Mi última guerra

Lo precipitado de mi enfermedad me obligó a pasar unas noches en el hospital Sant Eligius sin haber hecho reserva previa de una suitte individual

Lo precipitado de mi enfermedad me obligó a pasar unas noches en el hospital Sant Eligius sin haber hecho reserva previa de una suitte individual (nunca me ha sido grata la idea de que alguien, no perteneciente a mi família, pudiera verme en pijama). A pesar de mis largas discusiones con la recepcionista no pude conseguir alojarme solo; tenia que compartir la 309. Eso si, me consolaron diciéndome que disponía de unas magníficas vistas al mar.

La habitación, decorada grotescamente; sólo poseía un vulga...

En mi mente

Es mi mente. Mi mente enferma. La que no necesita más que un detalle, una palabra, un gesto, para convertir la más anodina de las situaciones en algo excitante, erótico, sexual...

- Es mi mente. Mi mente enferma. La que no necesita más que un detalle, una palabra, un gesto, para convertir la más anodina de las situaciones en algo excitante, erótico, sexual. A veces ni eso. Por ejemplo, el otro día. Estaba en el súper haciendo la compra, cuando al llegar a la caja tenía delante una chica vestida como esos personajes de cómic japonés, ya sabe, como un dibujo animado, tienen un nombre, pero ahora no caigo… -

- Cosplay - interrumpió la voz que se escondía a mi espalda en...

Trabajo para clase

En una ocasión al salir de clase, me preguntó si quería pasar rato divertido. Sin saber de qué se trataba, yo ya me estaba riendo segura de que se le había ocurrido alguna travesura. La idea era salir a la calle y con el pretexto de estar haciendo un trabajo sobre los hábitos sexuales

Para los que me leáis por primera vez os recomiendo una lectura previa a mis anteriores relatos , donde podréis saber un poco más de mí y donde podréis encontrar algunas de mis experiencias, fantasías y algunos juegos de complicidad que espero sean de vuestro agrado.

En mis últimos relatos os he ido contando algunas de mis primeras experiencias y seguro que no serán las últimas. Sin embargo, muchos de vosotros me habéis escrito preguntando por...

Los pechos de la Reina

Que tal. Les comparto esta corta y muy divertida historia. Disfrutenla.

Había una vez una hermosa reina con unos grandes y hermosos pechos.

Nicklas, consignado por la realeza como el asesino del dragón, estaba obsesionado con la reina por esta razón.

Sabía que el castigo por su deseo sería la muerte, si intentaba tocarlos, pero tenía que intentarlo.

Un día Nicklas reveló su secreto deseo a su colega Horatio el Médico, el médico en jefe del rey y la reina. Horatio pensó en esto y dijo que podía tramar algo para que Nicklas pudiera satisfacer su deseo, pero que...

Lady Culo

Hola, soy una doctora experta en sexo, y este relato es para TODOS los que me leen. Besos.

Un saludo para los PPMCV (perros, putas, maricos y viciosos) que me leen. Quien le escribe es su fiel servidora en el amor y la tiradera sabrosa, unos me dicen señorita glúteos, otros, nalguitas, pero en realidad soy Lady Culo su asesora y servidora en los temas del amor y la tiradera sabrosa.

En este, nuestro primer encuentro, voy a darles tres consejitos a cada clan para que vayan cogiendo mínimo y usen esos genitales como debe ser. Así que, pónganse cómodos, coños de madre, que todos van a tener su...

Pon un récord en tu vida

¿Os habéis planteado la de récord absurdos que existen?

Ayer oi que en Villanueva de los Infantes, provincia de Ciudad Real, se había cocinado el pisto más grande del mundo, 1.254 kg de criatura a base pimiento y tomate.

Pero digo yo...Tiene algún mérito cortar cientos de pimientos y pelar miles de tomates para organizar tal pisto? Es más, donde está la grandeza de que sea el más grande (valga la rebuznancia) del mundo?

¿Acaso los ingleses toman pisto? Como mucho lo montan en un campo de fútbol.

¿La família Yamamoto de Osaka, toma pisto con el...

Las anécdotas personales de un negado (Parte I)

He aquí el primer fascículo de lo que será toda una colección de anécdotas personales y cómicas en cuanto al amor y al sexo.

Durante mi juventud no fui precisamente lo que se dice un Casanova. Tuve poco éxito con las mujeres, hasta el punto de que solo unas pocas pasaron por mis órganos del amor. Eso sí, todas coincidían en que me esforzaba mucho. Por aquellos tiempos no sabía interpretar aquellas palabras de consuelo barato y poco original, aunque eficaz, sino que más bien sentía una estúpida sensación de autorrealización, como cuando un crío dibuja un garabato y recibe orgullosísimo las congratulaciones de sus padres. Sin duda...

¡Sexo salvaje apareció!

Una típica y corta historia de un encuentro fortuito en los servicios de una discoteca contada a modo de combate Pokemon.

*Discoteca “Ruta 69”. 01:43 de un viernes.

-¡Eh, Juan! ¿Qué haces por aquí?

-Nada, que llevo toda la semana estudiando para los finales y como ya terminé me he dicho que sería buena idea salir a pasármelo bien, aclarar la cabeza después de tanto estudio, y ya de paso a desestresarme con alguna, tu ya me entiendes.

-Ja ja ja… ya. Te deseo suerte.

-Venga, hasta otra.

*Adentrándose por entre la multitud, entre la música ensordecedora y los cargantes láser, Juan se adentra en la pi...

Esperando al amo Drácula

Un caballero santo, de la orden de los cazavampiros, se ha propuesto una noble misión, acabar con Drácula. Ya que lo consiga, es otra cosa.

Por entre mortales caminos escarpados de la serranía transilvanita, una figura humana a caballo estaba por alcanzar el fin de su viaje. Un audaz, y puede que un poco estúpido, caballero templario, que había ascendido muy recientemente a cazador de vampiros, se dirige en el crepúsculo a vencer el mas temido de los temidos vampiros, al mas horrible de entre los seres de la oscuridad, al mas poderoso de entre los señores de las sombras y al mas peligroso adversario, el Conde Drácula. El camino de montaña es es...

Hércules.Capítulo 23.La Libertad Guiando al Pueblo

—¿Ves como tenía razón? Pelirroja natural, no falla. —la ignoró Hércules mostrándole triunfante un par de pelos rizados de un intenso color rojo—

Capítulo 23: La libertad guiando al pueblo.

En realidad no era la primera vez que estaba allí. Su abuelo le había llevado cuando cumplió diecisiete años a ver Otelo, pero a mitad del primer acto se había largado para irse de birras con los amigos.

Nunca le habían gustado ese tipo de actos, el smoking le apretaba en el cuello, los bíceps y los muslos y el ambiente de lujo y derroche, con todas esas joyas y esa ropa de marca le ponían enfermo. Toda esa gente eran como pavos reales, lo principa...