Una inquilina agradecida 2
Me cuesta pero la voy convirtiendo en mi puta
- bueno pues nada, que?
me dice con una mirada pícara, mientras sigue amasando mis huevos
- pues nada que si quieres… ahí la tienes, no se si seré capaz de correrme de nuevo
- mmm…. podría probar…
se levanta se pone a 4 patas, me masajea los huevos mientras me mira lascivamente, empieza a pajearme, se inclina y se mete la polla medio dura en la boca, en pieza a subir y bajar jugando con su lengua por todo el contorno del pene, este crece de tamaño se pone dura y engulle cada milímetro de piel...