La Cobarde (Capítulo 5)
Nikki, despierta, me estás asustando, cariño dijo, dándole unas palmaditas a Nikki en la mejilla. Se agachó, colocó la cabeza sobre el pecho de Nikki y escuchó para ver si volvía a oír un latido. No oyó nada salvo el rugido de la sangre en sus propios oídos
—¿Señorita Takis? —dijo la oficial. Nikki estaba mirando por la borda del barco, observando la costa que se iba perdiendo en el horizonte.
—Sí, efectivamente, soy yo —replicó, sin levantar la mirada.
—Hola, soy Martina Gerhard —dijo la mujer, ofreciéndole la mano—. El capitán me ha dicho que me ocupe de enseñarle todo el barco. —Hablaba con un fuerte acento alemán.
Nikki siguió contemplando la tierra que se alejaba rápidamente. Sacudió la cabeza.
—Tendría que haberle dado más tiempo....