CLARISSA. LA AMANTE DE PAPI. En casa nueva
-¡No, ya no...pa-pa-paá- trataba de pedirte otra vez que te detuvieras, que dejaras de hacerme sentir tan...tan...- !Ya no aguanto!
El pánico, el miedo y la impotencia me invadían la cabeza, mi cuerpo se estremecía como si un rayo me atravesara, toda mi piel siente los roces de sus manos que están llenas de fuego, padre estas quemándome los muslos mientras me sujetas mientras me penetras con tu colosal miembro y me arrancas lagrimas de dolor, siento un desgarre, quiero caer, pero tú me sostienes, y me exiges resistir sin importar que te suplique parar.
Una vez...otar...otra...ha...ha...haaaa, me siento sin aire, sin fuerzas sin po...