Era de pocas palabras
Aquella visión de mi polla entrando y saliendo de su culo hizo que en un par de minutos se lo llenara de leche.
Miércoles 7 de agosto de 1999.
Otro relato que cuento en primera persona sin haber cardado la lana.
Era el día de mi cumpleaños. Había discutido con mi esposa por haberme tomado unos vinos de más y por ese motivo al llegar la noche no quiso ir a cenar conmigo. Al haber reservado en un restaurante, fuera o no fuera tenía que pagar, no solo la cena sino también la habitación. Me fui solo y cabreado. Eran las diez de la noche, estaba en la barra del bar del restaurante y recuerdo que se oía la canc...