando mis puños, molesto por la actitud de mi padre colocando a Richie como si él fuese un niño.

  • Señor Joseph, no debe culpar a Andrew, fue mi culpa, yo no le hice caso cuando me dijo que no tomara mucho.

  • Vaya, por lo menos eres lo suficientemente maduro para admitir que te equivocaste – Richie bajo la cabeza mirando al suelo y guardando sus manos en los bolsillos del mono.

  • Papá no quiero que culpes a Richie de nada... no tienes derecho – le dije molesto.

  • Él está en mí casa en éste momento, cometió la falta bajo mí techo y eso es algo que no voy a dejar pasar – respondió mi padre en el mismo tono.

  • Ya... ya para Drew... tu papá tiene razón.

  • Pero... – lo miré en ese momento y tenía los ojos rojos y aguados.

  • Suficiente Andrew. Ya termine de hablar contigo, sal del despacho – mire a mi padre sin moverme hasta que Richie me empujo – Andrew... sal – dijo mi padre levantándose.

  • Sí, papá – comencé a caminar para salir del despacho.

  • Quiero que entiendas Richard y lo vuelvo a repetir, hago esto porque te aprecio como un hijo y quiero que aprendas a ser responsable... pero tu actitud de anoche me decepcionó bastante.

  • Sí señor... entiendo.

  • Andrew, te dije que salieras – dijo mi padre caminando hacia mí y medio empujándome para que terminara de salir, me quedé en el pasillo esperando – y ni una palaba a tu madre – termino por cerrar la puerta con llave.

Suspire triste, Richie era un chamo fuerte y con solo unas palabras mi padre casi lo hace llorar... creo que yo ya estaba acostumbrado a sus duras palabras por eso podía defenderme y tal vez hablarle de la forma que hice... pero hasta ese momento siempre me sentía como un niño pequeño cuando papá quería enseñarme una lección.

Fui a la sala para quedarme viendo televisión, mi madre me preguntó que ocurría pero no supe que contestarle así que me quede callado esperando a que olvidara el tema.

A los diez minutos mi amigo y mi padre salieron del despacho con una sonrisa y mi padre abrazándolo por el hombro.

  • ¿Listo Joseph?

  • Sí, mi vida...

  • Bueno... Richard, tu mami llamó al medio día preguntando dónde estabas.

  • Ahhh... sí, disculpe señora Martha, es que le había dicho que llegaría a las 10:00 am a casa.

  • Está bien cariño... igual le dije que estabas durmiendo y que te llevaríamos a casa cuando despertaras.

  • Gracias – contestó.

  • Bueno... entonces será mejor que subas a cambiarte... para poder llevarte a tu casa.

  • Sí, señor – dijo Richie subiendo, iba a subir con él hasta que me llamo mi padre.

  • Ven Andrew...

  • Ok.

Caminamos hasta el jardín y mi padre cerró la puerta de vidrio que nos separaba de la sala...

  • Espero que hayas entendido porque hice esto.

  • Mmm... algo... pero papá, no debiste ser así con Richard... él no se lo merece.

  • Hice lo correcto Andrew...

  • Aún no lo entiendo – dije resignado.

  • Pues un día lo entenderás, Richard lo entendió hoy... – mi padre hizo una pausa un momento y me abrazo por los hombros haciendo que lo mirara – estoy orgulloso de las amistades que haces hijo, Richie es... como tu dirías... “genial”... – terminando con una sonrisa – aún le sigo recriminando sobre esos pendientes, pero sé que diga lo que diga no va a dejar de usarlos...

  • Jajajajajaja... sí, él es genial.

  • No estoy molesto con ninguno de los dos, ya se lo expliqué a él también...

  • Qué bueno papá, él estaba preocupado de que lo odiaras o algo por el estilo.

  • No no... lo que hizo no fue tan malo, era una cosa de niños...

Luego de esa charla entramos a la casa de nuevo, vimos que Richie ya estaba listo esperando viendo televisión y hablando con Tony que ya se había despertado así que, mi padre lo fue a llevar a casa, en la noche recibí un mensaje, estaba feliz de que papá no estaba molesto con él, yo le había contestado lo mismo y agradeciéndole de nuevo por la charla que habíamos tenido en el cuarto, respondiéndome que no había problema, que para eso eran los amigos.

Antes de acostarme un poco molesto quería resolver lo mas antes posible el problema que tenia con Luís, así que desde mi celular lo llame... a los primeros repiques me envió al buzón de voz... volví a intentarlo pero me dio el mismo resultado, molesto, le tecleé un mensaje de que teníamos que hablar, a los 5 min me contestó que no había nada que hablar y que dejara de molestar... cuando termine de leerlo lo primero que hice fue arrecharme y lanzar el celular directo al closet estrellándose y cayendo al piso – no me preocupe por eso, era un Nokia – luego de eso me acosté a dormir...

  • Mañana me vas a responder...  – me dije a la nada.

---*---

Eran las 5:30 am, me había despertado igual de cómo me había quedado dormido, arrecho, no había soñado nada, o bueno, tal vez si... pero no recordaba un coño... me bañe con agua fría para despertarme, me vestí rápido y en menos de 20 min ya estaba listo, pero me faltaba algo... la vi en mi mesita de noche, no la había usado desde que me la quite cuando llegue en la madrugada de la fiesta, la pulsera que me había dado él... y por primera vez en mucho tiempo, no me la puse y salí de mi habitación.

  • Coño Tony... muévete... – le dije a mi hermano molesto apurándolo.

  • Pero... el señor Jonathan ahhh – dijo bostezando – no ha llegado.

  • ¡Claro que sí!... ¡Vamos que tengo que llegar rápido!

Tomé a mi hermano de la mano y lo jalé para salir de la casa sin despedirnos de mamá.

  • Andy... – me jalaba como no queriendo seguir mi paso.

  • Bueno, te dejo.

  • Ya voy... ya voy - entramos a la camioneta mientras el chofer nos saludaba.

  • Buenos días muchachos.

  • Jonathan... estoy apurado, quiero llegar al colegio.

  • Ok, no hay problema joven – dijo extrañado.

El camino lo hizo rápido – gracias al cielo – ya que estaba molesto moviendo la pierna intranquilo, generalmente es Tony el que se comporta así, pero esta vez habíamos cambiado de roles, cuando llegamos al colegio ni me despedí de mi hermanito, entre rápido y subí las escaleras llegando hasta el patio de bachillerato, eran las 6:20 am y para ese momento no habían muchos alumnos, pero si estaba mi objetivo, parado, hablando con un chamo del otro salón que ni recordaba su nombre... me volví ciego, solo pensaba en él y en lo que iba a hacerle, solté mi bolso dejándolo en el suelo y haciendo ruido logrando que ambos chicos miraran en mi dirección, pero yo solo tenía ojos para él. Llegue como una fiera y lo tomé de su chemise azul azotándolo contra la pared y acercándome peligrosamente.

  • Esto lo resolvemos por las buenas... – lo jalé y lo volví a azotar – o por las malas.

Él me miraba con diferentes sentimientos, confusión, ira, miedo...

  • ¿Qué t-te p-pasa coño? – me dijo con los dientes apretados.

  • Quiero que me respondas maldito – le dije susurrándole – no me ignores...

  • Oye Andrew... chamo... cálmate – me decía el otro chico.

  • Y tú lárgate güevon... que no pintas nada aquí – le contesté.

El chamo nos miro a ambos y fue retrocediendo, el imbécil a quien tenía agarrado trató de soltarse pero yo volví a azotarlo contra la pared logrando que gimiera.

  • ¿Qué quieres... qué quieres que te diga?

  • ¡La puta verdad!

  • Pues...

  • Piensa antes de contestar – le interrumpí – no vayas a arrepentirte.

  • ¡MALDITA SEA!... ¿QUÉ HACES ANDREW? – sentí como alguien me pasaba el brazo por el cuello y el otro por la cintura separándome de ese idiota.

Unos cuantos alumnos nos estaban rodeando hasta que por fin mi mente se calmaba – solo un poco – mientras el imbécil ese trataba de respirar mirándome.

  • Suéltame Arturo... Suéltame por dios o juro que te caigo a coñazos a ti también...

  • Ya quisieras – me respondió sosteniéndome.

  • ¡PERO BUENO! ¿QUÉ SUCEDE AQUÍ? – la profesora Laura llegaba con su traje de oficina oscuro y su maletín – Uno no puede llegar a este colegio en paz... me pueden explicar... ¿Qué está sucediendo vale?

  • Pues... pues nada profesora... aquí... abrazando a Andrew – trataba de cubrirme Arturo mientras no dejaba de mirarlo a él.

  • Joven Duarte, déjese de chistes... y suelte de una vez al señorito.

Arturo con un poco de miedo fue soltando mi agarre pero yo me quedé quieto...

  • Fue Andrew el que empezó todo... llegó como un desquiciado atacándolo... – dijo el chamo ese, señalando al idiota.

  • Gonzalo chamo cállate la boca – dijo Arturo molesto.

  • Pues... – dijo mirando el reloj – son las 6:30 am... aún no es hora escolar... espero, joven Brown, se controle, o tendré que llamar al director – terminó finalizando su discurso alejándose a la sala de profesores con la mirada alta.

Mi amigo me tomó de los hombros y me miró.

  • De la que te salvaste pajuo... ¿Qué te ocurre?

No le contesté. Quería llorar... me separe un poco y di la vuelta acercándome lentamente a él. Arturo me tomo por la muñeca mientras todos esperaban en silencio.

  • Por las buenas... – comencé a decir... – por las buenas Luís... cuando terminen las clases te voy a estar esperando aquí mismo... para... para que hablemos ¡maldita sea! – le dije apretando los dientes – Si no vienes, júralo, júralo que mas nunca te voy a dirigir la palabra en ésta puta vida.

No esperé respuesta, tomé mi bolso y sin mirar a nadie subí al salón dejando a todo el mundo en silencio.

Entré al salón y vi mi puesto, recordando – nos sentamos juntos –... cambie mi rumbo y me senté en el de Arturo. Al ir llegando todos, mi amigo vio el cambio pero no dijo nada y se sentó en mi lugar, Cintia me miró y comenzó a hablarme pero yo tenía la vista al frente.

  • Hermoso... te estoy hablando... ¡Hermoso! – seguía sin responderle.

  • Ehhh Cinty... ven.

Cintia se fue con Manuel y Arturo al centro del salón donde un pequeño grupo se reunía – para hablar de mí, obvio – estuvieron unos minutos así hasta que finalmente se separaron. El Profesor De Abreu entró rápidamente, dijo que nos iba a hacer un examen para probar nuestros conocimientos antes del parcial – genial – pensé sarcásticamente. Cuando terminó esa clase comenzó química lo que significaba un sufrimiento para mí, pero por suerte divina el viejo Zuloaga ni siquiera me miró. Cuando llegó el receso fui el primero el salir, nadie me había detenido, era obvio que todos sabían que me pasaba algo y había que ser realista, los chismes a pesar de que era un chamo de 9no grado, se esparcen por todo el colegio así que, cuando estaba en el patio sentí la mirada indiscreta de muchos. Me largué de allí hacia el terreno que utilizábamos para jugar futbol sentándome al pie de un árbol, había una pila de rocas cerca de mí, no tuve mejor idea que comenzar a lanzarlas contra el muro...

  • ¿Qué quiero?... – me pregunté a la nada lanzando otra piedra bastante fuerte.

El timbre volvió a sonar avisando que había terminado el receso. El día continuó de la misma forma conmigo sin decir ninguna palabra, solo prestando atención a los profesores con cada ridícula palabra que decían.

El ultimo timbre sonó... unos nervios empezaron a nacer en mi... pero... se fueron de inmediato. Salí junto a la profesora de castellano y baje las escaleras llegando al punto de encuentro. Dejé mi bolso en el piso y me puse a esperar. Algunos me miraban esperando a que pasara algo pero los seguía ignorando, Luís llegó en silencio y nos sentamos en una de las bancas que estaban allí, no dijo nada y yo tampoco, nuestros amigos estaban lejos, pero podía verlos claramente.

  • Esperemos a que todos se vayan – le dije, algunos chicos seguían hablando en silencio.

Tenía preguntas en mi mente... pero debía ordenarlas... pedí ésta cita, pedí que me resolviera eso, pero... aún no tenía claro que quería que me dijera, y tenía miedo por lo que iba a escuchar, sea cual sea la respuesta. Vi que mi hermanito llegaba y hablaba con Manuel para luego acercarse a mí.

  • Tony, ve a casa. Yo voy luego...

  • Pero... -  me dijo extrañado mirándonos a ambos.

  • Hazme caso, vete.

Mi hermano no hizo más nada más que darme una mirada triste y se fue dejándome. Nuestros amigos se cansaron viendo que estábamos estáticos sin hacer nada, poco a poco el colegio se fue quedando vacío hasta que sucedió – exceptuando pequeños grupos que almorzaban allí para hacer actividades especiales después de clases, pero que estaban suficientemente lejos para no escucharnos – estábamos solos.

  • Bien... – dije suspirando.

  • Bien... – me respondió de igual manera.

  • ¿Por qué me ignoras?

  • Yo... no te ignoro – me dijo en voz baja.

  • Luís... ¡Demonios!... te estoy dando esta oportunidad... para que me digas la verdad, no me mientas carajo – estaba comenzando a frustrarme.

  • Te estoy diciendo. Que no te ignoro – dijo en el mismo tono calmado sin mirarme.

  • Pues mírame... ¡MÍRAME! – le grite haciendo eco en el patio y levantándome – no... no pierdas este chance Luís... te lo juro que si no me dices la verdad... estas muerto para mí.

Luís se quedó mirándome sentado en silencio pero apretando los barrotes de hierro del banco con sus manos.

  • Estoy confundido – me soltó, terminando por responderme – necesito tiempo...

  • ¿Tiempo para qué?

  • Para pensar coño... ¿No entiendes?

  • Pues no... – estaba cerrado – es muy fácil de entender lo que pasó.

  • Claro que no Andrew... tu y yo... nos... nos... nos masturbamos – dijo en voz baja.

  • ¿Y?

  • ¿Cómo qué “y”? No entiendes somos dos hombres, esa vaina no se hace.

  • Pero ya lo hicimos – nos quedamos callados unos segundos... – Te gustó... – dije afirmando.

  • No – me respondió sólidamente.

  • Maldito... ¿Por qué no me dices la verdad? Yo lo vi.

  • Ahhh ¿sí?... pues ¿qué viste? – me retó.

  • Te vi sonreír desgraciado – le dije acercándome de nuevo – cuando nuestras vergas se tocaron – Luís esquivo mi mirada - ¡Mírame!... cuando nuestras vergas se tocaron, te gustó, sonreíste... gemías... pasaste tu mano por mi cintura... no querías irte...

  • Me tenías agarrado del brazo... – me contestó.

  • Igual... no querías alejarte... – le volví a contestar.

  • Cállate imbécil.

  • Te duele la verdad... – le dije acertado y cara a cara.

Me alejo de un empujón y sorpresivamente me dio un golpe en la cara dejándome en el suelo.

  • Por las malas ¿no? – me levante y me lancé encima de su cuerpo haciéndolo caer.

Comencé a darle puñetazos a la cara, pero Luís era más fuerte que yo... puso sus manos en mi cuello comenzando a ahorcarme y dejarme sin aire. Para ese momento no había nadie que pudiera vernos y podíamos “pelear con libertad”. Tuvo fuerza suficiente para debilitarme y hacernos rodar por el patio dejándolo a él encima de mí... le di un golpe en el estomago sacándole el aire, escape de su agarre dejándolo en el piso mientras trataba de levantarme, pero me halo del cabello y me estampo contra el suelo...

  • ¡Me tienes arrecho maldito!

  • Ahhg y tú a mí – me respondió.

Utilice mi codo y volví a darle en el estomago varias veces haciéndolo gemir, traté de levantarme de nuevo y cuando estuve de pie, el también lo hizo y se me lanzo contra mí cayendo ambos en el piso de nuevo. Me golpeó en la cara repetidas veces hasta que se detuvo... y me vio a la cara... la única razón por la que se detuvo fue porque... yo estaba llorando... me dolía... me dolía que estuviésemos peleando de nuevo, no era para nada como la primera vez, ya había pasado mucho tiempo, lo conocía a fondo y él a mí también... pasé mi mano por su pecho y subiendo por su cuello llegando a su caliente mejilla.

  • ¿P-Por q-qué no-no t-te gustó? – le dije triste – M-Me haces-s d-daño – gemía llorando – m-me has hecho da-daño como nunca Luís...

  • Yo...

  • Te quiero golpear. Ahhg... maldito... me... me excitas, me encantas, pero también me haces daño... Ahhg.

  • Andrew...

  • Lu-Luís...

Un grupo de chicas con ropa deportiva subía las escaleras y se nos quedaron viendo un momento, Luís se levanto rápido, pero, me dio la mano, ayudándome a levantarme, así que comenzaron a caminar hacia el gimnasio olvidándonos... Cuando estuve de pie me dio un pañuelo para que me limpiara y secara mis lágrimas, sentía la cara caliente y roja por el dolor.

  • Dime Luís... por favor... – le dije triste.

  • ¿Quieres que te diga la verdad Andrew?... me gustas... – soltó luego de unos segundos mirándome – me gustas mucho.

  • ¿En s-serio?

  • Sí... perdóname...

  • Tú también me gustas Luís.

  • Jajajaja – se sentó en la banca y me llamo – ven...

  • ¿Por qué me mentiste?

  • Te lo dije Andrew... necesitaba pensarlo, en verdad estoy confundido.

  • Y yo también.

  • Es muy complicado todo amigo... – dijo colocando una de sus manos en la banca.

  • Te entiendo... – con lentitud coloque la mía encima de la suya y la acaricie un poco.

  • Desde cuando... mmm... ¿Desde cuándo? te gusto.

  • Mmm... no lo sé en verdad... – dije pensándolo un poco – mmm pienso que... ¿después de navidad?

  • ¡No me jodas! – dijo poniendo cara de sorpresa.

  • Bueno... no es que me gustaras gustaras... me empezaste a atraer... tú sabes como es.

  • Sí... bueno... jajajaja... creo que... pfff te gané – me dijo sonriéndome - me gustas desde... mmm... desde hace un año.

  • ¿¡CÓMO!? – me levanté y lo miré con una sonrisa nerviosa – jajaja... me... ¿me estás jodiendo?

  • Jajajajajaja... no Andrew... fue algo loco... recuerdas que dicen que el chico molesta a la chica porque le gusta... – yo asentí volviendo a sentarme junto a él – mmm pues eso paso conmigo...

  • Ya... con razón jajaja – le contesté.

Volvimos a quedarnos en silencio unos momentos pensando en lo que habíamos descubierto hoy... yo... Andrew Brown le gustaba a Luís Martínez... jajajaja mi rabia había pasado completamente dejándola en el olvido, ni siquiera me acordaba del dolor en mis mejillas por los golpes. Podía... No, podíamos iniciar algo juntos ya que se había aclarado ese detalle tan importante. Claro que estaba hablando por mí, tenía que saber que quería Luís... tenía que pensar por los dos ahora.

  • ¿Y ahora? – le pregunté.

  • En verdad no sé.

  • Pues ya sabemos algo importante... – le animé con una sonrisa ilusionada.

  • Sí... pero es que yo... mira, no podemos salir del closet y decir... “Hey somos maricos, aguántense”.

  • Mmm bueno creo que no – le dije notando ese detalle.

  • Tenemos familia Andrew... amigos y a algunos no les gustaría escuchar eso.

  • Ya... – le dije triste.

  • Te lo digo porque... mira, lo he pensado mucho... desde hace tiempo, tú y yo... es complicado... full complicado.

  • ...

  • Si fueras chica...

  • O tú fueras chica – le contesté.

  • Claro... – hizo una pausa – bueno, como sea... sería todo más fácil. Pero por ahora creo que lo mejor es no hacer nada...

  • Ya... tienes... razón... – le dije luego de unos segundos – no me gusta...

  • Ni a mí... en serio.

Eso no me lo esperaba... creo que en mi imaginación la fantasía que estaba creando explotaba, era cierto... Luís y yo no podíamos estar juntos... bueno, no así como lo explicaba él, mis padres... papá... pfff decir que se arrecharía sería poco... creo que Mathew me apoyaría... no sabría que decir sobre Tony o mamá. Con respecto a mis amigos, en verdad no creo que pasara nada... Arturo lo sabe... Richie... Manuel no, pero ese loco es un pan de dios... no me va a rechazar y Cintia... Cintia... Cintia... a ella no le gustaría escuchar eso... ella me quiere mucho, cree que nos vamos a casar, aunque una parte de mí también lo cree... pero si le digo que soy gay... pfff... le haría demasiado daño saberlo...

  • Hagamos un trato... – me dijo Luís tomando mi mano interrumpiendo mis pensamientos – ya... lo dijimos, ambos nos gustamos y eso es genial... pero somos mejores amigos primero... yo lo veo así... – me dijo sonriendo, lo cual yo asentí – ¿Qué tal si vamos lento?... lo del baño fue un error... pero el error fue que todo sucedió muy rápido – se corrigió – y me asusté.

  • Claro, sí, fue muy rápido.

  • Entonces, ¿Qué dices?

  • Vamos lento entonces... – le contesté apretando su mano.

Nos levantamos del banco para que luego él mirara a todos lados y me sonrió para luego abrazarme muy fuerte acariciando mi espalda yo hice lo mismo aspirando su aroma quedándonos unos momentos así.

  • Te quiero Andrew... en serio.

  • Yo también te quiero Luís...

Nos separamos un poco y sorpresivamente le di un beso en los labios, solo fueron unos segundos que nuestras suaves bocas se tocaron, fue corto, pero... fue perfecto, Luís se separó de mí rápido terminando el abrazo y mirando para todos lados nervioso... pero no hubo problema, el patio estaba desierto.

  • Andrew... – me reprendió – jajaja... no hagas eso, por favor.

  • Jajajaja... disculpa... quería hacerlo desde hace tiempo.

  • Bueno... yo también, pero no lo hagas de nuevo – dijo terminando el tema.

  • De acuerdo.

  • Será mejor que nos vayamos...

  • Claro... llamaré al Sr. Jonathan para que nos busque... así te dejo en tu casa – dije tomando mi celular.

  • Gracias – Luís se toco la cara un poco – pegas duro cabrón.

  • Y tú igual... no quiero verme mañana... no quiero que mi padre me vea mañana – corregí.

  • Jajajajajaja... ni mis padres, ¿Qué le dirás a los tuyos?

  • Pues... – lo pensé unos momentos – la verdad – termine por decir.

  • ¿¡CÓMO!? – Luís se detuvo...

  • Jajajaja cálmate... les diré que me peleé contigo... pero ya lo arreglamos...

  • Ahhh ok ok, me asustaste... yo haré lo mismo.

  • Cálmate pajuo... iremos lento...

  • Lento pero seguro – dijo pasándome su brazo por los hombros, yo hice lo mismo pasando mi brazo por su cintura.

Ambos fuimos caminando hasta la salida para esperar nuestro trasporte a nuestras casas... haríamos eso... iríamos lento... pero seguro.

---*---

NdA: BUENO... ESTO ES TODO... JAJAJAJA... EL TRABAJO DE UN MES DE ESCRITURA (me tomó casi un mes completarlo). Quería decirles – de nuevo – que estos dos capítulos no estaban previstos de esta forma si no que era uno corto, pero por cosas del destino... terminaron siendo esto. Ahora, de nuevo aclararé que no tengo nada escrito para el siguiente, y prometo que será corto... ¿Por qué?... pues por los dos capítulos siguientes después de ése (12 y 13). El N° 12 será largo y – ¡NO! – prometo que lo publicaré a finales de octubre-mediados de noviembre... describirá en un 70% a un personaje muy especial de ésta saga (saquen sus conclusiones). Y el N° 13... Jajajaja... simplemente diré que no querrán perdérselo. Como lo llaman algunos autores... sería mi propio Season Finale... que irónicamente lleva escrito la mitad (15 páginas) no diré más nada... solo espero que comenten... y ¡valoren éste capítulo! ¡UN ABRAZO A TODOS!

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