Era un lunes como otro cualquiera de octubre, yo con mi rutina de siempre que lera levantarme a la siete y cuarto de la mañana, lo primero que suelo hacer es al baño para hacer un pis y a lavarme la cara, después voy a la cocina a prepararme el desayuno, lo que suelo tomar es un vaso de leche con Nesquik y para acompañar suelo comer cereales pero hay veces que solo me tomo el vaso de leche y ya. Sobre las siete y media me voy a la habitación a vestirme, a preparar la mochila y a hacer la cama pero mientras...

Pues hemos terminado con Mamen y Nico. Al menos, en lo que a ellos se refiere como pareja.

En el fondo me apena, no os lo puedo negar, pero también siento un poco de alivio, puesto que creo que la historia ya merecía descansar. Es cierto que algo saldrá en el relato de Tania. Pero no será ningún cambio significativo y quizá algunos detalles que nos sigan dejando pequeñas noticias sobre este universo que entre todos hemos creado.

Os agradezco mucho vuestros comentarios, de verdad. Lo digo siempre...

NOTAS DEL AUTOR

Primero y principal, gracias a todos por el gran seguimiento de mi primera historia. Estoy abrumado y nunca pensé que mi primera toma de contacto como “escritor amateur” generara tanto debate.

Lo he pasado genial leyendo las teorías de algunos comentaristas. Algunas tan descabelladas como posibles.

“Nada es lo que parece” pretende ser una historia creíble con personajes normales, como todos nosotros. Las historias relatadas son ciertas en la base. Todas y cada una de ellas...

No levantaba la vista de la  sopa mientras la removía con un aire pausado. Una sopa que le recordaba a aquella que preparaba su madre. Fuerte. Con sabor profundo.

Estaba ya totalmente fría. No humeaba, pero la cuchara no dejaba de crear círculos dentro del plato, sin intención de llevarla a la boca, mientras que su otro brazo reposaba inerte sobre la mesa, jugaba tímidamente con un pedazo de pan. Sentía, dentro del murmullo general de la sala, como algunos murmuraban sobre él. No percibía claramente l...

Nos habríamos podido llevar de maravilla, si no fuera por la a gran envidia que me tienes desde siempre. Ese es tu gran problema, ese resentimiento hacia mí  que te corroe por dentro.

Ambicionar lo que yo tenía y tu afán de protagonismo te hacían la peor de las criaturitas, con apenas dos años de edad tu única razón de existir era hacerle la vida imposible a tu hermana de cinco. Te encaprichabas de todos  mis juguetes y al final, para no escuchar tus escandalosos llantos, tenía que dejar que los rompi...

El matrimonio que cada mañana la saludaba se quedó extrañado el verla fuera de la plaza sin esperar en su banco.

- “Tana ¿qué haces aquí?. Nos ha parecido raro no verte como cada día”

Estaba sentada en el suelo, apoyada en la pared que marcaba la separación del pueblo con el exterior, junto a la puerta. Totalmente encogida sobre si misma. Su cabeza agazapada entre sus brazos y éstos apoyados en sus rodillas. Estaba ligeramente adormilada sin llegar a caer en el sueño y en una de sus manos, l...

Normalmente se esperaban el uno al otro en el mismo banco de la plaza. No era la plaza Mayor, sino una más pequeña, muy arbolada y medio escondida entre las pequeñas casas que la circundaban y donde desembocaban minúsculas callejuelas que no respetaban una lógica linealidad y llegaban a su destino serpenteantes, como un río que discurre sobre una terreno plano. Todas esas casas eran bajas y estrechas. Solo algunas tenían dos plantas de altura y eran de estructura sencilla pero, estéticamente, muy agradables...

Me gusta observar tu mirada perdida, contemplando el lánguido y helado paisaje. Tan real a los sentidos como hipotético en tu mente.

Sentada en el asiento de este tren, la cabeza reclinada sobre el cristal, el  cuerpo ligeramente ladeado, una pierna sobre la otra y acariciando, dedo a dedo, mi mano apoyada en tu muslo.

Solo varias el gesto para señalarme algo que al otro lado de la ventanilla del cansino tren te llama la atención. Una manada de gamos pastando en una ladera. Un grupo de pescadore...

La Capitán Dana era una mujer dura. No se comanda una nave de guerra, una fragata mercenaria, sin serlo de verdad. Es un trabajo duro y variado; a veces carguero mercante, a veces protegían a otros cargueros, y a veces no eran más que corsarios y piratas al servicio de gobiernos y corporaciones.

Era además, una mujer grande; superaba el metro noventa y los noventa kilos. Era alta y fuerte, de formas musculosas y quizá un tanto andróginas, con sus hombros anchos y amplias espaldas, y sus largos y fuert...

Quiero compartir en esta sección, no tan concurrida de Todorelatos, algunas de mis historias ficticias o con un punto de semi-realidad, que he escrito a lo largo de los años.

Ésta la ubiqué en Praga, una ciudad que he visitado y disfrutado muchas veces y que, si alguien desea conocerla, me puede contactar a través de mi correo, para darle  información de mi propia cosecha y que he  recopilada en esos viajes.

Aunque hace mucho frío, no deja de ser agradable pasear por las húmedas y empedra...