Elda mi ama.
La historia de como una chica en el chat me ayuda a ser una damita, y sentirme una princesa muy puta.
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Ahí estaba yo, en posición de perrita y soportando las frenéticas embestidas de esa hermosa travestí. A pesar de tanto sexo durante el día, dolía mucho. Mi respiración entre cortada, mis músculos tensos y mis afeminados gemidos eran vistos por Elda. Ahí estaba ella, sentada en el sillón viendo como me reventaban el culo. Traten de imaginar la escena, una hermosa chica sentada en el sillón viendo como dos chicos vestidos de nenas follaban con morbosa pasión.
Podía sentir cada centímetro del mi...