El ángel guardián.
Por primera vez la vio sonreír y le pareció mas linda de ese modo.
Lidia salía de su edificio para ir al instituto, doblando en una esquina se cruzó con la oficial de policia que siempre estaba allí parada, tan quieta que parecía una estatua, si no fuera porque movía el pecho en señal de que respiraba, Lifdia creería que se trataba de un señuelo para engañar a los potenciales ladrones. Siguió caminando derecho, por una calle repleta de árboles plantados frente a cada casa y edificio, dando buena sombra en el verano, mucho trabajo a los barrenderos en otoño, y en los días g...