De fantasías (II)

Segundo de una pequeña serie sobre las fantasías

DE FANTASÍAS (y II)

Julia decidió hacer una orgía consigo misma. Para ello se compró cuatro espejos rectangulares de gran tamaño. Colocó uno a cada lado de la cama, otro en la cabecera y otro en los pies. Se metió entre ellos y se masturbó mirándose a sí misma como si fuesen cuatro personas diferentes....

De fantasías (III)

El tercero sobre fantasías

DE FANTASÍAS (y III)

Cuando él se masturbaba, hacía primero cuentas de todas las fantasías que tenía y luego echaba a suertes en cual iba a pensar.

En ninguna de ellas estaba su mujer....

Después del funeral

Edipo rey...

DESPUÉS DEL FUNERAL

Realmente, comparado con otros burdeles a los que había acudido, la oferta allí era más bien pobre. Sin embargo, para él, que no buscaba mujeres que tuviesen unas grapas a la altura del ombligo, no le resultó desagradable encontrarse con un panorama de pechos caídos, carnes flácidas y estrías. Al contrario, pues eso era lo que iba buscando.

Fueron cinco las mujeres que pasaron por separado frente a él. Ninguna de ellas era una maravilla. Dudó bastante, pero al final se d...

Doppleganger

Capaz que he terminado escribiendo mal el término, por hacerme el listo...

DOPPLEGANGER (DOBLE)

Carlos se cruzó a su doble en el pasillo. Sorprendido, le invitó a entrar a su cuarto y tomar unas cervezas. Hablando, de una cosa a otra, llegaron a la curiosidad que tenía Carlos acerca de la homosexualidad. Su doble le convenció de probarlo con él pues, al fin y al cabo, aquello tan sólo sería una suerte de masturbación.

Sara, la hermana de Carlos, llegó tarde a la casa. Cuando fue al baño se encontró a su doble desmaquillándose frente al espejo. Se pusieron a conve...

El sueño puesto

Al ponernos la ropa por la mañana, debemos quitarnos otras cosas.

EL SUEÑO PUESTO

Se levantó, se aseó, se vistió y salió a la calle. Pero se había dejado el sueño puesto. Y era un sueño erótico.

Fuese por donde fuese, mirara donde mirase, veía mujeres desnudas. Cuando llegó a las puertas de su oficina, decidió volver a casa. Sólo de pensar que tendría que ver a su jefa en ese estado...

En el ojo del observador

Esto pretende ser una crítica a las decisiones de ciertos jueces que aún viven en el siglo XIX

EN EL OJO DEL OBSERVADOR

Miro a un lado y veo una mujer delgada, casi escuálida, de pechos diminutos pero con los pezones perforando la blusa. No me cuesta trabajo imaginármela desnuda. Pero no me sirve.

Miro a otro lado y veo un ama de casa, formal, seria, rotunda con sus pechos enormes y su nalgatorio desmesurado. Tiene su morbo. Pero tampoco me sirve.

Más allá, una jovencita, llevando el uniforme del colegio, con falda, se agacha a coger algo del suelo y, sin darse cuenta, me muest...

Fugaz

Elucubración romántica

FUGAZ

Se conocieron por Internet. Mientras iban en el taxi hacia el motel, ella le dijo que solo buscaba sexo, no enamorarse.

Después de ese día, él intentó volver a ponerse en contacto con ella pero fue imposible. Le dolió la indiferencia porque se había enamorado.

No sabía que ella no contestaba por la misma razón....

Gemelas muy unidas

Otro de gemelas, en la misma onda del anterior.

GEMELAS MUY UNIDAS

Ella fantaseaba a menudo con prostituirse en un descampado o en un parque, ofreciéndose a cualquier cliente. Una noche que pasaba con el coche cerca de un solar, se vio a si misma siendo follada a cuatro patas en el suelo.

Otra fantasía era tener sexo con varios hombres a la vez. Cuando entró a los baños de una discoteca, se vio a si misma manoseada por varios hombres mientras la iban poseyendo por turnos.

Cuando en un probador de señoras, abrió una puerta creyendo...

Formas y maneras

Si no es así, es asá

FORMAS Y MANERAS

Algunas noches, él soñaba con que la ataba a la cama y le hacía el amor. En esas noches, ella soñaba que él la ataba a la cama y le hacía el amor. Al día siguiente, avergonzaban a sus hijos en la cocina dándose besitos estentóreos en la mejilla y prodigándose arrumacos empalagosos....

Relato de terror

Sobre gustos no hay nada escrito, pero no hay que pasarse.

RELATO DE TERROR

La veo deleitarse golosa con el helado, lamiendo la punta para luego introducírselo en la boca hasta casi la mitad y volver a sacarlo lentamente. Tras eso, rechupetea la punta de nuevo y vuelve a engullirlo. Ese helado parece otra cosa en sus manos. Hace tanto calor que ha de comérselo con rapidez antes de que se derrita. Sus finos dedos ya están pegajosos por el líquido que gotea de la base.

Viste exiguamente, con unos pantaloncitos que apenas bajan un par de centímetros...