La Admiradora
Una admiradora me ve en la calle y en pocos minutos terminamos en una tarde de sexo espectacular.
La amiga que estuve esperando nunca llegó a la cita, así que me desesperé y me fui a la parada del microbus para tomar el que me deja a unas cuadras de la casa.
Realmente no era muy tarde, así que llegaría a ver la tele un rato y después a dormir. El tránsito para esa hora estaba muy pesado y los microbuses pasaban llenos, estaba a punto de emprender el camino a pie cuando un automóvil se detuvo ante mí y una mujer, muy atractiva por cierto, y con unos años más que yo, me preguntó por un mercado...