Martes en el club
No se me ocurre mejor forma de acabar un martes de cualquier semana, que follando indiscriminadamente, chupando sin mirar a quién y teniendo incontables orgasmos
Todo lo vivido en este mundo liberal, que ha ampliado mis horizontes mentales como ninguna otra experiencia, me ha convertido en algunas cosas en otra persona, en otra mujer. Voy en el metro, por la calle, y no esquivo la mirada de nadie, ni hombres ni mujeres. Algunas de esas miradas son intensas, y me encienden, aunque en el segundo antes estaba pensando en algo totalmente mundano. Esa sensación tiene una frase en mi cabeza “es que igual le he comido la polla…” y una medio sonrisa en el instante inmediata...