(1) Rusa dominada, abotonada y casi descubierta...

Que haces cuando eres nueva en un país desconocido? Si eres una perra como yo, será follarte al primer can que te encuentres en la calle...

Hola a todos! Soy Natasha, una chica proveniente de Rusia. Tengo 24 años, 1.70 de estatura, pelo rubio largo que alcanza el inicio de los hoyuelos de mi cadera, ojos verdes y un varios tatuajes repartidos en mi cuerpo. Mis medidas son 95-61-98. El gimnasio es parte de mi vida desde los 17 años por lo que me enorgullezco de mi vientre plano, mis nalgas redondas y mis piernas bien torneadas: Vaya, mis medidas son mejor que el promedio de mis compatriotas rusas; tanto que mis amigos suelen bromear que debo tener sangre latina corriendo en las venas y tal vez si… Si supieran lo caliente que soy, más lo pensarían.

El perro sin duda estaba perdido, tenía rato mirándolo desde la ventana: Un gran danés enorme en buena forma. Traía una cadena gruesa de aproximadamente 1.50 mts atada al collar que venía arrastrando y raspando por la calle lo cual producía ese sonido característico del metal cuando hace fricción con el suelo.

  • “Se le habrá escapado a alguien y el pobre anda buscando regresar”. Pensé…

Era una noche calurosa de Abril del 2016, aún vivía con mis papás en una colonia muy bonita de la Ciudad de México. Tenía poco que nos habíamos mudado de Rusia para acá por cuestiones laborales de mis padres y yo no tenía amigos pues no sabía nada de español y tampoco salía a menudo ya que mi padre no se sentía cómodo con los niveles de inseguridad de esta gran urbe a pesar de que el lugar, como les dije, era bonito y se percibía seguro.

Mis papás habían salido a una cena de su trabajo por un trato que estaban por cerrar por lo que yo me quedé ese día sola en casa.

  • Nat, por favor no salgas. No es seguro. Dijo mi papá esa tarde antes de partir.

  • Regresaremos a más tardar a medianoche, pide algo de cenar.

Yo solo asentí un poco decepcionada pues quería salir a conocer el lugar y recorrer un pequeño parque que estaba cerca de casa.

Pasó cerca de una hora desde que se habían marchado mis padres y había comenzado a navegar en internet un poco aburrida; me había ya quitado mi atuendo para andar más cómoda en ropa interior por el endemoniado calor. Enseguida a eso comencé a leer una publicación en Twitter de una amiga rusa sobre el “Coconut challenge” el cuál consiste en cabalgar el miembro de tu pareja y 'deletrear' la palabra 'COCONUT' con la cadera (Si, ya se imaginarán una faena legendaria) y había algunos enlaces con pedazos de videos XXX amateur de chicas haciendo el challenge qué me prendieron al mil y me dieron ganar de jugar e intentarlo para pasar el rato y aprovechar la calentura de la temporada (tenía ya varios meses sin nada de sexo!!) así que saque mi dildo que escondo muy bien bajo uno de mis cajones, lo pegue sobre el piso y me hice a un lado la diminuta tanga al tiempo que caía al suelo mi bra. Me metí a la boca dos dedos y me lubrique un poco mi vagina depilada, lista para comenzar cuando escuché un sonido metálico proveniente de la calle, no le presté atención al inicio pues mi calentura estaba al borde así que mordiéndome el labio inferior me ensarte a mi venoso dildo poco a poco; se me salió un gemido ahogado mientras mis nalgas llegaban al piso señalando que había devorado por completo el falo artificial:

Comencé a moverme de arriba a bajo lentamente para lubricar un poco mas y entonces comencé a mover mi cadera para formar la letra “C” , lo hice lentamente mientras se me escapaba otro gemido involuntario “Oh Dios…” sentía el dildo tocar toda mi cavidad, enseguida moví nuevamente mi cadera para formar la letra “O” masajeando un poco mis redondas tetas y apretando mis pezones con los dedos “Ahhhh, esto…es…delicioso” decía entre jadeos mientras de mi vagina se escapaba un sonido húmedo como un chupón producto de la fricción húmeda con el dildo, nuevamente moví la cadera para formar la letra “C”, estaba tan caliente que en ese poco tiempo estaba jadeando y a punto de tener un orgasmo cuando escuché nuevamente aquel sonido metálico que me saco de mi trance.

Me detuve entre jadeos con el dildo aún dentro de mi para identificar de dónde provenía ese sonido. Nuevamente se escuchó pero está vez más prolongado por lo que tuve que detener por completo mi faena y levantarme. Me asomé por la ventana pues parecía provenir de la calle y fue entonces que ví al hermoso perro perdido. Era el sonido de su cadena arrastrando que se escuchaba ya que la calle estaba desierta. Parecía estar buscando algo o a alguien pues se detenía cada tanto a olfatear y voltear en varias direcciones. Yo estaba aún extasiada por los breves momentos de lujuria que acababa de tener pero una de mis debilidades son los animalitos y en especial los perros pues tenía bellos recuerdos de mi adolescencia con mis canes en Rusia…

  • Pobrecillo, pensé, quizá no ha comido. Pues lo observé olfateando y mordisqueando algo en un árbol a unos metros de la barda del patio de mi casa.

Saque un poco más mi sudado cuerpo desnudo por la ventana para ver si encontraba a su dueño, pero la calle estaba desierta.

En ese momento se me ocurrió salir a darle algo de comida y agua ya que el clima seguramente lo tenía agotado y sediento

  • Tendré que dejar para más tarde el challenge… Pensé mientras me acomodaba mi tanga y se me dibujaba una sonrisa en el rostro.

Enseguida tuve que ponerme de vuelta mi short ajustado de mezclilla que dejaba al descubierto un poco de mis nalgas y una playera de manga corta con el logotipo de Metallica que solo me tapaba el pecho.

Fui al refrigerador y saqué un par de salchichas y en un recipiente serví agua fría.

La noche estaba muy calurosa, salí de casa y sentía como escurría un poco del sudor (por mi cabalgada jaja) entre mis pechos proveniente de mi cuello. Había olvidado ponerme tenis pero no me importó: Traía calcetas largas deportivas y acolchonaban un poco mi caminar por el pasto que cubría el patio que rodeaba mi casa.

Abrí la puerta del patio y no vi al perro, así que salí para mirar a ambos lados de la calle cuando alcance a escuchar nuevamente el sonido de la cadena: El perro se había acercado a un carro y estaba olfateando un llanta para posteriormente levantar un de sus patas traseras y orinar sobre la misma. Lo seguí y comencé a llamarlo:

  • Ven perrito, toma tengo algo para ti. Le dije mientras le mostraba las salchichas para que se acercará.

El perro volteo pero era evidente que no entendía mi idioma, sin embargo al acercarme más percibió el aroma de la comida y comenzó a caminar hacía a mi cautelosamente.

  • Eso perrito, ven, come algo. Le decía yo en vano.

El perro se acercó mostrando un poco los dientes y gruñendo levemente, lo cual me asustó pues no sabía si era agresivo y de pronto la idea de salir a darle de comer no me pareció tan buena. Sin embargo, ya que se acercó a mi lado comenzó a olfatear las salchichas y se engulló una.

  • Vaya que si tenías hambre. Le dije mientras me agachaba para acariciarlo y ver su placa de identificación. En ese momento no entendía que decía (Después supe que se llamaba Rino).

Mientras el perro comía la segunda salchicha me levanté y camine un poco para buscar a la persona que se le escapó pero la calle seguía desierta. De hecho no pasaba tampoco ningún carro. Eran aproximadamente las 9 de la noche y era normal que en ese barrio, la calle estuviera así.

El perro había terminado de comer y se acercó por detrás lamiéndome el dorso de la mano buscando más comida.

  • Ven, te daré un poco más. El perro no entendió mi lenguaje pero aún así me siguió a la casa.

Pensé en darle de comer y esperar con el en la puerta un rato con la finalidad de que su dueño o dueña apareciera buscándolo. Así que lo metí al patio y le acerqué el recipiente con agua:

  • Bebe esto, iré por más salchichas, le dije. Sin embargo no tomo agua y en su lugar comenzó a olerme la entrepierna.

  • Hey! Detente! Bebe tu agua mientras voy por comida!! le grité. Esto me trajo una ola de recuerdos que habían quedado en el olvido o al menos eso creía hasta ese momento.

El perro al escuchar el grito y sentir mis manos alejarlo bruscamente se detuvo y se quedó quieto viendo como me alejaba. Me metí a la cocina y sentí un cosquilleo en mis piernas y recordé lo mojada que había estado hace unos momentos antes de salir por el can. De hecho, fueron mis jugos embarrados en mi ropa interior lo que habían invitado al perro a olfatearme. Para el, olía a una perra en celo lista para ser montada.

Empecé a recordar aquellos encuentros de mi adolescencia con mis mascotas lo cual hizo que me prendiera más de lo que ya estaba así saque las salchichas del refrigerador, me desabroché el short y comencé a acariciar mi cuevita con las salchichas: La frialdad de los embutidos hicieron que la sensación fuera más placentera, mis piernas me temblaban con cada roce e instintivamente me metí una mano bajo mi playera para acariciar mi tetas sedosas… En ese momento escuché un chillido y un rasguño en la puerta de cristal que da al patio. Había olvidado por un momento al perro, pero comenzaba a dejar a un lado la idea de esperar a su dueño y mejor dejarlo conmigo por esa noche…

Le abrí la puerta y comenzó a saltar alrededor de mi juguetonamente.

  • Ven. Le dije tímidamente, tomándolo de la gruesa cadena y subiéndolo por las escaleras a mi habitación.

Parecía que se imaginaba que iba a pasar pues iba muy quieto y olfateando fuertemente: Estaba aspirando mis feromonas de perra en brama.

Al entrar a mi cuarto puse seguro en la puerta mientras el gran danés se me quedaba viendo plácidamente detrás de mi. El dildo seguía en el piso lleno de mis jugos por lo que enseguida se acercó a olerlo para después comenzar a lamerlo como loco.

  • Te gustan mis juguitos? Tengo más para ti…Le dije mientras dejaba caer mi short al piso.

Me acerque hacia el que seguía hipnotizado pasando toda su enorme lengua por el juguete sexual. Lo hice a un lado y le dije:

  • Tu perrita te va a dar un espectáculo especial para que te prepares mejor. El perro no entendía de lenguajes pero comprendía de la naturaleza de hembras pues comenzaba a asomarse su gran verga roja brillante. Se veía gorda de unos 7 CM de grosor pero no podía ver su largo real pues aún no salía por completo!!

  • Quiero que me enseñes que me voy a devorar está noche le susurré en su oreja, mientras el me lamía el sudor de mi cuello.

Cómo pude lo hice a un lado, el can parecía bien adiestrado pues hizo caso mientras me veía ensartándome nuevamente en el dildo. Estaba comenzando nuevamente a deletrear el estúpido reto del “Coconut” mientras el cuarto se llenaba del aroma de mis fluidos y el gran danés chillaba mientras me observaba.

Estaba yo vuelta loca, estaba deletreando con mi cadera letra por letra mientras el can daba vueltas y chillaba.

  • ‘Ahhhh quiero ver tu verga, no seas tímido Mmmmmh' le decía entre gemidos. El perro se quedó un minuto viéndome mientras me percataba que su falo estaba en todo su esplendor colgando: Era descomunal, por su raza era algo normal pero yo no estaba acostumbrada a ver algo así todos los días; debía medir cerca de 30 CMS con todo y nudo… Pero el nudo, dios, el nudo era como una bola de béisbol. Yo seguía cabalgando el dildo frenéticamente

  • 'Ohhh dios, oh dios, no…ahhh…no aguanto más…' y estaba a punto de terminar nuevamente cuandoo el perro se acercó y comenzó a gruñir, quería a su perra, quería follarme inmediatamente y a mí me asustó un poco pues se acercó por atrás y me mordio levemente el cuello: Quería tenerme a su disposición de forma inmediata.

Levanté mi cadera para sacarme el dildo y dejé escapar un gemido fuerte que debió escucharse en toda la casa. Avance sobre mis rodillas y quedé en posición de perra a lado de mi macho jadeando y con mi cuerpo empapado de sudor. De mi cuevita escurrían mis jugos blanquesinos, el dildo estaba igual y en el piso había más de mi líquido.

El perro me tomo con sus patas delanteras por mi cadera, mi tanga estaba a un lado hecha una sopa.

  • Hazme tu hembra, quiero sentir tu verga adentro, le dije con la respiración cortada y entre jadeos.

En ese momento me percate de lo descomunal que era el tamaño de mi macho: En 4 patas era mucho más grande que yo, debía medir cerca de 1.80 y pesaba muchísimo.

Sentía como empujaba su cadera tratando de atinar su verga a mi vagina, lo tome con mi mano derecha y lo dirigí; estaba salpicando líquido preseminal a chorros! Mis nalgas estaban completamente empapadas de los chorros recibidos. Un par de estocadas después el perro entro por completo: Deje escapar un grito de dolor que cualquier vecino que haya escuchado debió pensar que me estaban matando. Se quedó quieto un segundo y comenzó su vaivén de caderas frenético. Se debió escuchar por toda la casa el típico sonido de aplausos producto del choque de su cadera con mis nalgas.

Yo estaba como loca, mi respiración estaba muy agitada apenas podía articular gemido alguno 'aghhh, así así amor' 'no dejes…ahhhh…de…ayyyy….meter…auuu auuu…de metermela….ahhhhhhh'

Mis gemidos eran ruidosos, mi ventana estaba abierta y debían escucharse hasta la calle que aún se mantenía silenciosa.

Por el peso del perro mis brazos estaban cansándose, así que cómo pude me fui arrastrándo para apoyarlos sobre la cama. Mi macho no dejaba de taladrarme mi conchita que ya me ardía pero era más el placer que sentía que lo aguantaba.

Por fin llegué a la cama y apoye los brazos sobre ella, las embestidas freneticas continuaban y los sonidos sexuales ya eran más 'clap clap clap clap' se escuchaba por toda mi habitación por el choque de cuerpos y ahora por apoyarme sobre la cama se escuchaba el golpeteo de la cabecera en la pared 'tum tum tum tum' de forma rápida y violenta al mismo tiempo que el sonido de su verga al entrar a mi vagina llena de fluidos hacia ese sonido húmedo peculiar del sexo.

  • Así amor, ahhhhhhh’ así…hazme tu ahhhh perrita mientras le acariciaba el cuello con mi mano izquierda.

El perro continuaba llenándome cuando de pronto comencé a sentir la presión que hacía mucho no sentía: Su nudo comenzaba a querer trabar mi vagina para asegurar que su perra quedará cargada con sus cachorritos.

  • Ahhhhhh ufffff ufffff nooo esper…. Ahhhhhh. Fue demasiado tarde, el nudo comenzó a entrar mientras yo bufaba de dolor; sentía como se abría paso por mis estrechas paredes expandiendolas lentamente a su paso. Una lágrima salía de mis ojos y el sollozo fue involuntario: Esto me pasa por puta caliente pensé.

El perro quedó quieto sobre mi, con sus patas sobre mi espalda mostrando dominación sobre su hembra conquistada y a punto de ser fertilizada con su delicioso esperma.

  • Ahhhh mi amor, me estás….auuuu….me estás haciendo…..ufffff auuuu ahhhh ayyyy ahhhhh, gem uyyyyyyy ahhhh gemir como una….ayy ayyy sii auuui auuuuuu perra. Mis gemidos se debían escuchar deliciosos para sus oídos pues sentí como su pene palpitaba más dentro de mi lo cual significaba que me estaba llenando de leche y es que, efectivamente, involuntariamente mis gemidos parecían aullidos perrunos de dolor.

Me quedé quieta gimiendo y jadeando con los ojos entrecerrados y mi cara sobre la cama: Debo verme como una puta en su máxima expresión pensé. Mi pelo rubio enmarañado y húmedo de sudor caía sobre mi cara. Imaginaba como mi útero absorbía todo el semen y los espermas caninos nadaban por mi canal intentando llegar a mi óvulo para embarazarme… Estaba en mis día fértiles lo cual me calentó aún más…Algo imposible pero que me prende es el pensar en quedar embarazada y tener una camada de cachorritos gran danés creciendo dentro de mi vientre. Deje de contar los orgasmos, pero justo cuando imagine eso sentí como mi vagina se contraía terminando nuevamente, aprisionando su verga y exprimiendo más su nudo queriendo ordeñar más leche para cumplir esa fantasía ridícula e imposible.

Llevaba abotonada cerca de 35 minutos cuando escuché la puerta de la entrada abrir: Eran mis papás!!!!

Me asusté mucho pero me intenté tranquilizar pensando en que mi puerta estaba cerrada con seguro y no podrían entrar. Para mí mala suerte mi macho empezaba a jalar para desabotonar me, el muy hijo de puta había terminado y quería dejarme ahí así. Lo intente agarrar de las patas traseras pero fue inútil pues con un movimiento muy doloroso para mí, quitó sus patas delanteras de mi espalda y se comenzó a colocar cola con cola para destrabarse de mi vagina.

El dolor y el placer se combinaban pero mis papás iban subiendo:

  • Nat, ya llegamos sigues despierta? Preguntaron en voz alta.

Yo quedé quieta y callada, el gran danés comenzó a gruñir un poco. Lo intente calmar pero seguía, se escuchaba los pasos de mi padre acercándose. Mis gemidos los silencie mordiendo la sábana de mi cama con fuerza por los tirones que me daba el perro: Se escuchaba con cada tirón como si saliera mucho aire de mi chochito ultrajado combinado con un sonido pegajoso por los fluidos de ambos.

  • Quédate quieto shhhh shhhh le susurré al mismo tiempo que se me ocurrió apretar mis paredes vaginales para aprisionarlo más. Yo no sé si los perros tengan orgasmos pero estoy segura que debió sentir más placer pues se quedó callado y quieto mientras yo sentía nuevamente su verga palpitar provocándome un orgasmo más.

Tocaron la puerta de mi habitación:

  • Hija sigues despierta? Pregunto mi padre; yo no dije nada pues estaba haciendo un esfuerzo descomunal mientras seguía mordiendo con más fuerza la sábana y mi macho estaba estático sintiendo su verga aprisionada y chorreándome más leche caliente.

Senti un gran alivio al escuchar los pasos alejarse a su habitación. En ese momento deje de hacer presión y mi macho comenzó a avanzar hacia la puerta arrastrándome con el, el muy cabron quería ya destrabarme pero yo me alcance a aferrar de una de las patas de la cama para evitar que siguiera arrastrándome pues me dolía mucho. Ahora estaba aferrada con mis manos a la pata de la cama y mi boca a la sábana para aguantar mis gritos, no podía más cuando de pronto sentí mi vagina vacía seguida de un “Plop” ruidoso y húmedo que pensé escucharían mis padres. No fue así. Me quedé tirada boca abajo mientras mi macho se ponía a lado mío con su verga saltando: Estaba blanquesina, llena de mis jugos, veía como escurría el líquido viscoso que debía ser una mezcla de los jugos de ambos y caía al suelo lentamente. Yo me quedé ahí tirada, con las nalgas arriba esperando que saliera el río de semen, pero nada…Mi útero debió tragarse todo el semen esperando ser fertilizado lo cual me alegro:

  • Al menos no tendré que limpiar fue mi último pensamiento mientras mis ojos se cerraban y una sonrisa se dibujaba en mi rostro…

PD Aquí no acaba la historia con el gran danés, si les gustó pueden comentar y ya veré si subo la siguiente parte de mis días con ese macho danés.

Besos.