Rita Skeeter y el Torneo de los Cuatro Magos (III)
Aburrida, Rita encuentra placeres en los lugares más insospechados
Rita abre el ojo cuando el sol aún no ha despuntado sobre el horizonte. Está de mal humor, y eso no le gusta nada, no pega con ella. Aparta la ropa de cama de un tirón y siente el frío de la madrugada. El fuego de la chimenea se ha apagado durante la noche y su hechizo calentador también se ha disipado. Rita coloca la espalda recta sobre el colchón, notando, entre el sueño y la vigilia, que sus pezones se erizan con el cambio de temperatura. Está hipersensible. Lleva días sin follar. Y por eso está de malhu...