Forzados por los moteros
Mi mujer y yo acudimos a una concentración de moteros para ver sus maquinas y hacernos unas fotografías con ellas, y cuando regresábamos a casa, fuimos forzados por tres de ellos.
Forzados por los moteros
Mi mujer y yo acudimos a una concentración de moteros para ver sus
maquinas y hacernos unas fotografías con ellas, y cuando regresábamos a casa,
fuimos forzados por tres de ellos.
Era un sábado de septiembre. Yo, Víctor, y mi mujer, Lola, comíamos tranquilamente en casa viendo las noticias del medio día. Casi al final del informativo, ofrecieron la noticia de que en nuestra ciudad se concentraba una gran cantidad de moteros, amantes de la legendaria Harl...