Relaciones peligrosas
No supe qué contestarle. Me quedé estupefacta. Esa mujer tenía presencia.
Ya era casi hora de la cena, estaba platicando en la sala con Fernanda acerca de nuestro día, me estaba contando como cierto inversionista la invitó a salir, y ella, como novia fiel, se negó a aceptar aquella salida al bar. No culpo al hombre, Fernanda es hermosa, qué hermosa, hermosísima.
Entonces me preguntó qué había hecho yo. Oh Fernanda, si tan solo pudiera contarte. Empecé a hacer una remembranza de mi día en mi mente. Llegué a trabajar, todo iba normal, hasta que a eso de las tres, como todos l...