1) La experiencia del parque

Tiempo de lectura 5min. Una visita de mi novia Raquel y yo, Dani; a un parque para tener un poco de sexo furtivo acaba convirtiéndose en nuestra primera experiencia narrar al entrar en escena dos desconocidos...

Todo la historia contada en las siguientes lineas es real exceptuando los nombres de los implicados por aquello de preservar un poco su intimidad.

Raquel y yo somos pareja desde hace algo más de dos años y medio y siempre hemos tenido una vida sexual plena y sana.                                      Ella tiene 23 años y mide 1,64m, de unos 54kg, delgada y con una talla 85 de sujetador.  Tiene el pelo castaño y la piel morena, no es una top model pero sí que es bastante atractiva para los hombres. Yo soy Dani, tengo 24 años y mido 1,74m, delgado que no canijo, de pelo oscuro y piel morenita pero menos que ella, la verdad es que no me considero un guaperas pero creo que no estoy nada mal. Lo que os voy a contar ocurrió hace casi un año en un parque cercano a dónde vivimos y en el cual suelen ir las muchas parejas al caer la noche para tener intimidad pero lo que nos ocurrió aquella noche del 19  de Marzo del 2010 iba a ser inolvidable.

Tras cenar cogimos el coche y nos dirigimos al parque, aparcamos y sacamos una toalla del maletero y entramos por uno de los accesos, caminamos hasta llegar a un lugar donde no había nadie excesivamente cerca, tumbamos la tolla y nos sentamos. El problema fue que al parecer los aspersores habían estado funcionando hacía poco tiempo y en nada la toalla estaba empapada y nosotros lo estaríamos pronto. Nos levantamos y vimos un banco de madera a unos escasos 50 o 60 metros que resultó ser perfecto pues la farola cercana a él se encontraba apagada. Otros 60 o 70m más adelante había otra pareja sentada en el siguiente banco, al contrario que ocurría dónde estábamos Raquel y yo la luz de la farola cercana a ellos sí que nos dejaba ver más o menos lo que hacían pero no lo dimos la menor importancia y seguimos a lo nuestro. Comenzamos a besarnos efusivamente empecé a tocarle las tetas por encima de la fina blusa que llevaba y después por debajo, se sentó encima mía de tal forma que sus tetas quedaron a la altura de mi cara, se las besé, después le desabroché la blusa y también el sujetador negro de encaje que llevaba debajo, mordí sus pezones y ella empezó a jadear, metí la mano por debajo de su falda, aparté a un lado el tanga negro a juego con el sujetador y empecé metiéndole un dedo, luego dos y posteriormente tres, noté como se corría, estaba cachondísima y lo cierto es que yo también...

Entonces se quitó de encima y se arrodilló a los pies del banco, me desabrochó los botones del pantalón y sacó mi polla que ya estaba como una piedra, lentamente y mirándome a los ojos pasó su lengua por la punta, me hacía estremecer, entonces miré hacia mi derecha y observé que la pareja de antes se levantaba del banco, mi novia se percató también de ello y dejó un instante mi polla...                                                                                      -No te preocupes nena, no creo que vengan hacia aquí, la puerta de salida más cercana está en la otra dirección...-dije-                                           -Shshsh, calla y espera, a ver si nos van a ver-me cortó-                                                                                                                                      -No nos pueden ver desde allí porque aquí no hay luz, anda sigue que estoy muy caliente, yo vigilo si se acercan.                                                     Ella me miró y sonrió mientras volvía a meterse toda mi polla en su boca...

Chupaba cada vez más rápido y a mí me parecía estar en el cielo, de hecho eché la cabeza atrás y cerré los ojos mientras mi placer iba en aumento, entonces ocurrió algo muy inesperado:                                                                                                                                                           -Hola, veo que estás disfrutando mucho con lo que te hacen -sonó a escasos metros de nosotros una voz femenina muy dulce-                                  Tanto Raquel como yo dimos un respingo tremendo y vimos lo que ocurría: La pareja del otro banco estaba al lado nuestra observándonos, ella era muy guapa: un poquito más baja que mi novia, también delgada y de pelo moreno, con un tamaño de pecho similar; vamos que estaba bastante buena. Él era algo más alto que yo, de aspecto atlético, seguramente iría bastante al gimnasio de pelo oscuro al igual que yo.                                                  -¿Me dejas probar a mí? -pregunto ella a Raquel-                                                                                                                                                Yo miré a mi novia y le pedí con los ojos que por favor la dejara... pasaron unos segundos tensos hasta que ella respondió:                                                                                                                                                                                                          -Bue…, bueno, si él quiere-responde mi novia-un poco sorprendida y conmocionada por la situación                                                                      -Claro que quiere, ¿no lo ves?-dijo la chica-

Entonces ella se agachó y empezó saborear la punta de mi polla con su lengua, me daba lengüetazos que nuevamente me hacían estremecer de gusto hasta que se la metió casi por completo en su boca (17cm) y la volvió a sacar, metía y sacaba, me estaban haciendo la mejor mamada de mi vida con todo el respeto para Raquel pero se veía de sobra que aquella chica era mayor y mucho más experta que ella. Me encantaba todo lo que hacía con mi miembro, si antes estaba en el cielo cuando Raquel me la chupaba, ahora estaba en la Luna. Fue entonces cuando miré hacia un lado y me quedé de piedra: El otro chico se sentó en el banco y se sacó la polla, mi novia ni corta ni perezosa se agachó y empezó a chupársela a él, lo cierto es que el tamaño de su polla era similar al de la mía aunque un poco más delgada, pero eso no parecía importar mucho a Raquel que se la metía hasta la garganta y mientras me miraba, parecía estar diciéndome con la mirada: -Tú estás disfrutando de cómo te la chupa la tía esa, pues yo le voy a hacer a este una mamada de campeonato-

En lugar de enfurecerme o ponerme celoso, me pasó justo al contrario me excité aún más de lo que ya estaba y entre la visión de mi novia lamiendo el rabo de aquel tío y la excelente mamada que me estaban haciendo no pude aguantar más y me corrí en la boca de esa guarra llenándosela de leche. A ella sin embargo no le importó más bien todo lo contrario ya que una vez hubo escupido el semen de su boca siguió lamiéndomela, fue cuando escuche jadeos del otro tío y advertí que él también se iba a correr, pensé que Raquel se la sacaría de la boca para que él eyaculase fuera pero nada más lejos de la realidad. Ella seguía mamando y mirándome y al llegar el momento clave sacó su lengua sin dejar de mirarme y dejo que aquel tío la llenara enterita de lefa la boca y la barbilla, incluso una gota fue a parar a su mejilla, todo esto sin dejar de mirarme parecía decirme: -Mira lo guarra y puta que soy que se la chupo a un desconocido y dejo que se corra en mi boca mientras te miro fijamente-                                                                            Así terminamos, nos limpiamos y nos levantamos.

Ellos eran pareja también, se llamaban Marta (26 años) y Luis (28 años) y llevaban saliendo juntos 3 años. Nos dijeron que cierto día se iniciaron en el mundo de las parejas swinguer o liberales (intercambios, tríos...) y que estaban encantados, nos invitaron a probar y nos dieron la tarjeta de un club liberal que ellos frecuentaban, se despidieron y se marcharon.

Raquel y yo nos fuimos también y al llegar a casa follamos tres veces pensando en lo que había pasado aunque nunca nos atrevimos a ir a ese club (de momento) ni tampoco volvimos a ver a Luis y Marta.