El castigo de los sesenta golpes

Los castigos del Maestro Domador constaban siempre de sesenta golpes, que aplicaba implacablemente por cada falta leve que cometíamos. Todas conocíamos muy bíen el precio mínimo de nuestras faltas leves, eso formaba parte de nuestra educación disciplinaria. Los 60 golpes debían ser aceptados explicitamente, contando y agradeciendo cada uno de ellos sin la más mínima queja o súplica, solo nos eran permitidos algún leve gemido y las lágrimas, aunque esto siempre ba...

DOLOR II

José es un tipo muy agradable, realmente da gusto estar con él, me paso las horas charlando de mil cosas hasta que decido que se desnude. Es peludito, feo pero vivaracho y escenifica muy bien su rol de esclavo.

No le gusta estar desnudo, se siente observado y siempre se tapa su polla, que por cierto no esta mal. Me gusta observarlo así, realmente es tímido.

Tampoco le gusta que le tape los ojos. Je,je,je, que error él confesármelo, nunca le permito que me vea cuando estamos e...

Alison – La Transformación – Parte V

Alison descubre que mas haya del sexo, quien ha comprado su primera noche busca desvirgar su inocencia, lo que la convierte en victima de un perverso juego.

QUINTA PARTE: "Juegos Perversos".

El edificio era bastante antiguo sin embargo era demasiado grande en todos sus espacios y ambientes, el quinto piso tenia una sola puerta y por tanto un solo departamento, me armé de valor y toque el timbre, luego de esperar unos segundos me abrió la...

Ella se dirigió a la parada del autobús, estaba bien excitada, y estaba ansiosa por llegar a su casa y meterse en su habitación, al bajarse en la parada apresuró el paso para llegar cuanto antes a su casa, entró en el portal y corrió hacía el ascensor, al llegar a su piso acelero la marcha para entrar en la casa, saludo a su madre le dio un beso y se fue para su habitación, se tumbó en la cama pensativa de todo lo que había pasado y parecía que todo era un sueño, pensó que tendría preparado su Amo par...

El Museo (IV)

Molly Mathews

Recordemos que Miguel y Moli habían continuado atormentando a Silvia hasta que ésta tuvo un orgasmo. Pero Moli sintió envidia y pidió a Miguel que también se ocupara de ella como merecía.

¿No vas a castigarme?, volvió a preguntar Moli. Por supuesto, preciosa, contestó Miguel, y cogiéndola por la mano la llevó hasta los diferentes instrumentos de tortura más complejos desentendiéndose completamente de la rubia.

En primer lugar le enseñó una silla d...

• Que haces ahí????

• Menos mal que has llegado, por favor, desátame.

• Pero como has acabado asi????

• Sabes de sobra que siempre me ha gustado hacer esto.

• De sobra, lo sé de sobra, no es la primera vez que lo hemos hecho.

• Y cual es el motivo por el que me has querido reunir en tu casa?

• Me até sola esta mañana pero antes te llamé para que vinieras para hablar de lo nuestro, pero lo calculé para que cuando llegases ya estuviera desatada.

• Tú y tus cálculo...

El Museo (III)

Nota: Las dos protagonistas de este relato: Silvia y Moli están inspiradas en actrices porno reales. Silvia es evidentemente la archifamosa Silvia Saint a la que siempre imagino en escenas de bondage. Moli es Molly Mathews (también conocida como Emily Marilyn), una actriz especializada en fetish y bondage.

Recordemos que la propia Silvia pidió a Miguel que "jugara" a torturarle los pechos. La chica se excitó tanto que se corrió con la ayuda de su amiga Moli.

Tras usarl...

El Museo II

Recordemos que Miguel había mostrado su castillo a Silvia y a Moli y finalmente las había llevado hasta los sótanos. Allí las jóvenes masocas encontraron su cielo e infierno en la tierra: una cámara de tortura. Veamos cómo sigue la historia.

Miguel volvió a cerrar la puerta tras empujar a las muchachas hacia adentro. Ellas no se resistieron pues no podían dejar de mirar lo que tenían delante. Silvia tenía la carne de gallina por el frío, pero también por una mezcla de miedo y e...

Encontré el anuncio en una de esas páginas gays que tienen clasificado, y este anuncio decía: solicito esclavo, sumiso, dispuesto a todo, que le guste que lo golpeen, ofrezco un lugar donde dormir. Contáctame a... este anuncio me llamo la atención y me decidí a contactarlo... al llamarle por teléfono lo único que dijo fue: ven para ver que tal eres... así que quedamos de vernos en su casa y yo llegue puntual a la cita... al entrar lo primero que vi fue a un hombre completo, grande, fuerte, con unos br...

El Museo (I).

Un deportivo descapotable ascendía por la carretera serpenteante que subía una pequeña colina. En su cúspide se encontraba un pequeño castillo. Una residencia aristocrática del siglo dieciocho o diecinueve construída sobre una antigua fortaleza medieval. Tras un trabajoso ascenso, el automóvil llegó por fin a la cima de la colina y de él bajaron dos mujeres: una rubia y una morena.

Miguel oyó el timbre de la puerta y se apresuró a abrir. Inmediatamente pensó que eran sus dos...