Begoña
Los años no habían desmejorado a la adolescente que recordaba. Y por fin, pude cumplir uno de mis sueños...
Se llamaba Begoña y había sido uno de mis sueños eróticos de la adolescencia. Era una mujer que iba mucho por el bar de mis padres, y siempre me había resultado una mujer potente, graciosa y lasciva. Claro que yo solo la había conocido en el entorno del bar.
Así que un buen día, apareció en el despacho con sus hermanas. ¡Vaya tres hembras! A cada cual mejor, pero Begoña me seguía pareciendo la más potente de las tres, aunque me hubiera follado a cualquiera de ellas. Traían un asunto de herencias famil...