Mi primera azotaína

Durante toda mi vida había soñado con este día. Mi sueño de ser azotada se cumpliría por fin, y las mariposas revoloteaban en mi estómago mientras se hacía la hora de la cita con Alberto.

Ana Karen:  mi primera azotaína (Dedicado a mi querido spanker oriental:  Alberto)

Lo que van a leer a continuación son mis sentimientos y pensamientos acerca de mi primera azotaína. Les aseguro que aquí va toda la realidad mezclada con un gran porcentaje de fantasía. ¿Qué es fantasía y qué es realidad? Cada uno de ustedes lo decidirᅠ y seguramente estará en lo cierto.

Lo conocí en un tablón de Internet. Alberto se comunicó conmigo como tantos otros lo hicieron, pero él… él es especial....

El maestro rural

Ser maestro rural en una escuelita perdida en la mitad de aquel campo interminable le estaba resultando difícil. Los niños venían a estudiar desde varios kilómetros a la redonda: algunos caminando, otros a caballo, otros en algún tipo de transporte

El maestro rural

Ser maestro rural en una escuelita perdida en la mitad de aquel campo interminable le estaba resultando difícil.  Los niños venían a estudiar desde varios kilómetros a la redonda: algunos caminando, otros a caballo, otros en algún tipo de transporte…  Todos, a su manera, hacían el esfuerzo diario de trasladarse hasta allí para estudiar.  Los tenía de todas las edades:  desde 5 años hasta 12 o 13 años, y a todos les daba la misma atención y el mismo afecto.

Como en todas la...

Fantasía Invernal

En aquella cálida cabaña se cumpliría su fantasía más deseada...

Fantasía invernal

La nieve está cayendo muy suave sobre la casa de madera de dos pisos. Tiene a la entrada una estancia grande con la estufa como protagonista acompañada por la mullida alfombra; y sin que moleste la vista del fuego, un sillón grande y cómodo. Sobre un costado está el comedor, y algo más alejada una cocina tipo americana.  Los dormitorios están en el piso de arriba, al que se accede por una simple escalera de madera. Nada lujoso, sólo cómodo y funcional. La música envuelve el amb...

Humillada por placer

Una rica y poderosa empresaria se presta para ser humillada por una amiga.

Era viernes por la noche. Hugo y yo llegamos hasta la puerta de su departamento. Yo iba con mi atuendo de trabajo, pantalón y chamarra de piel y un collar de cuero alrededor de mi cuello. Del collar salía una cadena, que de momento y mientras nos abría Sara, permanecía escondido en mi chamarra. Mi relación con Hugo es muy compleja. Para empezar no somos novios, ni amantes formales ni nada por el estilo. Entre semana trabaja para mi pero los fines de semana, bueno no todos, se transforma en mi amo, por...

Poderse querer más de dos

Debíamos ofrecer una imagen sugerente, juntas, pero sin tocarnos; oyéndonos, pero sin vernos. Una combinación negra, un delantal blanco: contrastaba nuestro atuendo como contrastaban nuestras pieles: oscura la una, blanca la otra, y las dos sudando quizás más por el deseo que por el sobresalto con que recibíamos cada nuevo golpe.

Las muñecas me dolían por lo tirante de la cuerda, nunca habría creído que eso pudiera resultar más lacerante que los trallazos que, sin ritmo ni cadencia alguna, caían sobre mi culo y mis caderas. Claro que tampoco habría pensando que los latigazos que más me iban a doler ni siquiera se abatirían sobre mi cuerpo, sino sobre el de ella. Debíamos ofrecer una imagen sugerente, juntas, pero sin tocarnos; oyéndonos, pero sin vernos. Una combinación negra, un delantal blanco: contrastaba nuestro atuendo c...

Viaje de final de curso (14: adeus meniña)

- disculpe, los servicios por favor.

Me despierto, como de costumbre, antes de que suene el timbre. No soy ahora mismo esclava del dios del sueño, que se apropia de ti y no puedes hacer nada para cambiar el curso de sus juegos. Sino que con el cuerpo dormido e inmovilizado mi mente sí está despierta y racionaliza cosas del mundo real. Este es nuestro último día, cuando suene el timbre no será para iniciar otro día de vacaciones en Galicia, sino para iniciar el día del retorno, el último día que pasaremos aquí yo y mi clase para quizá sól...

Experiencia sumisa (1)

De como surgió todo en mi experiencia sumisa.

Antes de empezar este relato, que espero que se vea ampliado por más, me gustaría presentarme, actualmente tengo 24 años, mi nombre es Sonia y soy transexual, es decir, nací varón y ahora soy mujer. La historia que quiero contarles fue como empecé a adentrarme en el mundo de la sumisión.

La historia comienza cuando yo contaba con 19 años y todo el mundo me conocía con el nombre de Pedro (mi verdadero nombre), y era un chico normal (o eso decimos todos, que lo somos). Vivía con mi pareja de mi mis...

La iniciación de Margaret (2: La fiesta)

Margaret quiere una sumisa y su amo decide adquirirla en una fiesta zado, donde tienen una sesion y margaret es torturada solo con mirar sin dejarla disfrutar del placer del sado.

LA FIESTA

Margarte tenia tiempo pidiéndome que deseaba tener una sumisa así que comenzamos a buscarla por Internet poniendo anuncios solicitando la misma, teníamos varios amigos virtuales y nos invitaron a una fiesta de sumisos, esclavos, amos y amas, lleve a Margaret mi esposa en condición de sumisa, protesto y se quejo mucho se negó rotundamente a ir bajo esa con dicción pero a fuerza de fustazos la hice comprender y acceder a la situación.

Margarte y yo fuimos a la fiesta, ella...

La iniciacición de Margaret

Margaret es iniciada por su marido pero ella a la vez quiere una sumisa.

LA INICIACION DE MARGARET

Introducción

Una pareja de esposos, ambos Amos con mucha experiencia practicaban el arte de la dominación y del sado mazo con mucha destreza, ya que Arturo fue educado en una escuela inglesa donde le enseñaban buena disciplina con rigidez y mano dura, en esta honorable institución duro 12 largos años de su vida sufriendo horribles torturas y donde sus carnes fueron flageladas una y otra vez a raíz de sus malos comportamientos y su negación constante a someterse a...

Pacto Diabólico (3)

El dolor debía ser terrible, a juzgar por los movimientos y los jadeos entrecortados que terminaban en ronquidos guturales. Juan regresa.

PACTO DIABÓLICO. TERCERA

De nueva cuenta el mes estaba por cumplirse. El calendario continuaba su loca marcha, arrastrando los días que se convertían pronto en semanas. Y Juan solo sabía que debía cumplir con el compromiso. Con el terrible compromiso que poco a poco se iba convirtiendo en fuente de placer.

La segunda victima lo llevó al éxtasis. Se masturbó de tal manera sobre el mismo cuerpo de la muerta, todavía tibio, que tardó un buen rato en reponerse.

Pero esta vez debía ser má...