El casting
Matar a alguien no es nada del otro mundo. Basta con observar, vigilar, reflexionar y, llegado el momento, condensar lo mejor de ti en el cañón de un rifle, la punta de un cuchillo o unas gotas de veneno. Eso es todo.
Matar a alguien no es nada del otro mundo. Basta con observar, vigilar, reflexionar y, llegado el momento, condensar lo mejor de ti en el cañón de un rifle, la punta de un cuchillo o unas gotas de veneno. Eso es todo. No hacerse preguntas místicas, no dejarse llevar por la pasión y actuar siempre metódicamente, es eso lo que distingue a los mejores.
Ayer falleció mi tía. “Preferiría morir antes de perder la cabeza y ser una carga para los demás”. No sé cuantas veces me lo había repetido, así que cómo...