Fin de semana en la finca
Hemos vuelto a la finca de Alberto, ahora también ha venido mi hijo.
Aquel viernes mi marido volvió pronto del trabajo, antes me llamó al teléfono para advertirme que almorzaría conmigo y nuestro hijo. Pero se me olvidó por completo, así que cuando llegó nos pilló en plena faena. Cuando entró en la casa mi hijo me tenía a cuatro patas en medio del salón con la polla metida en mi culo.
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Vaya, vaya, que bien os lo pasáis, ¿no?
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Antonio...hola...espera...
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Hola papá...¿me ayudas?
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No, voy a cambiarme, avisadme cuando acabéi...