El Museo (5)

Miguel libera a Silvia y hace el amor con ella, parece que todo ha acabado pero no es así, la historia empieza a adquirir un aspecto tétrico e inquietante.

El Museo V

Tras provocar su orgasmo, Miguel miró satisfecho a Moli aún estirada en el potro de tortura y brillando por la intensa transpiración. La muchacha respiraba muy agitada, moviendo la cabeza con los ojos entreabiertos. Algunas lágrimas secas recorrían su rostro enrojecido y por fin Miguel se compadeció de sus sufrimientos. De este modo pensó que la sesión de sado con Moli podía darse por terminada, al menos por el momento. Así Miguel quitó el freno del cilindro del potro y fue aflojando...

Bailando sobre la caja de musica

Baila mi muñequita baila, como baila la bailarina... Sus dientes se quedaron marcados durante semanas en mi cuello, al igual que sus dedos en mis muñecas. El lloraba y yo era feliz.

BAILANDO SOBRE LA CAJA DE MUSICA

Este relato es de ficción, todo parecido con la realidad es coincidencia, pero como siempre esta basado en una posible realidad.

La casa de vacaciones me trae recuerdos extraños, aquí pasaba los días pescando en el lago, nadando, riendo, bailando y algunas veces también llorando. Mirar las aguas cristalinas y sus pequeños reflejos del sol de medianoche me hacían trae una nostalgia muy grande hacia esos días. Porque seguía parada en este sitio, porque no era...

Vacaciones de Semana Santa (1)

Dos jóvenes norteamericanas están pasando sus vacaciones en un país latinoamericano. Desgraciadamente para ellas caen en manos del sádico coronel Rodríguez.

Vacaciones de Semana Santa

Capítulo 1. Prohibido hacer top-less

El coronel Rodríguez observaba con los prismáticos la estrecha franja de playa que se encontraba frente a él. Lo hacía lentamente, sin perder detalle escrutando cada rincón de sus dominios. Repentinamente uno de sus soldados le vio sonreir. Ahí están, masculló el militar. Efectivamente, ante sus anteojos aparecieron un par de solitarias toallas, dos bicicletas echadas en el suelo y una bolsa de playa, junto ellas había ropas de...

La casona del tigre

Decidimos con mi mujer pasar unas vacaciones diferentes compartiéndolas con una estudiante de psicología que quería vivir una experiencia para presentar su tésis.

LA CASONA DEL TIGRE.

Decidimos con mi esposa tomarnos unas vacaciones diferentes. Alquilamos una casona antigua pero confortable para pasar el mes de marzo y planificamos todo lo que necesitábamos para instalarnos y no tener que retornar a tierra firme.

Necesitábamos alguien "especial" que nos acompañase, tarea que nos demandó un tiempo previo de entrevistas que solicitamos por el diario. Al fin dimos con la que consideramos la candidata ideal. Era una estudiante de psicología de 21 añ...

Descubriendo mi debilidad

Mi esclava me sorprende, y descubre como darme un gran placer, y una debilidad al mismo tiempo.

Me despierto lentamente. Es raro, ni siquiera me acuerdo de haberme dormido. Abro los ojos, pero la oscuridad es absoluta. Quiero llevar ni mano a la cara, pero noto que estoy inmovilizado.

Me sobresalto, y tardo un instante en recuperar la cordura. Estoy cegado, maniatado de pies y manos, y por más que me fuerce a oír, el silencio es absoluto. Noto mi boca un lienzo en mi boca, estoy como mudo. No tengo contacto con el medio ambiente, no sé si es de día o de noche, no sé prácticamente nada, sol...

Un fin de semana (3)

Estaba temblando de frío, pues el espacio era muy reducido, la cámara no paraba de tirarme aire sobre mi piel y las piernas de ternera seguían pegadas a mi. No había luz ni tampoco se escuchaba nada.

Fin de semana III

Estaba temblando de frío, pues el espacio era muy reducido, la cámara no paraba de tirarme aire sobre mi piel y las piernas de ternera seguían pegadas a mi. No había luz ni tampoco se escuchaba nada. Esta situación era desesperante, la espera, la intriga, la oscuridad, el silencio y, sobretodo el frío hacían mella en mi piel y cerebro.

Se abrió la puerta de la cámara, la camarera llevaba un hierro que acababa en un gancho, lo pasó por el candado de los labios vaginales y...

Un fin de semana (4)

Estábamos desnudas Mercedes y yo, arrodilladas frente a Rocío y Marta. Lo primero que tuvimos que hacer fue lamerles todo el sexo y el ano, posteriormente Marta se meó en mi boca Rocío en la de Mercedes. Nos mandaron lavar y ...

Fin de semana IV

Estábamos desnudas Mercedes y yo, arrodilladas frente a Rocío y Marta. Lo primero que tuvimos que hacer fue lamerles todo el sexo y el ano, posteriormente Marta se meó en mi boca Rocío en la de Mercedes. Nos mandaron lavar y que esperásemos arrodilladas frente a la mesa de Rocío. Así lo hicimos, ellas se fueron un momento y volvieron con la ropa para ponernos. Para mercedes un collar de perra con una corbata de cuero, una chaqueta azul marino, la cual apenas tapaba sus tetas est...

Comenzar a ser Amo (2)

Culminación de mi primer día como Amo novato.

Después del relax que me proporcionó Uno, la mandé a arrodillarse al pie de la cama, mientras yo me quedé tendido en la misma. Ordenar mis pensamientos y organizar mis acciones, era prioritario. Me di cuenta de que tenía entre manos algo que cambiaría mi vida, es más, ya la había cambiado. Nunca sospeche que esto me gustara tanto, y mi mente febril, acumulaba miles de ideas, por eso tenía que ordenarme.

Me tracé un plan a seguir, claro que flexible, ya que aún me faltaban muchas cosas que aprend...

Un fin de semana (2)

Después de pasar varias horas recibiendo castigos en el sótano me quitaron los candados de la vagina, me tumbaron boca abajo en el suelo, ataron la anilla del collar a otra anilla del suelo tan corta que sólo podía estar con la cara tocándolo sin posibilidad de girarla, los brazos en forma de cruz.

Fin de semana II

Después de pasar varias horas recibiendo castigos en el sótano me quitaron los candados de la vagina, me tumbaron boca abajo en el suelo, ataron la anilla del collar a otra anilla del suelo tan corta que sólo podía estar con la cara tocándolo sin posibilidad de girarla, los brazos en forma de cruz, completamente estirados, las piernas abiertas al máximo, causándome un dolor desesperado, azotaron fuertemente mi espalda, nalgas y piernas. Después hicieron todas sus necesidades enc...

Un fin de semana

Quedamos un fin de semana mis compañeras de oficina en la casa de campo de mi jefa, una abogada de prestigio...

Un fin de semana.

Capítulo I

Me llamo Susana, tengo 22 años soy morena y con el pelo rozando la cintura, de altura media y cuerpo atlético, ojos verdes, con unas tetas normales tirando a grandes, pero sin serlo demasiado y con los pezones apuntando hacia arriba. Me gusta vestir minifalda para enseñar las piernas y excitar a la gente y nunca me pongo sujetador. Trabajo en la oficina de una abogada junto con dos compañeras, Marta, 30 años, rubia, pelo corto ojos azules, 1,70 de altura...