(1) susy
Para fin de año me fui de viaje a la Argentina y tuve un affaire que me complicó la vida de manera tormentosa.
(1)SUSY.
Hola, me llamo Yara, soy una mujer en los cuarentas, mis amigos me definen como una chica guapa y deseable, mis medidas son: 92–63–91, dicen que me veo mejor que mi hija, cosa que no creo, Susy está por cumplir los 18 años y sacó la belleza de mi madre, tiene un cuerpo espectacular. Vivimos solas debido a que me divorcié de mi marido, dejándonos en una muy buena posición económica. Susy es una hija ejemplar, toda su vida ha estudiado en un colegio de monjas y aún no ha tenido novio, de eso se deriva que es virgen (cosa rara en las chicas de su edad), debido a la educación victoriana de mi madre.
Aprovechando las vacaciones de fin de año, me fui a Argentina a pasarla con una amiga, vengo regresando y con muchas ganas de abrazar a mi hija. Susy se fue a visitar a su papá a New York, ella regresó ayer y me está esperando a la salida del aeropuerto. Al nomás verla nos abrazamos muy fuerte y nos llenamos de besos, la noté muy nerviosa en el camino a casa, le pregunté que qué le pasaba y me dijo que me quería contar algo, pero que primero me acomodara y a la hora de la cena me iba a compartir su secreto, la palabra “secreto” me alteró un poco, ya que entre las dos no tenemos secretos.
Al llegar a casa lo primero que hice fue darme un largo y placentero baño en el yacusi, luego me puse un caftán, sin ropa interior debajo y salí descalza a la hora de la cena, Susy, como es su costumbre ya tenía la mesa puesta, con una decoración divina y una cena exquisita, la cual degustamos con verdadero placer, acompañada de un vino tinto español y ella con una naranjada con soda. A la hora del café:
SUSY: Mami, te quiero contar algo… no sé por dónde empezar… es que… nunca me había pasado una cosa igual… ¡Tengo novio!
YO: ¡Nena! Pero esa es una noticia maravillosa, ¿Dónde lo conociste?
SUSY: En la Universidad, cuando fui a hacer mi examen de admisión, yo estaba haciendo cola para pagar en la ventanilla del banco… no sé en qué momento se me cayó la boleta y de pronto siento unos dedos en mi hombro demandando mi atención, yo volteé a ver y ahí estaban los ojos más lindos que he visto en mi vida… me quedé muda de la emoción… él sonrió y me dijo “se te cayó la boleta” Yo seguía muda admirándolo, ya no eran solo sus ojos, esa sonrisa cautivadora y esa voz ronca, tan masculina… nunca me había sentido así…
YO: ¿Y no le hablaste?
SUSY: Él me pasó la mano por la mirada, como si estuviera hipnotizada, ¡Y LO ESTABA!... no sé cuánto tiempo pasó… hasta que le dije: “Gracias”, me preguntó si me pasaba algo… otra vez me volví a quedar muda… volvió a pasar su mano por mis ojos y me dijo: “¿Cómo te llamas?” yo tartamudeé un poco y le dije mi nombre… estaba abochornada, tenía las mejillas hirviendo y las manos me sudaban… ¿Por qué me pasó eso mami?
YO: Porque el chico te gustó, dicen que el amor a primera vista si existe, a mí nunca me pasó, pero conozco chicas que si lo han vivido… ¿Qué pasó después?
SUSY: Le dije que por favor me guardara mi turno en la cola y me fui al baño a refrescarme, tenía las mejillas como cuando voy al gimnasio, camine despacio de regreso a la cola, para normalizar los latidos de mi corazón, sentía como taquicardia y me temblaban las piernas, al llegar me volvió a descontrolar con esa mirada, esa sonrisa y esa voz… afortunadamente fue él que empezó la plática, me contó que tenía 23 años, que había empezado la carrera de periodismo, pero que no le gustó y ahora iba a estudiar Veterinaria, por fin le pude contar que yo iba a inscribirme a Derecho, le conté que tú eres abogada y que eso me había inspirado a seguir tus pasos… y entonces se me soltó la lengua y no paraba de hablar, fue tan obvio, que, me tomó de las manos y me preguntó si estaba nerviosa… estoy segura que se dio cuenta de que tenía las manos sudadas, ¡Qué vergüenza!...
YO: Ay, mi niña, así nos pasa a todas en nuestra primera experiencia, pero tú lo cuentas como si fuera el primer capítulo de una novela de amor.
SUSY: Te juro que así sucedió, no te estoy inventando nada.
YO: Sí, te creo. ¿Luego, qué pasó?
SUSY: Pues pagamos en el banco y me invitó a refaccionar, ahí le conté toda mi vida, creo que no lo dejé hablar, al despedirnos me pidió mi número telefónico y se lo di… ¿Hice mal?
YO: No, mi amor, hiciste bien, ¿Y luego?
SUSY: Pues… no te conté nada porque… primero me daba vergüenza… y segundo, solo había sido una plática… por la noche me llamó… yo casi me desmayo del susto… me dijo que le había caído muy bien y que le gustaría verme de nuevo… lo muda no se me quitó… “Estás ahí”, me pregunto, yo le dije que sí, y no sé qué tonterías le habré inventado para justificar mi silencio… me dijo: “Como de todas maneras tenemos que ir toda la semana a la Universidad a cumplir con los trámites de admisión, ¿Qué tal si te invito a refaccionar de nuevo?... ¿Qué tal si nos vemos en la misma cafetería a las cinco de la tarde?”, yo le dije que sí y colgué sin despedirme… es que estaba muy nerviosa.
YO: Bueno, sáltate todos los pasos siguientes y cuéntame cómo fue que se hicieron novios.
SUSY: Tú ya te habías ido a Buenos Aires, pero no fue por eso que no te conté, sino porque no sabía si iba a funcionar, el caso es que ayer me llevó a presentarme a sus papás y los dos son divinos, como él.
YO: No te me pierdas, amor, ¿Cómo se hicieron novios?
SUSY: Perdón, mami, es que solo de acordarme… mira como tengo la piel: chinita, chinita… bueno… un día antes de irme a New York, le dije que lo vería hasta este año, porque me iba de viaje a ver a mi papá… se me acercó… me temblaba hasta el alma… ¡Y me besó!... casi caigo muerta…
YO: Pero te dio un beso de verdad o solo fue un piquito.
SUSY: Un piquito… pero a mí nadie me había besado… no sé si te pueden imaginar la emoción que sentí… luego me tomó de la mano con los dedos entrelazados, señal de que ya éramos novios… porque lo hizo delante de toda la gente ¡Te imaginas!... luego me llevó hasta mi coche y me dijo que él quería llevarme al aeropuerto, yo feliz le dije que sí, él me tomó de la barbilla y me volvió a besar… con su lengua me abrió la boca y ahora si fue un beso de verdad… yo entré corriendo a la casa porque sentía que ya me hacía pipí…
YO: ¿Y te llevó al aeropuerto?
SUSY: Sí, tiene un BM precioso, es de los antiguos, pero lo tiene como si fuera del año… durante todo el camino me llevó tomada de la mano… y cuando nos despedimos, me dio un beso muy largo y romántico, me pegó tanto a su cuerpo, que yo quería fundirme en él…
YO: ¿Le contaste a tu papá?
SUSY: Por supuesto que no, ya sabes cómo es de celoso conmigo… ¿Te puedo pedir algo?
YO: Lo que quieras, mi amor.
SUSY: Lo invité a cenar mañana para que lo conozcas.
YO: Está bien, mi amor, le prepararemos una cena deliciosa. Y ahora a dormir, que mañana tengo que ir a mi bufete.
SUSY: Ay, mami, perdón, pero con tantas emociones se me olvidó preguntarte cómo te fue en tu viaje.
YO: Mañana te cuento todo con detalles.
SUSY: ¿Y con Quique? ¿Siguen bien?
YO: Sí, amorcito, pero es hora de ir a dormir, mañana te cuento todo lo que quieras.
Al día siguiente fui a la oficina y despaché las cosas urgentes, preparé mi semana y regresé directo a la cocina, pero Susy ya lo tenía todo preparado, así que hice un pay de ciruela para el postre, a las siete en punto tocaron el timbre, Susy salió corriendo a abrir, no sin antes arreglarse el cabello y alisar su ropa con las manos, al verlo la que se quedó muda fui yo…
¡No podía creerlo! ¡¡Era Bob!! El novio de mi hija era el mismo chico con quien tuve un romance tórrido en Argentina… lo conocí en el aeropuerto, él iba a pasar las fiestas con sus tíos que tienen una quinta de crianza de caballos pura sangre… pero ya estoy igual que mi hija… vamos desde el principio: Los dos viajábamos a Argentina con la misma línea aérea, a mí me tocó en la ventanilla de primera clase, el asiento de en medio iba vacío y en el del pasillo le correspondió a él. Cuando despegamos me percaté que iba viendo una serie que a mí me encantó: Outlander, se las recomiendo… yo iba leyendo, pero distraída, más oyendo el primer capítulo de la primera temporada, pasaron como cinco minutos y Bob cambió la serie:
YO: No la cambies, Outlander es fabulosa, te va a encantar.
BOB: ¿De verdad?
YO: Tú has de ser igual que yo, somos desesperados, queremos que la serie empiece con mucha acción… yo vi ese primer capítulo hasta el minuto doce y también la cambié, pero una amiga me la recomendó… y no sabes…
BOB: ¿De qué se trata?
YO: Tiene de todo, es muy erótica, es histórica, hay mucha guerra, sangre y está llena de traiciones, mírala, además él es guapísimo y ella no se diga.
BOB: Pues muchas gracias, mucho gusto, me llamo Roberto.
YO: Hola, soy Yara. ¿Te puedo decir Bob?
BOB: Así me dice mi familia… los amigos me dicen Beto.
YO: ¿Beto? No te va, para un chico tan guapo como tú, te va mejor Bob.
BOB: Gracias, señora.
YO: Dime Yara, no me hagas sentir vieja.
BOB: De acuerdo, Yara.
YO: ¿Tienes novia? O ¿Eres casado? Te lo pregunto para hacer plática, es que el viaje es muy largo, no me vayas a mal interpretar.
BOB: De ninguna manera, Yara… tenía novia, pero terminamos.
YO: ¿Puedo preguntarte por qué?
BOB: Me da pena contarle.
YO: Ok. Respeto tu privacidad.
BOB: No es que no quiera contarle… es que ella… está enferma.
YO: ¿De gravedad?... mira, para que te sientas en confianza, trátame de tú, y así yo también me sentiré más cómoda.
BOB: Ok… No, no está enferma de gravedad… es que ella… es… te lo voy a contar, pero prométeme que no te vas a reír.
YO: Solo si tuviera tres ojos, ja, ja, ja…
BOB: Es ninfómana… no te rías…
YO: Me sonrío, pero de sorpresa, cualquier hombre estaría feliz de tener a una mujer que demanda sexo todos los días.
BOB: Con mucho respeto te digo que no sabes de lo que hablas.
YO: Tienes razón, no conozco a ninguna mujer con esas características ¿Me quieres contar?
BOB: Al principio fue fabuloso, tuvimos sexo en la primera salida, pero luego ya no habían salidas ella quería sexo mañana, tarde y noche, a la semana yo había adelgazado catorce libras ¿Te imaginas?
YO: ¿No te lo puedo creer? ¿Y tú que hiciste?
BOB: Pues seguir, me habían tocado el orgullo, no podía ser que yo no pudiera con una mujer como ella, a la semana siguiente no me dejó ir a estudiar, pasábamos haciendo el amor todo el tiempo en su cama, hasta la comida la pedía a domicilio, conforme fuimos tomando más confianza me contó la cantidad de amantes que habían pasado por su cama, incluso me confesó que le gustaba el sexo grupal.
YO: Tremenda la chica.
BOB: Era tan demandante de sexo que no me presenté a mis exámenes de medio año.
YO: ¿Y cómo terminaste con ella?
BOB: Aunque no me lo creas me internaron por debilidad.
YO: No sabía que era tan seria la ninfomanía.
BOB: Yo tampoco, ahí en el hospital me dediqué a buscar información y al tenerla supe que debía terminar con ella.
YO: ¿Y ella que te dijo cuándo le diste la fatal noticia?
BOB: Ni se inmutó, seguramente ya le había pasado con otros, solo me pidió una despedida… y…
YO: No me vas a dejar con la duda… ya me contaste lo más difícil, ahora cuéntame el final.
BOB: Pues… es muy fuerte… si te molesta dime y ya no sigo… pues llegué a su casa y me recibió desnuda… con… con restos de semen en la cara… ¿Sigo?
YO: Por supuesto ¿Tú crees que me asusta un poco de semen? Sigue.
BOB: Me llevó a la piscina y dentro había tres jóvenes como de mi edad… luego supe que los había contratado…
YO: ¿Y se pueden contratar chicos para eso?
BOB: Ay, Yara, con dinero se puede contratar gente hasta para matar, ya no digamos para sexo.
YO: Sí, te entiendo ¿Y entonces?
BOB: Pues me da pena contártelo, pero de cualquier forma sabía que después de ese día no la volvería a ver, así que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para terminar esa relación enferma… pues tuve que ver como los tres chicos la penetraban al mismo tiempo… No es necesario que se lo explique ¿Verdad?
YO: No soy tan vieja como para no saber de esos asuntos.
BOB: Perdóname… así fueron cambiando todos… luego me tocó a mí compartir a esa mujer con otros dos chicos… fue agotador… cada uno tuvimos tres orgasmos… y ella siempre quería más… y me fui de esa casa sintiéndome aliviado de haber terminado con esa pobre chica.
YO: ¿Y desde ese tiempo no has vuelto a tener novia?
BOB: Ayer empecé una relación con un ángel, totalmente opuesta a esa chica. Y cuéntame ¿Eres casada?
YO: Divorciada, pero salgo con una persona ya hace dos años.
BOB: ¿Y?
YO: Es un buen hombre, de buena familia y posición económica, pero me aburre, es tan correcto que casi te diría que es perfecto y no sé… a las mujeres como que nos gustan los chicos malos, ja, ja, ja… bueno, ya me dio sueño, te dejo descansar, hasta el despertar.
BOB: Felices sueños, Yara.
No hay cosa que disfrute más, que volar. Me despertaron unos pequeños empujoncitos que me estaba dando Bob, dijo: “Estamos llegando a Panamá”. ¿Pero no tenemos que bajar? pregunté yo, él me contestó que no, que solo había que esperar la escala, entonces me volví a dormir. No sé cuánto tiempo había pasado, me desperté solita:
BOB: Feliz despertar, mi bella durmiente.
YO: Ah… ¿Qué hora es?
BOB: Las cuatro de la tarde, faltan dos horas para llegar a Ezeiza.
YO: Huy, que dormilona. ¿Tú dormiste?
BOB: Para nada, Outlander me tiene fascinado, gracias por recomendármela.
YO: ¿Verdad? ¿Por dónde vas?
BOB: Por el cuarto capítulo, Y tenías razón, la actriz es muy bella, a pesar de su edad.
YO: Sí, para ti ha de ser una vieja.
BOB: No, es bellísima… ¿Sabe una cosa? La actriz se parece a ti.
YO: No seas tan adulador, ella tiene una figura estilizada, en cambio yo soy como muy…
BOB: ¿Voluptuosa?
YO: Exactamente.
BOB: ¿Y no te gusta ser así? Eres muy bonita.
YO: Gracias. Deja de chulearme porque podría ser tu madre.
BOB: Pero para mi buena fortuna no lo eres.
YO: Deja de decir tonteras, ¿Qué tal que te salgo cómo la chica ninfómana? Ja, ja, ja…
BOB: Se nota que tú eres una dama de clase. Espero no haberte molestado.
YO: Ay, Bob, que a una vieja como yo, la piropee un chico guapo como tú, ya es ganancia. Has de ser todo un Don Juan. Has de tener mucho éxito con las mujeres.
BOB: Pues la verdad, no puedo quejarme... ¿Te puedo hacer una pregunta sin que te moleste?
YO: Tú hazla, yo veré.
BOB: Más que una pregunta, es una invitación… me gustaría verte de nuevo, invitate a cenar una noche de estas. ¿Cuándo regresas?
YO: El 5 de enero…
BOB: Yo regreso el dos ¿Aceptas?... Te voy a contar la verdad, más que viaje de vacaciones, mis papás me mandan donde mis tíos por asuntos de negocios y como tengo tanto tiempo de no venir, pues ya casi no conozco a nadie, por eso el atrevimiento.
YO: No te preocupes, yo si voy de vacaciones, pero me quedo en un hotel, mi amiga me ofreció su casa, pero la verdad me gusta mi independencia, así que acepto gustosa.
Quedamos de vernos el 22 de diciembre. Llegamos por fin a Buenos Aires y al despedirnos sentí su beso de despedida muy cerca de mi boca, seguramente fue casualidad o yo me estaba haciendo fantasías con ese chico. Después de registrarme en el hotel, me di mi acostumbrado baño de yacusi y me puse mi caftán, (Tengo varios), sin nada abajo, me gusta estar desnuda, sin ropa interior. Los siguientes días la pasé con mi amiga de compras, Regina me contó que tiene un amante, vaya, por fin… Le compré a Susy varios regalos, pero el que más me gustó fue un juego de lencería color salmón, a las dos nos encanta la ropa fina. El 24 la pasé en casa de Regina y tuvimos una fiesta fabulosa en compañía de toda su familia, lo que más me sorprendió fue que me presentara a su amante, es su vecino, que atrevida, pensé, invitarlo estando su marido presente, bueno, como que con lo prohibido se disfruta más.
Como a las tres de la mañana, ya sus hijos se habían despedido con sus respectivas familias, ya solo quedábamos, Fernando, (Esposo de Regina) Valeria (Hija soltera de ellos), Leonardo (Vecino y amante de Regina), ella y yo. Valeria sacó un juego de dominó, precioso, que le había regalado su novio y nos invitó a jugar, Regina me hizo señas de que quería que fuera a la cocina, con el pretexto de ir por más vino, fuimos, ahí me pidió que jugara con ellos, que los entretuviera una hora, porque se iba ir a la casa de su amante, me dijo que estaba muy nerviosa porque esa sería la tercera vez que estaría con él, le dije que le diera un rapidín porque a Fernando ya lo veía bostezar, me dijo la muy pícara, ábrete un botón más de tu blusa y se la va el sueño. Cuando volvimos Leonardo ya se había despedido. Regina dijo que estaba muy cansada y nos dio el besito de las buenas noches.
Hice exactamente lo que me dijo, me abrí un botón de la blusa y funcionó, Fernando no me quitaba la vista de mis pechos, hasta Valeria lo regañó. Por la ventana pude ver como una lucecita se encendía en lo que seguramente era la habitación del segundo piso de Leonardo, Dichosa. Cuando vi el reloj, había pasado hora y cuarto desde que Regina se fuera y vi que ya habían apagado la luz, señal de que ya había entrado por la puerta de atrás y por fin podía ir a dormirme.
Esa madrugada me quedé en el cuarto de visitas, me levanté como a las 11 de la mañana, esa casa era un desastre, botellas por todos lados, papel de regalo tirado, vasos, platos, ceniceros llenos de colillas, en fin. Como nadie se había levantado, empecé a limpiar, afortunadamente a los diez minutos llegó Leonardo y le dije que por culpa de él me había desvelado, así que era justo que me ayudara a limpiar, el pobre no tuvo más remedio que ayudarme y me dijo que bien valía la pena el sacrificio, al rato se fueron levantando el resto y Fernando invitó a Leonardo a Tomarse un trago en el jardín, le dije a Regina que era una descarada y ella sonriente me dijo que sí:
REGINA: Te quiero enseñar algo… (Sacó su teléfono y me enseñó unas fotos) ¿Qué te parece, che?
YO: Huy… ¿Es Leonardo?... sí que está bien dotado el muchacho.
REGINA: Y como la usa… estas me las mandó antes de ser amantes. Gracias Yara, sos una buena amiga.
A media tarde me fueron a dejar a mi hotel, me dijeron que, si quería cenar mañana con ellos, pero les dije la verdad, que ya tenía una invitación que un muchacho que conocí en el avión me había hecho, que yo los llamaba para vernos antes del treinta y uno. Pedí la cena a la habitación y dormí como una bebé. Quique me llamaba todos los días y yo era muy fría con él, esa tarde que hablamos me dijo que me tenía una sorpresa al volver, por más que le insistí en que me la contara, me dijo que por eso se llama sorpresa, hablamos de algunas tonterías y le colgué.
Me arreglé sin grandes expectativas, me puse un vestido muy elegante, color vino tinto, y unos tacones altos, soy tan vanidosas que me arreglo hasta para ir al supermercado. A la hora convenida sonó el teléfono y me anunciaron la llegada de Bob, nos saludamos de besito, venía guapísimo, de traje y corbata:
YO: Wow, pero que elegancia, de haberlo sabido me pongo traje de noche ¿A dónde me vas a llevar?
BOB: Miren quien habla, si estás preciosa, Hice reservación en un restaurante donde ofrecen un show de tango.
YO: ¿Ese que está por el obelisco?
BOB: Exactamente, ¿Ya has ido?
YO: No, mi amiga me lo recomendó, gracias, vamos.
Tomamos un taxi y nos encaminamos a la cena, ahí me contó que no podía dejar la serie, que estaba por terminar la segunda temporada y añadió que realmente era muy erótica, y que cada vez más, sentía que la actriz se parecía mucho a mí, yo se lo agradecí y le dije que solo esperaba que no solo pensara en mí, en las escenas eróticas, me contestó que le daba mucha pena, pero que sí, era donde más pensaba en mí; me quedé callada por un momento, él se disculpó y para tranquilizarlo le dije que un halago siempre es bienvenido, pero que yo tenía pareja y él empezaba una nueva relación con un ángel, como el llamó a su nueva novia; ahora el que se quedó callado era él, fue un momento muy incómodo, afortunadamente empezaba el show, disfrutamos mucho de la velada.
Luego paseamos un poco por las anchas avenidas de Buenos Aires, en silencio, como si tuviéramos miedo seguir conversando, entonces le propuse sentarnos en una banca del parque, le tomé de la mano:
YO: Mira, Bob, ya somos adultos y no te voy a negar que existe una especie de electricidad entre los dos, sé que nos atraemos, a pesar de la diferencia de edades, yo no quiero complicarme la vida… ¿Qué es lo que pretendes conmigo?
BOB: Primero, gracias por tomar la iniciativa de hablar, no sabía por dónde empezar… Yara, tú me gustas mucho y no te voy a negar que te deseo, yo tampoco quiero complicarte, ni complicarme la vida… estamos en otro país y lo más seguro es que nunca nos volvamos a ver… ¿Qué pretendo contigo?... pues… no sé… en principio me gustaría robarte un beso…
YO: Los besos robados no se anuncian…
Y lo besé.
YO: ¿Ves? Así se roban… ¿Y ahora qué hacemos?
BOB: Pues seguirnos besando.
Intentó hacerlo, pero lo detuve.
YO: No, Bob, no quiero que nos detengan por actos obscenos en la vía pública, ja, ja, ja.
BOB: ¿Aceptarías ir a mi apartamento? Mi papá compró uno porque viene muy seguido a hacer negocios con mi tío.
YO: Sí, pero con una condición, que pase lo que pase, nunca más me buscarás de regreso a nuestro país.
BOB: Te lo juro.
Entrelazó sus dedos con los míos y nos dirigimos a tomar un taxi, al llegar a su apartamento, me enseñó el balcón de donde se podía apreciar una vista preciosa de Buenos Aires, luego se colocó atrás de mí, pude sentir su tremenda erección en medio de mis nalgas, me besó y me tomó los pechos, yo me di la vuelta y me pegué a su cuerpo, él me besaba las orejas y el cuello, luego me tomó de las nalgas, que manos, por Dios, eran enormes, luego fui yo la que le quité la corbata y luego la camisa, tenía un pecho hermoso, muy bien formado y lleno de vellitos, como a mí me gusta, él se desabrochó el pantalón y se quitó los zapatos, ayudado de sus pies, ¡Que piernas, velludas y musculosas, no cabía duda que ese chico era todo un adonis, se quedó en bóxer, yo lo tomé de la mano y le di una vuelta, así como los caballeros lo hacen con una, él se me acercó, bajo el zíper de mi vestido y este cayó al piso, quedando solo en ropa interior, me tomó en sus brazos, me depositó en la cama, nos desnudamos por completo, me besó la boca, luego bajó a mis pechos, siguió bajando, me abrió las piernas y…
CONTINUARÁ…