Por una maldita apuesta
Un chico pierde una apuesta con su novia y es obligado a ir al cine transformado en mujer.
-Maldita, maldita, mil veces maldita, y de paso pendejo de mi, por haber aceptado esa puta apuesta digo entre dientes mientras siento cómo va entrando en mi culo esa verga, que sin ser enorme, desgarra las paredes de mi ano.
-Perdiste, perdiste gritó Isabel, mi novia, cuando terminó el partido.
Tenía una cara de satisfacción, como si me hubiera ganado un millón de euros. Yo estaba nervioso ya que, en primer lugar, no creía poder perder, y en segundo, no estaba tan seguro de que ella qu...