La profesora de sexualidad.
Dándome clases particulares.
El cañón disparó la última diapositiva y con ésta terminó la clase. Un tanto alterados, otro tanto avergonzados, mis compañeros fueron saliendo uno a uno de la sala de proyecciones. En algunos de los chicos se notaba un comprometedor bulto bajo los pantalones, y a algunas niñas, esas que no llevaban puesto el suéter, se les marcaban los pezones. Las imágenes que la profesora Berta nos había mostrado para acompañar su curso de sexualidad, aunque no tan atrevidas, habían resultado demasiado excitantes p...